Monjes, después de recibir grandes alabanzas de los
dioses, el Tathagata, quien se había convertido en un Buda Perfecto y Completo,
permaneció sentado con las piernas cruzadas, mirando firmemente al árbol de la
Iluminación. Pasaron de esta forma siete días, mientras él estaba al lado del
tronco de árbol de la Iluminación experimentando el gozo que surge de mantener
la concentración y la alegría.
Entonces, una vez que hubieron pasado siete días, los
hijos de los dioses del Reino del Deseo se acercaron al Tathagata portando
decenas de miles de recipientes que contenían agua perfumada. Los hijos de los
dioses del Reino de la Forma también se acercaron al Tathagata portando decenas
de miles de recipientes con agua perfumada. Cuando llegaron, rociaron al árbol
de la Iluminación y al Tathagata con el agua perfumada. Innumerables dioses,
nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas untaron sus
propios cuerpos con el agua perfumada que había estado en contacto con el
Tathagata. De esta forma se engendró entre ellos la intención de encaminarse a
la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Incluso después de que los
hijos de los dioses y los demás regresaran a sus respectivas moradas, no se
separaban del agua perfumada, y no querían ningún otro perfume. [370] A través
de la alegría y de la alegría suprema que nace de llevar al corazón al
Tathagata, alcanzaron la irreversibilidad hacia la Insuperable, Perfecta, y
Completa Iluminación.
Monjes, entonces un hijo de los dioses llamado
Samantakusuma, quien se había sumado a esta asamblea, se postró a los pies del
Tathagata, y con las manos juntas, dijo: “¡Oh, Bhagavan! ¿Cuál es el nombre de
la absorción meditativa en la que ha permanecido el Tathagata al lado del árbol
de la Iluminación, sin abandonar la postura de las piernas cruzadas?”
Monjes, preguntado así, el Tathagata contestó al hijo de
los dioses lo siguiente: “¡Oh hijo de los dioses!, Colección del alimento del
gozo[1]
es el nombre de la absorción meditativa en la que el Tathagata permaneció
durante siete días sin abandonar la postura de piernas cruzadas.”
Monjes, entonces Samantakusuma, el hijo de los dioses,
alabó al Tathagata con estos versos:
“Tus pies están marcados con la Rueda del Dharma,
Y estás dotado del esplendor inmaculado del loto de
mil pétalos.
Las coronas de los dioses rozan tus pies,
¡Me postro a tus pies llenos de esplendor!”
Cuando se postró a los pies del Sugata,
El hijo de los dioses llegó a estar deleitado.
El dijo esto, lo cual resultó tranquilizador para
dioses y humanos,
Y disipó sus dudas:
“Tú
das alegría al clan de los Sakya,
Tú
pones fin al apego, enfado, y engaño:
Tú llevas a la culminación de todos los deseos,
¡Por favor, disipa las dudas de dioses y humanos!
Tú has obtenido la omnisciencia que es inmensurable,
Eres un Buda dotado con los diez poderes.
Así
que, ¡Oh, Victorioso!, ¿Por qué permaneces en el centro de la tierra
Sentado
con las piernas cruzadas durante siete días?
¿Qué estás contemplando durante siete días,
Con tus ojos que son como lotos de mil pétalos en flor
Cuando miras, Oh León entre los hombres.
Con tus ojos prístinos y sin parpadeo?
¿Es tu aspiración la que hace que
Permanezcas con las piernas cruzadas
Durante siete días bajo el rey de los árboles?
¿O es algo común a todos los Leones de la palabra?
[371]
Con
los dientes tan iguales y puros,
Y
con el aliento sumamente fragante de uno dotado con los diez poderes,
¡Por
favor, pronuncia palabras verdaderas
Y
trae así alegría a dioses y humanos!”
El de Cara de Luna, replicó:
“¡Escucha lo que digo, hijo de
los dioses,
Te responderé brevemente
A esas preguntas.
Lo mismo que un rey no abandona el lugar
Donde fue consagrado por su familia,
Durante siete días,
Puesto que ese el deber de los reyes,
También los Victoriosos, con los diez poderes,
Cuando son consagrados, con sus aspiraciones
colmadas,
Permanecen en la posición de piernas cruzadas
Durante siete días en el centro de la tierra[2].
Lo mismo que un guerrero mira
A las tropas enemigas derrotadas,
También los Budas contemplan a las aflicciones,
ahora destruidas,
Mientras están en el asiento de la Iluminación.
El apego y el enfado, nacidos del engaño,
Son como los enemigos de los seres.
Son como ladrones que roban sus bienes;
Y yo los he destruido aquí.
Aquí yo destruí las diversas formas del orgullo;
Y también la arrogancia, de forma que ya no existen
más.
Yo he eliminado todas las impurezas,
Y en mí ha amanecido la sabiduría superior.
Aquí, la ignorancia que conduce a la sed por la existencia,
Y que lleva a la comisión de actos inadecuados,
Y la maraña de raíces de las tendencias latentes,
Fue quemada por el fuego de la sabiduría.
Aquí, la creencia en “yo” y “mío”,
Junto con su maraña de faltas,
Cuyas
raíces se extienden a lo lejos, y los sólidos nudos de las aflicciones
Han
sido cortados por la espada de la sabiduría.
Aquí, con la sabiduría perfeccionada,
Yo he destruido a los engañadores, que me han
dominado por tanto tiempo;
Yo he destruido a los agregados,
Junto con el aferramiento a ellos.
Aquí yo he destruido
La visión dualista y los conceptos erróneos,
Los cuales llevan a uno al gran infierno,
De forma que ya no volverán a aparecer. [372]
Aquí, con el llameante fuego de la virtud,
He consumido el bosque de los engaños;
Los cuatro errores han sido completamente quemados,
Y no queda traza de ellos.
Las dañinas guirnaldas de los pensamientos,
Las cuales están ensartadas en el hilo de las
concepciones,
Yo las he revertido definitivamente
En el rosario de la ramas de la Iluminación.
Los sesenta y cinco pasajes difíciles,
Los treinta engaños impuros,
Y las cuarenta acciones erróneas,
Yo lo he eliminado aquí, en el centro de la tierra.
Las dieciséis omisiones,
Los dieciocho elementos,
Y los veinticinco deberes,
Los he eliminado mientras
estaba sentado en el centro de la tierra.
Las veintiuna corrientes de emocionalidad,
Y los veintiocho terrores de los seres
Yo los he conquistado completamente
A través del esfuerzo, la fuerza, y el valor.
Similarmente, yo comprendí aquí
Los quinientos rugidos de los Budas.
Y también comprendí perfectamente
Los cien mil fenómenos.
Todas las noventa y ocho tendencias
Junto con sus raíces,
Y todos sus brotes
Han sido quemados aquí por el fuego de mi sabiduría.
Los restos de la duda y la falta de certeza,
Que están llenas con las aguas de las visiones,
Y que surgen del rio del ansia-la fuente de lo no
virtuoso-
Son secados por el Sol de mi sabiduría.
Cuando yo me aparté de la pretensión y la astucia,
Yo talé aquí el bosque de las aflicciones
Que están vinculadas con la decepción, la
tacañería, odio, y envidia;
Y fueron quemados por el fuego de mi disciplina.
Aquí, a través de la medicina más sublime,
Yo me depuré de la raíz del conflicto
Que produce el nausea a los reinos inferiores,
Esto es, las observaciones de desprecio hacia los
Seres Nobles.
Aquí yo alcancé el fin de todo el llanto,
Gemido, angustia, y lamentación,
Una vez que yo alcancé la absorción meditativa
Y las cualidades nacidas de la sabiduría. [373]
Aquí yo triunfé sobre los torrentes atormentadores
de la angustia,
Con sus tributarios y recodos
De la vanidad y la negligencia,
Una vez que yo alcancé la absorción meditativa en armonía
con la verdad.
Aquí yo corté con el hacha de la atención
Toda la densa jungla de las aflicciones
Asociadas
con los árboles de la existencia y recubiertos por la raíz de los conceptos,
Que
fueron quemados por el fuego de mi sabiduría.
Lo mismo que hizo Sakra con el rey de los
semidioses,
Yo destruí aquí con la espada de la sabiduría
Al engañador, quien obsesionado por sí mismo,
Era lo bastante poderoso para gobernar sobre los Tres
Reinos.
Aquí,
en el centro de la tierra,
Yo
corté completamente el lazo de las treinta y seis formas de acción
Con
la espada poderosa de la visión profunda,
Y
entonces lo quemé con el fuego de la sabiduría.
Aquí, con el arado de tajante visión profunda,
Yo arranque de raíz todas las raíces de las
aflicciones
Junto con sus tendencias latentes,
Y eliminé la densa catarata del engaño.
Aquí yo he purificado completamente
El ojo de la sabiduría de los seres, naturalmente
puro,
Con la excelente medicina del ojo de la sabiduría,
Y he destruido el velo de la ignorancia.
Aquí, con la luz del Sol de la atención mental y la
calma,
Yo sequé el océano de la existencia,
Una gran extensión de ansia agitada
Por los monstruos marinos de los cuatro elementos
físicos.
Aquí, el rugiente fuego del deseo, que está
Alimentado por las multitudes de objetos de los
sentidos,
Y que humea con las conceptualizaciones, ha sido
extinguido
Con el agua refrescante de la esencia de la
liberación completa.
Aquí, las nubes tormentosas de las propensiones,
Que generan los relámpagos del placer,
Y que resuenan con los truenos de las
conceptualizaciones,
Han sido dispersadas por el viento fuerte del
esfuerzo.
Aquí
yo he alcanzado la absorción meditativa de la atención mental pura,
Y
con la espada afilada de la sabiduría
He
cortado a los enemigos terribles de la
mente conceptual y las acciones,
Y
el modo hostil con el que fortalecen la existencia.
Aquí, después de haber adquirido el amor, yo vencí
A los ejércitos de los demonios,
Con sus formas desfiguradas, sus grandes crestas,
Sobre poderosos carros con elefantes y caballos. [374]
Aquí yo sujeté al caballo de los seis campos de los
sentidos
Hinchado con los cinco objetos de los sentidos
Y siempre intoxicado por la falta de cuidado
Cuando alcancé la absorción meditativa de la
repulsión.
Aquí yo agoté todas las vanidades,
Pensamientos, y conceptos,
Enraizados dentro de mí y fuera,
Una vez que alcancé la absorción meditativa de la
vacuidad.
Aquí yo abandoné, sin excepción,
Todos los placeres de dioses y humanos,
Hasta llegar al pico de la existencia,
Cuando alcancé la absorción meditativa de la carencia
de signos.
Aquí, una vez que yo hube alcanzado las tres
liberaciones,
Yo me liberé completamente
De todos los grilletes de la existencia
Gracias al poder de mi conocimiento.
Aquí, conociendo las causas,
Eliminé completamente las tres concepciones causales:
El de permanencia e impermanencia,
El de un ego o ausencia de ego, el de placer y dolor.
Aquí, al lado del árbol de la Iluminación,
Yo corté con el arma de la impermanencia
Los diferentes tipos de karma
Enraizados todos ellos en los seis campos de los
sentidos.
Aquí, con el Sol de la sabiduría
Yo disipé la niebla del engaño corrompida con
impurezas,
Y engrosada con las visiones del orgullo y el
enfado,
Iluminando de este modo aquello que estuvo oscurecido
durante tanto tiempo.
Aquí, con el barco del esfuerzo tenaz,
Yo crucé el gran océano de la existencia cíclica
Con los monstruos marinos de la pasión y el deseo,
Con sus olas de ansia, y su aferramiento a las
visiones erróneas.
Aquí yo desperté a la realización
Que destruye el deseo, enfado, engaño,
Y los conceptos mentales,
Como a los saltamontes caídos dentro de un incendio
en el bosque.
Agobiado durante tanto tiempo,
Durante billones de eones incontables,
En el sendero de la existencia cíclica,
Aquí yo he revivido, ahora que mi tormento se ha extinguido.
[375]
Aquí yo he realizado el néctar,
Que no ha sido realizado por ningún otro exponente,
El cual es capaz de poner fin a la vejez, muerte,
angustia, y dolor,
Para beneficio del mundo.
Aquí
yo he alcanzado la ciudad de la impavidez,
Donde
el sufrimiento nacido del ansia ocasionada por la experiencia sensorial,
Y
el sufrimiento basado en los agregados,
Ya
no surgirá más.
Aquí yo he realizado cuales eran
Los enemigos internos en toda su multitud,
Tras haberles puesto coto y eliminarlos,
Yo me he asegurado de que no volverán a surgir.
Aquí yo he realizado el néctar
El cual, para conseguirlo,
Yo he dado mi carne, mis ojos, y muchas joyas
preciosas
Durante billones de eones.
Aquí yo he comprendido lo que fue realizado
Por innumerables Victoriosos del pasado,
Y cuáles son las palabras dulces y placenteras
Que son exclamadas en todo el mundo.
Aquí yo realicé que el mundo,
Nacido de forma dependiente, es vacío;
Recreándose en cada momento de cognición
Como un espejismo, o una ciudad de gandharvas.
Aquí yo he purificado el ojo más sublime
Por medio del cual yo veo todos los mundos
Como si fueran un fruto
Colocado en la palma de la mano.
Aquí yo recordé todas mis vidas pasadas.
Yo alcancé los tres conocimientos
Entonces recordé inmensurables miríadas de eones,
Como si estuviera despertando de un sueño.
Los dioses y los hombres se queman fuertemente
debido a las ideas falsas,
Con errores y puntos de vista erróneos.
Pero yo he bebido el elixir de la inmortalidad
Completamente libre de error.
Aquí, tras haber triunfado gracias al poder del
amor,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez
poderes
Cultivaron el amor hacia todos los seres.
Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la
compasión,
Yo bebí la esencia del néctar,
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez
poderes
Cultivaron la compasión hacia todos los seres. [376]
Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la
alegría,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez poderes
Cultivaron la alegría hacia todos los seres.
Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la
ecuanimidad,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerlo, aquellos dotados con los diez
poderes
Cultivaron la ecuanimidad durante miríadas de eones.
Aquí
yo bebí la esencia del néctar,
El
cuál ha sido bebido por aquellos dotados con los diez poderes, ´
Los
Victoriosos del pasado que son como leones,
Y
que son más numerosos que las arenas del Ganges.
Las
palabras que pronuncié Ante Mara y su ejército fueron:
“Yo no abandonaré la posición de piernas cruzadas
Hasta que ponga fin a la vejez y la muerte.”
Yo destruí la ignorancia
Con el llameante y duro vajra de la sabiduría,
Y alcancé los diez poderes;
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas cruzadas.
Yo alcancé el nivel de un Arhat,
Puse fin a todas las impurezas,
Y he destruido al ejército de los demonios.
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas
cruzadas.
Aquí yo he reducido a pedazos
Las puertas cerradas de los cinco oscurecimientos,
Y he cortado la hiedra del deseo.
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas
cruzadas.”
Entonces, este León entre los hombres
Se levantó lentamente de su asiento,
Y aceptando la unción ceremonial,
Se sentó sobre un trono de león.
Las asambleas de los dioses, utilizando jarros
enjoyados,
Llenos de diferentes aguas perfumadas,
Lavaron al Amigo del mundo,
Quien alcanzó la culminación de las cualidades, y los
diez poderes.
Miles de millones de dioses con instrumentos
musicales
Junto con miríadas de apsaras,
Se reunieron juntos
Para realizar homenajes sin fin.
Hijos de los dioses, por eso resulta
Razonable, lógico, y bien fundado
El
porqué los Victoriosos no abandonan la posición de piernas cruzadas
Durante
siete días en el centro de la tierra. [377]
Monjes, el Tathagata perfecta y completamente despierto se
sentó durante los siete primeros días en ese mismo asiento, pensando: “Yo he
alcanzado aquí la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación. Aquí yo he
puesto fin a los sufrimientos del nacimiento, vejez, y la muerte; los cuales
afectan desde un tiempo sin principio.”
Durante la segunda semana, el Tathagata viajó a través de
todos los tres mil miles de mundos. Durante la tercera semana, el Tathagata
observó sin pestañear el asiento de la Iluminación, y pensó: “Aquí yo desperté
a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, poniendo fin a los
sufrimientos ocasionados por el renacer, envejecer, y morir desde un tiempo sin
principio.”Entonces, durante la cuarta semana, el Tathagata dio un paseo, pero
esta vez no lejos, viajando esta vez desde el océano del este al océano del
oeste.
Entonces Mara, el maligno, se aproximó al Tathagata, y
dijo: “Puesto que ahora ya ha llegado el momento de que el Bhagavan entre en el
Parinirvana, ¡Qué pueda el Bhagavan entrar en el Parinirvana! ¡Qué pueda el
Sugata entrar en el Parinirvana!”
Monjes, cuando dijo esto, el Tathagata respondió a Mara,
el maligno: “Maligno, yo no entraré en el Parinirvana hasta que mis monjes más
antiguos no hayan llegado a conseguir el autocontrol, la lucidez, la
competencia, el esfuerzo valeroso, y la instrucción; hasta que ellos hayan
embarcado en el Dharma de una forma auténtica y se conviertan en maestros;
hasta que puedan vencer a sus oponentes de acuerdo al Dharma, y enseñar el Dharma
en conjunción con los poderes milagrosos. Maligno, yo no entraré en el
Parinirvana hasta que el Buda, el Dharma, y la Sangha no estén establecidos
sólidamente en el mundo; y hasta que un número infinito de bodhisatvas reciban
la profecía de que alcanzarán la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
Maligno, yo no entraré en el Parinirvana hasta que todas las cuatro asambleas
de mis seguidores lleguen a ser auto controladas, lúcidas, competentes, se
esfuercen valerosamente, y puedan enseñar el Dharma en conjunción con los
poderes milagrosos.” [378]
Entonces, tan pronto como Mara, el maligno, pudo escuchar
estas palabras, se hizo a un lado, y se quedó allí angustiado y deprimido.
Abatido, con la cabeza baja, el escribió en el suelo con un palo: “¡Ha
derrotado mi imperio!”
Entonces, tres de las hijas de Mara-Rati, Arati, y
Trsnā-se dirigieron con estos versos a Mara, el maligno:
“Padre, ¿Por qué estás triste?
¡Dinos quien es este hombre!
Nosotras lo ataremos con el lazo del deseo,
Y lo conduciremos como un elefante.
Conduciéndolo, nosotras pronto
Pondremos bajo tu control.
¡No sigas de mal humor!
¡Vas a quedar encantado!”
Mara, el maligno, dijo:
“El Sugata es el digno de ofrendas del mundo;
El nunca caerá bajo el poder del deseo.
El ha ido más allá de mi dominio;
¡Por eso es por lo que estoy tan triste!”
Pero aunque las jóvenes ya habían experimentado los actos
del bodhisatva y el poder del Tathagata, debido a su veleidad, no prestaron
atención a las palabras de su padre. Se transformaron en muchachas en la flor
de la juventud, con la madurez recién alcanzada, y para perturbar al Tathagata,
fueron ante él desplegando todas sus argucias femeninas. Sin embargo, puesto
que el Tathagata no les prestó ninguna atención, se transformaron en mujeres
ancianas y decrépitas. Entonces las chicas fueron ante su padre, y le dijeron:
“Padre, indudablemente es verdad lo que tú has
dicho;
“El no es perturbado por el deseo;
El ha ido más allá de mi dominio.
¡Por eso es por lo que estoy tan triste!”
La forma que manifestamos para destruir a Gautama
Debiera de haber roto su corazón.
Tan solo lo vio.
Padre, por favor, acaba con estos cuerpos nuestros
tan decrépitos.” [379]
Mara, el maligno, dijo:
“No sé de nadie en el mundo animado o inanimado
Capaz de cambiar lo que ha sido hecho por el poder de
un Buda.
Id rápidamente y confesad ante el Sabio las ofensas
que habéis cometido;
Entonces el devolverá la forma que vuestros cuerpos
tenían, tal como queréis.”
Así que las hijas fueron ante el Tathagata, y le pidieron
perdón, diciendo:
“¡Sugata, por favor, perdona nuestra ofensa!
¡Bhagavan, perdona nuestra ofensa,
Que nosotras, unas mujeres pueriles, estúpidas, sin
instrucción, sin destrezas, e ignorantes
Hemos cometido con el deseo de insultar al Bhagavan!”
Entonces el Tathagata se dirigió a ellas en verso:
“Vosotras queréis remover una montaña con vuestras
uñas,
Masticar hierro con vuestros dientes,
Traspasar una montaña con vuestras cabezas,
Y medir una profundidad insondable.”
Así que yo perdono vuestra ofensa, muchachas. ¿Por qué?
Porque resulta un avance en el entrenamiento en el Dharma verdadero el momento en
el que se comprende que una falta cometida es una falta, cuando se confiesa, y
cuando uno hace el voto de abstenerse de volver a cometerla de ahora en
adelante.”
Monjes, durante la quinta semana, el Tathagata moró en el
dominio del rey naga Mucilinda. Puesto que el tiempo en aquella semana era
malo, el rey naga Mucilinda, temeroso de que el cuerpo del Bhagavan pudiera
resultar dañado por el frio y el viento, salió de su morada, y enroscó su
cuerpo entorno del Tathagata siete veces dándole protección con su capucha.
Desde el este llegaron otros siete reyes nagas. Temiendo que el frio y el
viento pudieran dañar el cuerpo del Bhagavan, también enroscaron sus cuerpos
siete veces entorno al cuerpo del Bhagavan, y lo protegieron con sus capuchas.
Lo mismo que los reyes naga del este, también acudieron los reyes nagas del
sur, oeste, y norte [380] y temerosos de que el frio y el viento pudieran dañar
el cuerpo del Bhagavan, también enroscaron sus cuerpos siete veces en torno al
Bhagavan, y lo protegieron con sus capuchas. Esa pila de reyes naga alcanzó la
altura del Monte Meru, el rey de los montes. Esos reyes naga nunca habían
experimentado un gozo semejante al que sintieron durante esos siete días y
siete noches, debido a estar tan cerca del cuerpo del Bhagavan.
Cuando hubieron pasado los siete días, los reyes naga
fueron conscientes de que el mal tiempo había llegado a su fin, y entonces
desenroscaron sus cuerpos del cuerpo del Bhagavan. Entonces postraron sus cabezas
a los pies del Bhagavan, lo circunvalaron por tres veces, y retornaron a sus
respectivos hogares. El rey naga Mucilinda también se postró a los pies del
Tathagata, lo circunvaló por tres veces, y entonces se dirigió a sus dominios.
Durante la sexta semana, el Tathagata se dirigió desde los
dominios del rey naga Mucilinda hasta una higuera de Bengala propiedad de un
pastor de cabras. Por el camino, a las orillas del Rio Nairañjanā, entre los
dominios del rey naga Mucilinda y la higuera de Bengala del cabrero, el
Tathagata fue reconocido por algunos carakas, Parivrājakas, vrddhasrāvakas,
gautamas, nirgranthas, ājīvikas, y otros. Ellos le preguntaron: “Bhagavan, ¿Se
encontró Gautama felizmente durante la tormenta de siete días de duración?”
Monjes, en aquella ocasión, el Tathagata pronunció estas
palabras llenas de significado:
“Feliz es la soledad de quien tiene contentamiento,
Quien ha escuchado el Dharma y alcanzado la visión.
Feliz es quien se abstiene de hacer daño en este
mundo,
Quien evita dañar a los seres.
Feliz es quien está libre del deseo,
Quien ha transcendido el mal.
Feliz es quien ha vencido al egoísmo y el orgullo.
¡Estas son sin duda las formas supremas de
felicidad!”
Monjes, viendo cómo el mundo está abrasado por el
nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, la angustia, la lamentación, el
sufrimiento, el descontento, y los conflictos, el Tathagata acto seguido
pronunció en verso las siguientes palabras llenas de significado: [381]
“Este mundo está atormentado
Por los sonidos, sensaciones, sabores, formas, y
olores;
Incluso cuando la existencia les aterra,
Debido al ansia por existir, los seres continúan
persiguiendo la existencia.”
Durante la séptima semana, el Tathagata permaneció sentado
al pie de árbol de la Iluminación. Durante ese tiempo, dos avispados e
inteligentes mercaderes, unos hermanos llamados Trapusa y Bhallika, que viajan
del norte hacia el sur después de haber obtenido grandes beneficios, llevaban
una caravana compuesta por quinientos carros completamente cargados en los que
portaban muy diversas clases de mercancía.
Tenían dos toros llamados Sujāta y Kīrti. Estos dos toros eran
muy inteligentes y no tenían miedo; donde otros toros causaban problemas o
sentían temor cuando avanzaban, estos dos permanecían firmes como si estuvieran
atados a una estaca. No podían ser aguijoneados por un látigo, sino que eran
incitados a moverse con puñados de lotos o con guirnaldas de flores de sumana.
Cuando esta caravana de mercaderes se aproximó al árbol de
la Iluminación, una diosa que habitaba en el bosque hizo parar a los carros por
medio de un encantamiento, inmovilizándolos. Las ruedas de los carros se
hundieron hasta los ejes, los arneses se rompieron, y todas las demás partes
quedaron inutilizadas. A pesar de todos los esfuerzos, los carros no pudieron
ser movidos.
Asombrados y temerosos, los miembros de la caravana pensaron:
“¿Por qué estos obstáculos impiden el movimiento de los carros, cuando el
camino estaba llano y favorable?”Entonces trajeron a los dos toros, Sujata y
Kīrti, mostrándoles un puñado de lotos y guirnaldas de flores de sumana, pero
los toros no pudieron avanzar. Entonces los mercaderes pensaron: “Si estos dos
toros no han podido moverlos, seguramente ha de haber algún peligro más
adelante.” Entonces se enviaron exploradores a lomos de caballo. Cuando estos
retornaron, informaron de que no había ninguna clase de peligro más adelante.
Para reafirmarlos, entonces la diosa tomó forma haciéndose
visible, y les dijo: “¡No temáis! “ [382] Y entonces los dos toros fueron
capaces de llevar el carro al lugar en el que estaba el Tathagata.
Cuando llegaron allí, vieron al Tathagata brillando como
si fuera el dios del fuego, adornado por las treinta y dos marcas de un gran
ser, reluciendo con esplendor, con la majestad del Sol tras el alba.
Viéndolo, los mercaderes quedaron asombrados, y pensaron:
“¿Quién será? ¿Es Brahma, que ha venido a la tierra? ¿O es Sakra, el jefe de
los dioses? ¿O es Vaisravana, o quizá Sūrya o Chandra? ¿O es un dios de la
montaña, o un dios del río?”
Entonces el Tathagata les mostró sus ropas de color
azafrán, así que los mercaderes dijeron: “Esta persona de ropas de color
azafrán es un renunciante, así que no supone ninguna amenaza para nosotros.” De
hecho, ellos habían generado una gran devoción hacia él, así que dijeron entre
ellos: “Debe de ser la hora de comer para este renunciante, ¿Tenemos algún
bocado que darle?”
Algunos de los miembros de la caravana dijeron: “Tenemos
algo de miel, gachas, y caña de azúcar pelada.” Así que cogiendo la miel,
gachas, y la caña de azúcar pelada, fueron a donde se encontraba sentado el
Bhagavan, postraron sus cabezas a sus pies, lo circunvalaron por tres veces, y
permanecieron de pie a un lado. Entonces dijeron al Tathagata: “¡Por favor,
míranos con compasión, y acepta estas limosnas!”
Monjes, entonces el Tathagata se preguntó: “No sería
apropiado para mi coger estas limosnas con mis manos. ¿Qué recipiente
utilizaron los Budas Perfectos y Completos del pasado para aceptar las
limosnas?” Y en ese preciso instante la respuesta llegó a él.
Monjes, sabiendo que había llegado el momento de que el
Tathagata comiera, en ese momento aparecieron los Cuatro Grandes Reyes desde
las cuatro direcciones portando cuatro boles de limosnas hechos de oro. Se los
ofrecieron al Tathagata, diciéndole: “¡Por favor, míranos con compasión, y
acepta estos cuatro boles de limosnas hechos de oro!”
Sin embargo, pensado que esos boles no eran adecuados para
un monje, el Tathagata no los aceptó. [383] Así que entonces los Cuatro Grandes
Reyes volvieron con cuatro boles de limosnas hechos de plata, cuatro hechos de
berilio, cuatro hechos de cuarzo, cuatro hechos de coral, cuatro hechos de
esmeralda, y cuatro hechos con todas las gemas. Se las ofrecieron al Tathagata,
pero el declinó el ofrecimiento, pensando que todas estas eran inapropiadas
para un monje.
Monjes, entonces el Tathagata se preguntó qué clase de bol
de limosnas utilizaron los Tathagatas del pasado para aceptar las limosnas. Se
dio cuenta de que eran boles de limosnas hechos de piedra, así que ese
pensamiento surgió en su mente.
Entonces el Gran Rey Vaisravana dijo a los otros Grandes
Reyes: “Amigos, cuando los hijos de los dioses de cuerpo azul nos dieron cuatro
boles hechos con piedra, pensamos que eran para nosotros. Pero un hijo de los
dioses del reino azul, llamado Vairocana, nos dijo lo siguiente:
“¡Escuchad, estos boles de limosnas
no son para ser usados!
¡Guardadlos! Llegarán a ser honrados
como objetos sagrados.
Aparecerá un Victorioso llamado
Sakyamuni.
Ofrecedle estos boles a él.
Amigos, ahora ha llegado el tiempo
Para ofrecer un recipiente a
Sakyamuni,
Rindiéndole homenaje con el sonido
melodioso de canciones y címbalos,
Le ofreceremos los boles de mendigar.
El es un recipiente hecho de Dharma,
y es indestructible;
Mientras que estos boles hechos de
piedra son destructibles.
El será incapaz de aceptar ningún
otro bol,
¡Así que vayamos, para que pueda
aceptarlos!”
Cuando los
Cuatro Grandes Reyes, junto con sus parientes y
criados, fueron a donde se encontraba el Tathagata portando los boles en
sus manos, y llevando flores, incienso, perfumes, guirnaldas, e ungüentos; iban
tocando címbalos y gongs, y cantando canciones. Tras haber rendido homenaje al
Tathagata, llenaron los boles de limosnas con flores divinas, y lo ofrecieron
al Tathagata. [384]
Monjes,
entonces el Tathagata pensó: “Estos Cuatro Grandes Reyes devotos están dándome
cuatro boles de piedra. Pero cuatro son muchos para mí. Sin embargo, si
aceptara solo uno, los otros tres se verían decepcionados. Así que cogeré los
cuatro boles y los transformaré en uno solo.
Monjes,
entonces el Tathagata extendió su mano derecha, y habló al Gran Rey Vaisravana
en verso:
“¡Por ofrecer un bol al Sugata
Te convertirás en un vaso del
vehículo supremo!
Por ofrecer un bol de limosnas a
quienes son como yo,
Nunca carecerás de atención mental e
inteligencia.”
Monjes,
entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Vaisravana,
mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al
Gran Rey Dhrtarāstra:
“Quien da un bol de limosnas a un
Tathagata
Nunca carecerá de atención mental y
visión profunda.
Y pasará su tiempo de forma feliz y
cómoda,
Hasta que despierte al estado de
paz.”
Monjes,
entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Dhrtarāstra,
mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al
Gran Rey Virūdhaka:
“Da un bol de limosnas puro
Al Tathagata, que posee una mente
pura,
Y rápidamente llegarás a tener una
mente pura,
Alguien digno de veneración en el
mundo.”
Monjes,
entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Virūdhaka,
mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al
Gran Rey Virūpaksa:
[385]
“Dar, con devoción e intención pura,
Un vaso sin falta al Tathagata,
Quien no tiene faltas en disciplina y
conducta,
Y tu mérito de generosidad no tendrá
falta.”
Monjes,
entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Virūpaksa,
mirándolo con compasión. Cuando lo hubo aceptado, transformó los cuatro boles
en uno por la fuerza de su deseo, y entonces pronunció estos versos llenos de
significado:
“Puesto que yo, en una existencia
anterior, ofrecí boles de limosnas
Llenándolos con fruta y arreglándolos
de forma agradable,
Ahora los Cuatro Dioses, los grandes
magos,
Me dan ahora estos cuatro boles tan
bellos.”
Con
respecto a esto, se dice:
“Este sabio, penetrando la realidad
última,
Miró durante siete días al árbol de
la Iluminación.
La tierra tembló de seis formas
diferentes,
Y entonces este León entre los
hombres se levantó con los movimientos de un león.
Como el señor de los elefantes,
caminó lentamente,
Y eventualmente alcanzó el tronco de
una higuera.
Como el Monte Meru, el Sabio
permaneció sentado allí inamovible,
Absorto en la concentración y la
absorción meditativa.
En aquel tiempo, los dos hermanos
Trapusa y Bhallika
Con su caravana de mercaderes
Y de carros cargados de riquezas,
Llegaron a una arboleda de árboles de
sala en plena floración.
Instantáneamente, debido a la
radiación del Gran Sabio,
Las ruedas se hundieron en el suelo
hasta los ejes.
Viendo semejante situación,
Los mercaderes de la caravana estaban
aterrorizados.
Portando espadas, flechas, y lanzas,
Se preguntaban quien estaba viviendo
en la selva como un ciervo.
Vieron al Victorioso, quien era como
el Sol en un cielo sin nubes,
Y cuyo rostro era como la Luna de
otoño.
Sin hostilidad u orgullo,
Se postraron ante él, preguntándose
quién era.
Desde el cielo, una deidad dijo:
“Es un Buda trabajando para el bien
del mundo.”
Durante siete días con sus noches,
Esta encarnación de la compasión no
tomó comida o bebida,
Si queréis aminorar vuestras
aflicciones
Ofreced comida a Él, quien medita con
cuerpo y mente.” [386]
Cuando oyeron estas palabras tan
dulces,
Se postraron ante el Victorioso y lo
circunvalaron;
Complacidos, decidieron con sus
compañeros
Dar de comer al Victorioso.
Monjes, en
aquel tiempo el rebaño de vacas perteneciente a los mercaderes Trapusa y
Bhallika estaban pastando en una aldea cercana. Allí fueron ordeñadas las vacas
y dieron mantequilla clarificada, que los pastores trajeron a los dos
comerciantes, Trapusa y Bhallika, diciendo: “¡Oh señores nuestros! ¡Os lo
advertimos! Cuando ordeñamos todas vuestras vacas, dieron mantequilla
clarificada. ¿Esto es auspicioso, o no?”
Algunos
brahmines, que eran unos glotones, dijeron: “No es auspicioso, así que debería
de hacerse una gran ofrenda de esa mantequilla a los brahmines.”
Monjes,
sin embargo, en aquel tiempo un brahmín llamado Sikhandī tomó la palabra. El había
sido un pariente de los mercaderes Trapusa y Bhallika en una vida anterior. El
había renacido en el Cielo de Brahma, y ahora se había manifestado entre ellos
bajo la forma de un brahmín. El dijo lo siguiente, utilizando el verso, a los
mercaderes:
“En el pasado vosotros hicisteis esta
aspiración:
“Cuando el Tathagata alcance la
Iluminación,
Que pueda el comer de nuestra comida
Y girar la rueda del Dharma.”
Esta aspiración se ha cumplido ahora.
El Tathagata ha alcanzado la Iluminación,
Así que le debería de ser ofrecida
esta comida,
Y una vez que sea comida, él girará
la rueda del Dharma.
Que vuestras vacas hayan dado
mantequilla clarificada
Es muy auspicioso; y sucede bajo una
constelación auspiciosa.
Esto es debido a las acciones
meritorias
De este Gran Sabio.”
Una vez que Sikhandī
hubo inspirado a los mercaderes,
Retornó a su propia morada.
Trapusa y los otros
Estaban entusiasmados.
Ellos combinaron la leche
De mil vacas, [387]
Sacaron la nata de la parte superior,
Y con gran respeto prepararon la
comida.
Limpiaron, pulieron, y sanearon
Un bol de materiales preciosos
llamado Luna,
Y que costaba cien mil monedas una
sola onza.
Entonces lo llenaron hasta el borde
con comida.
Portando la comida y el bol de joyas
Se aproximaron al tronco de la
higuera, y dijeron al Maestro:
“¡Venerable, por favor, recibe y
acepta esto de nosotros!
¡Te rogamos que comas esta comida
bien preparada!”
Llevado por la compasión hacia los
dos hermanos,
Y porque era conocedor de su
intención de encaminarse hacia el despertar,
El Maestro aceptó y comió la comida;
Una vez ingerida, el lanzó el bol
alto hacia el cielo.
Un hijo de los dioses llamado Subrahman
Recogió este bol supremo,
Y aún hoy en día le hace
ofrecimientos,
En el Cielo de Brahma, junto con sus
compañeros.
Entonces,
en esa ocasión, el Tathagata deleitó extraordinariamente los mercaderes Trapusa
y Bhallika con estos versos:
“¡Que pueda la auspiciosidad divina,
la cual colma todos los propósitos,
Y que trae la buena fortuna en todas
las diez direcciones
Satisfacer todas vuestras
expectativas!”
¡Que pueda todo ser favorable pronto!
Lo mismo que una guirnalda en torno a
vuestro cuello,
¡Qué pueda haber en vuestra mano
derecha,
Que pueda haber gloria en mano
izquierda,
Y que pueda haber gloria en torno
vuestro!
¡Que puedan los mercaderes que
persiguen la riqueza
Y que viajan en las diez direcciones,
Alcanzar un gran beneficio,
Y que ello pueda traerles la
felicidad!
Si por alguna razón
Necesitáis viajar hacia el este,
¡Qué puedan protegeros las estrellas
Que hay en esa dirección!
Krttikā, Rohinī, Mrgasrārdrā
Andra, y Purnavastu,
Pusya, y también Aslesā
Son las constelaciones situadas al
este. [388]
¡Que puedan estas siete
constelaciones brillantes,
Que guardan el mundo
Desde el este,
Protegeros siempre!
¡Que pueda su famoso rey,
Llamado Dhrtarāstra,
El señor de todos los gandharvas,
Junto con el Sol, protegeros siempre!
¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre
Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!
En la dirección este
Habitan las ocho doncellas divinas:
Jayanti, Vijayanti,
Siddhārtha, y Aparājitā.
Nandottarā, Nandisenā,
Nandinī, y Nandavardhanī,
¡Que puedan ellas protegeros
Con salud y bienestar!
¡Que pueda el relicario[3] llamado
Chāpala,
Situado en dirección este,
Habitado por los Conquistadores, los
protectores destructores de enemigos,
Protegeros especialmente con salud y
bienestar!
¡Que puedan las regiones del este ser
favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros
ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que volváis con gran riqueza!
Si por alguna razón debierais viajar
hacia el sur,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!
Las constelaciones de Maghā,
Y también Phālgunīs, Hasta, y Citrā,
Que es la quinta,
Junto con Svātī y Visākhā están de dirección sur.
¡Que puedan estas siete
constelaciones brillantes.
Que guardan el mundo
Desde el sur,
Protegeros siempre! [389]
Su rey y señor
Es llamado Virūdhaka,
¡Que pueda este señor de todos los
kumbhāndas,
Junto con Yama, protegeros!
¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre
Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!
En dirección sur
Habitan ocho doncellas divinas:
Sriyāmatī, Yasamatī,
Yasaprāptā, y Yasodharā.
Suutthitā, Suprathamā,
Suprabudhā, y Sukhāvahā.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!
¡Que pueda el relicario llamado
Padma,
Situado en dirección sur,
Que continuamente brilla iluminándolo
todo,
Protegeros especialmente dando salud
y bienestar!
¡Que puedan las regiones del sur ser
favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros
ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que volváis con gran riqueza!
Si por alguna razón debierais viajar
hacia el oeste,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!
Anurādhā y Jesthā,
Mūla y Dhrthavīryatā,
Āsāthas y Abhijit,
Y Sravana, estas son las siete.
¡Que puedan estas siete
constelaciones brillantes
Que guardan el mundo
Desde el oeste,
Protegeros siempre!
Su rey y señor
Es conocido como Virūpāksa;
¡Que pueda este señor de los nagas,
Junto con Varūna, protegeros! [390]
¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre
Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!
En dirección oeste
Habitan ocho doncellas divinas:
Alambusā, Misrakesī,
Pundarīkā, Arunā,
Ekādasā, Navanamikā,
Sītā, y Krsnā
Draupadī.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!
En dirección oeste hay una montaña
llamada Astamga,
El Sol y la Luna también residen
allí,
¡Que pueda otorgaros los resultados
que deseéis,
Y protegeros con riquezas y
bienestar!
¡Que puedan las regiones del oeste
ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros
ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que retornéis con gran riqueza!
Si por alguna razón debierais viajar
hacia el norte,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!
Dhanisthā, Satabhisā,
El par de Pūrva Aparā y
Uttara Aparā,
Revatī, Asvinī, y Bharanī,
Son las siete.
¡Que puedan estas siete
constelaciones brillantes
Que guardan el mundo
Desde el norte,
Protegeros siempre!
Su rey y señor es Kubera,
Traído por los hombres.
¡Que pueda Naravāhana,
el rey de los Yaksas,
Junto con Manibhadra, protegeros!
¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre
Indra, [391]
Protegeros dando salud y bienestar!
En dirección norte
Habitan ocho doncellas divinas:
Ilādevī y Surādevī,
Prthvī y Padmāvatī.
Mahārājā, Āsā,
Sraddhā, y la modesta Sirī.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!
En dirección norte está la montaña
llamada Gandhamādana,
Que es la morada de todos los yaksas
y bhūtas.
Tiene el pico Citrakūta
que es hermoso de contemplar.
¡Que pueda protegeros con riqueza y
bienestar!
¡Que puedan las regiones del norte
ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros
ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que retornéis con gran riqueza!
Las veintiocho constelaciones,
Están siete en cada una de las cuatro
direcciones;
Las treinta y dos doncellas divinas
Están ocho en cada una de las cuatro
direcciones.
¡Que puedan los ocho ascetas y los
ocho brahmines,
Los ocho tipos de poblaciones,
Y los ocho dioses que acompañan a
Indra
Protegeros dondequiera que os
encontréis!
¡Qué pueda la buena fortuna estar con
vosotros cuando partáis!
¡Que pueda la buena fortuna estar con
vosotros cuando retornéis!
¡Que podáis tener la buena fortuna de
volver a ver a vuestros familiares,
Y que ellos puedan estar felices de
veros!
¡Que puedan los yakshas, Grandes
Reyes, y los Arhats,
Junto con los Sakras, ser
benevolentes con vosotros!
¡Que pueda seguiros la buena fortuna
dondequiera que vayáis!
¡Que podáis obtener la felicidad de
la inmortalidad!
Siempre protegidos amorosamente por
Brahma y Vāsiva,
Y por aquellos que están
completamente liberados y libres de efusiones,
Que siempre seáis tratados
amorosamente por yaksas y nagas,
Y que podáis vivir cien otoños!
El Guía Incomparable, el Protector
del Mundo,
Alabó sus ofrendas respetuosas,
diciendo:
“¡Debido a este acto virtuoso, en una
existencia futura,
Cada uno de vosotros será un
Victorioso llamado Madhusambhava!”
Esta fue la primera profecía hecha [392]
Por el Victorioso, el Guía del Mundo.
El número infinito de bodhisatvas que
fueron profetizados más tarde
No pueden ser apartados de la
Iluminación.
Cuando escucharon la profecía del
Victorioso,
Los dos hermanos quedaron encantados
y supremamente complacidos;
Junto con sus compañeros
Tomaron refugio en el Buda y el
Dharma,
Esto concluye el Capítulo Veinticuatro,
sobre “Trapusa y Bhallika.”
[2] Dharani-manda.
[3] Caitya, una pequeña estupa o monumento
conmemorativo que solía albergar reliquias de algún ser santo.
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