martes, 27 de septiembre de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Veintiséis. La Perfección del Esfuerzo.

La Perfección del Esfuerzo.
Sujāta preguntó al Buda: “Bhagavan, ¿Cuál es la forma correcta de practicar las Seis Perfecciones por parte de un Bodhisattva, un Gran Ser?”
El Buda: “Buen hombre, los Cuatro Esfuerzos Correctos[1] son: 1) poner fin para siempre a lo no virtuoso ya existente; 2) no permitir que surja nada nuevo no virtuoso; 3) hacer que surja lo virtuoso aún no existente; y 4) aumentar lo virtuoso ya existente. Si un buen hombre, o una buena mujer, se involucran con diligencia en los Cuatro Esfuerzos Correctos, es llamado “esfuerzo vigoroso”. Ese esfuerzo vigoroso es la forma correcta de practicar las Seis Perfecciones, y hace posible que uno se libre de las aflicciones. Has de saber que uno que puede tolerar el sufrimiento en cualquiera de los tres destinos desafortunados, puede practicar verdaderamente la Perfección del Esfuerzo de forma firme, ni demasiado deprisa, ni demasiado despacio.
Cómo Hacer Esfuerzos Vigorosos.
Hay dos clases de esfuerzo vigoroso: correcto y erróneo. Un Bodhisattva debería de apartarse del esfuerzo vigoroso erróneo, y debería de hacer un esfuerzo vigoroso correcto. Cultivar la fe, el amor benevolente, la compasión, la práctica de la generosidad, la observación de los preceptos, escuchar el Dharma, y desarrollar la sabiduría, es llamado estar haciendo “el esfuerzo correcto”. Hacer eso durante los tres periodos del día sin arrepentirse, no estar contento con lo virtuoso que uno ha conseguido, y aprender respecto los fenómenos mundanos y supra mundanos, también es llamado el esfuerzo correcto.
Aunque un Bodhisattva no escatima dar ni su cuerpo, ni su vida, no obstante, para proteger el Dharma debería de estimar a ambos. Mientras realiza los cuatro tipos de actividad-andando, de pie, sentado, o acostado-él se entrena de acuerdo al Dharma. Cuando no realiza buenas acciones, no es indolente. Incluso cuando pierde su cuerpo y su vida, el no abandona su conformidad al Dharma. Si el llega a la orilla opuesta a la existencia cíclica, a través de las Seis Perfecciones, es debido a su esfuerzo vigoroso.
Cuando uno lee, recita, copia, y reflexiona en las doce categorías de las escrituras, se llama “hacer un esfuerzo vigoroso para uno mismo”. Cuando uno transforma y doma a los seres, se llama “hacer un esfuerzo vigoroso para otros”. Cuando uno se está entrenando en el Sendero hacia la Iluminación, si da limosnas, observa los preceptos, oye mucho el Dharma, desarrolla la sabiduría, aprende los fenómenos mundanos; hace ofrendas a los padres, maestros, y a aquellos virtuosos; practica la meditación de la calma mental y la meditación analítica; y también lee, recita, y copia los Sutras, es llamado “hacer un esfuerzo vigoroso en el logro de la Iluminación”.
Estas prácticas son todas llamadas “esfuerzo vigoroso”, y es la forma correcta de practicar las Seis Perfecciones. Buen hombre, una persona indolente no puede persistir en la generosidad, en la observancia de los preceptos morales, en el esfuerzo vigoroso, en la práctica de la meditación para controlar su mente, en la paciencia para soportar los males, y en la discriminación entre lo bueno y lo malo. Por tanto, yo digo que la práctica de las Seis Perfecciones está impulsada por el esfuerzo vigoroso.
Perfección y Esfuerzo Vigoroso.
Buen hombre, 1) hay un esfuerzo vigoroso que no es cualificado como Perfección; 2) hay Perfecciones distintas del esfuerzo vigoroso; 3) hay un esfuerzo vigoroso que es cualificado como Perfección; 4) hay prácticas que no son ni esfuerzo vigoroso, ni Perfecciones.
El esfuerzo vigoroso en lo no virtuoso, o en los fenómenos mundanos aún siendo buenos, y el esfuerzo vigoroso realizado por los Oyentes y Realizadores Solitarios no son cualificados como Perfección. La Perfección de la Sabiduría, por ejemplo, es una Perfección distinta del esfuerzo vigoroso. El esfuerzo vigoroso en estas Cinco Perfecciones-las Perfecciones de la Generosidad, Moralidad, Paciencia, Concentración, y Sabiduría-es cualificado como Perfección.
La generosidad, la observación de los preceptos morales, la tolerancia de la adversidad, la concentración, el desarrollo de la sabiduría, y los demás fenómenos virtuosos practicados por las personas ordinarias, los Oyentes, y los Realizadores Solitarios no son ni esfuerzo vigoroso, ni Perfecciones.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. No es difícil para aquellos Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia hacer un esfuerzo vigoroso, pero para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia, es difícil hacer un esfuerzo vigoroso. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.



[1] Dentro de los Treinta y Siete Factores de la Iluminación.

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