Monjes, cuando el joven príncipe
hubo crecido, fue llevado a la escuela. Fue allí en medio de cientos de miles
de signos auspiciosos, y estaba rodeado y atendido por diez mil chicos, con
diez mil carros llenos de comida dura, blanda, y de condimentos; y también
había otros diez mil carros llenos de monedas de oro y gemas. Estas fueron
distribuidas en las calles y en los cruces de camino, y a las entradas de las
plazas de mercado de la ciudad de Kapilavastu. Al mismo tiempo sonaba una
sinfonía de ochocientos mil címbalos, y caía una lluvia de flores celestiales.
Cientos de miles de muchachas
ataviadas con toda clase de joyas se asomaban a los balcones, torres, arcos,
ventanas, [124] pabellones de los palacios, y azoteas de las casas.
Contemplando al bodhisatva, ellas arrojaban flores. Allí también había ocho mil
jóvenes diosas, las cuales estaban adornadas con joyas de todas clases, cada
una de ellas sosteniendo una joya en sus manos, como un signo auspicioso, y
portando gemas bhadramkara. Iban delante del bodhisatva limpiando su camino.
Dioses, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas
mostraron la parte superior de sus cuerpos, y desde el cielo lo engalanaron con
guirnaldas de flores y espirales de seda. Todas las facciones de los Sakya, con
el Rey Suddhodana a la cabeza, fueron delante del bodhisatva. Con todo
dispuesto de este modo, el bodhisatva fue llevado a la escuela.
Tan pronto como el bodhisatva
llegó a la escuela, el maestro de los niños, llamado Visvāmitra, incapaz de
resistir el esplendor y brillo del bodhisatva, se postró ante él poniendo su
cara en el suelo. Un hijo de los dioses del Cielo de Tushita, llamado Subhānga,
vio al maestro de escuela en el suelo, y cogiéndolo con su mano derecha, lo
levantó. Entonces Subhānga, suspendido en el cielo, pronunció los siguientes
versos al Rey Suddhodana y a la multitud:
“Cualquier
tópico de conocimiento propio del mundo de los humanos-
Los
números, tipos de escritura, matemáticas, permutación de los elementos,
Y
todas las inmensurables cantidades de técnicas de trabajo-
Todo
ello ya lo había aprendido hace muchas decenas de millones de eones.
Sin
embargo él actúa solo en armonía con la gente;
Y
así, el Bien Instruido, viene a la escuela para beneficio de la enseñanza,
Para
que muchos niños puedan madurar en el Vehículo Supremo,
Y
para llevar a una miríada de otros seres a la inmortalidad. [125]
El
conoce el sendero de las Cuatro Verdades Nobles que está más allá del samsara;
El
conoce cómo todo surge dependiendo de sus causas;
Y
cómo el cese de la existencia condicionada lleva a la paz.
Cuando
él conoce todo esto, ¿Cómo podría no conocer los tipos de escritura?
En
todos los Tres Reinos no hay un maestro superior a él;
Entre
todos los dioses y hombres, él es el más destacado.
Todos
vosotros ni siquiera conocéis los nombres de los tipos de escritura
Que
él ha aprendido antes, hace muchas decenas de millones de eones.
Este
ser puro conoce en un solo instante
Los
innumerables y diversos pensamientos de los seres.
Cuando
él conoce esas cosas invisibles y sin forma,
¿Qué
necesidad hay de mencionar los distintos tipos de escritura?”
Una vez que hubo expuesto
estos versos, el hijo de un dios honró al bodhisatva con flores celestiales, e
inmediatamente desapareció.
Entonces sus cuidadoras y sus
asistentes tomaron sus lugares en la escuela, mientras el resto de los Sakyas,
con el rey Suddhodana a la cabeza, partieron.
Entonces el bodhisatva cogió
un escritorio confeccionado con madera de sándalo. Estaba adornado con flecos
de oro divino de primera calidad, y en todos los lados tenía gemas incrustadas.
Entonces, el se dirigió al maestro Visvāmitra:
“¡Oh,
maestro! ¿Qué clase de escritura me enseñarás? ¿Será la escritura Brāhmī, la Kharostī,
o la Puskarasāri? ¿Será la escritura Anga, la Vanga, la Magadha, la Mangalya, la
Angulīya, la Sakāri, la Brahmavali, la Pārusya, la Drāvida, la Kírāta, la
Dāksinya, la Ugra, la Samkhyā, la Anuloma, la Avamūrdha, [126] la Darada, la
Khāsya, la Cīna, la Lūna, la Hūna, la Madhyāksaravistara, la Puspa, la Deva, la
Naga, la Yaksha, la gandharva, la kinnara, la mahoraga, la asura, la garuda, la
Margachakra, la Vāyasaruta, la Bhaumadeva, la Antarīksadeva, la
Uttarakurudvipa, la Aparagodānī, la Pūrvavideha, la Utksepa, la Niksepa, la
Viksepa, la Praksepa, la Sāgara, la Vajra, la Lekhapratilekha, la Anudruta, la Sāstrāvarta,
la Gananāvarta, la Utksepāvarta, la Niksepāvarta, la Pādalikhita, la
Dviuttarapadasamdhi, la Yāvaddasottarapadasamdhi, la Madhyāhārinī, la
Sarvarutasamgrahanī, la Vidyānulomāvimisrita, la Rsitapastapta, la Rocamāna, la
Dharanīpreksinī, la Gaganapreksinī, la Sarvausadhinisyanta, la
Sarvasarāsamgrahanī, o la Sarvabhūtarutasamgrahanī? Maestro, ¿Cuál de estos
sesenta tipos de escritura me enseñarás?”
El maestro de escuela
Visvāmitra estaba asombrado, y sonrió. Dejando a un lado su orgullo, vanidad, y
arrogancia, le contestó con los siguientes versos:
“¡Qué
maravilloso! Aunque el Ser Puro
Está
versado en todos los tópicos mundanos,
Sigue
las convenciones del mundo,
Y
así, él ha venido a la escuela.
El
ha aprendido los tipos de escritura,
Algunas
de las cuales incluso
Yo
no las he oído siquiera,
Y
sin embargo ha venido a la escuela.
Yo
veo su rostro,
Pero
la corona de su cabeza permanece invisible.
Si
él ha llegado a dominar todos los tipos de escritura,
¿Cómo
puedo enseñarlo yo?
Este
dios, el gran dios de los dioses,
Este
erudito supremo entre todos los dioses,
Es
superior y no tiene igual.
No
hay nadie en el mundo igualable a él. [127]
Es
solo debido a su destreza sin par
A
la hora de aplicar el conocimiento y los medios hábiles,
Por
lo que yo enseñaré a este ser sabio,
El
refugio final de todos los seres.
Monjes, entonces el maestro
de escuela enseñó a escribir al bodhisatva, junto con otros diez mil niños. No
obstante, debido al poder del bodhisatva, cuando el maestro de escuela estaba
enseñando el alfabeto a los niños, lo hizo de la siguiente manera:
Cuando pronunció la letra a,
surgió la afirmación: anityah sarvasamskhārah, todos los agregados son
impermanentes.
Cuando pronunció la letra ā,
surgió la afirmación: ātmaparahita,
beneficioso para uno y para los otros.
Cuando pronunció la letra i,
surgió la afirmación: indriyavaipulya,
vasto desarrollo de los sentidos.
Cuando pronunció la letra ī,
surgió la afirmación: ītibahulam jagat, abundancia de calamidades y
enfermedades en el mundo.
Cuando pronunció la letra u,
surgió la afirmación: upadravabahulam
jagat, el infortunio abunda en el
mundo.
Cuando pronunció la letra ū,
surgió la afirmación: ūnasattvam jagat, poca esencia en el mundo.
Cuando pronunció la letra e,
surgió la afirmación: esanāsamutthānadosa,
las faltas nacen del deseo.
Cuando pronunció la letra ai,
surgió la afirmación: airyāpathah shreyān, las virtudes del noble sendero.
Cuando pronunció la letra o,
surgió la afirmación: oghottara, el
torrente ha sido vadeado.
Cuando pronunció la letra au,
surgió la afirmación: aupapāduka,
generado espontáneamente.
Cuando pronunció la letra am,
surgió la afirmación: amoghotpatti,
la emergencia de lo que es eficaz.
Cuando pronunció la letra ah,
surgió la afirmación: astamgamana,
alcanzando un fin.
Cuando pronunció la letra ka,
surgió la afirmación: karmavipākāvatāra,
la completa maduración de las acciones.
Cuando pronunció la letra
kha, surgió la afirmación: khasamasarvadharma,
todos los fenómenos son como el espacio.
Cuando pronunció la letra ga,
surgió la afirmación: gambhīradharma-pratīyasamudpādāvatarā,
realización de la profunda generación dependiente.
Cuando pronunció la letra
gha, surgió la afirmación: ghanapatalāvidyāmohāndhakāravidhamana,
destrucción de la oscuridad del engaño y de los velos de la ignorancia.
Cuando pronunció la letra
ñga, surgió la afirmación: angavisuddhi,
la completa purificación de las ramas del conocimiento.
Cuando pronunció la letra ca,
surgió la afirmación: caturāryasatyapatha,
el sendero de las Cuatro Verdades Nobles.
Cuando pronunció la letra
cha, surgió la afirmación: chandarāgaprahāna,
el abandono del deseo y la pasión.
Cuando pronunció la letra ja,
surgió la afirmación: jarāmaranasamatikramana,
transcendiendo la vejez y la muerte.
Cuando pronunció la letra
jha, surgió la afirmación: jhasadhvajavaranigrahana,
venciendo a las fuerza del dios del amor.
Cuando pronunció la letra ña,
surgió la afirmación: jñapana,
haciendo conocer.
Cuando pronunció la letra ta,
surgió la afirmación: vattopacchedana,
cortando el ciclo de los renacimientos.
Cuando pronunció la letra
tha, surgió la afirmación: thapanīyaprasta, la pregunta de lo que debe de ser reunido.
Cuando pronunció la letra da,
surgió la afirmación: damaramāranigrahana, venciendo al maligno y a aquellos que causan
discordia.
Cuando pronunció la letra
dha, surgió la afirmación: mīdhavisayāh, las regiones
impuras.
Cuando pronunció la letra na,
surgió la afirmación: renuklesah; las
aflicciones son sutiles.
Cuando pronunció la letra ta,
surgió la afirmación: tathatāsambheda, la talidad es indiferenciada.
Cuando pronunció la letra
tha, surgió la afirmación: thāmabalavegavaisāradya, fortaleza, poder, fuerza, y confianza.
Cuando pronunció la letra da,
surgió la afirmación: dānadamasamyamasaurabhya, generosidad, disciplina, refreno, y dulzura.
Cuando pronunció la letra
dha, surgió la afirmación: dhanamāryānām, la riqueza de los nobles es séptuple.
Cuando pronunció la letra na,
surgió la afirmación: nāmarūparijña,
conocimiento completo de cuerpo y nombre.
Cuando pronunció la letra pa,
surgió la afirmación: Paramārtha, el absoluto.
Cuando pronunció la letra pha,
surgió la afirmación: phalaprāptisāksātkriyā, manifestando la adquisición del fruto.
Cuando pronunció la letra ba,
surgió la afirmación: bandhanamoksha,
liberación de la esclavitud.
Cuando pronunció la letra
bha, surgió la afirmación: bhavavibhava,
destrucción de la existencia.
Cuando pronunció la letra ma,
surgió la afirmación: madamānopaśamana, cese
de la arrogancia y del orgullo.
Cuando pronunció la letra ya,
surgió la afirmación: yathāvaddharmaprativedha, comprendiendo los fenómenos tal como son.
Cuando pronunció la letra ra,
surgió la afirmación: ratyaratiparamārtharati, la insatisfacción ante el placer es deleitarse en el
absoluto.
Cuando pronunció la letra la,
surgió la afirmación: latāchedana, cortando la enredadera.
Cuando pronunció la letra va,
surgió la afirmación: varayāna, el vehículo excelente.
Cuando pronunció la letra śa, surgió la afirmación: Samatha-vipashyana, calma mental y visión penetrante.
Cuando pronunció la letra șa,
surgió la afirmación: șadāyatanigrahanābhijñajñanāvāpti, destruyendo las seis
bases, y obteniendo los poderes milagrosos y las sabidurías.
Cuando pronunció la letra sa, surgió la
afirmación: sarvajñajñanābhisambhodhana,
alcanzando el despertar a la sabiduría omnisciente.
Cuando pronunció la letra ha, surgió la
afirmación: hataklesavirāga,
destruyendo las aflicciones y apartándose del deseo.
Cuando pronunció la letra ksa, surgió la
afirmación: ksaraparyantābhilāpya sarva dharma, llegando al final de las letras, todos los fenómenos son
inefables.
Así, mientras el maestro de escuela estuvo
enseñando el alfabeto a los niños, allí surgieron innumerables cientos de miles
de enseñanzas excelentes de Dharma, debido al poder del bodhisatva. Además,
mientras el bodhisatva estaba acudiendo a la escuela, 32.000 niños tuvieron
pensamientos dirigidos a la insuperable, perfecta, y completa iluminación. Esta
es la circunstancia y la razón por la que el bodhisatva fue a la escuela, a
pesar de que ya estaba tan instruido.
Esto
concluye el Capítulo Diez, sobre “La visita a la escuela”.
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