jueves, 23 de junio de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Once- Adornandose a Sí Mismo y a los Demás.

Adornándose a Sí Mismo y a los Demás.
Las Ocho Cosas Necesarias para un Bodhisattva.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, ¿Cuántas cosas debería de tener un Bodhisattva, un Gran Ser, para beneficiarse a sí mismo y a los demás?”
El Buda respondió: “Buen hombre, el debería de tener ocho cosas para beneficiarse a sí mismo y a los demás. ¿Cuáles son estas ocho? Son: 1) longevidad; 2) una buena apariencia; 3) fuerza física; 4) una casta elevada[1]; 5) tener abundantes riquezas; 6) nacer como varón; 7) poseer un habla elocuente; y 8) no temer a las multitudes.”
Sujāta preguntó: “Bhagavan, ¿A través de qué causas y condiciones puede el Bodhisattva adquirir esas ocho cosas, desde la longevidad hasta no tener miedo de las multitudes?”
El Buda contestó: “Buen hombre, un Bodhisattva, un Gran Ser, durante innumerables vidas anteriores, habiendo estado movido por un amor benevolente, no mató a los seres, y por eso ahora el está dotado de longevidad. Durante innumerables vidas anteriores, el dio ropas y lámparas como limosna, y por eso ahora él está dotado de una buena apariencia. Durante innumerables vidas anteriores, el dio comida y bebida como limosna, y por eso ahora el está dotado con fuerza física. Durante innumerables vidas anteriores, el destruyó su arrogancia, y por eso ahora el renace en una casta elevada. Durante innumerables vidas anteriores, el se deleitó en la exposición del Dharma, y por eso ahora posee abundantes riquezas. Durante innumerables vidas anteriores, a él le disgustó el asumir una forma femenina, y por eso ahora el nace como un varón. Durante innumerables vidas anteriores él observó celosamente los preceptos morales, y por eso ahora el posee el don de la elocuencia. Durante innumerables vidas anteriores, el hizo ofrendas a las Tres Joyas, y por eso ahora él no teme a las multitudes.
Estas ocho acciones tienen que reunir tres condiciones: 1) que las cosas dadas sean puras; 2) que la mente de quien da limosna sea pura; y 3) que el campo de fortuna[2] sea puro.
¿Qué significa “que las cosas dadas sean puras”? No han de ser bienes robados, ni ofrendas que hayan sido aceptadas ya por los seres santos, ni cosas de propiedad comunal, ni cosas que pertenezcan a las Tres Joyas. No tienen que ser dadas primero a una sola persona, y después a muchos; o ser dadas primero a muchos, y después a una sola persona. No tienen que haber sido adquiridas por alguien por medio del acoso, engaño, o por la fuerza. Este es el significado de dar cosas puras.
¿Qué significa “que la mente de quien da limosna sea pura”? Cuando él da limosna, es para adorno de la Iluminación, y para domar a los seres, y no para conseguir retribuciones en la existencia cíclica, tales como el nacer en una casta elevada, tener una buena apariencia, fuerza física, riqueza, continuidad en la línea familiar, o un gran séquito. Este es el significado de una mente pura.
¿Qué significa “que el campo de fortuna sea puro”? Si quien recibe la limosna permanece alejado de los ocho senderos malvados[3], es llamado un campo de fortuna puro.
Buen hombre, la concurrencia de estas tres condiciones asegura la adquisición de esas ocho cosas por parte del Bodhisattva. Buen hombre, un Bodhisattva busca tener una vida larga porque él, ante los seres, quiere alabanzas, y no el matar. El quiere tener una apariencia agradable porque pretende que los seres se encuentren deleitados al verlo. El busca una casta elevada porque quiere obtener el respeto de los seres. El busca fuerza física porque quiere mantener los preceptos, recitar los Sutras, y practicar meditación. El busca una abundante riqueza porque pretende domar a los seres. El busca renacer como un varón porque desea ser un vaso adecuado para el Dharma, y porque quiere hacer buenas acciones. El busca hablar con elocuencia porque quiere que los seres acepten sus palabras sobre Dharma. El busca no tener miedo de las multitudes porque quiere exponer el verdadero Dharma.
Beneficiándose a Sí Mismo y a los Demás con Sabiduría y Autocontrol.
Buen hombre, un Bodhisattva equipado con las ocho cosas puede beneficiarse a sí mismo y a los demás, y sus acciones son llamadas acciones concretas. Equipado con las ocho cosas, un Bodhisattva, un Gran Ser, acepta y sostiene plenamente las diez acciones virtuosas para de buen grado transformar a los seres. El también acepta y mantiene los preceptos del laico, para con mucho gusto transformar a otros. El está dotado con una buena apariencia, una casta elevada, fuerza física, y abundante riqueza, pero no obstante en él no surge nunca el orgullo. El observa los preceptos con pureza, escucha asiduamente el Dharma, y hace esfuerzos enérgicos para progresar, pero la arrogancia nunca aparece en él. El nunca pierde el autocontrol, y nunca utiliza ilusiones para engañar a los seres. El honra a los seis elementos de la armonía y respeto[4].
Para un Bodhisattva que está equipado con las ocho cosas, la vida en familia no es diferente de renunciar a la vida en familia. Ese Bodhisattva nunca genera causas o condiciones que dañen a otros. ¿Por qué no? Porque tiene un fuerte sentido de la vergüenza y del decoro. Buen hombre, supón que alguien que lleva una vida en familia ha recibido y observado los preceptos del laico en una vida. Incluso aunque en una vida futura llegue a renacer en algún lugar en el que las Tres Joyas no se encuentren, él nunca generará causas y condiciones que dañen a otros. ¿Por qué no? Por dos razones: por sabiduría y por autocontrol.
Buen hombre, él no hará el mal en un lugar en el que el mal impere, por cuatro razones: 1) porque él entiende las faltas producidas por sus aflicciones; 2) porque no sigue a sus aflicciones; 3) porque es capaz de tolerar el sufrimiento; 4) porque no tiene miedo. Un Bodhisattva equipado con estos cuatro fenómenos, no es agitado por cinco razones: 1) porque él se deleita en la acumulación de actos virtuosos; 2) porque discrimina correctamente entre lo bueno y lo malo; 3) porque permanece cercano al verdadero Dharma; 4) porque tiene compasión hacia los seres; 5) porque él reconoce los efectos de las vidas pasadas.
Las Habilidades de un Bodhisattva Equipado con las Ocho Cosas.
Buen hombre, un Bodhisattva equipado con las ocho cosas puede tolerar las difamaciones y críticas de los otros. Cuando otros lo alaban, se siente avergonzado y embarazado. Cuando él se entrena para el logro de la Iluminación, el se alegra, pero en modo alguno surge en él el orgullo. El puede domar al malo, y unir a un grupo desunido. El da a conocer las buenas acciones de otros, pero nunca airea sus faltas. El no hace público aquello de lo que otros se avergüenzan. Cuando él oye un secreto de otro, no lo da a conocer. El no hace súplicas para conseguir cosas mundanas. El da una gran retribución a cambio de la escasa amabilidad recibida. El mantiene una mente benevolente hacia aquel que siente resentimiento hacia él. Cuando hay amigos y enemigos sufriendo, el rescata primero del sufrimiento al enemigo. El siente compasión hacia aquellos que lo insultan, y hacia aquellos que lo golpean. Cuando ve a alguien robándolo, el permanece quieto e imperturbable. El ve a todos los seres como si fueran sus padres. El preferiría antes perder su vida, que contar mentiras. ¿Por qué? Porque él sabe que cada acción tiene su correspondiente retribución.
El mira a las aflicciones como a enemigos, y a las acciones virtuosas como a un viejo amigo muy querido. Cuando en él surge la codicia hacia los objetos externos, él inmediatamente observa sus faltas. Y lo mismo hace con todas sus aflicciones.
Si permanece cerca de malas personas, el no intenta intimar con ellos. Aunque no viva con buenos amigos, el no piensa que esté muy alejado de ellos. Aunque él hace ofrendas a los padres, maestros, y mayores, el nunca comete malas acciones para  poder hacer estas ofrendas. Aunque posea pocos bienes materiales, en el no surgen pensamientos de malicia cuando otros le piden limosna. Aunque él no intima con las personas viles, el siempre tiene compasión hacia ellos, y les paga el mal con bien. Cuando el está experimentando placeres, no menosprecia a otros; y cuando ve que otros están sufriendo, no se regocija.
El utiliza los cuatro modos de actividad para transformar a los seres, con las acciones puras del cuerpo. El recita las doce categorías de las escrituras para transformar a los seres, con la acción pura del habla. El se entrena en los Cuatro Inmensurables[5] para transformar a los seres, con la acción pura de la mente. El se deleita en hacer cualquier cosa con tal de traer la felicidad a los seres, incluso aunque a él le suponga tener que experimentar dolor en su cuerpo. Aunque los temas mundanos no lo benefician, él los llega a dominar para beneficio de los seres. Incluso en el caso de que en aquello en lo que él se ha entrenado llegue a ser el mayor de los expertos, el no muestra orgullo por ello. Usando lo que ha aprendido, transforma diligentemente a los seres, deseando continuar haciéndolo infinitamente, y posibilita que sus amigos y parientes no hagan el mal.
Equipado con las ocho cosas, el se delita en enseñar a los seres, explicándoles el principio de la causación, el cual no tiene error. Cuando los seres queridos se van, el no se siente destrozado, porque él es consciente de la impermanencia. Cuando experimenta placeres, no se siente apegado a ellos, porque es consciente del sufrimiento y la impermanencia. Buen hombre, un Bodhisattva equipado con las ocho cosas es capaz de hacer todo esto.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. Para los Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia, es fácil entrenarse para conseguir las ocho cosas; pero para los bodhisattvas que llevan una vida en familia es difícil el entrenamiento para conseguir las ocho cosas. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.



[1] Nacer en una familia de brahmines o de aristócratas, esto es, tener un estatus social elevado.
[2] Quien recibe. Existen tres campos de fortuna, el Campo del Mérito; el Campo de la Amabilidad; y el Campo de Compasión.
[3] Son los ocho opuestos al Noble Sendero Óctuple.
[4] Los miembros de la Sangha necesitan actuar de forma acorde con el cuerpo, habla, y mente practicando los preceptos morales, la generosidad, y la visión. Todos ellos son elementos que crean la armonía y el respeto dentro de una comunidad.
[5] Amor, compasión, alegría, y ecuanimidad inmensurables.

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