miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sutra de la Gran Perfección de la Sabiduría pronunciado por el Bodhisattva Mañjushri. Parte 1ª

Traducido del sánscrito al chino durante la Dinastía Liang del Sur, por el Maestro Tripitaka Mandra,  de Funan.

Esto he oído:
En una ocasión el Buda permanecía en el Jardín de Anathapindika, en el Parque de Jeta, en la ciudad de Saraswati, junto con 1000 grandes monjes, y 10000 Bodhisattvas, los Grandes Seres. Estos Bodhisattvas estaban todos adornados majestuosamente con mérito y sabiduría; y habían alcanzado el nivel de la irreversibilidad. Entre ellos estaban el Bodhisattva Maitreya, el Bodhisattva Mañjushri, el Bodhisattva Elocuencia Sin Impedimentos, y el Bodhisattva Nunca Abandonando Una Misión.
El Bodhisattva, el Gran Ser, Mañjushri el Joven, vino al ocaso desde su lugar hasta aquél en el que se encontraba el Buda, y esperó fuera. Entonces, Grandes Oyentes, tales como el Venerable Shariputra, Purna-Maitrayaniputra, Mahamodgayana, Mahakashyapa, Mahakatyayana, y Mahakausthila, también llegaron de sus respectivos sitios hasta el lugar en el que el Buda se encontraba, y esperaron fuera.
El Buda supo que la asamblea se había reunido. El Tathagata salió de Su morada, arregló Su manto, y se sentó. Le preguntó a Shariputra: “¿Por qué estás esperando fuera esta mañana?” Shariputra le replicó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, el Bodhisattva Mañjushri, el Joven, llegó primero aquí y esperó fuera de la puerta. Yo, realmente, llegué más tarde”
Entonces el Honrado por Todo el Mundo le preguntó a Mañjushri: “Tú fuiste el primero en llegar aquí, ¿Deseas ver al Tathagata?”
Mañjushri replicó al Buda: “Sin duda,, Honrado por Todo el Mundo; yo vine aquí para ver al Tathagata. ¿Por qué? Yo me deleito haciendo la observación correcta para beneficiar a todos los seres sintientes. Yo veo al Tathagata por las apariencias del verdadero Sí Mismo, no cambiando nunca, no moviéndose nunca, no actuando nunca, sin nacimiento ni muerte, ni existente ni no existente, ni en alguna parte ni en ninguna, ni en el pasado, presente o futuro, ni dual ni no dual, ni puro ni impuro. A través de apariencias como estas, yo observo al Tathagata correctamente, beneficiando a los seres sintientes”.
El Buda le dijo a Mañjushri: “Si uno ve al Tathagata de esa forma, su mente ni se aferra ni no se aferra; ni acumula ni no acumula”
Shariputra le dijo a Mañjushri: “Es raro para cualquiera el ver al Tathagata en la forma en la que tu lo describes. Al observar al Tathagata actuando para beneficio de todos los seres sintientes, tu mente no se aferra a la apariencia de los seres sintientes. Puesto que enseñas a todos los seres sintientes dirigiéndolos hacia el nirvana, tu mente no se aferra a la apariencia del nirvana. Puesto que tu muestras tal magnanimidad hacia todos los seres sintientes, tu mente no ve la apariencia de esa magnanimidad”
Entonces, el Bodhisattva, el Gran Ser, Mañjushri el Joven, le dijo a Shariputra: “Indudablemente, indudablemente, es tal como tú dices. Aunque yo activé la mente de la gran magnanimidad hacia todos los seres sintientes, nunca veo las apariencias de los seres sintientes. Aunque yo esté adornado con la gran majestad hacia todos los seres sintientes, su reino ni crece ni decrece. Supón que un Buda permanece en el mundo durante un kalpa, o durante más de un kalpa. De la misma forma en que está en un mundo de Buda, hay tantos innumerables Budas como incontables granos de arena en el rio Ganges. Supón que ellos proclaman el Dharma durante un kalpa, o durante más de un kalpa, día y noche, no descansando nunca sus mentes. Supón que cada uno de ellos libera a tantos seres sintientes como innumerables granos de arena hay en el Ganges, posibilitándoles el entrar en el Nirvana. Aún así, el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece. Esto se aplica a todas las Tierras de Buda en las diez direcciones. Todos los Budas proclaman el Dharma para enseñar y transformar a los seres sintientes, cada uno de ellos liberando a tantos seres sintientes como innumerables granos de arena hay en el Ganges, posibilitándoles el entrar en el Nirvana. Sin embargo, el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece. ¿Por qué no? La apariencia definitiva de los seres sintientes no puede ser aprehendida. Por eso el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece”.
Entonces Shariputra le preguntó a Mañjushri: “Dado que el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece, ¿Por qué los Bodhisattvas enseñan el Dharma y buscan la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación?
Mañjushri contestó: “Porque la apariencia de los seres sintientes es vacía; no existen ni Bodhisattvas buscando la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación, ni seres sintientes a quienes ellos les expongan el Dharma. ¿Por qué? Yo digo que en todos los dharmas, ni tan siquiera un solo dharma puede ser aprehendido”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “Si los seres sintientes no existen verdaderamente, ¿Por qué hablas de seres sintientes y de su reino?”
Mañjushri replicó: “La apariencia del reino de los seres sintientes es como la del reino de los Budas”
El Buda preguntó: “¿Hay una medida para el reino de los seres sintientes?”
Mañjushri replicó: “La medida para el reino de los seres sintientes es la misma que para el reino de los Budas”.
El Buda preguntó de nuevo: “¿Hay un lugar para la medida del reino de los seres sintientes?”
Manjushri replicó: “La medida del reino de los seres sintientes es inconcebible”.
El Buda volvió a preguntar: “La apariencia del reino de los seres sintientes se apoya en algo”
El replicó: “El espacio no se apoya en nada, ni tampoco los seres sintientes”
El Buda le preguntó a Manjushri: “Si uno cultiva la Perfección de la Sabiduría de esta forma, ¿Cómo mora uno en la Perfección de la Sabiduría?”
Mañjushri replicó: “No permanecer en los dharmas es morar en la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda volvió a preguntar: “¿Por qué el no permanecer en los dharmas es llamado morar en la Perfección de la Sabiduría?”
Manjushri respondió: “No permanecer en las apariencias es morar en la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda preguntó de nuevo a Mañjushri: “Cuando alguien se establece en la Perfección de la Sabiduría de esta forma, las raíces de virtud ¿se incrementan o disminuyen?”.
Mañjushri contestó: “Cuando alguien se establece en la Perfección de la Sabiduría de esta forma, las raíces de virtud ni crecen ni disminuyen, todos los dharmas ni crecen ni disminuyen, y la naturaleza y la apariencia de la Perfección de la Sabiduría ni crece ni disminuye. Honrado por Todo el Mundo, cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno ni abandona el dharma de los seres ordinarios, ni aprehende el dharma de los sabios y de los seres santos. ¿Por qué no? Tras realizar la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ningún dharma que haya de ser abandonado o aprehendido. Además, cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno no ve el desagrado por el samsara ni el agrado del Nirvana. ¿Por qué no? Uno ni tan siquiera ve el samsara, mucho menos podría desagradarle. Cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno no ve ni aflicciones que haya que abandonar, ni méritos que hayan de ser acumulados. La propia mente de cada uno ni crece ni decrece con respecto a todos los dharmas. ¿Por qué no? Uno ve que no hay ni crecimiento ni decrecimiento en el reino del dharma. Honrado por Todo el Mundo, entrenarse de esta forma es llamado la Perfección de la Sabiduría. Honrado por Todo el Mundo, ver que no hay ni nacimiento ni muerte en los dharmas es cultivar la Perfección de la Sabiduría. Honrado por Todo el Mundo, uno no ve nada ni hermoso ni feo, ni alto ni bajo, ni nada a qué aferrarse o abandonar. ¿Por qué? Los dharmas no son ni bonitos ni feos, porque están libres de las apariencias. Los dharmas no son ni altos ni bajos, porque son iguales en la naturaleza del dharma( dharmadhatu). Los dharmas están más allá del ser aprehendidos o abandonados, porque permanecen en la verdadera realidad. Esta es la forma de cultivar la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Es el Dharma del Buda magnífico?”
Mañjushri replicó: “No veo ninguna apariencia magnífica en los dharmas. Puede ser verificado, a través de la propia realización de los Tathagatas, que todos los dharmas son vacíos”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Indudable, indudable, el Tathagata ha obtenido la Perfecta Iluminación a través de  la realización de la vacuidad de todos los dharmas”.
Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, en el dharma de la vacuidad, ¿hay algo majestuoso que pueda ser aprehendido?”
El Buda dijo: “¡Muy bien, muy bien! Mañjushri, lo que tú dices ¡es el verdadero Dharma!”
El Buda le preguntó a continuación: “¿Es llamado Insuperable el Dharma del Buda?”
Mañjushri respondió: “Como el Buda dice, el Dharma del Buda es llamado Insuperable. ¿Por qué? Ese no dharma que puede ser aprehendido, es llamado Insuperable. Uno que cultiva la Perfección de la Sabiduría de esta forma, es llamado un Vaso del Dharma (que es utilizado para coger cosas). No viendo dharmas que puedan transformar a los seres ordinarios, no viendo el Dharma del Buda, y no viendo incrementarse los dharmas, se está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Además, Honrado por Todo el Mundo, mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ningún dharma que pueda ser diferenciado o contemplado”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿No contemplas el Dharma del Buda?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, en mi contemplación no veo el Dharma del Buda. Ni diferencio dharmas en los seres ordinarios, en los Oyentes, ni en los Pratyekabuddhas. Por lo tanto, es llamado el Insuperable Dharma del Buda. Además, como uno cultiva la Perfección de la Sabiduría no viendo ni las apariencias de los seres ordinarios, ni las apariencias del Dharma del Buda, ni las definitivas apariencias de los dharmas, está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve el reino del deseo, ni el reino de la forma, ni el reino de la no forma, ni el reino del nirvana. ¿Por qué no? No viendo los dharmas con la apariencia de la extinción, se está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ni a uno siendo gentil, ni a otro demandando amabilidad. El contemplar las apariencias de objeto y de sujeto sin diferenciación, es cultivar la Perfección de la Sabiduría. Cuando uno cultiva la Perfección de la Sabiduría, el no ver el Dharma del Buda que ha de ser adoptado, ni el dharma de los seres ordinarios que ha de ser abandonado, es estar cultivando la Perfección de la Sabiduría. Conforme uno practica la Perfección de la Sabiduría no viendo finalizar el dharma de los seres mundanos, ni realizar el Dharma del Buda, aún cuando estén dirigiéndose hacia esa realización, eso es cultivar la Perfección de la Sabiduría”.
Entonces el Buda alabó a Mañjushri: “¡Muy bien, muy bien! Tu puedes describir tan bien las apariencias de la profunda Perfección de la Sabiduría, la cual es el Sello del Dharma, que los Bodhisattvas, los Grandes Seres, están aprendiendo. Incluso los Oyentes, entre los cuales algunos aún están aprendiendo y otros no  tienen nada más que aprender, y también los Pratyekabuddhas, deberían de entrenarse para lograr el fruto de la iluminación, sin separarse de este Sello del Dharma”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Si aquellos que han oído este Dharma no están escandalizados o aterrorizados, tienen que haber plantado ya sus raíces de iluminación, no solo bajo miles de Budas, sino incluso bajo miles de millones de Budas. Entonces son capaces de no estar escandalizados o aterrorizados por esta profunda Perfección de la Sabiduría”
Mañjushri le dijo al Buda: “Ahora continuaré explicando el significado de la Perfección de la Sabiduría”
El Buda le dijo: “Habla entonces”
Mañjushri dijo: “Honrado por Todo el Mundo, mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no debería de ver si se permanece en un dharma, ni debiera de ver si un objeto posee una apariencia que pueda ser motivo de apego o de abandono. ¿Por qué no? Los Tathagatas no ven los dharmas con la apariencia de objetos. Ni siquiera ven los estados de los Budas, por no mencionar los estados de los Oyentes, de los Pratyekabuddhas, o de los seres ordinarios. Uno no debiera de apegarse a las apariencias, sean concebibles o inconcebibles. No viendo diferentes apariencias de dharmas, uno realizará, en sí mismo, el inconcebible dharma de la vacuidad. Todos los Bodhisattvas que se entrenan de esta forma, tienen que haber hecho ofrendas a innumerables millones de millones de Budas, ante quienes tienen que haber plantado sus semillas de virtud. Consecuentemente, son capaces de no escandalizarse  o aterrorizarse por esta profunda Perfección de la Sabiduría. Además, puesto que uno cultiva la Perfección de la Sabiduría, no viendo ni atadura ni liberación, ni haciendo distinciones entre los seres ordinarios, o entre los Tres Vehículos, está cultivando la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿A cuántos Budas les has hecho tú ofrendas?”
Mañjushri replicó: “Los Budas y yo, tenemos una apariencia ilusoria, en la que no somos ni receptores, ni donantes”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Moras ahora en el Vehículo del Buda?”
Mañjushri respondió: “No veo ni un solo dharma en mi contemplación, ¿cómo podría morar en el Vehículo del Buda?”
El Buda preguntó: “Mañjushri, ¿has realizado el Vehículo del Buda?”
Mañjushri replicó: “El Vehículo del Buda es solo un nombre, que no puede ser aprehendido o visto, ¿cómo podría realizarlo?”
El Buda preguntó: “Mañjushri. ¿has realizado el ilimitado conocimiento de la sabiduría?”
Mañjushri respondió: “Yo soy lo ilimitado. ¿Cómo puede lo ilimitado realizar lo ilimitado?”
El Buda le preguntó: “¿Te sentaste en el asiento de la iluminación? (bodhimanda)”
Mañjushri contestó: “Ninguno de los Tathagatas se sienta en un bodhimanda; ¿cómo debiera, yo solo, sentarme en el asiento de la iluminación? Actualmente, yo veo que los dharmas moran en la verdadera realidad”
El Buda preguntó: “¿Qué es llamado la verdadera realidad?”
Mañjushri respondió: “La visión de que uno tiene un yo, es la verdadera realidad”
El Buda preguntó: “¿Por qué la visión de que uno tiene un yo, es la verdadera realidad?”
Mañjushri contestó: “Tomar esta visión como una apariencia del verdadero Sí Mismo, el cual no es ni real ni irreal, ni viene ni va, ni es un yo ni un no yo, es llamado verdadera realidad”
Shariputra le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo,  aquellos que pueden llegar a una comprensión definitiva de este significado, son llamados Bodhisattvas. ¿Por qué? Porque ellos han aprendido las apariencias de tan profunda Perfección de la Sabiduría; y sus mentes no están escandalizadas ni aterrorizadas, ni confusas, ni arrepentidas”
El Bodhisattva Maitreya le dijo al Buda:”Honrado por Todo el Mundo, aquellos que han aprendido todas las apariencias del dharma de la Perfección de la Sabiduría, están cerca del asiento de un Buda. ¿Por qué? Los Tathagatas son siempre conscientes de estas apariencias de los dharmas”.
El Bodhisattva Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, si aquellos que han escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, pueden no estar escandalizados, no estar aterrorizados, ni confusos, ni arrepentidos. ¿Por qué no? Los dharmas nunca han tenido ninguna apariencia”.
El Buda le dijo a Shariputra: “Si los buenos hombres y las buenas mujeres, tras haber escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, pueden llegar a generar la determinación en sus mentes, y no se escandalizan, ni se aterrorizan, ni se confunden, ni se arrepienten, sabed que ellos entrarán en el Nivel (Bhumi) de la Irreversibilidad. Si aquellos que han escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, no se escandalizan, ni se aterrorizan, ni se confunden, y no se arrepienten; sino que lo creyeron, aceptaron, lo apreciaron, y lo escucharon infatigablemente, ellos en efecto han completado la Perfección de la Generosidad (Dana-paramita), la Perfección de la Ética (Sila-paramita), la Perfección de la Paciencia (Ksanti-paramita), la Perfección del Esfuerzo (Virya-paramita), la Perfección de la Concentración (Dhyana-paramita) y la Perfección de la Sabiduría (Prajna-paramita). Además pueden revelar y explicar las enseñanzas a otros, y pueden entrenarlos de forma adecuada”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “En tu opinión, ¿qué se quiere decir por lograr la Insuperable y Perfecta Iluminación?”.
Mañjushri replicó: “Yo no tengo una Insuperable y Perfecta Iluminación que lograr, ni permanezco en el Vehículo del Buda. Entonces, ¿cómo podría alcanzar la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación? Lo que yo describo es tan solo la apariencia de la Iluminación”.
Entonces, el Buda alabó a Mañjushri: “Muy bien, muy bien. Tú has explicado magistralmente el significado de este profundo Dharma. Tú plantaste tus anteriores raíces de virtud bajo anteriores Budas, entrenándote con pureza en la forma de vida de Brahma, de acuerdo al dharma de la no apariencia”
Mañjushri replicó: “Si uno ve apariencias, entonces puede hablar de no apariencias. Ahora, yo no veo ni apariencias, ni no apariencias. ¿Cómo se me puede decir que me entrene en la vida de Brahma, de acuerdo al dharma de la no apariencia?”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Tú ves los preceptos de los Oyentes?”
Mañjushri respondió: “Si. Los veo”
El Buda preguntó: “¿Cómo los ves?”
Mañjushri respondió: “Yo no sostengo la visión de los seres ordinarios, la visión de los seres santos, la visión de aquellos que aún están aprendiendo, o la visión de aquellos que no tienen más que aprender. Ni sostengo la gran visión, ni la visión pequeña, la visión que ha de ser superada, la visión que no ha de ser superada. Yo no sostengo ni una visión, ni la visión opuesta”
Shariputra le dijo a Mañjushri: “Esta es la forma en la que ves el Vehículo de los Oyentes, ¿cómo ves el Vehículo del Buda?”
Mañjushri dijo: “Yo no veo el dharma de la iluminación. Ni veo a nadie entrenándose para la iluminación, o para alcanzar la iluminación”
Shariputra preguntó a Mañjushri: “¿Qué es llamado Buda? ¿Cómo observa uno a un Buda?”
Mañjushri replicó: “¿Qué es el yo?”
Shariputra contestó: “El yo es tan solo un nombre, y la apariencia de un nombre es vacía”
Mañjushri dijo: “Indudablemente, indudablemente. De la misma forma en la que el yo es tan solo un nombre, también Buda es solo un nombre. Realizar la vacuidad de un nombre es la iluminación. Uno debería de buscar la iluminación sin utilizar nombres. La apariencia de la iluminación está libre de palabras. ¿Por qué? Las palabras y la iluminación, ambas, son vacías.
Además, Shariputra, tú me preguntaste qué es llamado Buda, y cómo debiera uno de observar a un Buda. De la misma forma en la que uno observa la realidad del propio cuerpo, uno observa a un Buda, de esa misma forma. Solo el sabio puede entender lo que es llamado estar observando a un Buda”
Entonces Shariputra le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, la Perfección de la Sabiduría, tal y como ha sido expresada por Mañjushri, no es comprensible o cognoscible para los Bodhisattvas en ciernes”
Mañjushri le dijo: “No solo los Bodhisattvas en ciernes son incapaces de conocerlo, sino que incluso quienes están en los Dos Vehículos, y que han logrado el estado de Arhat o de Pratyekabuddha, son incapaces de entenderlo y de conocerlo. Nadie puede conocer el Dharma expuesto de esta forma. ¿Por qué no? La apariencia de la iluminación no puede ser concebida a través de dharmas tales como la visión, la audición, la aprehensión, el pensamiento, el hablar, o el escuchar. La iluminación es vacía y silente en naturaleza y apariencia; sin nacimiento, ni muerte, sin logro, sin conocimiento, sin forma, ni substancia. ¿Cómo puede haber entonces un sujeto que logre la iluminación?”
Shariputra le preguntó a Mañjushri: “¿No ha logrado el Buda, en el reino del dharma (Dharmakaya), la Insuperable y Perfecta Iluminación?”
Mañjushri contestó: “No, Shariputra. ¿Por qué no? El Honrado por Todo el Mundo es el Dharmakaya. Verificar el reino del dharma por medio del reino del dharma, sería una contradicción. Shariputra, la apariencia del reino del dharma es la iluminación. ¿Por qué? En el reino del dharma, los seres sintientes no tienen apariencias, porque todos los dharmas son vacíos. La vacuidad de todos los dharmas, es la iluminación, la cual no es dual, y está libre de diferenciación. Shariputra, sin diferenciación, no hay conocedor. Sin un conocedor, no hay palabras. Sin palabras, no hay ni existencia, ni no existencia; ni conocimiento, ni no conocimiento. Esto es cierto para todos los dharmas. ¿Por qué? Los dharmas no pueden ser identificados por lugares, lo que implicaría una naturaleza concreta. Por ejemplo, la apariencia pecaminosa de las cinco acciones rebeldes, es inadmisible. ¿Por qué? Porque la verdadera realidad de los dharmas es indestructible. Por lo tanto, la falta por haber cometido uno de los cinco actos rebeldes carece de existencia propia. La verdadera realidad no es ni el nacer en el cielo, ni el caer en el infierno, ni hace entrar en el nirvana. ¿Por qué no? Todas las condiciones kármicas permanecen en la verdadera realidad, la cual ni va, ni viene; ni es causa, ni efecto. ¿Por qué? El Dharmakaya no tiene un límite, ni un frente o una espalda. Por lo tanto, Shariputra, en la verdadera realidad, los seres entrenados espiritualmente puros, no entran en el nirvana, y los monjes con graves faltas, no caen en el infierno. Ellos no tienen ni mérito, ni falta de mérito por sus ofrendas; ni están finalizando, ni no finalizando sus aflicciones. ¿Por qué no? Porque todos los dharmas están establecidos en la igualdad, en la vacuidad”
Shariputra preguntó: “¿Qué es llamado la inamovible resistencia en la realización del no nacimiento de los dharmas?”.
Mañjushri respondió: “El no ver la aparición del nacimiento o muerte en incluso un átomo de dharma, es llamado la inamovible resistencia en la realización del no nacimiento de los dharmas”
Shariputra preguntó: “¿Quién es llamado un monje que no ha de superar?”
Mañjushri contestó: “Un Arhat, el cual no tiene más aflicciones que pagar, es quien no ha de superar. ¿Por qué? Todas sus aflicciones han sido erradicadas, y con nada que superar, es llamado el que no tiene que superar. Aquellos que tienen acciones mentales falibles, son llamados seres ordinarios. ¿Por qué? Los seres ordinarios no actúan de acuerdo con el reino del dharma y, por tanto, son llamados los falibles.
Shariputra dijo: “Muy bien, muy bien. Ahora me has explicado bien lo que es un Arhat, el cual ha terminado con sus aflicciones, y ha pagado sus deudas kármicas.”
Mañjushri dijo: “Sin duda, sin duda. Yo soy un verdadero Arhat, que ha finalizado sus aflicciones. ¿Por qué? Yo he aniquilado el deseo por el Vehículo de los Oyentes, y el deseo por el Vehículo de los Pratyekabuddhas. Por esta razón, yo soy llamado un Arhat, el cual ha terminado sus aflicciones.
El Buda le preguntó a Mañjushri:” Cuando un Bodhisattva se sienta en el lugar de la iluminación, ¿logra la Insuperable y Perfecta Iluminación?”
Mañjushri respondió: “Cuando un Bodhisattva se sienta en el asiento de la iluminación, no logra la Insuperable y Perfecta Iluminación. ¿Por qué no? La apariencia de la iluminación es el verdadero Sí Mismo. No encontrando ni una mota de dharma que aprehender, es llamado la Insuperable y Perfecta Iluminación. Puesto que la iluminación carece de apariencia, ¿quién puede sentarse, y quién puede levantarse? Por esta razón, yo no veo ni a un Bodhisattva sentado en el lugar de la iluminación, ni a nadie realizando la Insuperable y Perfecta Iluminación.
Honrado por Todo el Mundo, la iluminación es los cinco actos rebeldes, y los cinco actos rebeldes, en su verdadera naturaleza, son la iluminación. ¿Por qué? La Iluminación y los cinco actos rebeldes, en su verdadera realidad, están libres de dualidad porque no hay aprendizaje o aprendiz; ni percepción, ni perceptor; ni conocimiento, ni conocedor; ni diferenciación, ni diferenciador. Estas apariencias son llamadas iluminación. Del mismo modo, uno debería de ver las apariencias de los cinco actos rebeldes. Si hubiera algunos que dijeran que ven la Iluminación, y que la han logrado, deberíamos de saber que son gente con exceso de arrogancia.
El Honrado por Todo el Mundo preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que yo soy el Que Así ha Ido, y que se dirigen a mí llamándome  el Tathagata?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, yo no diría que el Tathagata es el que Así ha Ido. El Sí Mismo no tiene una apariencia que pueda ser llamada Sí Mismo. Ni hay una sabiduría del Tathagata que pueda conocer el Sí Mismo. ¿Por qué no? El Tathagata y su sabiduría, están libres de la dualidad. Puesto que la vacuidad es el Tathagata, el cual es solo un nombre, ¿qué podría decir que es el Tathagata?
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Dudas del Tathagata?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, no tengo duda porque, en mi observación, el Tathagata, sin nacimiento ni muerte, no tiene una naturaleza concreta”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que el Tathagata ha aparecido en el mundo?”
Mañjushri replicó: “Si el Tathagata apareciera en el mundo, todo el reino del dharma debiera de aparecer también”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que los Budas, tan numerosos como las arenas del rio Ganges, han entrado en el Paranirvana?”
Mañjushri respondió: “Los Budas tienen la apariencia, la inconcebible apariencia”
El Buda estuvo de acuerdo con Mañjushri: “Sin duda, sin duda. Los Budas tienen una apariencia, la inconcebible apariencia”
Mañjushri le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿está el Buda ahora morando en este mundo?”
El Buda contestó: “Indudablemente, indudablemente”
Mañjushri dijo: “Si el Buda estuviera morando en este mundo, entonces Budas tan numerosos como las arenas del Ganges, también estarían morando en sus mundos. ¿Por qué? Todos los Budas tienen la misma única apariencia, la inconcebible apariencia. La inconcebible apariencia no tiene ni nacimiento, ni muerte. Si los Budas futuros fueran a aparecer en sus mundos, entonces todos los Budas del pasado, presente y futuro, también tendrían que aparecer en sus mundos. ¿Por qué? En lo que es inconcebible, no hay apariencia de pasado, presente o futuro. Sin embargo, los seres sintientes están atados a sus percepciones, y dicen que hay Budas que aparecen en el mundo, y Budas que entran en el nirvana”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Esta es la comprensión de los Tathagatas, Arhats y Bodhisattvas en el nivel de No Regreso (Avinivartaniya) ¿Por qué? Estos tres tipos de seres, habiendo escuchado el profundo Dharma, son capaces de no criticarlo ni alabarlo”
Mañjushri se mostró de acuerdo con el Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿quién podría criticar, y quién podría alabar el inconcebible Dharma?”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Los Tathagatas son inconcebibles, y los seres ordinarios son inconcebibles”
Mañjushri le preguntó: “¿Los seres ordinarios también son inconcebibles?”
El Buda respondió: “También ellos son inconcebibles. ¿Por qué? Todas las apariencias mentales son inconcebibles”
Mañjushri dijo: “Si Tú dices que los Tathagatas son inconcebibles, y que los seres ordinarios son también inconcebibles, entonces los innumerables Budas lo único que hacen es cansarse en su búsqueda del nirvana. ¿Por qué? Los inconcebibles dharmas, son el nirvana; en el que no hay diferencia. Tal condición de inconcebible de los seres ordinarios y de los Budas, solo pueden ser entendidos por los hombres y las mujeres buenos, que han desarrollado grandes raíces de virtud, y que permanecen cerca beneficiando a los amigos con conocimiento”
El Buda le preguntó a Mañjushri: ¿Quieres que el Tathagata sea el supremo entre los seres sintientes?       
Mañjushri respondió: “Yo quiero que el Tathagata sea el más destacado entre los seres sintientes. Sin embargo, las apariencias de los seres sintientes no pueden ser aprehendidas”
El Buda preguntó: “¿Quieres que el Tathagata obtenga el inconcebible dharma?”
Mañjushri respondió: “Yo quiero que el Tathagata adquiera el inconcebible dharma, sin tomarlo como un  dharma de permanencia”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Quieres que el Tathagata exponga el Dharma, y lo enseñe, y transforme a los seres sintientes?”
Mañjushri contestó: “Yo quiero que el Tathagata exponga el Dharma, y lo enseñe, y transforme a los seres sintientes. Sin embargo, ni el que habla, ni quien escucha, pueden ser aprehendidos. ¿Por qué no? Porque moran en el reino del Dharma. Los seres sintientes, en el reino del dharma, carecen de apariencias diferenciadas.”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Quieres que el Tathagata sea el insuperable campo de la fortuna?”
Mañjushri respondió: “El Tathagata, con la apariencia de la inagotabilidad, es el inagotable campo de la fortuna. La apariencia de la inagotabilidad es el insuperable campo de la fortuna. Porque el Tathagata no es ni un campo de la fortuna, ni un campo desafortunado, El es llamado el campo de la fortuna. Porque El no tiene apariencias, tales como luz u oscuridad, nacimiento o muerte, El es llamado el campo de la fortuna. Si uno puede entender las apariencias del campo de la fortuna, las semillas de virtud que uno planta profundamente, ni crecerán ni menguaran.”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Por qué las semillas plantadas, ni crecen ni disminuyen?”
Mañjushri respondió: “Las apariencias del campo de la fortuna son inconcebibles. Cultivar méritos en el campo, de acuerdo al Dharma, también es inconcebible. Plantar las semillas de esta forma, es llamado no incrementar ni decrecer, y es también el insuperable, espléndido campo de la fortuna”
Entonces, por la virtud del poder espiritual del Buda, la gran tierra tembló de seis formas diferentes, manifestando las apariencias de la impermanencia. Dieciséis mil personas lograron la resistencia en la Realización del no Nacimiento de los Dharmas. Además, 700 monjes, 3000 laicos, 40000 laicas, y 60 millones de dioses de los seis cielos del mundo del deseo, en medio de los dharmas, agotaron sus impurezas, y adquirieron el Ojo del Dharma.

Fin de la primera parte del Sutra

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.





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