martes, 7 de junio de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Nueve- La Firme Determinación de un Bodhisattva.

La Firme Determinación de un Bodhisattva.
Cómo se Entrenó el Buda en Sus Vidas Anteriores.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, ¿Cómo puede un Bodhisattva saber que él es realmente un verdadero Bodhisattva?”
El Buda respondió: “Buen hombre, cuando un Bodhisattva, un Gran Ser, emprende el entrenamiento en el ascetismo, lo primero que debe de hacer es domar su mente. Buen hombre, según yo recuerdo, en el pasado, cuando yo era un Bodhisattva que discurría por el Camino del Bodhisattva[1], yo comencé con prácticas ascéticas no budistas, y yo las practique fervientemente sin ningún pensamiento de abandono. En innumerables vidas pasadas, yo cubrí mi cuerpo con cenizas, y cada día comía solo una semilla de sésamo, un guisante, un grano de arroz, o un grano de trigo. Yo usé como cama lechos de cardos, espinos, ramas secas, y el suelo pedregoso. Yo tomé como medicina el excremento de vaca y la orina. En lo más caluroso del verano yo sometí a mi cuerpo a los cinco tipos de calor; y en lo más crudo del invierno me ponía sobre bloques de hielo. A veces yo usé como comida la hierba, raíces, pedúnculos, hojas, frutos, la tierra del suelo, e incluso el aire. Y esas prácticas de riguroso ascetismo no me beneficiaron ni a mí, ni a los demás. Sin embargo, en mi mente no hubo abandono, y yo transcendí todas las prácticas ascéticas no budistas.
Buen hombre, en el pasado yo abandoné mi cuerpo y mi vida por cuatro razones: 1) para erradicar el sufrimiento de los seres; 2) para hacer posible que los seres puedan tener paz y alegría; 3) para hacer añicos el apego a mi cuerpo; 4) para pagar la amabilidad de mis padres, quienes me tuvieron y criaron. Si un Bodhisattva no es capaz de dar su cuerpo y su vida, el debería de saber que no es un verdadero Bodhisattva.
Buen hombre, en el pasado, para beneficio del Dharma, yo corté la carne de mi cuerpo para hacer 3.600 lámparas. En aquel tiempo, debido a mis aflicciones, yo sentí dolor. Sin embargo, para hacer posible que los seres lograran la liberación, yo dispuse mi mente para mantener la resolución y no abandonar nunca. Entonces, debido a ello, yo logré tres cosas: 1) que mi mente nunca abandonase; 2) me convertí en un verdadero Bodhisattva; 3) yo fui llamado un Bodhisattva inconcebible.
Además, en el pasado, para el bien del verdadero Dharma, durante un eón yo soporté el dolor de tener mil úlceras en todo mi cuerpo. En aquel tiempo, debido a mis aflicciones, yo experimenté dolor. Sin embargo, para posibilitar que los seres alcanzaran la liberación, yo dispuse mi mente para mantener la resolución y no abandonar nunca. Yo fui llamado un Bodhisattva inconcebible.
Además, en el pasado, yo ofrecí mi vida para salvar a una paloma. En aquel tiempo, debido a mis aflicciones, yo sentí dolor. Sin embargo, para posibilitar que los seres alcanzaran la liberación, yo dispuse mi mente para mantener la determinación, y no abandonar nunca. Yo fui llamado un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, los malos amigos de uno, y las acciones motivadas por las aflicciones de uno son unos compañeros espléndidos en el Camino del Bodhisattva. ¿Por qué? Porque los seres ordinarios, al carecer de sabiduría y de una atención correcta[2], ven a sus aflicciones como a enemigos. Un Bodhisattva que está equipado con sabiduría y atención correcta, toma a sus aflicciones, a las acciones, y a sus malos amigos, como a sus compañeros en el Camino del Bodhisattva.
Buen hombre, aquellos que han erradicado sus aflicciones, ya no renacerán en ningún estado desafortunado. Por consiguiente, aunque un Bodhisattva manifieste malas acciones, esas acciones no están hechas por su cuerpo, habla, o mente, sino que se han manifestado a través del poder de sus votos. A través del poder de sus votos un Bodhisattva puede asumir la apariencia de un animal salvaje, porque él quiere domar a otros animales. Si un Bodhisattva llega a asumir la forma de un animal, el tiene familiaridad con las palabras de los humanos. Cuando asume una forma humana, sus palabras siempre tienen que ver con el Dharma, y son verdaderas, y nunca utiliza un lenguaje insultante o se da a la charlatanería. Apenándose los seres, el siempre cultiva el amor benevolente y la compasión, y ejerce el autocontrol. El es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, en el pasado, cuando yo asumí el cuerpo de un oso, yo tenía aflicciones. Sin embargo, estas no tenían poder sobre mí. ¿Por qué? Porque yo tenía atención correcta. En aquel tiempo, yo sentía lástima de los seres, y sostuve el Dharma, y me entrené en el Dharma.
Yo también asumí el cuerpo de una vaca, de un mono, de un conejo, de una serpiente, de un naga, de un elefante, de un garuda, de una paloma, de un ciervo, de un macaco, de una cabra, de un pollo, de un pavo real, de un loro, o de una rana. Cuando yo asumí los cuerpos de esos animales, las aflicciones no tenían poder sobre mí. ¿Por qué? Porque yo tenía atención correcta. En aquel tiempo, yo sentía lástima de los seres, y sostuve el Dharma, y me entrené en el Dharma.
Buen hombre, en tiempos de hambruna, yo hice un gran voto. A través del poder de este gran voto yo asumí el cuerpo de un pez gigante para aliviar el hambre y la sed de los seres. Aquellos que estaban entrenándose para alcanzar la Iluminación, y aquellos que generaron la mente de Iluminación no cometieron ninguna falta por comer mi cuerpo.
En tiempos de epidemias, yo hice un gran voto. A través de este gran voto mi cuerpo llegó a convertirse en un gran árbol medicinal. Aquellos que me vieron, olieron, tocaron, o quienes comieron mi piel, sangre, carne, huesos, o médula, todos ellos fueron curados de sus enfermedades. Buen hombre, si un Bodhisattva soporta semejantes dolores y su mente no retrocede, el es llamado un verdadero Bodhisattva.
Lo Inconcebible con Respecto a un Bodhisattva.
Cuando esa clase de Bodhisattva practica las Perfecciones, él no busca la recompensa que surge de ello, sino que su intención es el beneficio de los seres. Un Bodhisattva conoce bien los males que hay en el tener que soportar repetidamente el nacimiento y la muerte, pero él se deleita en soportar los repetidos nacimientos y muertes para beneficiar a los seres, posibilitándoles que tengan paz y alegría. Un Bodhisattva que, conociendo bien la paz y alegría que hay en la liberación, puede vivir soportando los males de los repetidos nacimientos y muertes, es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Un Bodhisattva no busca la retribución para sus acciones bondadosas. Y siempre que recibe amabilidad de otros, lo paga con más amabilidad. Buen hombre, mientras que todos los seres no buscan más que su propio beneficio, un Bodhisattva siempre busca beneficiar a los otros, por eso es llamado un Bodhisattva inconcebible. Aunque un Bodhisattva tiene aflicciones, él beneficia por igual a amigos y enemigos. Por tanto, es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, cuando los no budistas transforman a los seres, ellos primero los conducen regañándolos, golpeándolos, o insultándolos, y entonces los doman. Un Bodhisattva actúa de forma diferente. El no utiliza palabras ofensivas, palabras coléricas, o palabras engañosas. El solo utiliza palabras agradables y verdaderas. Los seres que oyen sus palabras son como lotos azules iluminados por la Luna, o como lotos rojos iluminados por el Sol.
Buen hombre, cuando un Bodhisattva da limosnas en una cantidad pequeña, el no se molesta si se le pide más. El es llamado un Bodhisattva inconcebible. Cuando el enseña a los seres que son ciegos, sordos, mudos, idiotas, o que viven en países fronterizos, su mente nunca se cansa. El es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, hay cuatro cosas inconcebibles: 1) él puede dar las cosas valiosas que el ama; 2) el tiene aflicciones, pero puede soportar los males; 3) él puede unir a un grupo desunido; 4) él puede cambiar las visiones desfavorables de un moribundo por medio de exponerle el Dharma. Estas son las cuatro cosas inconcebibles con respecto a un Bodhisattva.
Hay otras tres cosas inconcebibles: 1) el reprueba sus propias aflicciones; 2) vive en medio de sus aflicciones y no las erradica; 3) aunque él tiene emociones aflictivas, y también realiza acciones motivadas por esas aflicciones, el nunca abandona el auto control. Estas son las tres cosas inconcebibles con respecto a un Bodhisattva.
Hay otras tres cosas inconcebibles: 1) cuando él decide dar limosnas su mente está llena de alegría; 2) cuando él da limosna, no busca ninguna recompensa; 3) después de que ha dado limosna, está alegre y no se arrepiente. Estas son las tres cosas inconcebibles con respecto a un Bodhisattva.
Buen hombre, cuando un Bodhisattva acomete estas acciones, el observa su mente y se pregunta: “¿Soy yo un Mal llamado Bodhisattva, o un verdadero Bodhisattva?” Has de saber que alguien capaz de hacer estar cosas es un verdadero Bodhisattva.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. No es difícil para los Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia hacer estas cosas, pero el hacer estas cosas resulta difícil para aquellos Bodhisattvas que llevan una vida en familia. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están obstaculizados por muchas causas y condiciones adversas.



[1] Bodhisattva-yana, un sinónimo de Mahayana.
[2] Samyak-smrti. La atención o memoria correcta es la séptima de las Ocho Ramas del Noble Sendero Óctuple. Incluye cosas como los Cuatro Fundamentos de la Atención, el recuerdo del Dharma, el recuerdo de un Buda, y la inconcebible atención mental de un Buda.

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