lunes, 18 de febrero de 2019

Sutra del Desarrollo de la actividad completa. (Lalitavistara) Cap. 22 Alcanzando la Perfecta y Completa Iluminación.


Monjes, una vez que el bodhisatva hubo destruido a sus oponentes demoníacos, vencido a sus enemigos, triunfado en la batalla cara a cara, y elevado por lo alto los parasoles, las banderas, y los estandartes de la victoria, él se estableció en el primer nivel de concentración meditativa. Ese estado meditativo está libre de deseos, libre de los factores mentales conectados con aquello que es no virtuoso, acompañado por pensamiento y análisis, e imbuido de la alegría y el placer que nacen del discernimiento.

Cuando abandonó el pensamiento y el análisis, su concentración purificada se convirtió en una sola corriente. A través de esto él se estableció en el segundo nivel de concentración, el cual está libre de pensamiento y análisis, y que está imbuido con la alegría y el placer nacido de la absorción meditativa.

A través del desapego hacia la alegría, él permaneció imparcial manteniendo la atención mental y la introspección, y experimentó placer físico. El se estableció así en el tercer nivel de concentración, el cual no está conectado con la alegría. Los seres nobles llaman a esta persona el “ecuánime que mora [344] en el placer que está imbuido con atención mental”.

A través de abandonar el placer en ese momento, y habiendo abandonado las sensaciones de placer y dolor del pasado, fueron abandonados el placer mental y el desagrado. Así, él se estableció en el cuarto nivel de meditación, el cual es la ecuanimidad y atención mental completamente pura, que no está conectado con el placer o el dolor.

Mientras la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y limpiada, libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable, e inamovible-en la primera parte de la noche preparó bien la mente, y la dirigió cuidadosamente para dar lugar a  la sabiduría que proviene  del ojo divino. Con su ojo divino perfectamente puro, el cual supera de lejos al ojo humano, el bodhisatva vio a los seres naciendo y muriendo. Vio a aquellos con buenos nacimientos, a aquellos con malos nacimientos, a quienes transitaban por buenos senderos, a quienes marchaban por malos senderos, a los bajos y a los exaltados, cada uno de ellos procediendo de acuerdo a las acciones realizadas previamente. El entendió esto perfectamente: “¡Ay! Verdaderamente estos seres reciben el fruto de sus acciones. Los seres se involucran en acciones negativas de cuerpo, habla, y mente; albergando visiones erróneas, ellos injurian a los seres nobles. Puesto que se involucran en acciones asociadas con las visiones erróneas, una vez que sus cuerpos se colapsan y mueren, ellos caen en las malas migraciones y renacen entre los seres infernales. Sin embargo, otros seres se involucran en acciones positivas de cuerpo, habla, y mente; albergando visiones correctas, respetan a los seres nobles. Puesto que ellos se involucran en acciones asociadas con la visión  correcta, una vez que sus cuerpos se colapsan y mueren, renacen en existencias felices entre humanos y dioses.”

De esta manera, con su ojo divino perfectamente puro, que sobrepasa de lejos al ojo humano, el bodhisatva vio a los seres naciendo y muriendo, en toda su belleza y fealdad, en circunstancias favorables y desfavorables, degenerando y avanzando respectivamente, recibiendo de forma precisa de acuerdo a sus acciones previas.

Monjes, así fue como el bodhisatva, en la primera parte de la noche, eliminó la oscuridad, y generó conocimiento directo y claridad. [345]

Entonces, mientras la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y limpiada, libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable, e inamovible-en la parte media de la noche preparó bien la mente, y la dirigió cuidadosamente para dar lugar a  la sabiduría que recuerda las vidas pasadas. De esta forma, él recordó sus vidas pasadas y las de otros seres, comenzando con una, dos, tres, cuatro, cinco vidas; y entonces diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta vidas; y entonces cien vidas, mil vidas, cien mil vidas; y entonces muchos cientos de miles de vidas, diez millones de vidas, un billón de vidas, diez billones de vidas, un trillón de vidas, y un cuatrillón de vidas; y entonces varios billones, varias decenas de billones, varios trillones, y varios cuatrillones de vidas; hasta todas las existentes en un eón de destrucción, en un eón de formación, en un eón de destrucción y formación, en varios eones de destrucción y formación. El recordó sus propias vidas, y las de los demás, con gran detalle; y pensó: “En ese lugar yo tuve este nombre, este apellido, esta familia, esta casta, yo comí esto y esto, esta fue la duración de mi vida, permanecí aquí durante este tiempo, experimenté estas clases de placer y dolor. Después de morir aquí, renací allí; después de fallecer allí, renací aquí.”


Entonces, mientras la mente del bodhisatva estaba inmersa de esta forma-purificada y limpiada, libre de las aflicciones raíz y de las secundarias; dulce, adaptable, e inamovible-en la parte final de la noche, justo a la llegada del alba, precisamente en el periodo de la noche en la que se golpea el tambor de la mañana, el bodhisatva preparó bien su mente y la dirigió cuidadosamente para dar lugar a la sabiduría que pone fin al sufrimiento y su origen, y que realiza la visión profunda que agota las impurezas.
Entonces él pensó: [346] “¡Cuán miserable es este mundo! Está angustiado por el nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, el cambio de existencia, y el renacimiento; pero no sabe como escapar de este ciclo, de esta gran masa de sufrimiento que está caracterizado principalmente por la vejez, la enfermedad, y la muerte.”

Entonces el bodhisatva continuó pensando: “¿Cuál es el requisito previo para que tenga lugar la vejez y la muerte? ¿Y cuál es la condición causal de la vejez y la muerte?”
Entonces a su mente llegó: “Puesto que existe el nacimiento, tiene lugar la vejez y la muerte. El nacimiento es la condición causal de la vejez y la muerte.”

Entonces el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que tenga lugar el nacimiento? ¿Cuál es la condición causal del nacimiento?”
Entonces a su mente llegó: “Puesto que existe el devenir de la existencia, tiene lugar el nacimiento. La existencia es la condición causal del nacimiento.”

Entonces el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para el surgir del devenir de la existencia? ¿Cuál es la condición causal del devenir de la existencia?”
Entonces a su mente llegó: “El devenir de la existencia sobreviene cuando hay aferramiento. El aferramiento es la condición causal del devenir de la existencia.”

Entonces el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para que se dé el aferramiento? ¿Cuál es la condición causal del aferramiento?”
Entonces a su mente llegó: “El aferramiento sobreviene cuando hay ansia. El ansia es la condición causal del aferramiento.”

Entonces el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista el ansia? ¿Cuál es la condición causal del ansia?”
Entonces a su mente llegó: “El ansia sobreviene cuando hay sensación. La sensación es la condición causal del ansia.”

Entonces el bodhisatva se preguntó. “¿Cuál es el requisito previo para que exista la sensación? ¿Cuál es la condición causal de la sensación?”
Entonces a su mente llegó: “La sensación sobreviene cuando hay contacto. El contacto es la condición causal de la sensación.” [347]

Entonces el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista el contacto? ¿Cuál es la condición causal del contacto?”
Entonces a su mente llegó: “El contacto sobreviene cuando están presentes los seis sentidos. Los seis sentidos son la condición causal del contacto.”

Entonces el bodhisatva se preguntó: ¿Cuál es el requisito previo para que existan los seis sentidos? ¿Cuál es la condición causal de los seis sentidos?”
Entonces a su mente llegó: “Los seis sentidos surgen cuando existe nombre y forma. Nombre y forma son la condición causal de los seis sentidos.”

Entonces el bodhisatva pensó: “¿Cuál es el requisito previo para que existan nombre y forma? ¿Cuál es la condición causal de nombre y forma?”
Entonces a su mente llegó. “Nombre y forma surgen cuando existe consciencia. La consciencia es la condición causal de nombre y forma.”

Entonces el bodhisatva se preguntó: “¿Cuál es el requisito previo para que exista la consciencia? Cuál es la condición causal de la consciencia?”
Entonces a su mente llegó: “La consciencia existe cuando hay formaciones kármicas. Las formaciones kármicas son la condición causal de la consciencia.”

Entonces el bodhisatva reflexionó: “¿Cuál es el requisito previo para que existan las formaciones kármicas? ¿Cuál es la condición causal de las formaciones kármicas?”
Entonces a su mente llegó: “Las formaciones kármicas existen cuando hay ignorancia. La ignorancia es la condición causal de las formaciones kármicas.”

Monjes, entonces a la mente del bodhisatva llegó este pensamiento: “La ignorancia provee de la condición causal para qué surjan  las formaciones kármicas. Las formaciones kármicas  proveen de la condición causal para que surja la consciencia. La consciencia provee de la condición causal para que surjan nombre y forma. Nombre y forma proveen de la condición causal para que surjan los seis sentidos. Los seis sentidos proveen de la condición causal para que surja el contacto. El contacto provee de la condición causal para que surja la sensación. La sensación provee de la condición causal para que surja el ansia. El ansia provee de la condición causal para que surja el aferramiento. El aferramiento provee de la condición causal para que surja el devenir de la existencia. El devenir de la existencia provee de la condición causal para que surja el nacimiento. El nacimiento provee de la condición causal para que surja la vejez y la muerte, la lamentación, la pena, la desesperación, y el tormento. Así es como llega a existir esta gran masa de sufrimiento.” [348]

Monjes, a través de reflexionar y meditar sobre estos factores-los cuales nunca habían sido oídos antes-amanecieron allí en la sabiduría, visión, conocimiento, inteligencia, prudencia, y visión profunda del bodhisatva; y comenzó a brillar una luz.
Entonces el bodhisatva pensó: “¿Qué tiene que estar ausente para que no se produzca la vejez y la muerte? ¿Qué ha de ser eliminado para que no haya vejez y muerte?”
Entonces a su mente llegó: “Cuando no hay nacimiento, no existe la vejez y la muerte. La vejez y la muerte se evitan si no hay nacimiento.”

Entonces el bodhisatva reflexionó: “¿Qué tiene que estar ausente para que no se produzca el nacimiento? ¿Qué ha de ser eliminado para que no haya nacimiento?”
Entonces a su mente llegó: “Cuando no hay devenir de la existencia, no existe el nacimiento. El nacimiento se evita si no se da el devenir de la existencia.”

Entonces el bodhisatva consideró: “¿Qué tiene que estar ausente para evitarlo todo, hasta llegar a impedir que se manifiesten las formaciones kármicas? ¿Qué tiene que ser eliminado para que no se den las formaciones kármicas?”
Entonces a su mente llegó: “Cuando no hay ignorancia, las formaciones kármicas no aparecen. Eliminando la ignorancia, se da el final de las formaciones kármicas. Eliminando las formaciones kármicas, no surge la consciencia, y siguiendo así, hasta que no surge el nacimiento; poniendo así fin a la vejez y la muerte, la angustia, la lamentación, la pena, la desesperación, y el tormento. Así es como se pone fin a toda esta gran masa de sufrimiento.”

Monjes, en esa ocasión yo entendí exactamente cuatro verdades. Yo comprendí, que: 1) lo impuro es sufrimiento; 2) cuál es la causa de lo impuro; 3) cómo lo impuro es llevado a su cese; y 4) el sendero que lleva al cese de lo impuro. Yo comprendí de forma exacta la impureza del deseo, la impureza del apego, la impureza de la ignorancia, y la impureza de las creencias. Yo comprendí exactamente dónde llegan a un fin estas impurezas dejando un residuo; [349]  y dónde exactamente estas impurezas llegan a desvanecerse y desaparecer sin dejar ningún residuo.

Yo comprendí exactamente la naturaleza de la ignorancia, la fuente de la ignorancia, el cese de la ignorancia, y el sendero que lleva al cese de la ignorancia. Yo comprendí dónde exactamente toda ignorancia, sin excepción, se desvanece y desaparece. Y además yo comprendí exactamente la naturaleza de las formaciones kármicas, la fuente de las formaciones kármicas, el cese de las formaciones kármicas, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza de la consciencia, la fuente de la consciencia, el cese de la consciencia, y el sendero que lleva a su cese.
Yo comprendí exactamente la naturaleza de nombre y forma, la fuente del nombre y forma, el cese del nombre y forma, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza de los seis sentidos, la fuente de los seis sentidos, el cese de los seis sentidos, y el sendero que lleva a su cese.
Yo comprendí exactamente la naturaleza del contacto, la fuente del contacto, el cese del contacto, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza de la sensación, la fuente de la sensación, el cese de la sensación, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza del ansia, la fuente del ansia, el cese del ansia, y el sendero que lleva a su cese.
Yo comprendí exactamente la naturaleza del aferramiento, la fuente del aferramiento, el cese del aferramiento, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza del devenir de la existencia, la fuente del devenir de la existencia, el cese de la naturaleza del devenir de la existencia, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente la naturaleza del nacimiento, la fuente del nacimiento, el cese del nacimiento, y el sendero que lleva a su cese.
Yo comprendí exactamente la naturaleza de la vejez, la fuente de la vejez, el cese de la vejez, y el sendero que lleva a su cese. [350] Yo comprendí exactamente la naturaleza de la muerte, la fuente de la muerte, el cese de la muerte, y el sendero que lleva a su cese. Yo comprendí exactamente como esta gran masa de puro sufrimiento, con su angustia, lamentación, pena, desesperación, y tormento llega a existir, y como cesa. Yo comprendí exactamente la naturaleza del sufrimiento, la fuente del sufrimiento, el cese del sufrimiento, y el sendero que lleva a su cese.

Así que, monjes, completamente seguro, durante la etapa final de la noche, justo al rayar el alba, en la hora en la que se golpea el tambor de la mañana, el bodhisatva-el ser, el ser bueno, el ser supremo, el gran ser, el buey entre los hombres, el elefante entre los hombres, el león entre los hombres, el toro entre los hombres, el héroe entre los hombres, el campeón entre los hombres, el adepto entre los hombres, el loto entre los hombres, el loto blanco entre los hombres, la suprema bestia de carga entre los hombres, el auriga insuperable entre los hombres-alcanzó la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, consiguiendo los tres conocimientos. Él lo hizo  a través del conocimiento que consiste de la visión profunda enfocada en todo lo que puede ser conocido, entendido, alcanzado, realizado, y obtenido a través de la sabiduría de los seres nobles.

Monjes, entonces los hijos de los dioses dijeron: “¡Amigos, esparzamos flores! ¡El Bhagavan ha alcanzado la Perfecta Iluminación!”
Pero justamente entonces, algunos hijos de los dioses que habían visto a los Budas del pasado, vinieron juntos, y dijeron a los otros: “Amigos, puesto que los Budas Perfectos y Completos del pasado, todos ellos, produjeron y manifestaron un signo, no arrojéis las flores hasta que el Bhagavan haya mostrado un signo.”
Monjes, entonces el Tathagata supo que los hijos de los dioses dudaban, así que ascendió hacia el cielo hasta llegar a la altura de siete palmeras, y mientras permanecía sentado allí pronunció esta estrofa de júbilo:

“El sendero ha sido interrumpido; [351]
Las impurezas se han agotado.
Las efusiones se han secado, y ya no fluirán más;
El sendero, ahora finalizado, ya no volverá a ser transitado.
¡Esto es llamado el fin del sufrimiento!”

Entonces los hijos de los dioses rociaron al Tathagata con flores celestiales, llegando estas hasta sus rodillas.
Monjes, cuando el Tathagata alcanzó el despertar de esta manera, una espesa oscuridad fue disipada, el ansia fue purificado, las creencias fueron erradicadas, las emociones aflictivas fueron dañadas, las disidencias fueron eliminadas, el nudo fue desatado, la bandera del orgullo fue arriada, la bandera de lo correcto fue izada, las latencias fueron erradicadas, la Talidad de los fenómenos fue conocida, lo absoluto fue comprendido, el reino de los fenómenos fue comprendido, la naturaleza de los seres fue determinada, aquellos orientados hacia la realidad fueron aprobados, aquellos orientados hacia lo erróneo fueron reprobados, los indeterminados fueron aceptados, las facultades de todos los seres fueron vistas en toda su variedad, la conducta de los seres fueron comprendidas, la cura para las enfermedades de los seres fue conocida, y fue empleado el brebaje medicinal de la inmortalidad. El se convirtió en el rey de los médicos, quien liberará a todos los seres del sufrimiento y los establecerá en el gozo del nirvana; el tomó su asiento en el magnífico trono real de los Tathagatas, la esencia de los Tathagatas. El descubrió los medios para alcanzar la liberación completa, y entró en la ciudad de la omnisciencia, donde él se mezcló perfectamente con todos los Budas, y llegó a ser inseparable de la comprensión del reino de los fenómenos[1].

Monjes, el Tathagata permaneció en el asiento de la Iluminación durante los primeros siete días, reflexionando: “Aquí yo he puesto fin al sufrimiento del nacimiento, la vejez, y la muerte, el cual había estado experimentando desde tiempo inmemorial.”
Monjes, sin duda, en el momento en el que el bodhisatva alcanzó la omnisciencia todos los seres en todos los mundos en las diez direcciones instantáneamente quedaron extasiados. Todos los mundos quedaron inundados de una luz brillante, incluyendo incluso los espacios oscuros entre ellos, que estaban acribillados de mal.
Todos los mundos en las diez direcciones se movieron de seis formas: se estremecieron, temblaron, y temblaron en un terremoto; se tambalearon, sacudieron, y balancearon; vibraron, se estremecieron, y dieron vueltas; traquetearon, sacudieron, y convulsionaron; hicieron estruendo, ruido; hicieron un gran ruido, tronaron, atronaron, y rugieron. [352]

Todos los Budas felicitaron al Tathagata por haber alcanzado la Perfecta y Completa Iluminación, y le confirieron regalos sagrados. Con esos regalos sagrados, este macrocosmos de tres mil miles de mundos quedó cubierto por un parasol de joyas, y de ese parasol de joyas surgió una red de rayos de luz, los cuales iluminaron los inmensurables e innumerables mundos en las diez direcciones.

Entonces los bodhisatvas y los hijos de los dioses en las diez direcciones rompieron en expresiones de alegría:

“Ha aparecido un adepto entre los seres, un loto en el lago de la sabiduría;
No mancillado por intereses mundanos.
El hará que se junte una nube de gran compasión,
La cual derramará lluvias en todo el reino de los fenómenos.

La amable lluvia del Dharma, que es una medicina para los seres,
Hará que todas las semillas de las raíces de virtud broten,
De forma que crezca el árbol joven de la fe,
Y que se cosechen los frutos de la liberación.”

Con respecto a esto, se dice:

“Puesto que él derrotó a Mara, junto con sus hordas, él es un león entre los hombres;
Cuando este maestro realizó el gozo de la concentración,
Y alcanzó los tres conocimientos por medio de los diez poderes,
Temblaron muchas decenas de millones de campos de Buda en las diez direcciones.

Aquellos bodhisatvas que habían venido previamente deseosos de oír el Dharma,
Se postraron a sus pies, y dijeron: “¿No estás cansado?
Hemos sido testigos de cuán aterrador era el ejército
Vencido por la fuerza de tu sabiduría, mérito, y diligencia.” [353]

Fueron portados parasoles por los Budas de cien billones de campos búdicos,
Quienes dijeron: “¡Bien hecho, Gran ser! Venciste a las hordas demoníacas,
Y alcanzaste el estado sublime, que está libre de la muerte y la angustia.
Deja caer rápidamente una lluvia de Dharma sobre los Tres Reinos.”

Los mejores de los seres en los mundos de las diez direcciones extendieron sus brazos,
Y dijeron con una voz semejante a la llamada del cuco:
“Lo mismo que nosotros alcanzamos el despertar, también tú has logrado el estado puro;
Somos como mantequilla, y mantequilla clarificada.”

Entonces las hijas de los dioses del Reino del Deseo percibieron que el Tathagata, sobre el asiento de la Iluminación, había alcanzado el conocimiento superior, había conseguido su propósito, y había resultado victorioso en la batalla. Había vencido a sus oponentes demoníacos, había elevado parasoles, estandartes, y banderas; se había convertido en un héroe, un Victorioso supremo, un hombre, un gran hombre, un médico supremo, y un gran eliminador de espinas. Lo mismo que un león, no conocía el miedo y la preocupación; como un elefante, era amable; puesto que había eliminado las tres manchas, era inmaculado; era un erudito, puesto que había realizado los tres conocimientos. El había alcanzado la otra orilla, puesto que había cruzado los cuatro ríos. El era de casta real, puesto que él sostenía el parasol de joyas único; era un brahmín de los tres mundos, puesto que había abandonado las malas acciones; era un mendicante, puesto que había roto la cáscara de huevo de la ignorancia; un asceta, puesto que había transcendido perfectamente todos los apegos; un caballero, pues había erradicado las aflicciones; un héroe, pues no dejaba caer el estandarte; un poderoso, puesto que estaba dotado con los diez poderes; una mina de joyas, puesto que estaba repleto con todas las joyas del Dharma.
Conociendo esto, las hijas de los dioses se aproximaron al asiento de la Iluminación, y alabaron al Tathagata con estos versos:

“Tras haber derrotado a las hordas demoníacas,
Al pie del tronco del rey de los árboles,
El se sienta tan inamovible como el Monte Meru,
Sin miedo y silente.

A través de la práctica de la generosidad, la disciplina, y el auto control,
A lo largo de muchas decenas de millones de eones
Él ha alcanzado la Perfecta y Completa Iluminación.
Y es por eso por lo que hoy él brilla aquí. [354]

A través de la práctica de la disciplina moral, la observación de los votos,
Y las austeridades a lo largo de muchas decenas de millones de eones
Mientras estaba buscando la Iluminación,
Ahora él eclipsa a Sakra y Brahma.

A través del haber vestido la armadura resistente de la paciencia
Durante muchas decenas de millones de eones
Él abrazó el sufrimiento,
Y por ello ahora brilla como el oro.

A través de la fuerza y la intensidad de su esfuerzo valeroso
A lo largo de decenas de millones de eones,
El derrotó a sus oponentes,
Y de este modo ha resultado victorioso frente al ejército de Mara.

A través de su concentración, conocimiento superior, y sabiduría
Desarrolladas a través de muchas decenas de millones de eones,
El veneró a los mejores de los sabios;
Y por ello es por lo que él es honrado ahora.

A través de su visión profunda, estudio, y acumulaciones,
Desarrollados a través de decenas de millones de eones,
El ha beneficiado a decenas de millones de seres;
Y por ello alcanzó rápidamente la Iluminación.

El ha triunfado sobre el demonio de los agregados,
Y también sobre el Señor de la muerte y el demonio de las aflicciones.
El también ha triunfado sobre el demonio hijo de los dioses.
Por tanto está libre de angustia.

Este es el dios de los dioses,
A quien los propios dioses veneran.
Es digno de ofrendas en los Tres Reinos,
Como un campo propicio para quienes buscan acumular mérito.

El cosecha el fruto de la inmortalidad,
Es un objeto sublime de veneración;
Cuando se le hace un regalo, el resultado nunca se agota
Hasta el logro de la Iluminación suprema.

El mechón pelo situado en su entrecejo irradia luz,
Iluminando muchas decenas de millones de campos búdicos
Eclipsa la luz del Sol y la Luna.
El es una luz brillando para todos los seres.

Su forma es hermosa,
Es sublime y bien proporcionada.
Está repleto de las mejores características y listo para servir de beneficio,
Es digno de recibir ofrendas en todos los Tres Reinos.

Su visión es pura, es el “Surgido de sí mismo”
El ve espontáneamente muchas cosas: los campos búdicos,
A las miríadas de seres,
Y también sus pensamientos e intenciones. [355]

Su oído es puro,
Y oye infinidad de sonidos:
Las voces de los dioses y humanos,
Y las de los Victoriosos exponiendo el Dharma.

Su lengua es grande,
Y es tan melodiosa como la llamada del cuco;
Dejémosle que exponga el Dharma
El cual lleva una calma perfecta y sin final.

Incluso viendo el ejército de Mara,
Su corazón no se vio perturbado;
Incluso viendo a las multitudes de los dioses,
Su mente no se extasía.

No fue con cuchillos y con flechas
Como él derrotó al ejército de Mara.
Sino que fue con la verdad, auto control, y austeridades
Como venció al campeón de los vengativos.

Sin moverse de su asiento
Su cuerpo no resultó herido.
En esa ocasión no resultó
Afectado ni por el deseo, ni por el odio.

Aquellos dioses y humanos
Que escuchen el Dharma de ti,
Y que se esfuercen en realizarlo,
Recibirán aquello que desean.

A través del mérito de alabarte,
¡Oh Victorioso!, lleno con la luminosidad del mérito,
¡Qué podamos todas nosotras, inmediatamente, ser como tú,
Oh Luna entre los hombres! “

Una vez que el Gran guía, el toro entre los hombres, hubo despertado a la budeidad, cientos de miles de campos búdicos se movieron, y Mara fue vencido. Entonces con la voz de Brahma y la cadencia del cuco, pronunció estas palabras:

“La maduración del mérito trae la felicidad y elimina el sufrimiento,
Los deseos de la persona son conseguidos a través del mérito;
El vencerá a Mara, alcanzará rápidamente la Iluminación,
Y obtendrá el nirvana, el estado de paz natural. [356]

Así que entonces, ¿Quién podría decir que ha hecho suficientes buenas obras?
¿Quién podría sentirse saciado de escuchar la ambrosía del Dharma?
¿Quién podría decir que ha vivido lo suficiente en la soledad de los bosques?
¿Quién podría decir que ha trabajado lo suficiente por el bienestar de los seres?”

Extendiendo su mano, dijo a los bodhisatvas: “El respeto ha sido mostrado, así que volved a vuestros lugares”. Entonces todos ellos se postraron ante el bodhisatva y partieron hacia sus lugares de actividad, formando diferentes grupos.
Después de haber sido testigos del gran ataque del ejército de los demonios, de haber visto el bendito lucimiento del Sugata, y comprobar cómo Mara y su ejército fueron vencidos, los seres generaron un único deseo de alcanzar la Iluminación, diciendo: “¡Que podamos nosotros derrotar a Mara y su horda, y de ese modo conseguir la inmortalidad!”

Monjes, en el mismo instante en el que el Tathagata alcanzó la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación sentado en el trono del león, al pie del árbol de la Iluminación, allí tuvieron lugar manifestaciones innumerables de actividad Iluminada, que no podrían ser descritas incluso en el curso de un eón.

Con respecto a esto, se dice:

“La tierra llego a convertirse en más plana incluso que la palma de la mano;
Lotos de cien pétalos en plena floración surgieron en una corriente de luz;
Cientos de miles de dioses se postraron ante el asiento de la Iluminación,
Y fueron testigos de que se había oído el primer signo: el rugido del león.

Cientos de árboles en los tres mil miles de mundos, y también sus montañas,
Junto con el Monte Meru, el rey de los montes, se postraron ante el asiento de la Iluminación; [357]
Brahma y Sakra vinieron a postrarse ante “Aquel dotado con los diez poderes”;
Esto fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de la Iluminación.

De su cuerpo irradiaron cientos de miles de rayos de luz que se difundieron a través de los campos búdicos de los Victoriosos, llevando la paz a aquellos que estaban en los tres reinos inferiores;
A través de ello, los destinos desafortunados se secaron en la mera fracción de un instante;
Y el sufrimiento, orgullo, y odio no atormentaron a ningún ser.
Esto fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de la Iluminación.

La luz proveniente del mechón de pelo en su entrecejo
Eclipsó el esplendor del Sol, la Luna, las joyas, el fuego, los relámpagos, y los dioses.
Y ningún ser en el mundo pudo ver la parte superior de la cabeza del Maestro.
Eso fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de la Iluminación.

Al tocar la tierra con la palma de su mano, esta tembló de seis formas diferentes;
Esto hizo que Mara y su ejército fueran movidos como copos de algodón.
Mara trazó dibujos en el suelo con una flecha.
Eso fue también parte de la demostración del “León de los hombres” en el asiento de la Iluminación.


Esto concluye el Capítulo Veintidós, sobre “Alcanzando la Perfecta y Completa Iluminación”.








[1] Dharmadhatu.

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