jueves, 23 de mayo de 2019

Sutra del Desarrollo de la actividad completa (Lalitavistara) Cap. 25 Las exhortaciones.


Monjes, mientras el Tathagata estaba sentado bajo el árbol de la Iluminación, en soledad íntima, tras haber alcanzado la Perfecta y Completa Iluminación, tuvo el siguiente pensamiento en relación a aquellos que actúan de acuerdo al mundo:

“¡Hay! Esta verdad que yo he realizado y a la que he despertado es profunda, llena de paz, tranquila, calma, completa, difícil de ver, difícil de comprender, e imposible de conceptualizar pues es inalcanzable para el intelecto. Solo los Seres Nobles sabios y los adeptos pueden entenderlo. Es el abandono completo y definitivo de todos los agregados, el final de todas las sensaciones, la verdad absoluta, y está libre de una base. Es un estado de paz completa, libre del aferramiento, inaprehensible, invisible, imposible de mostrar, no compuesto, más allá de las esferas de los seis sentidos, inconcebible, inimaginable, e inefable. Es indescriptible, inexpresable, incapaz de ser ilustrado. No obstruido, más allá de toda referencia, corta toda emocionalidad a través del sendero de la calma, y es la vacuidad carente de imagen; es el agotamiento del ansia y es la cesación libre de deseo. Es el nirvana. Si yo enseñara esta verdad a otros, estos no lo entenderían. Enseñar la verdad me agotaría, y sería mal interpretada, y por tanto sería algo inútil. Así que permaneceré en silencio, y lo guardaré para mí.”

En ese momento, él pronunció los siguientes versos:

“Profunda, llena de paz, inmaculada, lúcida, e incondicionada
Es esta verdad semejante al néctar, la cual yo he realizado.
Si yo la enseñara, nadie la entendería,
Por tanto, yo seguiré guardando silencio en el bosque.

Yo he descubierto el estado absoluto supremamente sublime y asombroso;
Es el estado inefable, no mancillado por el lenguaje;
Es la Talidad, el reino de los fenómenos[1] semejante al cielo,
Está completamente libre del pensamiento discursivo y conceptual.

Este significado no puede ser comprendido por medio de palabras y letras;
Es comprendido por los que poseen mentes agudas,
Esos seres que fueron a los Budas del pasado,
Escucharon su enseñanza, y alcanzaron la certeza.

Aquí no existe el Dharma;
Lo que no tiene existencia no puede ser encontrado.
Para quien conoce la cadena de causa y efecto,
Aquí no hay existencia ni no existencia.

Durante inmensurables cientos de miles de eones
Yo emulé a los Victoriosos de antaño,
Pero yo no alcancé la paciencia por el hecho
De que no existe ego, ni ser, ni fuerza vital.

Cuando yo alcancé esta paciencia
De que aquí nadie nace ni muere,
De que la naturaleza de todos estos fenómenos carece de entidad propia,
Entonces el Buda Dīpamkara hizo una profecía respecto a mí.

Con mi compasión infinita hacia todo el mundo
Yo no me quedaré tan solo porque alguien lo suplique.
Todos esos seres tienen fe en Brahma,
Entonces, cuando él suplique, yo giraré la Rueda del Dharma.

Solo sería posible enseñar este Dharma mío
Si Brahma se postrara a mis pies,
Suplicando que yo enseñara este Dharma inmaculado y sublime;
Y si existieran seres inteligentes con buena disposición.”

Monjes, en ese momento, el Tathagata irradió una luz desde el centro de su frente, que iluminó todo el gran universo de tres mil miles de mundos con una luz brillante. Entonces, por medio del poder del Buda, el Gran Brahma, el del Nudo de cabello en lo alto de su cabeza, rodeado y escoltado por seis millones ochocientos mil Brahmas, fue a donde se encontraba el Tathagata. Cuando llegó, postró su cabeza a los pies del Tathagata, y con sus manos juntas, le dijo: “Tathagata, incluso después de haber despertado a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, estás inclinado a guardarte el Dharma para ti, sin enseñarlo. ¡Ay, Bhagavan! ¡Este mundo está condenado! ¡Ay, Bhagavan, este mundo está realmente condenado! Existen seres inteligentes con buena disposición. y con el potencial, fortuna, y la habilidad para comprender lo que el Bhagavan diga. Siendo ese el caso, ¡Oh, Bhagavan, por favor, enseña el Dharma! ¡Por favor, Oh Sugata, enseña el Dharma!”

Entonces Brahma pronunció estos versos:

“Tras haber alcanzado el mandala grande y sublime de la sabiduría,
E irradiando rayos de luz en las diez direcciones.
Los rayos de tu sabiduría podrían hacer florecer a aquellos que son como lotos,
Así que, Sol de la Palabra, ¿Por qué entonces permaneces hoy indiferente?

Convenciendo a los seres con la riqueza de los Seres Nobles,
Tú podrías disipar los temores de muchas decenas de millones de seres.
¡No es adecuado, Oh Amigo del Mundo,
Que permanezcas callado, indiferente hacia el mundo!

¡Qué puedas golpear el timbal del Dharma!
¡Qué puedas soplar la concha del Dharma genuino!
¡Que puedas erigir el pilar del Dharma!
¡Que puedas encender la gran lámpara del Dharma!

¡Que puedas hacer caer la lluvia del Dharma más sublime!
¡Que puedas hacer cruzar a todos los que están en el océano de la existencia!
¡Qué puedas liberar a todos los que están afligidos por graves enfermedades!
¡Qué puedas aliviar a aquellos atormentados por los fuegos de las aflicciones!

¡Qué puedas enseñar el camino hacia la paz,
Que es alegre, auspicioso, imperecedero, y sin pesar!
¡Oh, Protector, ten compasión por aquellos que están en el camino equivocado,
Ya que ellos carecen de ayuda, pues no transitan el sendero que lleva al nirvana!

¡Qué puedas abrir las puertas a la liberación!
¡Qué puedas enseñar el camino del Dharma, que está libre de confusión!
¡Oh Señor, que puedas purificar el sublime ojo del Dharma
De aquellos seres ciegos de nacimiento!

¡Oh Protector, Luna entre los hombres, no hay nadie como tú,
En el mundo de Brahma, en el mundo de los dioses,
O en el mundo de los yaksas, gandharvas, o humanos;
Nadie capaz de eliminar de los  mundos el nacimiento y la muerte!

¡Oh Rey del Dharma, junto con todos los dioses
Te lo suplico!
Que a través de este mérito que también yo pueda
Girar la Rueda del Dharma, el más sublime!”

Monjes, para mostrar la amabilidad al mundo de los dioses, humanos, y no humanos, el Tathagata miró al mundo con compasión, y en silencio asintió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la Cabeza. Y ya seguro, una vez que el Gran Brahma, el del Nudo en el alto de la Cabeza, comprendió que este Tathagata había asentido en silencio, ungió al Tathagata con polvo de sándalo divino y polvo de aloe divino, y sintiéndose alegre extasiado, se desvaneció en ese mismo instante.

Monjes, para engendrar respeto hacia el Dharma en este mundo; para incrementar la raíz de virtud generada por los repetidos requerimientos de que enseñara el Dharma hechos por el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de cabeza; y debido a que el Dharma es excepcionalmente profundo, el Tathagata una vez más fue hacia la intimidad de la soledad, y entonces tuvo el siguiente pensamiento: “Esta verdad a la que he despertado es profunda, sutil, luminosa, difícil de comprender, inconcebible, y más allá del intelecto. Solo es entendido por el inteligente y el sabio, no es acorde con la forma de vida mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de todos los agregados, el cese de todas las formaciones, un estado de interrupción a través del sendero de la calma mental, es vacuidad sin imagen. Es la destrucción del deseo y [396] es la cesación libre de deseo. Es cesación, es el nirvana, la budeidad perfecta y completa. Si yo me dispusiera a enseñar esta verdad, los demás no lo entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor lo mantendría solo para mí.”



Monjes,  gracias al poder del Buda, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, una vez más volvió a ser consciente de este pensamiento del Tathagata, y fue a ver a Sakra, el jefe de los dioses. Cuando llegó dijo a Sakra, el jefe de los dioses:

“Kausika, has de comprender que el Tathagata, el Perfecta y Completamente Iluminado, no siente disposición a enseñar el Dharma, y así, ¡se lo guarda para sí mismo!
Y puesto que el Arhat, el Tathagata Perfecta y Completamente despierto, no está inclinado a enseñar el Dharma, y de este modo se lo guarda para sí mismo, ¡Ay, oh Kausika, este mundo está condenado! ¡Ay, oh Kausika, este mundo está realmente condenado! ¡Ay, este mundo estará hundido en la gran oscuridad de la ignorancia! Siendo así, ¿Por qué no vamos entonces y pedimos que el Arhat, el Tathagata Perfecta y Completamente despierto, gire la Rueda del Dharma? ¡Porque los Tathagatas no giran la Rueda del Dharma salvo que les sea requerido!”

Sakra respondió:

“Muy bien, amigo mío”

Y así, una vez que la noche hubo pasado, Sakra, Brahma, los dioses de la tierra, los hijos de los dioses que habitan en la atmósfera, los hijos de los dioses del Cielo de los Cuatro Grandes reyes, los del Cielo de los Treinta y Tres, los del Cielo de Libre de conflictos, los del Cielo del Gozo, los del Cielo de Deleitándose en emanaciones, los del Cielo de Haciendo uso de las emanaciones de otros, los del Cielo de Brahma, los del Cielo Luminoso, los del Cielo de Gran fruto, los del Cielo de Virtud perfecta, y los de las moradas puras-muchos cientos de miles de dioses de hermosas apariencias-iluminaron el área en torno a la higuera con su belleza divina y su luminosidad, y se aproximaron al Tathagata.
Postraron sus cabezas a los pies del Tathagata, lo circunvalaron, y permanecieron de pie a un lado. Entonces Sakra, el jefe de los dioses, se postró con las manos juntas en dirección al Tathagata, y lo alabó con los siguientes versos: [397]

“Tu mente está completamente liberada,
Como una Luna llena no eclipsada;
¡Que puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!”

Cuando pronunció estas palabras, el Tathagata permaneció en silencio. Entonces el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, dijo a Sakra, el jefe de los dioses:

“¡Oh, Kausika, los Tathagatas Perfecta y Completamente Iluminados no son requeridos para que giren la Rueda del Dharma de la forma en que tú has hecho”

Así que el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, colocó su manto sobre su hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y postrándose ante el Tathagata con las manos juntas, le dirigió estas palabras en verso:

“¡Que puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!
¡Oh Sabio, enseña el Dharma
Que es codiciado en todas partes!

Monjes, tras decir esto, el Tathagata repitió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza:

“¡Oh, Gran Brahma, esta verdad a la que he despertado es profunda, sutil, luminosa, difícil de comprender, inconcebible, y más allá del intelecto. Solo es entendido por el inteligente y el sabio, no es acorde con la forma de vida mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de todos los agregados, el cese de todas las formaciones, un estado de interrupción a través del sendero de la calma mental, es vacuidad sin imagen. Es la destrucción del deseo y es la cesación libre de deseo. Es cesación, es el nirvana, la budeidad perfecta y completa. Si yo me dispusiera a enseñar esta verdad, los demás no lo entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor lo mantendría solo para mí.”

Y estos versos son de nuevo mi réplica para ti, ¡Oh, Brahma!:

“Mi sendero es profundo y va contra corriente,
Es difícil de ver,
Puesto que aquellos cegados por las pasiones no pueden verlo.
Por tanto, enseñarlo no será de ayuda alguna.

Los seres han caído en el torrente del deseo,
Y son arrastrados por la corriente.
Yo soporté grandes trabajos para conseguir este Dharma,
Por tanto, enseñarlo no servirá de ayuda.”

Monjes, cuando Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, y Sakra, el jefe de los dioses, se dieron cuenta de que el Tathagata permanecería silente, esos dos grandes seres y su séquito de dioses se sintieron entristecidos y desconsolados, y entonces desaparecieron de allí. Y así por tercera vez la mente del Tathagata permaneció desinteresada. [398]

Monjes, en aquel tiempo, en el país de Magadha comenzó a circular entre la gente toda clase de opiniones falsas y negativas. Algunos decían que no volverían a soplar los vientos, y otros decían que los fuegos no arderían. Algunos decían que no volvería a llover, algunos que los ríos no fluirían, otros que las cosechas no crecerían. Algunos decían que los pájaros no volverían a surcar el cielo, y otros que las mujeres no darían a luz sin contratiempos.
Monjes, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, conocía la naturaleza de los pensamientos del Tathagata, y también estaba al corriente de las opiniones que circulaban entre los habitantes de Magadha. Así que, en lo más profundo de la noche, iluminó toda el área que circundaba la higuera con una luz celestial de color bello, y se aproximó al Tathagata.
Cuando llegó postró su cabeza a los pies del Tathagata, colocó su manto sobre un hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y con las palmas de sus manos juntas, se dirigió al Tathagata con estos versos:

“Hasta ahora, entre la gente de Magadha, han prevalecido doctrinas corruptas;
Por tanto, allí han emergido enseñanzas impuras.
Así que, por favor, oh Sabio, abre la puerta del néctar
Pues están listos para escuchar la doctrina del Buda.

Tú has hecho lo debido para llegar a la independencia,
Abandonando las impurezas que generan el sufrimiento.
Tu virtud no tiene incremento o decrecimiento,
¡Aquí, en el mejor de los Dharmas, has alcanzado la perfección!

¡Oh Sabio[2], aquí, en este mundo, no hay nadie como tú!
¡Oh Gran Sabio[3]!, ¿Dónde podría encontrarse a alguien superior a ti?
¡Oh, Bhagavan, siendo el mejor, brillas en los Tres Reinos,
Como la montaña en que habitan los semidioses! [399]

¡Por favor, ten compasión de los seres que sufren!
¡En quienes son como tú, nunca es adecuado permanecer indiferente!
¡Oh, Bhagavan, tú estás dotado de ausencia de miedo y poder!
¡Solo tú eres capaz de liberar a los seres!

¡Que puedan todos esos seres que soportan durante tanto tiempo el dolor,
Incluyendo a los dioses, ascetas, y brahmines,
Tener una vida saludable y libre enfermedades,
Pues para ellos no hay otro refugio!

Los dioses y humanos te han estado siguiendo durante mucho tiempo
Anhelando el néctar con un pensamiento virtuoso.
¡Qué pueda ser proclamado el Dharma, el que no está disminuido,
Que es tal como el Victorioso entiende!

Por tanto, yo te imploro a ti, cuyo poder es tan extenso y benevolente,
Que entrenes a los seres que hace tiempo se apartaron del sendero.
Ellos llevan mucho anhelando oír significados nunca escuchados,
Lo mismo que el débil ansia ser alimentado.

¡Oh Gran Sabio, la gente sedienta
Espera que derrames la lluvia del Dharma
Como una nube cayendo sobre la tierra seca!
¡Oh Guía, sácialos con la nube del Dharma!

La gente, perdida, vaga desde hace mucho tiempo en la existencia
Albergando visiones erróneas, llenas de espinas.
¡Enseña el sendero correcto libre de zarzas,
Por el cual se alcanza el néctar cuando se medita en él!

El ciego, que por falta de un guía ha caído en el abismo,
No puede ser sacado de él por ningún otro.
¡A ti, Toro de los sabios, te suplico
Que rescates a quienes han caído en un profundo barranco!

¡Oh, Sabio, qué rara es la buena fortuna de estar contigo!
Un Victorioso guiando aparece en el mundo raramente,
Lo mismo que la flor de udumbara!
¡Protector, te ruego que liberes a los seres que han tenido esa oportunidad!

En tus vidas anteriores has tenido el pensamiento:
“Una vez que haya cruzado yo, entonces salvaré a los demás!”
Ahora que tú has alcanzado a salvo la otra orilla,
Cumple tu voto solemne, con el poder de la verdad.

¡Oh Sabio, disipa la oscuridad con la lámpara del Dharma!
¡Enarbola en lo alto el estandarte del Tathagata!
¡Ha llegado el momento de que tus melodiosas palabras sean escuchadas!
¡Ruge como un león, una voz que resuena como un tambor!”

Monjes, entonces el Tathagata observó el mundo entero con su ojo de Buda, y vio a seres que poseían diferentes aptitudes, a los que eran básicos, mediocres, y avanzados; a aquellos de buena disposición y [400] fáciles de purificar, a aquellos de mala disposición y difíciles de purificar; a aquellos capacitados para entender con solo una breve sentencia, y a aquellos para quienes las palabras son primordiales y que para su comprensión necesitan explicaciones detalladas. Así pues, él vio que los seres estaban agrupados en tres categorías: una establecida en lo erróneo, otra establecida en lo cierto, y otra indeterminada. Monjes, lo mismo que cuando una persona está al borde de un estanque de lotos, y ve que algunos lotos están sumergidos en el agua, algunos a nivel con el agua, y otros por encima del agua, así fue como el Tathagata vio a los tres grupos de seres cuando observó al mundo con su ojo de Buda.
Monjes, entonces el Tathagata pensó: “Tanto que enseñe el Dharma como no, ese grupo asentado en lo erróneo no entenderá el Dharma; tanto que enseñe el Dharma como no, ese grupo asentado en lo cierto entenderá el Dharma; sin embargo, el grupo indeterminado, entenderá el Dharma si yo lo expongo; pero si no enseño el Dharma, no lo entenderá.”

Monjes, entonces el Tathagata engendró la gran compasión, comenzando con los seres englobados en el grupo de los indeterminados. Monjes, desde la perspectiva de su sabiduría perfecta, el Tathagata entendió entonces el requerimiento hecho por Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, y por eso se dirigió a él con estos versos:

“¡Oh, Brahma! Las puertas del néctar están abiertas
Para aquellos habitantes de Magadha
Cuyos oídos estén abiertos y tengan devoción,
Que escuchen constantemente con atención, y se abstengan de dañar.”

Entonces, una vez que Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, comprendió que el Tathagata había aceptado, se regocijó lleno de satisfacción y júbilo. Arrobado y muy contento, postró su cabeza a los pies del Tathagata, y se desvaneció entonces mismo. [401]

Monjes, entonces, los dioses de la tierra proclamaron y anunciaron a los dioses de la atmósfera:

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Una vez que los dioses de la atmósfera oyeron esto de los dioses de la tierra, ellos se lo comunicaron a los dioses del Cielo de los Cuatro Grandes Reyes. Los dioses del Cielo de los Cuarto Grandes Reyes se lo comunicaron a los del Cielo de los Treinta y Tres. Los del Cielo de los Treinta y Tres se lo comunicaron a los del Cielo de Libre de conflictos. Los del Cielo de Libre de conflictos se lo comunicaron a los del Cielo del Gozo. Los del Cielo del Gozo se lo comunicaron a los del Cielo de Deleitándose en emanaciones. Los del Cielo de Deleitándose en emanaciones se lo comunicaron a los del Cielo de Haciendo uso de las emanaciones de otros. Finalmente estos lo anunciaron y proclamaron a los dioses de los Cielos de Brahma:

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Monjes, entonces todos ellos, simultáneamente, desde los dioses de la tierra hasta llegar a los dioses de los Cielos de Brahma, anunciaron al unísono la misma proclamación hecha antes: 

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Monjes, entonces los cuatro dioses del árbol de la Iluminación, llamados Dharmaruci, Dharmakaya, Dharmamati, y Dharmacārin [402] cayeron a los pies del Tathagata, y preguntaron: “¿Dónde girará el Tathagata la Rueda del Dharma?”

Monjes, cuando ellos preguntaron eso, el Tathagata contestó: “En el Parque de los ciervos, en la Colina de los sabios caidos, a las afueras de Varanasi[4]

Entonces ellos dijeron: “¡Oh Bhagavan, la ciudad de Varanasi posee solo una cantidad de habitantes limitada, y el Parque de los ciervos solo tiene una cantidad limitada de árboles que den sombra. Oh, Bhagavan, existen otras grandes ciudades que son ricas, florecientes, seguras, y acogedoras, en las que abundan las provisiones, donde se encuentran reunidas muchas personas y criaturas; y que están adornadas con jardines, bosques, y montañas. ¡Que pueda el Bhagavan girar la Rueda del Dharma en alguno de estos otros lugares!”

Entonces el Tathagata replicó: “¡No digáis cosas semejantes, buenos señores! ¿Y por qué? Yo hice allí sesenta trillones de sacrificios; yo hice allí ofrendas a sesenta trillones de Budas. Varanasi fue el lugar preferido por los Munis[5] del pasado; ese lugar, ensalzado por los dioses y nagas, siempre resulta ser inspirador para el Dharma.
Yo recuerdo que noventa y un billones de Budas anteriores giraron la rueda sublime en esa arboleda suprema llamada así debido a los sabios; donde la paz, tranquilidad, y concentración son realizadas; y donde siempre habitan los ciervos. Por tanto, también yo giraré la rueda sublime en la arboleda suprema que es llamada así debido a los sabios.”


Esto concluye el Capítulo Veinticinco, sobre “Las exhortaciones.”



[1] Dharmadhatu.
[2] Muni.
[3] Mahamuni.
[4] Benarés.
[5] Sabios.

1 comentario:

  1. ¡Muy buen blog señor! ¡Por favor, continúe! Gracias por las traducciones y por las notas de las palabras en sánscrito, pues creo que también es bueno tener los nombres de los bodhisattvas y buddhas en sánscrito.

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