La Firme
Determinación de un Bodhisattva.
Cómo se
Entrenó el Buda en Sus Vidas Anteriores.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, ¿Cómo puede un Bodhisattva saber
que él es realmente un verdadero Bodhisattva?”
El Buda respondió: “Buen hombre, cuando un Bodhisattva, un
Gran Ser, emprende el entrenamiento en el ascetismo, lo primero que debe de
hacer es domar su mente. Buen hombre, según yo recuerdo, en el pasado, cuando yo
era un Bodhisattva que discurría por el Camino del Bodhisattva[1],
yo comencé con prácticas ascéticas no budistas, y yo las practique
fervientemente sin ningún pensamiento de abandono. En innumerables vidas
pasadas, yo cubrí mi cuerpo con cenizas, y cada día comía solo una semilla de
sésamo, un guisante, un grano de arroz, o un grano de trigo. Yo usé como cama lechos
de cardos, espinos, ramas secas, y el suelo pedregoso. Yo tomé como medicina el
excremento de vaca y la orina. En lo más caluroso del verano yo sometí a mi cuerpo
a los cinco tipos de calor; y en lo más crudo del invierno me ponía sobre
bloques de hielo. A veces yo usé como comida la hierba, raíces, pedúnculos,
hojas, frutos, la tierra del suelo, e incluso el aire. Y esas prácticas de
riguroso ascetismo no me beneficiaron ni a mí, ni a los demás. Sin embargo, en
mi mente no hubo abandono, y yo transcendí todas las prácticas ascéticas no
budistas.
Buen hombre, en el pasado yo abandoné mi cuerpo y mi vida por
cuatro razones: 1) para erradicar el sufrimiento de los seres; 2) para hacer
posible que los seres puedan tener paz y alegría; 3) para hacer añicos el apego
a mi cuerpo; 4) para pagar la amabilidad de mis padres, quienes me tuvieron y
criaron. Si un Bodhisattva no es capaz de dar su cuerpo y su vida, el debería
de saber que no es un verdadero Bodhisattva.
Buen hombre, en el pasado, para beneficio del Dharma, yo
corté la carne de mi cuerpo para hacer 3.600 lámparas. En aquel tiempo, debido
a mis aflicciones, yo sentí dolor. Sin embargo, para hacer posible que los
seres lograran la liberación, yo dispuse mi mente para mantener la resolución y
no abandonar nunca. Entonces, debido a ello, yo logré tres cosas: 1) que mi
mente nunca abandonase; 2) me convertí en un verdadero Bodhisattva; 3) yo fui
llamado un Bodhisattva inconcebible.
Además, en el pasado, para el bien del verdadero Dharma,
durante un eón yo soporté el dolor de tener mil úlceras en todo mi cuerpo. En
aquel tiempo, debido a mis aflicciones, yo experimenté dolor. Sin embargo, para
posibilitar que los seres alcanzaran la liberación, yo dispuse mi mente para
mantener la resolución y no abandonar nunca. Yo fui llamado un Bodhisattva
inconcebible.
Además, en el pasado, yo ofrecí mi vida para salvar a una
paloma. En aquel tiempo, debido a mis aflicciones, yo sentí dolor. Sin embargo,
para posibilitar que los seres alcanzaran la liberación, yo dispuse mi mente para
mantener la determinación, y no abandonar nunca. Yo fui llamado un Bodhisattva
inconcebible.
Buen hombre, los malos amigos de uno, y las acciones
motivadas por las aflicciones de uno son unos compañeros espléndidos en el
Camino del Bodhisattva. ¿Por qué? Porque los seres ordinarios, al carecer de
sabiduría y de una atención correcta[2],
ven a sus aflicciones como a enemigos. Un Bodhisattva que está equipado con
sabiduría y atención correcta, toma a sus aflicciones, a las acciones, y a sus
malos amigos, como a sus compañeros en el Camino del Bodhisattva.
Buen hombre, aquellos que han erradicado sus aflicciones, ya
no renacerán en ningún estado desafortunado. Por consiguiente, aunque un
Bodhisattva manifieste malas acciones, esas acciones no están hechas por su
cuerpo, habla, o mente, sino que se han manifestado a través del poder de sus
votos. A través del poder de sus votos un Bodhisattva puede asumir la
apariencia de un animal salvaje, porque él quiere domar a otros animales. Si un
Bodhisattva llega a asumir la forma de un animal, el tiene familiaridad con las
palabras de los humanos. Cuando asume una forma humana, sus palabras siempre
tienen que ver con el Dharma, y son verdaderas, y nunca utiliza un lenguaje
insultante o se da a la charlatanería. Apenándose los seres, el siempre cultiva
el amor benevolente y la compasión, y ejerce el autocontrol. El es llamado un
Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, en el pasado, cuando yo asumí el cuerpo de un
oso, yo tenía aflicciones. Sin embargo, estas no tenían poder sobre mí. ¿Por
qué? Porque yo tenía atención correcta. En aquel tiempo, yo sentía lástima de
los seres, y sostuve el Dharma, y me entrené en el Dharma.
Yo también asumí el cuerpo de una vaca, de un mono, de un
conejo, de una serpiente, de un naga, de un elefante, de un garuda, de una
paloma, de un ciervo, de un macaco, de una cabra, de un pollo, de un pavo real,
de un loro, o de una rana. Cuando yo asumí los cuerpos de esos animales, las
aflicciones no tenían poder sobre mí. ¿Por qué? Porque yo tenía atención
correcta. En aquel tiempo, yo sentía lástima de los seres, y sostuve el Dharma,
y me entrené en el Dharma.
Buen hombre, en tiempos de hambruna, yo hice un gran voto. A
través del poder de este gran voto yo asumí el cuerpo de un pez gigante para aliviar
el hambre y la sed de los seres. Aquellos que estaban entrenándose para
alcanzar la Iluminación, y aquellos que generaron la mente de Iluminación no
cometieron ninguna falta por comer mi cuerpo.
En tiempos de epidemias, yo hice un gran voto. A través de
este gran voto mi cuerpo llegó a convertirse en un gran árbol medicinal.
Aquellos que me vieron, olieron, tocaron, o quienes comieron mi piel, sangre,
carne, huesos, o médula, todos ellos fueron curados de sus enfermedades. Buen
hombre, si un Bodhisattva soporta semejantes dolores y su mente no retrocede,
el es llamado un verdadero Bodhisattva.
Lo
Inconcebible con Respecto a un Bodhisattva.
Cuando esa clase de Bodhisattva practica las Perfecciones, él
no busca la recompensa que surge de ello, sino que su intención es el beneficio
de los seres. Un Bodhisattva conoce bien los males que hay en el tener que
soportar repetidamente el nacimiento y la muerte, pero él se deleita en
soportar los repetidos nacimientos y muertes para beneficiar a los seres, posibilitándoles
que tengan paz y alegría. Un Bodhisattva que, conociendo bien la paz y alegría
que hay en la liberación, puede vivir soportando los males de los repetidos
nacimientos y muertes, es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Un Bodhisattva no busca la retribución para sus acciones
bondadosas. Y siempre que recibe amabilidad de otros, lo paga con más
amabilidad. Buen hombre, mientras que todos los seres no buscan más que su
propio beneficio, un Bodhisattva siempre busca beneficiar a los otros, por eso
es llamado un Bodhisattva inconcebible. Aunque un Bodhisattva tiene
aflicciones, él beneficia por igual a amigos y enemigos. Por tanto, es llamado
un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, cuando los no budistas transforman a los seres,
ellos primero los conducen regañándolos, golpeándolos, o insultándolos, y
entonces los doman. Un Bodhisattva actúa de forma diferente. El no utiliza
palabras ofensivas, palabras coléricas, o palabras engañosas. El solo utiliza
palabras agradables y verdaderas. Los seres que oyen sus palabras son como
lotos azules iluminados por la Luna, o como lotos rojos iluminados por el Sol.
Buen hombre, cuando un Bodhisattva da limosnas en una
cantidad pequeña, el no se molesta si se le pide más. El es llamado un
Bodhisattva inconcebible. Cuando el enseña a los seres que son ciegos, sordos,
mudos, idiotas, o que viven en países fronterizos, su mente nunca se cansa. El
es llamado un Bodhisattva inconcebible.
Buen hombre, hay cuatro cosas inconcebibles: 1) él puede dar
las cosas valiosas que el ama; 2) el tiene aflicciones, pero puede soportar los
males; 3) él puede unir a un grupo desunido; 4) él puede cambiar las visiones
desfavorables de un moribundo por medio de exponerle el Dharma. Estas son las
cuatro cosas inconcebibles con respecto a un Bodhisattva.
Hay otras tres cosas inconcebibles: 1) el reprueba sus
propias aflicciones; 2) vive en medio de sus aflicciones y no las erradica; 3) aunque
él tiene emociones aflictivas, y también realiza acciones motivadas por esas
aflicciones, el nunca abandona el auto control. Estas son las tres cosas
inconcebibles con respecto a un Bodhisattva.
Hay otras tres cosas inconcebibles: 1) cuando él decide dar
limosnas su mente está llena de alegría; 2) cuando él da limosna, no busca
ninguna recompensa; 3) después de que ha dado limosna, está alegre y no se
arrepiente. Estas son las tres cosas inconcebibles con respecto a un
Bodhisattva.
Buen hombre, cuando un Bodhisattva acomete estas acciones, el
observa su mente y se pregunta: “¿Soy yo un Mal llamado Bodhisattva, o un
verdadero Bodhisattva?” Has de saber que alguien capaz de hacer estar cosas es
un verdadero Bodhisattva.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que
han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia.
No es difícil para los Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia
hacer estas cosas, pero el hacer estas cosas resulta difícil para aquellos
Bodhisattvas que llevan una vida en familia. ¿Por qué? Porque aquellos que
llevan una vida en familia están obstaculizados por muchas causas y condiciones
adversas.
[1] Bodhisattva-yana, un sinónimo de
Mahayana.
[2] Samyak-smrti. La atención o memoria correcta
es la séptima de las Ocho Ramas del Noble Sendero Óctuple. Incluye cosas como
los Cuatro Fundamentos de la Atención, el recuerdo del Dharma, el recuerdo de
un Buda, y la inconcebible atención mental de un Buda.
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