Los Ocho Preceptos.
Los Requisitos para Tomar los Tres Refugios.
Sujāta pregunto: “Bhagavan, si uno
toma los Tres Refugios, ¿Qué retribuciones recibirá?”
El Buda respondió: “Buen hombre, si
uno toma los Tres Refugios, sus buenas retribuciones será ilimitadas. Buen
hombre, en el Reino de Kalinga está el Almacén de Tesoros de Pingala, en el que
están depositados los siete tesoros[1].
La gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus
tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete
años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si uno toma
sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que
obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de
tesoros.
Buen hombre, en el Reino de Videha
está el Almacén de Tesoros de Pānduka, el cual contiene los siete tesoros. La
gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus
tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete
años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma
sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que
obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de
tesoros.
Buen hombre, en el Reino de Vārānasī
está el Almacén de Tesoros de Sankha, el cual contiene los siete tesoros. La
gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus
tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete
años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma
sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que
obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de
tesoros.
Buen hombre, en el reino de Gandhāra,
está el Almacén de Tesoros de Elāpattra; el cual contiene los siete tesoros. La
gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus
tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete
años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma
sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que
obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de
tesoros.
Aceptando los Ochos Preceptos.
Buen hombre, si uno recibe de alguien
los Tres Refugios y los ocho preceptos, repitiendo por tres veces su
aceptación, esto es llamado “una purificación durante un día y una noche para
el seguidor laico”; y (ese día) termina al amanecer. Por tanto, uno no puede
recibir los ocho preceptos de una imagen de un Buda. Uno tiene que recibirlos
de una persona cualificada. Habiendo recibido los ocho preceptos, uno es puro
en sus ornamentos, percepciones, pensamientos, y en su deseo de buenas
retribuciones. Buen hombre, si uno toma los Tres Refugios y acepta los ocho
preceptos para conseguir la purificación, las malas acciones que uno ha
cometido serán purificadas, excepto as cinco faltas extremadamente graves que
tienen una retribución inmediata.
Dos personas no deberían de tomar
estos preceptos simultáneamente. Si lo hacen, ¿Por qué una persona viola los
preceptos, mientras otra los guarda celosamente?
Debido al poder de estos preceptos,
uno no hará el mal en vidas futuras. Incluso si uno ha cometido una falta después
de haber recibido los preceptos, no perderá nunca los preceptos.
Supón que alguien envía un mensaje a
un asesino para que mate a alguien. Antes de que le llegue el mensaje, uno
genera la mente de la iluminación y acepta los ocho preceptos para la purificación.
Mientras uno está recibiendo los preceptos, el asesino recibe el mensaje y mata
inmediatamente a la persona señalada. No obstante, y debido al poder de los
preceptos, uno no recibirá la retribución por matar a otro.
Supón que un alto dignatario ordena a
otros con frecuencia que hagan el mal. Si él desea aceptar los ocho preceptos
para purificarse, él primero debe de ordenar que se deje de hacer el mal. Si él
acepta los preceptos antes de haber hecho ese decreto, no habrá recibido
realmente los preceptos. El, deseoso de recibir los preceptos de purificación,
debería de decretar: “Yo deseo aceptar los preceptos para la purificación.
Tenemos que cesar de hacer el mal y de hacer ejecuciones durante los seis días
de purificación”. Si uno puede aceptar y observar los ocho preceptos de esa
forma pura, uno conseguirá unas retribuciones inmensas, y una felicidad
insuperable.
Aceptando los Ocho Preceptos Ahora, y No Más Tarde.
Si uno observa los ocho preceptos de
la purificación durante cien años después de que el Buda Maitreya haya
aparecido en el mundo, el mérito que uno recibirá será inferior al que se
obtendrá por observarlos durante un día y una noche, en Mí tiempo. ¿Por qué?
Porque en Mí tiempo, los seres viven inmersos en las cinco degeneraciones[2].
Por consiguiente, Yo dije a Mrgāra-mātr: “Buena mujer, si el árbol de sāla
pudiera recibir los ocho preceptos, experimentaría la felicidad humana o
celestial, e incluso la felicidad insuperable.”
Buen hombre, los ocho preceptos son
una guirnalda que adorna la Iluminación Insuperable. Esta purificación es fácil
de hacer, y le trae a uno méritos inmensurables. El no hacer esta cosa fácil se
llama “abandonar el auto control”.
Buen hombre, existen dos clases de
Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que
llevan una vida en familia. No es difícil para aquellos que han renunciado a la
vida en familia el enseñar a otros a observar los ocho preceptos con pureza,
pero para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia es difícil enseñar a
otros a observar los preceptos con pureza. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan
una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.
[1]
Oro, plata, aguamarina, cristal, conchas blancas, coral, rubí, y esmeralda.
[2]
Pañca-kasaya. Son: 1) la degeneración
de un eón en decadencia; 2) la degeneración de las visiones; 3) la degeneración
de las aflicciones; 4) la degeneración de las malas acciones de los seres; y 5)
la degeneración de la duración de la vida humana en decrecimiento.
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