Los Votos.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, ¿Quién puede realizar las
acciones necesarias para adquirir las Treinta y Dos Marcas Físicas de un Buda?”
El Buda respondió: “Buen hombre, el sabio puede hacerlo”.
Sujāta: “Bhagavan, ¿Quiénes son los sabios?”
El Buda: “Buen hombre, aquellos que son capaces de tomar los
grandes votos insuperables, son llamados “los sabios”. Después de que un
Bodhisattva, un Gran Ser, ha generado la mente de la Iluminación, el desea
compartir con todos los seres las
acciones meritorias hechas por él con su cuerpo, habla, y mente, y
también el fruto bendito que él recibirá. Un Bodhisattva, un Gran Ser, siempre
permanece cerca de los Budas, Realizadores Solitarios, Oyentes, y buenos amigos,
haciéndoles ofrendas y haciéndoles preguntas con respecto al profundo Dharma
con gran respeto. El acepta y sostiene el Dharma, y nunca lo abandona.
Los Grandes
Votos de un Bodhisattva.
El genera estos deseos: “Ahora yo estoy cerca de los Budas,
de los Realizadores Solitarios, de los Oyentes, y de los buenos amigos. Sería mejor soportar
unos inmensos sufrimientos en vidas futuras que abandonar la mente de la
Iluminación. Si, movidos por la malicia, los seres me golpean, me regañan, o me
calumnian, yo quiero que como resultado mi amor benevolente se incremente, y
que yo no albergue el menor pensamiento negativo.
Yo deseo, que siempre que renazca en el futuro, vida tras
vida, yo no asuma la forma de una mujer; ni que pueda tener ambos órganos, el
masculino y el femenino; ni tampoco nacer sin órgano sexual; ni ser esclavo o
sirviente. Yo quiero tener la libertad de servir a otros, y no estar sometido a
otros. Yo quiero tener unas facultades completas, y permanecer alejado de los
malos amigos. Yo deseo no renacer en un país en el que impere la maldad, o en
una tierra fronteriza en la que el Dharma no sea conocido. Yo deseo renacer en
el seno de una familia prominente y de buen nombre, poseyendo una buena
apariencia y una extraordinaria fuerza, poseer y disponer de riqueza; y tener
una mente que se esfuerce vigorosamente, que sea auto controlada y con
pensamientos virtuosos. Yo deseo que todos aquellos que oigan mis enseñanzas
lleguen a sentirse deleitados aceptándolas.
Yo tomo el voto de aniquilar todos los obstáculos, de
ejercitarme en el auto control, y de poner fin a todas las malas acciones de
cuerpo, habla, y mente. Yo tomo el voto de traer siempre grandes beneficios a
los seres. Para beneficiarlos, yo no escatimaré incluso el dar mi cuerpo o mi
vida, y yo no cometeré ninguna acción negativa con la intención de beneficiar a
mi cuerpo o a mi vida. Cuando yo beneficie a los seres, de ningún modo buscaré
retribución alguna por su parte.
Yo encontraré deleite en sostener las doce categorías de las
escrituras[1],
y las enseñaré a otros. Yo destruiré las visiones erróneas y las malas acciones
de los seres. Yo dominaré las ciencias mundanas, y enseñaré a otros cómo
conquistarlas. Yo seré un supremo sanador de las graves enfermedades de las
mentes y cuerpos de los seres.
Cuando yo vea que ellos viven en la discordia, yo los uniré.
Cuando vea que están siendo presas del miedo, yo los salvaré y protegeré; y
entonces les daré todo tipo de enseñanzas de Dharma, de forma que ellos puedan
protegerse a sí mismos, y domar sus mentes. A los hambrientos, cuando los
encuentre, les daré incluso mi propio cuerpo para que se sacien. Yo desearé que
cuando lo hagan, no sientan avidez, sino que coman de mi cuerpo como si
estuvieran comiendo hierbas y plantas.
Yo siempre me deleitaré en hacer ofrendas a los padres, a los
maestros, a los buenos amigos, y a aquellos que moran en la virtud. Yo
contemplaré a amigos y enemigos con la misma mente ecuánime. Yo me entrenaré
siempre en los seis recuerdos, en comprender que los fenómenos no tienen una
naturaleza propia, y en reflexionar en los Doce Vínculos de la Generación
Dependiente. Donde no sea posible encontrar a las Tres Joyas, yo me deleitaré
en la soledad cultivando el amor benevolente y la compasión. Los seres que me
vean, me oigan, o me toquen, abandonarán sus aflicciones.
Un Bodhisattva, buscando solamente la Iluminación, no busca
ningún otro fruto para sí mismo; pero no obstante, él busca otros frutos para
beneficio de los demás.
Convertirse
en un Respetable con la Riqueza del Dharma.
Buen hombre, has de saber que un Bodhisattva que hace estos
votos, es un Respetable que posee la insuperable Riqueza del Dharma, un rey
buscando el Dharma, uno que será un Rey del Dharma. Buen hombre, para ser
llamado un Respetable con la Riqueza del Dharma, un Bodhisattva, un Gran Ser,
debería de hacer tres cosas: 1) no deleitarse en textos que no tengan que ver
con el Dharma del Buda; 2) no buscar placeres a través del continuo
renacimiento y muerte; 3) encontrar siempre deleite en hacer ofrendas al Buda,
el Dharma, y la Sangha.
Hay otras tres cosas: 1) aceptar el sufrimiento experimentado
para beneficio de otros, sin llegar a arrepentirse; 2) revelar la maravillosa
sabiduría insuperable; 3) hacer buenas acciones sin el menor vestigio de
arrogancia.
Hay otras tres cosas: 1) soportar el sufrimiento en los
infiernos para salvar a los seres, y verlo como el gozo del tercer nivel de
concentración; 2) no tener celos cuando se ve a otros obtener realizaciones; 3)
hacer buenas acciones, pero no con la intención de repetir nacimiento y muerte.
Hay otras tres cosas: 1) después de ver el dolor en otros,
sentir el mismo dolor; 2) hacer buenas acciones para beneficio de los seres; 3)
utilizar los medios hábiles para posibilitarles abandonar el sufrimiento.
Hay otras tres cosas: 1) ver a todos los placeres existentes
en el ciclo del nacimiento y la muerte como si fueran el veneno de una gran
serpiente; 2) deleitarse en soportar continuamente el nacimiento y la muerte
para propiciar el beneficio de los seres; 3) reconocer que la Paciente
Aceptación de la No Verdadera Producción de Todos los Fenómenos tiene un gran
mérito.
Hay otras tres cosas: 1) disposición a abandonar su cuerpo;
2) disposición a abandonar su vida; 3) disposición a abandonar su riqueza.
Estas tres cosas son abandonadas para beneficio de los seres.
Hay otras tres cosas: 1) escuchar mucho el Dharma sin llegar
a sentirse nunca cansado; 2) soportar los males; 3) enseñar a otros a
desarrollar la paciencia.
Hay otras tres cosas: 1) reflexionar en todas las faltas que
hay en uno; 2) no divulgar las faltas de otros; 3) cultivar un amor
benevolente.
Hay otras tres cosas: 1) observar los preceptos
fervientemente; 2) atraer a los seres a través de las Cuatro Formas de Atraer
al Dharma[2];
3) utilizar palabras agradables, y no un lenguaje grosero.
Hay otras tres cosas: 1) dar el Dharma como la mayor de las
limosnas; 2) dar riquezas como limosna; 3) convencer a los demás para que hagan
lo mismo.
Hay otras tres cosas: 1) enseñar y transformar siempre a los
seres por medio de las enseñanzas del Mahayana; 2) progresar siempre empleando
los entrenamientos adecuados; 3) no menospreciar nunca a los seres.
Hay otras tres cosas: 1) tener paciencia para con las
aflicciones de uno; 2) conocer las faltas ocasionadas por las aflicciones de
uno, sin llegar a sentir rechazo de uno mismo; 3) a través de tolerar las
aflicciones de uno mismo, erradicar las aflicciones de otros.
Hay otras tres cosas: 1) regocijarse de los méritos de otros,
tal como si fueran propios; 2) no mantener solo para uno el disfrute de la paz
y gozo adquirido; 3) no considerar a los Dos Vehículos del Hinayana como
caminos adecuados hacia la Iluminación.
Hay otras tres cosas: 1) no temer el entrenamiento en un
arduo ascetismo; 2) no rechazar nunca ninguna petición; 3) no albergar nunca el
pensamiento de ser superior a los demás.
Buen hombre, si uno contempla la causalidad, debería de
observar tanto la causa y efecto, como el efecto y su causa. Tal Bodhisattva
puede poner fin a la causa y efecto[3],
y adquirir causa y efecto[4].
Cuando un Bodhisattva pone fin y adquiere causa y efecto, es llamado el Fruto
del Dharma, lo cual es como el rey de todos los fenómenos, pues hay un dominio
sobre todos los fenómenos.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: los que han
renunciado a la vida en familia, y los que llevan una vida en familia. No es
difícil para los Bodhisattvas que han abandonado la vida en familia el mantener
estos votos, pero para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia, hacer y
mantener estos votos es difícil. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida
en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.”
[1]
Las enseñanzas del Buda se encuentran recogidas en doce tipos de escrituras: 1)
Sutras, o discursos; 2) Geya, canciones que repiten las
enseñanzas; 3) Vyākarana, o
profecías; 4) Gāthā, o versos; 5) Udāna, o pronunciamientos; 6) Nidāna, las causas de los discursos; 7) Avadāna, o parábolas; 8) Itivrttaka, discursos que comienzan con
“Así ha sido dicho”; 9) Jātaka, o
historias de vidas anteriores del Buda; 10) Vaipulya,
discursos referidos a temas amplios y profundos; 11) Adbhuta-dharma, eventos maravillosos; 12) Upadesa, instrucciones precisas sobre algún tema.
[2]
1) dando al discípulo bienes materiales cuando son necesarios; 2) utilizar
palabras agradables; 3) actuando para beneficio del discípulo; 4) siendo
consecuente con las palabras de uno.
[3] Poner
fin a las aflicciones y sus consecuencias kármicas.
[4] Alcanzar
la Iluminación, y los Tres Cuerpos.
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