lunes, 10 de marzo de 2014

Sutra "Reuniendo Testigos con Cien Postraciones"



Sutra “Reuniendo Testigos con Cien Postraciones.”
 
 
Trad. UPASAKA LOSANG GYATSO.
 

 

 

 

 


Sutra “Reuniendo Testigos con Cien Postraciones.”

Catálogo Tohoku 267, del Kangyur de Degé. Vol. 68, folios 1b-5b.

 

Traducido por el Grupo de Traducción Sakya Pandita, una división de Tsechen Kunchab Ling.

 

Resumen.

El Sutra “Reuniendo Testigos con Cien Postraciones” es ampliamente conocido como el primer Sutra en llegar a Tibet, mucho antes de que Tibet se convirtiera en una nación budista, durante el reinado del rey tibetano Lha Thothori Nyentsen. Escrito para ser recitado como práctica personal, comienza con 108 postraciones y alabanzas a los muchos Budas de las diez direcciones y de los tres tiempos, a las doce categorías de escrituras contenidas en el Tripitaka, a los bodhisattvas de las diez direcciones, y a los Arhats discípulos del Buda. Después de hacerles ofrendas, de confesar y purificar las negatividades, y de hacer oraciones aspirando a la realización de acciones virtuosas durante todas las vidas, el texto incluye recitaciones de los votos de refugio en las Tres Joyas, y de generación del pensamiento de la Iluminación[1]. El texto concluye con el regocijo ante las virtudes de los Seres Iluminados, una petición para que los Budas otorguen una profecía sobre el logro de la Iluminación, y la aspiración a pasar desde esta vida a un estado de Dharma puro.

Reconocimientos.

Este Sutra ha sido traducido del tibetano al inglés por el Grupo de Traducción Sakya Pandita, una División de Tsechen Kunchab Ling, con la colaboración del Venerable Khenpo Kalsang Gyaltsen, y la Reverenda Drª Chodrung-ma Kunga Chodron, en 2010.

Introducción.

El Sutra Reuniendo Testigos con Cien Postraciones, es ampliamente conocido y reverenciado como uno de los primeros textos budistas en llegar a Tibet, llegando durante el siglo tercero de acuerdo a la datación hecha por los historiadores tibetanos; o durante el siglo quinto, de acuerdo a eruditos Occidentales tales como Hugh Richardson y Erik Haarh. En cualquier caso, esto sucedió mucho antes de que la gente de Tibet llegara a ser budista, o de que hubiera un lenguaje escrito. Esta circunstancia es substanciada tanto por el colofón del texto como por Butön, en su obra Historia del Budismo en India y Tibet.  El la traducción de esta obra de Butön, hecha por Obermiller, se cuenta:

“Como el número 26 de esta línea (que comenzó con el primer rey tibetano, Nyathi Tsenpo) apareció el Rey Thothori Nyentsen. Cuando este último tenía la edad de 16 años, y estaba morando en la cúspide del Palacio de Yam-bu-la-gan,  cayó un cofre del cielo, y cuando fue abierta su tapa, se encontraron dentro el Sutra Karandavyuha, los Cien Preceptos Concernientes a la Veneración[2]; y una caitya[3] de oro. El cofre recibió el nombre de “Auxiliador Misterioso”, y fue venerado por el rey. Este último llegó a vivir 120 años, y llegó a ser testigo del amanecer de la Suprema Doctrina; hasta ese momento, el reino había sido gobernado por los Bon-pos.  En un sueño que tuvo este rey le fue profetizado que en la quinta generación se llegaría a conocer el significado de esos textos sagrados que él había obtenido milagrosamente.”

Aunque el texto es probable que haya llegado a Tibet no más tarde el siglo quinto, no fue traducido durante varios siglos, puesto que ni tan siquiera había una escritura para la lengua tibetana.  No fue  traducido al menos hasta mediados del siglo séptimo, inmediatamente después de que fuera desarrollado el leguaje escrito tibetano. Por tanto, Reuniendo Testigos con Cien Postraciones puede ser no solo la primera escritura budista en llegar a Tibet, sino que también estuvo entre las primeras en ser traducidas y escritas en la nueva escritura tibetana.

Aunque la introducción del propio texto no indica desde que idioma fue traducido, y el colofón no dice quien fue el que lo tradujo por primera vez; tanto Butön como Mangthö Lhundrup Gyatso, dicen que este texto fue traducido por primera vez por Tommi Sambota, el famoso erudito tibetano de quien se dice que desarrolló el alfabeto tibetano y el sistema de escritura en los alrededores del año 650 de la Era Común, y quien también tradujo varios textos desde el sánscrito. Por ello bien pudiera haber sido uno de los primeros textos en ser escritos en el recientemente desarrollado sistema de escritura tibetano.

Tradicionalmente  se dice que Tommi Sambota había estado activo como erudito y traductor durante el tiempo en el que el Palacio de Potala y el Templo de Jokhan estaban siendo construidos en Lhasa. Butön sugiere que este texto tiene que haber sido leído o estudiado por el primer Gran Rey del Dharma tibetano, Songtsen Gampo.

Tal como explica Butön:

“Uno de los descendientes del Rey Thothori Nyentsen nació en el año de la Vaca de Fuego, y recibió el nombre de Thide Songtsen, y más tarde llegaría a ser conocido como Songtsen Gampo. Cuando contaba con trece años de edad ascendió al trono, y reunió bajo su poder a todos los pequeños jefes de las tierras fronterizas, quienes le ofrecieron sus regalos y le enviaron mensajes de sumisión.

Como en aquel tiempo no existía la escritura en Tibet, el hijo de Anu, de la tribu Tommi, quien más tarde llegaría a ser conocido como Tommi Sambota fue enviado junto con dieciséis compañeros a India, para estudiar el arte de la escritura. Después de haber estudiado con el Pandita Devavidyasimha, ellos dieron forma, conforme al idioma tibetano, a un alfabeto que consistía en 30 consonantes y 4 vocales. A la forma de las letras se les dio un parecido con los caracteres de la escritura de Cachemira. Después de que este alfabeto hubo sido formado definitivamente en el templo de Maru, en Lhasa, Tommi compuso 8 obras sobre escritura y gramática, y el rey estuvo en reclusión durante 4 años estudiándolas. Entonces el Sutra Karandavyuha, los 100 Preceptos, y el Sutra Ratnamegha fueron traducidos al tibetano.

Pese a que su contenido no es citado con profusión en las referencias a las escrituras, y a que no hay ningún comentario sobre ello en el Tengyur, Reuniendo Testigos con Cien Postraciones, tiene una gran importancia histórica y religiosa. Incluso hoy, el guardar una copia de este texto se dice que bendice al edificio en el que está guardada, otorgando protección contra los obstáculos. Debido a su estatus como primer texto budista en llegar a Tibet, ha sido venerado durante siglos como el comienzo auspicioso del Dharma en Tibet.

Esta traducción al inglés está basada en la versión del Kangyur de Degé, haciendo referencia a las diferencias encontradas en las distintas versiones del Kangyur, tal como se encuentran en la edición comparativa. Las pequeñas variaciones entre las diferentes versiones del Kangyur suponen cambiar tan solo una o dos palabras de la traducción inglesa, y estas variantes han sido reflejadas en las notas a pie de página.

De acuerdo al Catálogo Tohoku de los Cánones Budistas, no se conoce ninguna versión sánscrita o china de este Sutra.

Reuniendo Testigos con Cien Postraciones incorpora las prácticas centrales del Budismo Mahayana de la postración, ofrenda, confesión, regocijo, refugio, y el pensamiento de la iluminación. También incorpora los nombres de muchos de los más importantes Budas, Bodhisattvas, Discípulos del Buda, y tipos de escrituras que han de ser tenidos como objetos de postración y ofrendas.

Escrito para ser recitado en la práctica personal, el texto comienza con 108 postraciones y alabanzas a los muchos Budas de las diez direcciones y los tres tiempos, a las doce categorías de las escrituras contenidas en el Tripitaka, a los Bodhisattvas de las diez direcciones, y a los Arhats discípulos del Buda. Después de hacerles ofrendas, confesando  y purificando las acciones no virtuosas, y de hacer oraciones de aspiración para realizar acciones virtuosas en cada vida, el texto incluye las recitaciones de los votos de refugio en las Tres Joyas, y de la generación del pensamiento de la Iluminación. El texto concluye con el regocijo en las virtudes de los Seres Iluminados, una petición a los Budas para que otorguen una profecía del logro de la Iluminación, y la aspiración de pasar desde esta vida a un estado de Dharma puro.

Uno de los aspectos difíciles de la traducción de este texto fue el propio título, Reuniendo Testigos con Cien Postraciones, que en tibetano es dpang skong phyag brgya pa. La traducción adoptada aquí difiere mucho de la de Obermiller hecha ya hace mucho tiempo, y que tituló como: Cien Preceptos Concernientes a la Veneración.

La frase dpang skong significa “llamar como testigo”. Es la misma palabra que se utiliza para llamar a un testigo en un juicio. En este contexto, probablemente se refiere a invitar a los Budas y Bodhisattvas de las diez direcciones a ser testigos de las prácticas de Dharma de uno, particularmente de la confesión y purificación de las acciones no virtuosas que están contenidas en este Sutra, como si de una forma ideal esas prácticas de confesión y purificación estuvieran hechas ante la presencia de Seres Iluminados. Tras la confesión, los Budas y bodhisattvas también sirven como testigos de los votos de refugio y del pensamiento de la Iluminación, y del subsecuente regocijo y aspiración a las acciones virtuosas. En cuanto a la frase phyag brgya, significa “cien postraciones” o “cien homenajes”.

Otro aspecto de difícil traducción en este Sutra fue la traducción de los muchos nombres de los Budas, particularmente aquellos nombres compuestos largos. Nosotros hemos vertido los nombres desde el tibetano al sánscrito siempre que ha sido posible siguiendo glosarios y diccionarios fiables tales como el Mahavyutpatti; “El Diccionario  Sánscrito de Budismo” de Edgerton, y el “Diccionario Tibetano-Sánscrito” de J.S. Negi. Cuando no lo ha sido, hemos vertido el tibetano al inglés siguiendo de la forma más ajustada posible la gramática de los nombres compuestos tal como aparecen en el tibetano.

 

 

SUTRA  “REUNIENDO TESTIGOS CON CIEN POSTRACIONES.”

 

Con gran devoción me postro ante cada una de las miríadas de Tres Joyas[4], y ante los Budas y Bodhisattvas y sus séquitos, quienes aparecen y moran en los infinitos, ilimitados mundos de las diez direcciones y de los tres tiempos[5].

 

Me postro ante todos los Budas de las diez direcciones;

Me postro ante el Tathagata Ratnakara, el Buda del Este;

Me postro ante el Tathagata Asokasri, el Buda del Sur;

Me postro ante el Tathagata Ratnarcis, el Buda del Oeste;

Me postro ante el Tathagata Jinendra, el Buda del Norte;

Me postro ante el Tathagata Samadhihastyuttarasri, el Buda del Noreste;

Me postro ante el Tathagata Padmottarasri, el Buda del Sudeste;

Me postro ante el Tathagata Suryamandalapratibhasottamasri, el Buda del Sudoeste;

Me postro ante el Tathagata Chattottamasri, el Buda del Noroeste;

Me postro ante el Tathagata Padmasri, del Buda del Nadir;

Me postro ante el Tathagata Anandasri, el Buda del Zenit.

 

De nuevo, me postro ante el Tathagata, el Buda del Este, Akshobya;

Me postro ante el Tathagata, el Buda del Sur, Ratnasambhava;

Me postro ante el Tathagata, el Buda del Oeste, Amitabha;

Me postro ante el Tathagata, el Buda del Norte, Amoghasiddhi,

Me postro ante el Tathagata, el Buda Alegre Rey Virasena[6];

Me postro ante el Tathagata, el Buda Amitayus;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Akshobya;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Bhaisajyaguruvaiduryaprabharaja;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Salasamkusumitarajendra;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Sakyamuni;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Ratnasriraja;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Samantabhadra;

Me postro ante el Tathagata, el Buda Vairocana;

Me postro ante el Tathagata, el Buda “Rey cuya Fragancia es como un Utpala en Flor”

 

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo del Estandarte de la Victoria de Color Azafrán”, el Buda “Bien Domado por la Esencia del Vajra”.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo en el Cual la Rueda del No Retorno ha Sido Proclamada”, el Buda “Cuyo Cuerpo es la Floración de los Lotos de la Ausencia Completa de Dudas”.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo sin Polvo”, el Buda Simha.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo de Iluminación Suprema”, el Buda Ratnashikhin.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo de la Luz Noble”, el Buda Vairocana.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo que es Difícil de Transcender”, el Buda “Cuyo Cuerpo es la Amplia Luz del Dharma Expandiéndose”.

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo que es Supremamente Noble”, el Buda “Rey que es la Luz de la Inteligencia que lo Comprende Todo.”

Me postro ante el Tathagata que mora en el “Mundo donde ha Sido Proclamado el Disco que es Como un Espejo”, el Buda “Cuya Mente es como la Luna.”

Me postro ante todos los Tathagatas que moran en el “Mundo de la Gloria de los Lotos”, los espléndidos Budas Nobles.

 

Me postro ante el  Tathagata, el Buda Chandraprabha.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Grandemente Hermoso.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Rey que es Señor de la Esfera del Mundo.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Ojos llenos de Alegría.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Sagarasri.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Pilar de Oro.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Luz de Infinitas Buenas Cualidades.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Rey que es Extremadamente Ensalzado por las Preciosas Cualidades que Surgen de Todas las Aspiraciones.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Rey de Renombrados Sonidos Melodiosos.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Señor del Océano que es la Sabiduría Vajra.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Vipasyin.[7]

Me postro ante el Tathagata, el Buda Sikhin.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Vishvabhuj.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Krakucchanda.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Kanakamuni.

Me postro ante el Tathagata, el Buda Kashyapa.

Me postro ante todos los Budas del pasado;

Me postro ante todos los Budas que están morando en el presente;

Me postro ante todos los Budas del futuro;

Me postro ante la gloria de los Bodhisattvas, todos los grandes iluminadores;

Me postro ante el infinito Dharmakaya[8] de los Budas;

Me postro ante todos los Rupakayas[9] en todos los mundos infinitos,

Me postro ante todas las reliquias,

Me postro ante todas las estupas.

 

Me postro ante la categoría de los Sutras, el Sagrado Dharma;

Me postro ante la categoría de los versos melodiosos;

Me postro ante la categoría de las enseñanzas proféticas;

Me postro ante la categoría de los versos medidos;

Me postro ante la categoría de las narraciones especiales;

Me postro ante la categoría de los temas;

Me postro antes la categoría de las narraciones ilustrativas;

Me postro ante la categoría de las parábolas;

Me postro ante la categoría de las narraciones de las vidas pasadas,

Me postro ante la categoría de las escrituras amplias;

Me postro ante la categoría de las enseñanzas maravillosas;

Me postro ante la categoría de las instrucciones finalizadas;

Me postro ante la Cesta del Bodhisattva[10], el tesoro completo del Mahayana;

Me postro ante todas las escrituras de las diez direcciones y los tres tiempos, y ante todo posible método de doma sin excepción;

Me postro ante el dharmadhatu, la indescriptible perfección última;

Me postro ante cada sílaba del Sagrado Dharma, tal como la Madre de los Tathagatas, la Perfección de la Sabiduría[11].

 

Me postro ante los Bodhisattvas, los Grandes Seres, los Iluminadores;

Me postro ante el Bodhisattva del Este, Samantaprabha;

Me postro ante el Bodhisattva de la dirección Sur, Asokadatta;

Me postro ante el Bodhisattva del Oeste, “Inteligencia en la Conducta”;

Me postro ante el Bodhisattva del Norte, Jayadatta;

Me postro ante el Bodhisattva del Noreste, Vijayavikramin;

Me postro ante el Bodhisattva del Sudeste, Padmapani;

Me postro ante el Bodhisattva del Suroeste, Suryaprabha;

Me postro ante el Bodhisattva del Noroeste, Joya Exaltada;

Me postro ante el Bodhisattva del Nadir, Padmottara;

Me postro ante el Bodhisattva del Zenit, Dado por Alegría;

Me postro ante el Bodhisattva, el Señor Avalokiteshvara;

Me postro ante el Bodhisattva Maitreya;

Me postro ante el Bodhisattva Akashagarbha;

Me postro ante el Bodhisattva Samantabhadra;

Me postro ante el Bodhisattva Vajrapani;

Me postro ante el Bodhisattva Mañjushri;

Me postro ante el Bodhisattva Sarvanivaranavishkambin;

Me postro ante el Bodhisattva Kshitigarbha;

Me postro ante el Bodhisattva Vimalakirti;

Me postro ante el Bodhisattva Mahasathama-prapta;

Me postro ante todos los Bodhisattvas, los Grandes Seres, de las diez direcciones y de los tres tiempos.

 

Me postro ante el Noble Shariputra, el más destacado en sabiduría;

Me postro ante el Noble Maudgalyayana, el más destacado en los grandes milagros;

Me postro ante el Noble Ananda, el más destacado en el oír mucho;

Me postro ante el Noble Kashyapa, el más destacado en las buenas cualidades de la disciplina;

Me postro ante el Noble Kaundinya, el más destacado en la devoción a los preceptos;

Me postro ante el Noble Upali, el más destacado en sostener el Vinaya;

Me postro ante el Noble Aniruddha, el más destacado en la  posesión del ojo milagroso;

Me postro ante el Noble Subhuti, el más destacado en las preguntas y respuestas;

Me postro ante toda la asamblea de los Nobles Arhats;

Me postro ante todos los Budas Solitarios[12];

Me postro ante toda la Sangha que mora en las diez direcciones.

 

Que por postrarme con devoción hacia las Tres Joyas, puedan ser purificadas todas las negatividades cometidas; que pueda florecer completamente toda la acumulación de mérito, y que las buenas cualidades especiales  que surgen de los Sutras de cada Bhagavan puedan realizarse.

Me postro ante todas las Tres Joyas en las diez direcciones.

Yo las alabo y glorifico, las sostengo y discierno.

 

Yo hago constantemente ofrendas y venero, sin cesación hasta el final de los tiempos, a las Tres Joyas que no han sido, no están siendo, y no serán nunca abandonadas. Yo hago ofrendas de Dharma, al igual que una serie de ofrendas comparables a lo incomparable, que surge del infinito mérito de los Bodhisattvas, y que son ensalzadas, las más destacadas, sagradas, especiales, nobles, supremas e insuperables, comparable a lo incomparable, y que llenan completamente el mundo de las diez  direcciones. Tras haber ofrecido todo esto, por favor, aceptadlo. Yo os veneraré, honraré, respetaré y complaceré.

No reservando ni lo más mínimo, yo reconozco y confieso las transgresiones y las acciones no virtuosas que contradicen todas las Sagradas Escrituras, y que yo he cometido durante esta vida o mientras vagaba a través de los Tres Reinos[13]desde un tiempo sin principio, a través de infinitos nacimientos; o que yo he hecho que cometan otros, o de lo que me he regocijado cuando otros lo realizaban. Son: las diez acciones no virtuosas de cuerpo, habla, y mente[14] que fueron cometidas bajo la influencia del deseo, enfado e ignorancia; los cinco crímenes atroces[15] y demás. Yo las purifico y disipo, las examino y las rechazo. Yo no ocultaré, no simularé, y no dejaré de reconocerlas. Entonces, en ese momento, todas las negatividades serán purificadas, y todo el mérito será completamente realizado.

A partir de este instante, y hasta que sea alcanzada la esencia de la Iluminación, que en cada una de mis vidas futuras pueda no caer yo en los terribles renacimientos inferiores llenos de obstáculos, tales como el nacer en los tres malos destinos[16], excepto tan solo como emanaciones para beneficio de los demás. Que pueda yo no tener inclinación ni realizar acciones no virtuosas erróneas. Que pueda yo no tener inclinación o acumular las causas del karma y las impurezas. Que tras estar completamente libre de los resultados, tales como el sufrimiento y un cuerpo compatible, que pueda yo no volver a experimentarlos.

Que desde este instante hasta que sea alcanzada la esencia de la Iluminación, que puedan las virtudes de mi cuerpo, habla, y mente continuar de forma tan incesante como un rio. Que en cualquier vida en la que yo pueda nacer, pueda poseer yo una magnifica felicidad y alegría, y conseguir la habilidad y el poder de trabajar para el beneficio de todos los seres. Ese Dharma que es comprendido tan solo por los Tathagatas, esa Talidad la cual causa sin duda alguna la Insuperable Iluminación-que pueda yo comprenderla completamente y sin error, que pueda meditar en ella, que pueda yo ensañárselo sin error a otros, y guiarlos.

Desde este instante hasta que sea alcanzada la esencia de la Iluminación, yo tomo refugio en las Tres Joyas. Yo les ofrezco mi cuerpo, que pueda cada uno de los dotados con la Gran Compasión aceptarlo siempre. Los Budas y los Bodhisattvas de los tres tiempos, quienes están libres de todas las cosas, quienes son comparables a fenómenos sin entidad inherente no comprendidos dentro de los agregados[17], dominios[18], o bases de conocimiento[19], y que son no nacidos desde un tiempo sin principio, generaron el pensamiento de la Iluminación debido a su naturaleza de vacuidad. Por tanto, similarmente, yo, el que es llamado……., también genero el pensamiento de la iluminación desde este momento hasta que la esencia de la Iluminación sea alcanzada. Que pueda yo no perder u olvidar el pensamiento de la Iluminación, y que nunca esté separado de los Nobles maestros espirituales.

Lo mismo que los Budas de los tres tiempos se regocijaron en el mérito insuperable, yo, el que es llamado……., también me regocijo de todo el mérito mundano y del que está más allá del mundo. Puesto la hora de la muerte es algo seguro, que pueda yo entonces contemplar directamente las caras santas de todos esos Budas y Bodhisattvas, y que cuando ellos extiendan sus manos derechas doradas y la coloquen sobre mi cabeza, que pueda yo recibir una profecía. Y que pueda yo morir sin que mi mente esté engañada por las impurezas, con aspiraciones que sean acordes con la ausencia de entidad inherente en los fenómenos, y con el ilimitado pensamiento de la Iluminación.

En resumen: Después de purificar todas las tendencias habituales sin excepción, yo realizaré completamente las dos acumulaciones de mérito y sabiduría. Para lograr el propósito de liberar a todos los seres sin excepción, yo tengo que alcanzar rápidamente la Perfecta Iluminación.

 

 

Esto completa “Reuniendo Testigos con Cien Postraciones”. Como un presagio del surgir del Sagrado Dharma en Tibet, durante el reinado del Rey Lha Thothori Nyamshal, este texto descendió desde el cielo a dentro del Palacio Yumbu Lhakhang. El rey soñó que después de cinco generaciones sería posible entender el significado de este texto. Así comenzó el Sagrado Dharma.

 

 

 

Trad. al castellano y anotado por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso. Editado a 10-3-1014.



[1] Bodhicitta.
[2] Título dado por Obermiller al texto que nos ocupa.
[3] Un relicario semejante a una Stupa, pero que no contiene en su interior reliquias.
[4] Buda, Dharma y Sangha.
[5] Pasado, presente, y futuro.
[6] Uno de los treinta y cinco Budas de la Confesión.
[7] Del Buda Vipasyin al Buda Kashyapa, son los seis Budas predecesores del Buda Sakyamuni.
[8] Cuerpo de la Verdad.
[9] Cuerpos de la Forma.
[10] Bodhisattvapitaka.
[11] Prajñaparamita.
[12] Pratyekabudas.
[13] Reino del Deseo, Forma, y No Forma.
[14] Las tres acciones no virtuosas del cuerpo: matar, robar, mantener una conducta sexual no adecuada; las cuatro del habla: mentir, difamar, insultar, y la charlatanería; las tres de la mente: codicia, malicia, y puntos de vista erróneos.
[15] Matar a la madre, matar al padre, hacer sangre a un Buda, matar a un Digno de Veneración, crear disensión en la Sangha.
[16] Infiernos, fantasmas hambrientos, y animales.
[17] Skandhas, son cinco: forma, sensaciones, concepciones, formaciones kármicas, y consciencia.
[18] Dhatus, son dieciocho: los seis tipos de objetos, las seis facultades correspondientes, y las seis consciencias,
[19] Ayatanas, son doce: los seis tipos de objetos, y las seis facultades correspondientes que sirven como fuente de conocimiento.

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