Monjes,
una vez que el bodhisatva hubo destruido a sus oponentes demoníacos, vencido a
sus enemigos, triunfado en la batalla cara a cara, y elevado por lo alto los
parasoles, las banderas, y los estandartes de la victoria, él se estableció en
el primer nivel de concentración meditativa. Ese estado meditativo está libre
de deseos, libre de los factores mentales conectados con aquello que es no
virtuoso, acompañado por pensamiento y análisis, e imbuido de la alegría y el
placer que nacen del discernimiento.
Cuando
abandonó el pensamiento y el análisis, su concentración purificada se convirtió
en una sola corriente. A través de esto él se estableció en el segundo nivel de
concentración, el cual está libre de pensamiento y análisis, y que está imbuido
con la alegría y el placer nacido de la absorción meditativa.
A través
del desapego hacia la alegría, él permaneció imparcial manteniendo la atención
mental y la introspección, y experimentó placer físico. El se estableció así en
el tercer nivel de concentración, el cual no está conectado con la alegría. Los
seres nobles llaman a esta persona el “ecuánime que mora [344] en el placer que
está imbuido con atención mental”.
A través
de abandonar el placer en ese momento, y habiendo abandonado las sensaciones de
placer y dolor del pasado, fueron abandonados el placer mental y el desagrado.
Así, él se estableció en el cuarto nivel de meditación, el cual es la
ecuanimidad y atención mental completamente pura, que no está conectado con el
placer o el dolor.
Mientras
la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y limpiada,
libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable, e
inamovible-en la primera parte de la noche preparó bien la mente, y la dirigió
cuidadosamente para dar lugar a la
sabiduría que proviene del ojo divino.
Con su ojo divino perfectamente puro, el cual supera de lejos al ojo humano, el
bodhisatva vio a los seres naciendo y muriendo. Vio a aquellos con buenos
nacimientos, a aquellos con malos nacimientos, a quienes transitaban por buenos
senderos, a quienes marchaban por malos senderos, a los bajos y a los
exaltados, cada uno de ellos procediendo de acuerdo a las acciones realizadas
previamente. El entendió esto perfectamente: “¡Ay! Verdaderamente estos seres
reciben el fruto de sus acciones. Los seres se involucran en acciones negativas
de cuerpo, habla, y mente; albergando visiones erróneas, ellos injurian a los
seres nobles. Puesto que se involucran en acciones asociadas con las visiones
erróneas, una vez que sus cuerpos se colapsan y mueren, ellos caen en las malas
migraciones y renacen entre los seres infernales. Sin embargo, otros seres se
involucran en acciones positivas de cuerpo, habla, y mente; albergando visiones
correctas, respetan a los seres nobles. Puesto que ellos se involucran en
acciones asociadas con la visión
correcta, una vez que sus cuerpos se colapsan y mueren, renacen en existencias
felices entre humanos y dioses.”
De esta
manera, con su ojo divino perfectamente puro, que sobrepasa de lejos al ojo
humano, el bodhisatva vio a los seres naciendo y muriendo, en toda su belleza y
fealdad, en circunstancias favorables y desfavorables, degenerando y avanzando
respectivamente, recibiendo de forma precisa de acuerdo a sus acciones previas.
Monjes,
así fue como el bodhisatva, en la primera parte de la noche, eliminó la
oscuridad, y generó conocimiento directo y claridad. [345]
Entonces,
mientras la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y
limpiada, libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable,
e inamovible-en la parte media de la noche preparó bien la mente, y la dirigió
cuidadosamente para dar lugar a la
sabiduría que recuerda las vidas pasadas. De esta forma, él recordó sus vidas
pasadas y las de otros seres, comenzando con una, dos, tres, cuatro, cinco
vidas; y entonces diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta vidas; y entonces
cien vidas, mil vidas, cien mil vidas; y entonces muchos cientos de miles de
vidas, diez millones de vidas, un billón de vidas, diez billones de vidas, un
trillón de vidas, y un cuatrillón de vidas; y entonces varios billones, varias
decenas de billones, varios trillones, y varios cuatrillones de vidas; hasta
todas las existentes en un eón de destrucción, en un eón de formación, en un
eón de destrucción y formación, en varios eones de destrucción y formación. El
recordó sus propias vidas, y las de los demás, con gran detalle; y pensó: “En
ese lugar yo tuve este nombre, este apellido, esta familia, esta casta, yo comí
esto y esto, esta fue la duración de mi vida, permanecí aquí durante este
tiempo, experimenté estas clases de placer y dolor. Después de morir aquí,
renací allí; después de fallecer allí, renací aquí.”
Entonces,
mientras la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y
limpiada, libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable,
e inamovible-en la parte final de la noche, justo a la llegada del alba,
precisamente en el periodo de la noche en la que se golpea el tambor de la
mañana, el bodhisatva preparó bien su mente y la dirigió cuidadosamente para
dar lugar a la sabiduría que pone fin al sufrimiento y su origen, y que realiza
la visión profunda que agota las impurezas.
Entonces
él pensó: [346] “¡Cuán miserable es este mundo! Está angustiado por el
nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, el cambio de existencia, y el
renacimiento; pero no sabe como escapar de este ciclo, de esta gran masa de
sufrimiento que está caracterizado principalmente por la vejez, la enfermedad,
y la muerte.”
Entonces
el bodhisatva continuó pensando: “¿Cuál es el requisito previo para que tenga
lugar la vejez y la muerte? ¿Y cuál es la condición causal de la vejez y la
muerte?”
Entonces a
su mente llegó: “Puesto que existe el nacimiento, tiene lugar la vejez y la
muerte. El nacimiento es la condición causal de la vejez y la muerte.”
Entonces
el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que tenga lugar el
nacimiento? ¿Cuál es la condición causal del nacimiento?”
Entonces a
su mente llegó: “Puesto que existe el devenir de la existencia, tiene lugar el
nacimiento. La existencia es la condición causal del nacimiento.”
Entonces
el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para el surgir del
devenir de la existencia? ¿Cuál es la condición causal del devenir de la
existencia?”
Entonces a
su mente llegó: “El devenir de la existencia sobreviene cuando hay
aferramiento. El aferramiento es la condición causal del devenir de la
existencia.”
Entonces
el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para que se dé el
aferramiento? ¿Cuál es la condición causal del aferramiento?”
Entonces a
su mente llegó: “El aferramiento sobreviene cuando hay ansia. El ansia es la
condición causal del aferramiento.”
Entonces
el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista el ansia?
¿Cuál es la condición causal del ansia?”
Entonces a
su mente llegó: “El ansia sobreviene cuando hay sensación. La sensación es la
condición causal del ansia.”
Entonces
el bodhisatva se preguntó. “¿Cuál es el requisito previo para que exista la
sensación? ¿Cuál es la condición causal de la sensación?”
Entonces a
su mente llegó: “La sensación sobreviene cuando hay contacto. El contacto es la
condición causal de la sensación.” [347]
Entonces
el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista el contacto?
¿Cuál es la condición causal del contacto?”
Entonces a
su mente llegó: “El contacto sobreviene cuando están presentes los seis
sentidos. Los seis sentidos son la condición causal del contacto.”
Entonces
el bodhisatva se preguntó: ¿Cuál es el requisito previo para que existan los
seis sentidos? ¿Cuál es la condición causal de los seis sentidos?”
Entonces a
su mente llegó: “Los seis sentidos surgen cuando existe nombre y forma. Nombre
y forma son la condición causal de los seis sentidos.”
Entonces
el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que existan nombre y
forma? ¿Cuál es la condición causal de nombre y forma?”
Entonces a
su mente llegó. “Nombre y forma surgen cuando existe consciencia. La
consciencia es la condición causal de nombre y forma.”
Entonces
el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista la
consciencia? Cuál es la condición causal de la consciencia?”
Entonces a
su mente llegó: “La consciencia existe cuando hay formaciones kármicas. Las
formaciones kármicas son la condición causal de la consciencia.”
Entonces
el bodhisatva reflexionó: “¿Cuál es el requisito previo para que existan las
formaciones kármicas? ¿Cuál es la condición causal de las formaciones
kármicas?”
Entonces a
su mente llegó: “Las formaciones kármicas existen cuando hay ignorancia. La ignorancia
es la condición causal de las formaciones kármicas.”
Monjes,
entonces a la mente del bodhisatva llegó este pensamiento: “La ignorancia provee
de la condición causal para qué surjan
las formaciones kármicas. Las formaciones kármicas proveen de la condición causal para que surja
la consciencia. La consciencia provee de la condición causal para que surjan
nombre y forma. Nombre y forma proveen de la condición causal para que surjan
los seis sentidos. Los seis sentidos proveen de la condición causal para que
surja el contacto. El contacto provee de la condición causal para que surja la
sensación. La sensación provee de la condición causal para que surja el ansia.
El ansia provee de la condición causal para que surja el aferramiento. El
aferramiento provee de la condición causal para que surja el devenir de la
existencia. El devenir de la existencia provee de la condición causal para que
surja el nacimiento. El nacimiento provee de la condición causal para que surja
la vejez y la muerte, la lamentación, la pena, la desesperación, y el tormento.
Así es como llega a existir esta gran masa de sufrimiento.” [348]
Monjes, a
través de reflexionar y meditar sobre estos factores-los cuales nunca habían
sido oídos antes-amanecieron allí en la sabiduría, visión, conocimiento,
inteligencia, prudencia, y visión profunda del bodhisatva; y comenzó a brillar
una luz.
Entonces
el bodhisatva pensó: “¿Qué tiene que estar ausente para que no se produzca la
vejez y la muerte? ¿Qué ha de ser eliminado para que no haya vejez y muerte?”
Entonces a
su mente llegó: “Cuando no hay nacimiento, no existe la vejez y la muerte. La
vejez y la muerte se evitan si no hay nacimiento.”
Entonces
el bodhisatva reflexionó: “¿Qué tiene que estar ausente para que no se produzca
el nacimiento? ¿Qué ha de ser eliminado para que no haya nacimiento?”
Entonces a
su mente llegó: “Cuando no hay devenir de la existencia, no existe el
nacimiento. El nacimiento se evita si no se da el devenir de la existencia.”
Entonces
el bodhisatva consideró: “¿Qué tiene que estar ausente para evitarlo todo,
hasta llegar a impedir que se manifiesten las formaciones kármicas? ¿Qué tiene
que ser eliminado para que no se den las formaciones kármicas?”
Entonces a
su mente llegó: “Cuando no hay ignorancia, las formaciones kármicas no
aparecen. Eliminando la ignorancia, se da el final de las formaciones kármicas.
Eliminando las formaciones kármicas, no surge la consciencia, y siguiendo así,
hasta que no surge el nacimiento; poniendo así fin a la vejez y la muerte, la
angustia, la lamentación, la pena, la desesperación, y el tormento. Así es como
se pone fin a toda esta gran masa de sufrimiento.”
Monjes, en
esa ocasión yo entendí exactamente cuatro verdades. Yo comprendí, que: 1) lo
impuro es sufrimiento; 2) cuál es la causa de lo impuro; 3) cómo lo impuro es
llevado a su cese; y 4) el sendero que lleva al cese de lo impuro. Yo comprendí
de forma exacta la impureza del deseo, la impureza del apego, la impureza de la
ignorancia, y la impureza de las creencias. Yo comprendí exactamente dónde
llegan a un fin estas impurezas dejando un residuo; [349] y dónde exactamente estas impurezas llegan a
desvanecerse y desaparecer sin dejar ningún residuo.
Yo
comprendí exactamente la naturaleza de la ignorancia, la fuente de la
ignorancia, el cese de la ignorancia, y el sendero que lleva al cese de la
ignorancia. Yo comprendí dónde exactamente toda ignorancia, sin excepción, se
desvanece y desaparece. Y además yo comprendí exactamente la naturaleza de las
formaciones kármicas, la fuente de las formaciones kármicas, el cese de las
formaciones kármicas, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí
exactamente la naturaleza de la consciencia, la fuente de la consciencia, el
cese de la consciencia, y el sendero que lleva a su cese.
Yo
comprendí exactamente la naturaleza de nombre y forma, la fuente del nombre y
forma, el cese del nombre y forma, y el sendero que lleva a su cese. Yo
comprendí exactamente la naturaleza de los seis sentidos, la fuente de los seis
sentidos, el cese de los seis sentidos, y el sendero que lleva a su cese.
Yo
comprendí exactamente la naturaleza del contacto, la fuente del contacto, el
cese del contacto, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente
la naturaleza de la sensación, la fuente de la sensación, el cese de la
sensación, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la
naturaleza del ansia, la fuente del ansia, el cese del ansia, y el sendero que
lleva a su cese.
Yo
comprendí exactamente la naturaleza del aferramiento, la fuente del aferramiento,
el cese del aferramiento, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí
exactamente la naturaleza del devenir de la existencia, la fuente del devenir
de la existencia, el cese de la naturaleza del devenir de la existencia, y el
sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza del
nacimiento, la fuente del nacimiento, el cese del nacimiento, y el sendero que
lleva a su cese.
Yo
comprendí exactamente la naturaleza de la vejez, la fuente de la vejez, el cese
de la vejez, y el sendero que lleva a su cese. [350] Yo comprendí exactamente
la naturaleza de la muerte, la fuente de la muerte, el cese de la muerte, y el
sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente como esta gran masa de
puro sufrimiento, con su angustia, lamentación, pena, desesperación, y tormento
llega a existir, y como cesa. Yo comprendí exactamente la naturaleza del
sufrimiento, la fuente del sufrimiento, el cese del sufrimiento, y el sendero
que lleva a su cese.
Así que,
monjes, completamente seguro, durante la etapa final de la noche, justo al
rayar el alba, en la hora en la que se golpea el tambor de la mañana, el
bodhisatva-el ser, el ser bueno, el ser supremo, el gran ser, el buey entre los
hombres, el elefante entre los hombres, el león entre los hombres, el toro
entre los hombres, el héroe entre los hombres, el campeón entre los hombres, el
adepto entre los hombres, el loto entre los hombres, el loto blanco entre los
hombres, la suprema bestia de carga entre los hombres, el auriga insuperable
entre los hombres-alcanzó la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación,
consiguiendo los tres conocimientos. Él lo hizo
a través del conocimiento que consiste de la visión profunda enfocada en
todo lo que puede ser conocido, entendido, alcanzado, realizado, y obtenido a
través de la sabiduría de los seres nobles.
Monjes,
entonces los hijos de los dioses dijeron: “¡Amigos, esparzamos flores! ¡El
Bhagavan ha alcanzado la Perfecta Iluminación!”
Pero
justamente entonces, algunos hijos de los dioses que habían visto a los Budas
del pasado, vinieron juntos, y dijeron a los otros: “Amigos, puesto que los
Budas Perfectos y Completos del pasado, todos ellos, produjeron y manifestaron
un signo, no arrojéis las flores hasta que el Bhagavan haya mostrado un signo.”
Monjes,
entonces el Tathagata supo que los hijos de los dioses dudaban, así que
ascendió hacia el cielo hasta llegar a la altura de siete palmeras, y mientras
permanecía sentado allí pronunció esta estrofa de júbilo:
“El
sendero ha sido interrumpido; [351]
Las
impurezas se han agotado.
Las
efusiones se han secado, y ya no fluirán más;
El
sendero, ahora finalizado, ya no volverá a ser transitado.
¡Esto
es llamado el fin del sufrimiento!”
Entonces
los hijos de los dioses rociaron al Tathagata con flores celestiales, llegando
estas hasta sus rodillas.
Monjes,
cuando el Tathagata alcanzó el despertar de esta manera, una espesa oscuridad
fue disipada, el ansia fue purificado, las creencias fueron erradicadas, las
emociones aflictivas fueron dañadas, las disidencias fueron eliminadas, el nudo
fue desatado, la bandera del orgullo fue arriada, la bandera de lo correcto fue
izada, las latencias fueron erradicadas, la Talidad de los fenómenos fue
conocida, lo absoluto fue comprendido, el reino de los fenómenos fue
comprendido, la naturaleza de los seres fue determinada, aquellos orientados
hacia la realidad fueron aprobados, aquellos orientados hacia lo erróneo fueron
reprobados, los indeterminados fueron aceptados, las facultades de todos los
seres fueron vistas en toda su variedad, la conducta de los seres fueron
comprendidas, la cura para las enfermedades de los seres fue conocida, y fue
empleado el brebaje medicinal de la inmortalidad. El se convirtió en el rey de
los médicos, quien liberará a todos los seres del sufrimiento y los establecerá
en el gozo del nirvana; el tomó su asiento en el magnífico trono real de los
Tathagatas, la esencia de los Tathagatas. El descubrió los medios para alcanzar
la liberación completa, y entró en la ciudad de la omnisciencia, donde él se
mezcló perfectamente con todos los Budas, y llegó a ser inseparable de la
comprensión del reino de los fenómenos[1].
Monjes, el
Tathagata permaneció en el asiento de la Iluminación durante los primeros siete
días, reflexionando: “Aquí yo he puesto fin al sufrimiento del nacimiento, la
vejez, y la muerte, el cual había estado experimentando desde tiempo
inmemorial.”
Monjes,
sin duda, en el momento en el que el bodhisatva alcanzó la omnisciencia todos
los seres en todos los mundos en las diez direcciones instantáneamente quedaron
extasiados. Todos los mundos quedaron inundados de una luz brillante,
incluyendo incluso los espacios oscuros entre ellos, que estaban acribillados
de mal.
Todos los
mundos en las diez direcciones se movieron de seis formas: se estremecieron,
temblaron, y temblaron en un terremoto; se tambalearon, sacudieron, y
balancearon; vibraron, se estremecieron, y dieron vueltas; traquetearon, sacudieron,
y convulsionaron; hicieron estruendo, ruido; hicieron un gran ruido, tronaron,
atronaron, y rugieron. [352]
Todos los
Budas felicitaron al Tathagata por haber alcanzado la Perfecta y Completa
Iluminación, y le confirieron regalos sagrados. Con esos regalos sagrados, este
macrocosmos de tres mil miles de mundos quedó cubierto por un parasol de joyas,
y de ese parasol de joyas surgió una red de rayos de luz, los cuales iluminaron
los inmensurables e innumerables mundos en las diez direcciones.
Entonces
los bodhisatvas y los hijos de los dioses en las diez direcciones rompieron en
expresiones de alegría:
“Ha
aparecido un adepto entre los seres, un loto en el lago de la sabiduría;
No
mancillado por intereses mundanos.
El
hará que se junte una nube de gran compasión,
La
cual derramará lluvias en todo el reino de los fenómenos.
La
amable lluvia del Dharma, que es una medicina para los seres,
Hará
que todas las semillas de las raíces de virtud broten,
De
forma que crezca el árbol joven de la fe,
Y
que se cosechen los frutos de la liberación.”
Con
respecto a esto, se dice:
“Puesto
que él derrotó a Mara, junto con sus hordas, él es un león entre los hombres;
Cuando
este maestro realizó el gozo de la concentración,
Y
alcanzó los tres conocimientos por medio de los diez poderes,
Temblaron
muchas decenas de millones de campos de Buda en las diez direcciones.
Aquellos
bodhisatvas que habían venido previamente deseosos de oír el Dharma,
Se
postraron a sus pies, y dijeron: “¿No estás cansado?
Hemos
sido testigos de cuán aterrador era el ejército
Vencido
por la fuerza de tu sabiduría, mérito, y diligencia.” [353]
Fueron
portados parasoles por los Budas de cien billones de campos búdicos,
Quienes
dijeron: “¡Bien hecho, Gran ser! Venciste a las hordas demoníacas,
Y
alcanzaste el estado sublime, que está libre de la muerte y la angustia.
Deja
caer rápidamente una lluvia de Dharma sobre los Tres Reinos.”
Los
mejores de los seres en los mundos de las diez direcciones extendieron sus
brazos,
Y
dijeron con una voz semejante a la llamada del cuco:
“Lo
mismo que nosotros alcanzamos el despertar, también tú has logrado el estado
puro;
Somos
como mantequilla, y mantequilla clarificada.”
Entonces
las hijas de los dioses del Reino del Deseo percibieron que el Tathagata, sobre
el asiento de la Iluminación, había alcanzado el conocimiento superior, había
conseguido su propósito, y había resultado victorioso en la batalla. Había
vencido a sus oponentes demoníacos, había elevado parasoles, estandartes, y
banderas; se había convertido en un héroe, un Victorioso supremo, un hombre, un
gran hombre, un médico supremo, y un gran eliminador de espinas. Lo mismo que
un león, no conocía el miedo y la preocupación; como un elefante, era amable;
puesto que había eliminado las tres manchas, era inmaculado; era un erudito,
puesto que había realizado los tres conocimientos. El había alcanzado la otra
orilla, puesto que había cruzado los cuatro ríos. El era de casta real, puesto
que él sostenía el parasol de joyas único; era un brahmín de los tres mundos,
puesto que había abandonado las malas acciones; era un mendicante, puesto que
había roto la cáscara de huevo de la ignorancia; un asceta, puesto que había
transcendido perfectamente todos los apegos; un caballero, pues había
erradicado las aflicciones; un héroe, pues no dejaba caer el estandarte; un
poderoso, puesto que estaba dotado con los diez poderes; una mina de joyas,
puesto que estaba repleto con todas las joyas del Dharma.
Conociendo
esto, las hijas de los dioses se aproximaron al asiento de la Iluminación, y
alabaron al Tathagata con estos versos:
“Tras
haber derrotado a las hordas demoníacas,
Al
pie del tronco del rey de los árboles,
El
se sienta tan inamovible como el Monte Meru,
Sin
miedo y silente.
A
través de la práctica de la generosidad, la disciplina, y el auto control,
A
lo largo de muchas decenas de millones de eones
Él
ha alcanzado la Perfecta y Completa Iluminación.
Y
es por eso por lo que hoy él brilla aquí. [354]
A
través de la práctica de la disciplina moral, la observación de los votos,
Y
las austeridades a lo largo de muchas decenas de millones de eones
Mientras
estaba buscando la Iluminación,
Ahora
él eclipsa a Sakra y Brahma.
A
través del haber vestido la armadura resistente de la paciencia
Durante
muchas decenas de millones de eones
Él
abrazó el sufrimiento,
Y
por ello ahora brilla como el oro.
A
través de la fuerza y la intensidad de su esfuerzo valeroso
A
lo largo de decenas de millones de eones,
El
derrotó a sus oponentes,
Y
de este modo ha resultado victorioso frente al ejército de Mara.
A
través de su concentración, conocimiento superior, y sabiduría
Desarrolladas
a través de muchas decenas de millones de eones,
El
veneró a los mejores de los sabios;
Y
por ello es por lo que él es honrado ahora.
A
través de su visión profunda, estudio, y acumulaciones,
Desarrollados
a través de decenas de millones de eones,
El
ha beneficiado a decenas de millones de seres;
Y
por ello alcanzó rápidamente la Iluminación.
El
ha triunfado sobre el demonio de los agregados,
Y
también sobre el Señor de la muerte y el demonio de las aflicciones.
El
también ha triunfado sobre el demonio hijo de los dioses.
Por
tanto está libre de angustia.
Este
es el dios de los dioses,
A
quien los propios dioses veneran.
Es
digno de ofrendas en los Tres Reinos,
Como
un campo propicio para quienes buscan acumular mérito.
El
cosecha el fruto de la inmortalidad,
Es
un objeto sublime de veneración;
Cuando
se le hace un regalo, el resultado nunca se agota
Hasta
el logro de la Iluminación suprema.
El
mechón pelo situado en su entrecejo irradia luz,
Iluminando
muchas decenas de millones de campos búdicos
Eclipsa
la luz del Sol y la Luna.
El
es una luz brillando para todos los seres.
Su
forma es hermosa,
Es
sublime y bien proporcionada.
Está
repleto de las mejores características y listo para servir de beneficio,
Es
digno de recibir ofrendas en todos los Tres Reinos.
Su
visión es pura, es el “Surgido de sí mismo”
El
ve espontáneamente muchas cosas: los campos búdicos,
A
las miríadas de seres,
Y
también sus pensamientos e intenciones. [355]
Su
oído es puro,
Y
oye infinidad de sonidos:
Las
voces de los dioses y humanos,
Y
las de los Victoriosos exponiendo el Dharma.
Su
lengua es grande,
Y
es tan melodiosa como la llamada del cuco;
Dejémosle
que exponga el Dharma
El
cual lleva una calma perfecta y sin final.
Incluso
viendo el ejército de Mara,
Su
corazón no se vio perturbado;
Incluso
viendo a las multitudes de los dioses,
Su
mente no se extasía.
No
fue con cuchillos y con flechas
Como
él derrotó al ejército de Mara.
Sino
que fue con la verdad, auto control, y austeridades
Como
venció al campeón de los vengativos.
Sin
moverse de su asiento
Su
cuerpo no resultó herido.
En
esa ocasión no resultó
Afectado
ni por el deseo, ni por el odio.
Aquellos
dioses y humanos
Que
escuchen el Dharma de ti,
Y
que se esfuercen en realizarlo,
Recibirán
aquello que desean.
A
través del mérito de alabarte,
¡Oh
Victorioso!, lleno con la luminosidad del mérito,
¡Qué
podamos todas nosotras, inmediatamente, ser como tú,
Oh
Luna entre los hombres! “
Una vez
que el Gran guía, el toro entre los hombres, hubo despertado a la budeidad,
cientos de miles de campos búdicos se movieron, y Mara fue vencido. Entonces
con la voz de Brahma y la cadencia del cuco, pronunció estas palabras:
“La
maduración del mérito trae la felicidad y elimina el sufrimiento,
Los
deseos de la persona son conseguidos a través del mérito;
El
vencerá a Mara, alcanzará rápidamente la Iluminación,
Y
obtendrá el nirvana, el estado de paz natural. [356]
Así
que entonces, ¿Quién podría decir que ha hecho suficientes buenas obras?
¿Quién
podría sentirse saciado de escuchar la ambrosía del Dharma?
¿Quién
podría decir que ha vivido lo suficiente en la soledad de los bosques?
¿Quién
podría decir que ha trabajado lo suficiente por el bienestar de los seres?”
Extendiendo
su mano, dijo a los bodhisatvas: “El respeto ha sido mostrado, así que volved a
vuestros lugares”. Entonces todos ellos se postraron ante el bodhisatva y
partieron hacia sus lugares de actividad, formando diferentes grupos.
Después de
haber sido testigos del gran ataque del ejército de los demonios, de haber
visto el bendito lucimiento del Sugata, y comprobar cómo Mara y su ejército
fueron vencidos, los seres generaron un único deseo de alcanzar la Iluminación,
diciendo: “¡Que podamos nosotros derrotar a Mara y su horda, y de ese modo
conseguir la inmortalidad!”
Monjes, en
el mismo instante en el que el Tathagata alcanzó la Insuperable, Perfecta, y
Completa Iluminación sentado en el trono del león, al pie del árbol de la
Iluminación, allí tuvieron lugar manifestaciones innumerables de actividad
Iluminada, que no podrían ser descritas incluso en el curso de un eón.
Con
respecto a esto, se dice:
“La
tierra llego a convertirse en más plana incluso que la palma de la mano;
Lotos
de cien pétalos en plena floración surgieron en una corriente de luz;
Cientos
de miles de dioses se postraron ante el asiento de la Iluminación,
Y
fueron testigos de que se había oído el primer signo: el rugido del león.
Cientos
de árboles en los tres mil miles de mundos, y también sus montañas,
Junto
con el Monte Meru, el rey de los montes, se postraron ante el asiento de la
Iluminación; [357]
Brahma
y Sakra vinieron a postrarse ante “Aquel dotado con los diez poderes”;
Esto
fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de
la Iluminación.
De
su cuerpo irradiaron cientos de miles de rayos de luz que se difundieron a
través de los campos búdicos de los Victoriosos, llevando la paz a aquellos que
estaban en los tres reinos inferiores;
A
través de ello, los destinos desafortunados se secaron en la mera fracción de
un instante;
Y
el sufrimiento, orgullo, y odio no atormentaron a ningún ser.
Esto
fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de
la Iluminación.
La
luz proveniente del mechón de pelo en su entrecejo
Eclipsó
el esplendor del Sol, la Luna, las joyas, el fuego, los relámpagos, y los
dioses.
Y
ningún ser en el mundo pudo ver la parte superior de la cabeza del Maestro.
Eso
fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de
la Iluminación.
Al
tocar la tierra con la palma de su mano, esta tembló de seis formas diferentes;
Esto
hizo que Mara y su ejército fueran movidos como copos de algodón.
Mara
trazó dibujos en el suelo con una flecha.
Eso
fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de
la Iluminación.
Esto concluye el Capítulo Veintidós, sobre “Alcanzando la Perfecta
y Completa Iluminación”.
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