Esto he oído.
En una ocasión el Bhagavan permanecía en Saraswati, en la Arboleda de Jeta, en el parque del Monasterio de Anathapindika. Allí, Él se dirigió a los monjes: “¡Monjes!”
Los monjes replicaron: “ Si, Señor”
Entonces el Bhagavan dijo: “ Monjes, el habla dotada con cuatro características está bien dicha, y no mal dicha, carece de falta alguna, y no es considerada como falta por el sabio. ¿Cuáles son estas cuatro características? Es el caso en el que un monje dice solo lo que está bien dicho, y no lo que está mal dicho; en que dice solo lo que es justo, y no lo que es injusto; en el que habla solo que resulta agradable, y no lo que resulta desagradable; en el que habla solo lo que es verdad, y no lo que es falso. El habla que tiene estas cuatro características está bien dicha, y no mal dicha; carece de faltas, y no es considerada como falta por el sabio”.
Esto fue lo que dijo el Bhagavan. Habiendo dicho esto, el Tathagata, el Maestro, dijo a continuación:
“Quien ha logrado la calma dice que lo bien dicho es lo mejor;
segundo, que uno debería de decir lo que es justo, y no lo que es injusto;
tercero, debería de decir lo que es agradable, y no lo que es desagradable;
cuarto, debería decir lo que es verdad, y no lo que es falso”.
Entonces el Venerable Vangisa, levantándose de su asiento, colocó su manto sobre un hombro, y frente al Bhagavan, con las palmas de sus manos juntas frente a su corazón, dijo:
“¡Una inspiración me ha llegado, Bhagavan! ¡Una inspiración me ha llegado, Tathagata!”
El Bhagavan dijo: “Deja surgir esa inspiración, Vangisa”
Entonces el Venerable Vangisa, alabó al Bhagavan ante su presencia, con estos hermosos versos:
“Pronuncia solo las palabras
que ni te atormenten
ni hagan daño a otros.
Esas palabras están verdaderamente bien dichas.
Habla solo palabras agradables,
el habla que es bien recibida.
El hablar cuando no aporta mal
a otros es placentero.
La verdad, indudablemente, es el habla imperecedera:
Este es un antiguo principio.
La realización y el Dharma,
es decir la paz,
están firmemente establecidos en la verdad.
Los discursos que el Buda pronuncia
para el logro de la Iluminación,
permanecen, para poner fin
a la gran extensión del sufrimiento.
Ese es el habla insuperable.”
Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.
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