Bodhisattvas
de Nombre, y Verdaderos Bodhisattvas.
Los Mal
Llamados Bodhisattvas.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, el Buda habla de dos clases de
Bodhisattvas: los mal llamados Bodhisattvas, y los verdaderos Bodhisattvas. ¿Qué
se entiende por “los mal llamados Bodhisattvas”?
El Buda respondió: “Buen hombre, después de que los seres
generan la mente de la iluminación, algunos de ellos se siguen deleitando en
aceptar y sostener caminos que no son los Caminos del Buda, leen y recitan sus
textos, y los enseñan a otros. Ellos no cultivan la compasión, y toman la vida
de otros para beneficio de sus propios cuerpos y vidas. Se deleitan en el
repetido nacimiento y muerte, hacen acciones que tienen el propósito de
propiciar los placeres en su ciclo de nacimientos y muertes. Al carecer de fe
en las Tres Joyas, sus mentes son una maraña de dudas. Queriéndose y
protegiéndose a sí mismos, son incapaces de tolerar los insultos, y emplean un
lenguaje abusivo sin refreno o remordimiento. Ellos se menosprecian, y dicen:
“Yo no puedo alcanzar la Insuperable Iluminación”.
Aunque ellos sienten temor de sus aflicciones, ellos no se
entrenan con diligencia para erradicarlas utilizando los medios hábiles, así
que ellos siempre están afectados por la codicia, el enfado, la tacañería, y la
envidia. Al tener una mente indolente y caótica, eligen permanecer cerca de los
malos amigos. Ellos prefieren su ignorancia de la verdad y su falta de creencia
en las Perfecciones. Ellos ni acumulan méritos, ni contemplan los males de
experimentar repetidamente el ciclo de nacimientos y muertes. Ellos encuentran
sugerentes las palabras maliciosas de los otros. Los Bodhisattvas como esos son
“los mal llamados Bodhisattvas”.
Buen hombre, hay seres que activan la mente de la iluminación
con el propósito de alcanzar la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación. Pero
tras oír que ellos solo pueden lograr la Iluminación después entrenarse en las
prácticas del ascetismo durante innumerables eones, entonces se arrepienten. Ellos
se entrenan para el logro de la Iluminación, sin convicción. Al faltarles un
sentido de la vergüenza y del deshonor, y al carecer de compasión, ellos se deleitan
en la práctica no budista de sacrificar cabras como una ofrenda a los dioses.
Ellos tienen algo de fe, pero esta no es firme. Practican el mal en su
persecución de los placeres de los cinco sentidos. Orgullosos de su cuerpo,
vida, y riqueza, son muy arrogantes. Sin embargo, sus acciones incorrectamente
motivadas no pueden beneficiarlos. Ellos dan limosnas con la intención de
adquirir placeres en el mundo. Ellos observan los preceptos con la intención de
renacer en los cielos. Ellos practican la meditación con la intención de
alargar la duración de sus vidas. Tales Bodhisattvas son los “mal llamados
Bodhisattvas”.
Los
Verdaderos Bodhisattvas.
Los verdaderos Bodhisattvas escuchan el significado profundo
del Dharma. Se deleitan en permanecer cerca de los buenos amigos, y en hacer
ofrendas a los padres, maestros, y a los buenos amigos. Se deleitan en escuchar
las enseñanzas contenidas en las doce categorías de las escrituras, las aceptan
y las sostienen, las leen y recitan, las copian, y meditan en sus significados.
Para beneficio del Dharma, ellos no escatiman incluso el dar sus cuerpos o sus
vidas, sus esposas, hijos, o bienes. Su determinación es firme, y sienten
compasión hacia todos. Ellos utilizan palabras agradables, palabras
consideradas, y palabras veraces; nunca usan palabras ofensivas, o palabras que
inciten a la división, y ellos no se desprecian a sí mismos. Dan limosnas
generosamente, sin restricción.
Ellos se deleitan en afilar el cuchillo de la sabiduría. Ellos
estudian los textos no budistas con la intención de derrotar y de eliminar los
puntos de vista erróneos. Al estar familiarizados con los medios hábiles para
domar a los seres, ellos no sienten miedo en medio de una multitud. Ellos
enseñan a los seres que es fácil alcanzar la Iluminación, liberándolos del
miedo. Ellos hacen esfuerzos enérgicos para progresar a pesar de sus
aflicciones, haciendo que sus aflicciones vayan perdiendo fuerza. Sus mentes
nunca se dejan llevar por las tendencias habituales, ellos cultivan la
paciencia ante la adversidad. Para alcanzar el nirvana, ellos observan los
preceptos al par que hacen esfuerzos enérgicos.
Ellos trabajan deseosos de servir a los seres,
posibilitándoles obtener la paz y la alegría. Ellos aceptan sufrir para
beneficiar a los otros, sin arrepentirse de ello. Sienten compasión hacia
aquellos que retroceden de la mente de la iluminación. Ellos pueden rescatar a
los demás de todos los tipos de sufrimiento, y pueden ver los males de padecer
repetidamente el nacimiento y la muerte. Ellos están equipados con las Seis
Perfecciones, y sus hechos mundanos sobrepasan a los de todos los demás. Con
una fe firme, ellos cultivan el amor benevolente y la compasión, y no buscan
recompensas por su amor benevolente y compasión. Sus mentes no consideran la
existencia de amigos y enemigos, como opuestos.
Del mismo modo en que ellos dan limosna con una mente de
igualdad, así dan también sus cuerpos con una mente de igualdad. Conociendo las
apariencias de la impermanencia, ellos no rehúsan a dar sus cuerpos y sus
vidas. Ellos atraen a los seres a través de las Cuatro Formas de Atraer al
Dharma. Conociendo la verdad convencional, ellos se comportan de acuerdo a las
palabras de los seres. Cuando están sufriendo para el beneficio de los seres,
su mente permanece quieta, como el Monte Sumeru. Aunque vean a los seres hacer
gran cantidad de malas acciones, nunca olvidan las buenas cualidades de ellos.
No dudando en lo más mínimo en las Tres Joyas, ellos encuentran deleite en
hacerles ofrendas.
En el caso de que sus recursos sean limitados, ellos dan
primero al pobre, y después a los otros campos de fortuna; ellos ayudan primero
al pobre, y después al rico. Se deleitan en alabar las bondades de otros, e
indican a otros el sendero hacia el Nirvana. Ellos ayudan a los demás a aprender
todo tipo de conocimientos, y se deleitan viendo como los otros están cada vez
más realizados. Siempre piensan en beneficiar a los demás, y no en sí mismos.
Todas las acciones virtuosas hechas con su cuerpo, habla, y mente son dedicadas
al bienestar de los otros, y no a su propio beneficio. Tales Bodhisattvas son
llamados “los verdaderos Bodhisattvas”.
Buen hombre, hay dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han
renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. No
es difícil para los Bodhisattvas que han renunciado a una vida en familia ser
verdaderos Bodhisattvas, pero para aquellos Bodhisattvas que llevan una vida en
familia es difícil ser verdaderos Bodhisattvas. ¿Por qué? Porque aquellos que
llevan una vida en familia están obstaculizados por muchas causas y condiciones
adversas.”
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