martes, 18 de diciembre de 2012

Sutra de la Perfección de la Sabiduría en 8000 Lineas Capítulo 28 Avakirnakusuma.

CAPÍTULO VEINTIOCHO: AVAKIRNAKUSUMA (Cubierto con Flores).

 

LA PREDICCIÓN DE AVAKIRNAKUSUMA. (1)

 

Acto seguido, en aquel tiempo, uno de los Dioses de los Treinta y Tres cogió flores de Mandarava, magníficas flores de Mandarava, y vino a donde estaba el Señor. Y justo en ese momento, seis mil monjes estaban congregados y sentados en esa asamblea. Se levantaron de sus asientos, pusieron sus mantos sobre un hombro, hincaron su rodilla derecha en la tierra, y saludaron al Señor con sus manos juntas. A través del poder del Buda sus manos se llenaron de flores de Mandarava, con magníficas flores de Mandarava. Ellos esparcieron esas flores sobre el Señor, y dijeron: “¡Nosotros, Oh Señor, discurriremos en esta Perfección de la Sabiduría!”

Acto seguido, y con motivo de ello, el Señor sonrió. Pero tal es la naturaleza de los Budas y Señores que, cuando ellos manifiestan una sonrisa en una asamblea de Bodhisattvas, varios rayos de luz de colores surgen entonces de la boca del Señor; rayos de color azul, amarillo, rojo, blanco, escarlata, cristalino, plateado, y dorado. Esos rayos iluminan con todo su resplandor infinitos e ilimitados sistemas de mundos, se elevan hasta el cielo de Brahma, y de nuevo regresan al Señor, circulan tres veces a Su alrededor, y entonces se desvanecen en la cabeza del Señor.

Después de eso, el Venerable Ananda se levantó de su asiento, puso su manto sobre uno de sus hombros, hincó su rodilla derecha en la tierra, juntó sus manos hacia el Señor, y dijo: “El Tathagata no manifiesta una sonrisa sin una razón, ¿Cuál es la razón para Tú sonrisa, Oh Señor?”

El Señor: Esos seis mil monjes, Ananda, en un periodo futuro, en el “Eón Como una Estrella”, conocerán la Completa Iluminación; y después de eso enseñarán el Dharma a los seres. Todos ellos llevarán el mismo nombre. Con Avakirnakusuma como nombre, esos Tathagatas serán Maestros en el mundo. Todos ellos tendrán una congregación de discípulos igual en número. Todos ellos vivirán el mismo tiempo, veinte mil eones. Cada uno de ellos tendrá una amplia colección de escrituras sagradas, que se difundirán ampliamente entre los Dioses y los hombres.

En cada caso, la buena ley permanecerá durante el mismo periodo de tiempo, durante veinte mil eones. Y una lluvia de flores, de los cinco colores, descenderá sobre ellos dondequiera que puedan abandonar la casa que ellos tengan en un pueblo, ciudad, o mercado; donde quiera que ellos puedan Girar la Rueda del Dharma; dondequiera que puedan meditar; dondequiera que puedan aparecer (en medio de la gente).

 

ALABANZA A LA SABIDURÍA PERFECTA. (2)

 

Por lo tanto, Ananda, los Bodhisattvas que quieran habitar en la más superior de las moradas, que quieran morar en la morada del Tathagata, deberían de permanecer en la morada de la sabiduría perfecta. Y con respecto a cualquier Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, uno puede estar completamente seguro de que antes de haber renacido aquí, entre los hombres, él ha muerto entre los hombres o entre los Dioses de Tushita. Pues es entre los hombres y entre los Dioses de Tushita donde esta Perfección de la Sabiduría circula en toda su amplitud.

Uno puede estar seguro de que los Tathagatas cuidan de aquellos Bodhisattvas que discurren en esta Perfección de la Sabiduría, que la aprenden, la llevan en mente, la estudian, la exponen, repiten, o meramente la escriben; y que también instruyen a otros Bodhisattvas, los sermonean, instigan, y animan. Uno debería de saber que ellos han plantado raíces de virtud, y continúan plantando raíces de virtud dentro y más allá de los límites conocidos, o de cualquier límite que pudiera ser establecido; y ellos hacen esto con la visión y pensamiento de los Tathagatas. Ellos no solo han plantado raíces de virtud ante los Discípulos y Pratyekabuddhas de forma que pudieran entrenarse ellos y entrenar a otros en la sabiduría perfecta, sino que indudablemente esos Bodhisattvas que se entrenan en esta Perfección de la Sabiduría, y que permanecen sin temor, han plantado raíces de virtud ante los Tathagatas.

Respecto a aquellos que adoptan esta Perfección de la Sabiduría, que la llevan en mente, la estudian, exponen, repiten, y escriben, quienes la persiguen en su significado, contenido, y método, uno debería de estar completamente seguro de que ellos han estado cara a cara con los Tathagatas. Si los Bodhisattvas no injurian esta Perfección de la Sabiduría, no se oponen a ella, la denigran, o la rechazan, entonces uno debería de saber que ellos han cumplido sus deberes bajo los Conquistadores del pasado.

Puesto que un Bodhisattva no abandona en sus votos de revelar y de haber revelado, de realizar y de llevar a la realización de la Completa Iluminación, esto no produce la raíz de virtud, la cual uno planta ante la omnipresencia de los Tathagatas, y que proporciona como recompensa el estado de un Discípulo, o de un Pratyekabuddha. Como una regla, como una cuestión de principios imperecedera, acuñada por la completa interdependencia de todos y cada uno de los fenómenos, tales Bodhisattvas están agradecidos, y practican esta Perfección de la Sabiduría en todas las ocasiones y sin ningún descanso, incluso más allá de las formas, sentimientos, percepciones, concepciones, o consciencia de todos esos fenómenos. Uno puede conocer esto, estate seguro.

 

LA TRANSMISIÓN DEL SUTRA A ANANDA. (3)

 

Así, Ananda, aquí y ahora, una y otra vez Yo te confío y transmito esta Perfección de la Sabiduría, expuesta en letras, de forma que esté disponible para el aprendizaje, para llevarla en mente, exponerla, estudiarla, y difundirla ampliamente; de forma que pueda durar mucho, de forma que no desaparezca.

Ananda, si tú olvidas todas las enseñanzas de Dharma que has aprendido directamente de Mi, si tú las deshechas y permites que sean olvidadas, todo eso no es más que una ligera ofensa contra los Tathagatas, salvo en el caso de esta Perfección de la Sabiduría.

Pues debes de considerar que como olvides, deseches, y permitas que sea olvidado un solo verso de esta Perfección de la Sabiduría, o meramente una parte de un verso, esto es una grave ofensa contra los Tathagatas; y esto me ofende. Y si tú aprendes esta Perfección de la Sabiduría, y luego la olvidas, deshechas, y permites que sea olvidada, tú faltas al respeto, a la reverencia, y a la veneración debida a los Tathagatas del pasado, futuro, y presente; a todos ellos.

Ananda, aquí y ahora, recuerda que es una grave ofensa contra los Tathagatas que mientras tú aprendes esta Perfección de la Sabiduría; más tarde la olvides, la deseches, y permitas que sea olvidada; esto me desagrada. Pues los Tathagatas dicen: “Esta Perfección de la Sabiduría es la madre, la fuente, la generatriz de los Tathagatas del pasado, futuro, y presente; su nodriza en la omnisciencia.”

Ananda, aquí y ahora, Yo te confío y transmito esta Perfección de la Sabiduría, de forma que no desaparezca. Esta Perfección de la Sabiduría debería de ser aprendida, debería de ser llevada en mente, estudiada, expuesta, repetida, escrita, y desarrollada. Tú deberías de atender bien, y difundirla bien. Y cuando uno la aprende, debería de analizarla con cuidado gramaticalmente, letra por letra, sílaba por sílaba, palabra por palabra. Pues este texto de Dharma autoritativo debe de ser considerado como el Cuerpo del Dharma de los Tathagatas del pasado, futuro, y presente.

Ananda, de la misma forma en la que te comportas conmigo, que ahora resido como el Tathagata, con solicitud, afecto, y respeto; con el mismo espíritu virtuoso, tú deberías de aprender esta Perfección de la Sabiduría, llevarla en mente, exponerla, estudiarla, repetirla, escribirla y desarrollarla, respetarla, reverenciarla, y venerarla. Esa es la forma en la que debes de venerarme, esa es la forma de mostrar afecto, fe serena, y respeto hacia los Budas y Señores del pasado, futuro, y presente.

Ananda, si Yo, el Tathagata, te soy querido y agradable, y tú no me abandonas, que pueda por tanto esta Perfección de la Sabiduría llegar a ser querida y agradable para ti; y que puedas no abandonarla, de forma que puedas no olvidar ni tan siquiera una sola palabra de ella, de forma que ella pueda no desaparecer. Pues Yo podría hablarte sobre este otorgamiento de la Perfección de la Sabiduría durante un kalpa, o lo que queda de un kalpa, o durante cien Kalpas, o durante cientos de miles de kotis de Kalpas, y más aún. Pero para abreviar, de la misma forma que Yo soy tu Maestro, así lo es la Perfección de la Sabiduría. De la misma forma en que los Budas y Señores del pasado, futuro, y presente, son los Maestros del mundo, con sus Dioses, hombres, y Asuras; de la misma forma lo es la Perfección de la Sabiduría.

Ananda, por tanto, aquí y ahora, con un otorgamiento inmensurable, Yo te confío y transmito la Perfección de la Sabiduría, la cual es inmensurable, para el beneficio y felicidad del mundo, con sus Dioses, hombres, y Asuras.

Si uno no quiere abandonar al Tathagata, al Dharma, y a la Noble Sangha; si uno no quiere abandonar la Iluminación de los Budas y Señores del pasado, futuro, y presente, ¡Que pueda no abandonar la Perfección de la Sabiduría!

Y existe la siguiente advertencia de que aquellos que aprenden esta Perfección de la Sabiduría, la llevan en mente, la estudian, repiten, escriben, y desarrollan; ellos ayudan a la Iluminación de los Budas y Señores del pasado, futuro, y presente. Pues cualquiera que asista a esta Perfección de la Sabiduría cuando se está desmoronando, él auxilia a la Iluminación de los Budas y Señores del pasado, futuro, y presente. Porque la Iluminación de los Budas y Señores ha venido de la Perfección de la Sabiduría. Y ella sostiene perfectamente a todos los Tathagatas, sean del pasado, del futuro, o del presente. Por consiguiente, un Bodhisattva que quiera conocer la Completa Iluminación, y entrenarse en las Seis Perfecciones, debería de escuchar esta Perfección de la Sabiduría, estudiarla, repetirla, y escribirla; y él debería de entrenarse en esta Perfección de la Sabiduría, y hacer esfuerzos en ella.

Pues esta Perfección de la Sabiduría es la madre, la fuente, y la generatriz de todos los demás Bodhisattvas. Es gracias a la Perfección de la Sabiduría por lo que todos los Bodhisattvas se entrenan siempre en las Seis Perfecciones, y en todo momento se dirigen hacia la Completa Iluminación. Es gracias a esta Perfección de la Sabiduría que todos ellos progresan en las Seis Perfecciones. Porque las perfecciones llegan a alimentar la Suprema Iluminación después de que ellas hayan venido desde la Perfección de la Sabiduría.

Por consiguiente, Ananda, una y otra vez, por segunda vez, por tercera vez yo te confío y transmito esta Perfección de la Sabiduría a ti; de forma que pueda no desaparecer. Pues esta Perfección de la Sabiduría es el inexhaustible tesoro del Dharma de los Tathagatas. El Dharma que los Budas y Señores han enseñado a los seres en el pasado, en esos mundos de nacimiento y muerte, que carecen de principio o de final; todo ello es enseñado y revelado desde este mismo tesoro del Dharma, desde la Perfección de la Sabiduría. Y el Dharma que los Budas y Señores enseñarán a los seres en el periodo futuro, después de haber sido Completamente Iluminados, también vendrá de este mismo tesoro del Dharma, de la Perfección de la Sabiduría. Y los Budas y Señores que ahora mismo residen en incontables sistemas de mundos, y que enseñan el Dharma, también han recibido su revelación de este mismo tesoro del Dharma, de la Perfección de la Sabiduría. Por lo tanto, la Perfección de la Sabiduría, este tesoro del Dharma, es inagotable.

Ananda, si tú enseñas el Dharma desde el Nivel del Discípulo a personas pertenecientes al Nivel del Discípulo; y si como resultado de tu enseñanza de Dharma, todos los seres en el gran macrocosmos de tercer grado realizaran el estado de Arhat, tú no habrías cumplido con tu deber como discípulo Mío si es que continuaras después de Mi, girando de ese modo la Rueda del Dharma, y enseñando así el Dharma. Pero si al contrario, tú enseñaras y revelaras tan solo un simple verso del Dharma asociado con la Perfección de la Sabiduría a un Bodhisattva, entonces Yo estaría complacido contigo, quien como discípulo Mío, gira tras Mí la Rueda del Dharma, y enseña el Dharma. Si tú consideraras esa enseñanza de Dharma tuya a través de la cual todos los seres en el gran macrocosmos de tercer grado han sido inducidos al logro del estado de Arhat, y al trabajo meritorio de esos Arhats basado en la generosidad, la moralidad, y el desarrollo meditativo, ¿Constituiría eso un gran montón de mérito?

Ananda: Lo sería, Oh Señor.

El Señor: Una persona perteneciente al Vehículo de los Discípulos genera un mérito mayor que ese, si él enseña a los Bodhisattvas el Dharma relacionado con la Perfección de la Sabiduría. El mérito es aún mayor si es un Bodhisattva quien enseña a otro Bodhisattva un verso de Dharma relacionado con la Perfección de la Sabiduría, aunque sea durante un solo día, durante una mañana, durante una hora, durante media hora, durante un minuto, más aún durante un segundo, durante un momento, o durante una incidencia de un solo momento. Pues este regalo de Dharma por parte de cualquier Bodhisattva, es diferente de todas las raíces de virtud de todos aquellos que pertenecen al Vehículo de los Discípulos o de los Pratyekabuddhas. Es completamente imposible para un Bodhisattva que está dotado con estas raíces de virtud, quien de esta forma trae a la mente esta raíz de virtud, abandonar la Completa Iluminación. Esto no puede suceder.

 

EL CAMPO DE BUDA DE AKSHOBYA. (4)

 

En eso, a continuación, el Señor en esa ocasión ejerció Su poder milagroso. La asamblea entera- los monjes, monjas, laicos y laicas, Dioses, Nagas, Yakshas, Gandharvas, Asuras, Garudas, Kinnaras, Mahoragas, hombres, y fantasmas- todos ellos, a través del poder del Buda, vieron al Tathagata Akshobya rodeado por la congregación de monjes, acompañado por un séquito de Bodhisattvas, enseñando el Dharma, en una asamblea que era tan vasta como el océano, profunda e imperturbable, rodeado y acompañado por Bodhisattvas que estaban dotados de cualidades inimaginables, todos ellos Arhats, con sus efusiones agotadas, puros, completamente controlados, completamente liberados en sus corazones, bien liberados y sabios, grandes Serpientes, con su trabajo ya hecho, su labor cumplida, su carga posada, su propio bienestar logrado, con los grilletes que los encadenaban al devenir extinguidos, con sus corazones bien libres por la correcta comprensión, con el completo control sobre todo su corazón. Entonces el Señor retiró su poder milagroso. El Señor Akshobya, el Tathagata, entonces ya no siguió apareciendo, y todos esos Bodhisattvas y Grandes Discípulos, y ese Campo de Buda dejaron de aparecer dentro del espectro de visión de los miembros de la asamblea del Señor. Pues el Tathagata había finalizado con su poder milagroso.

Y el Señor le dijo a Ananda: De la misma forma, Ananda, todos los fenómenos no entran dentro del espectro de la visión. Los fenómenos no entran dentro del espectro de visión de los fenómenos; los fenómenos no ven a los fenómenos; los fenómenos no conocen a los fenómenos.

Pues todos los fenómenos son de tal naturaleza que no pueden ser conocidos, ni vistos; y son incapaces de hacer nada. Pues todos los fenómenos son inactivos, no pueden ser aprehendidos, porque son tan inactivos como el espacio. Todos los fenómenos son impensables, similares a hombres ilusorios. Todos los fenómenos son imposibles de encontrar, porque están en un estado de no existencia. Cuando él discurre de este modo, entonces un Bodhisattva discurre en la sabiduría perfecta; y él no se establece en ningún fenómeno. Cuando un Bodhisattva se entrena de esta forma, se está entrenando en la sabiduría perfecta. Si un Bodhisattva quiere lograr la Gran Iluminación, la cual es la más elevada perfección de todos los entrenamientos, entonces él debería de entrenarse en la sabiduría perfecta. Pues el entrenamiento en la sabiduría perfecta ha sido descrito como el más importante de todos los entrenamientos, como el mejor, el más afortunado, el más excelente, el más sublime, el más elevado, el supremo, el inigualado, el incomparable; ha sido dicho que el trae el beneficio y la felicidad a todo el mundo, ha sido descrito como un protector de los desamparados, ha sido ordenado y ensalzado por el Buda.

Los Tathagatas podrían, como un resultado de su entrenamiento en esta Perfección de la Sabiduría, de haberse establecido en este entrenamiento, levantar este gran macrocosmos de tercer grado con un solo dedo gordo del pie; y entonces volver a dejarlo caer de nuevo. Pero a estos Budas y Señores no se les ocurre que: “Este gran macrocosmos ha sido levantado, y ha sido dejado caer otra vez.” Pues la sabiduría perfecta está dotada con cualidades inmensurables e incalculables. Como un resultado del entrenase en la sabiduría perfecta, los Budas y Señores han alcanzado un estado de no apego a los fenómenos del pasado, futuro, y presente. De todos los entrenamientos posibles en el pasado, futuro, y presente, este entrenamiento en la sabiduría perfecta es el principal, el mejor, el más afortunado, el más excelente, el más sublime, el más elevado, el supremo, el inigualado, el incomparable.

 

EXTINCIÓN, NO EXTINCIÓN, Y SABIDURÍA PERFECTA. (5)

 

Pues la sabiduría perfecta no está limitada, es inexhaustible, y extensa. Porque los límites, el agotamiento, y las delimitaciones están ausentes en la sabiduría perfecta. El atribuirle límites, agotamiento, y perímetro a la sabiduría perfecta es como atribuirle estos fenómenos al espacio. Pues la Perfección de la Sabiduría es ilimitada, inexhaustible, y no delimitada. Yo no he enseñado que la Perfección de la Sabiduría tenga ningún límite, que pueda ser agotada, que tenga delimitación. La suma total de las palabras contenidas en este Sutra no está sujeta a ningún tipo de limitación (física, verbal, o mental), no tiene ningún tipo de límites.

Ananda: ¿Por qué razón el Señor no enseño ningún límite para la sabiduría perfecta?

El Señor: Porque es inagotable y única. Uno no puede aprehender el aislamiento de un fenómeno único, ¿Cómo puede haber entonces un perímetro concreto para él? Por lo tanto, al estar más allá de todas las medidas, la Perfección de la Sabiduría es ilimitada, sin ningún tipo de límites.

Los Tathagatas del pasado han sacado fuerza de esta Perfección de la Sabiduría, y aún así no ha sido agotada, ni ha llegado a extinguirse. Los Tathagatas del futuro también sacarán su fuerza de esta Perfección de la Sabiduría, y aún así no quedará agotada, ni llegará a extinguirse. Esos Tathagatas que ahora residen en incontables sistemas de mundos, también sacan su fuerza de esta misma Perfección de la Sabiduría, y sin embargo no llega a agotarse o a extinguirse. También Yo, que ahora soy un Tathagata, saco mi fuerza de esta misma Perfección de la Sabiduría, y sin embargo no llega a estar exhausta o extinguida. Uno puede agotar la Perfección de la Sabiduría no más de lo que pueda ser agotado el espacio. Por lo tanto, esta Perfección de la Sabiduría es completamente inagotable.

Y entonces al Venerable Subhuti se le ocurrió: “¡Profundo es este estado que el Tathagata ha enseñado!” Y dijo: “Permitidme ahora hacer una pregunta al Tathagata acerca de este estado. ¡Oh, Señor! ¿Cómo es de inagotable la sabiduría perfecta?”

El Señor: No puede llegar a extinguirse, puesto que lo mismo que el espacio, no puede ser extinguida; como todos los fenómenos son no producidos, no puede ser agotada.

Subhuti: ¿Cómo hace un Bodhisattva para consumar esta Perfección de la Sabiduría?

El Señor: A través de la no extinción de la forma, los sentimientos, las percepciones, los impulsos, y la consciencia. A través de la no extinción de la ignorancia, de las formaciones kármicas, del nombre y la forma, de los seis campos de los sentidos, del contacto, del ansia, del aferramiento y los apegos, del devenir, del nacimiento, del decaimiento y de la muerte, del arrepentimiento, de la lamentación, de la pena, de la tristeza, y de la desesperación. De esta forma un Bodhisattva contempla la coproducción condicionada, de una forma tal que evite cualquier dualidad de los dos extremos (existencia y no existencia). Uno lo contempla sin ver ningún principio, medio, o final. Al contemplar la coproducción condicionada, uno adquiere la sabiduría de la omnisciencia. No hay aceptación, y por lo tanto no hay rechazo; no hay apego, y por lo tanto no hay desapego.

Pues un Bodhisattva, mientras discurre en la sabiduría perfecta a través de esta consumación de la no extinción, y contempla la coproducción condicionada, no puede establecerse en el Nivel de un Discípulo o de un Pratyekabuddha, sino que tiene que establecerse en la omnisciencia. Algunos Bodhisattvas pueden apartarse de la Suprema Iluminación como consecuencia de no haber recurrido a estas actividades mentales (las cuales aspiran a la consumación de la no extinción) y a la destreza en los medios; ellos no saben que un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta debiera de consumar la sabiduría perfecta a través de la consumación de la no extinción; y que la coproducción condicionada debería de ser contemplada en la Perfección de la Sabiduría a través de la consumación de la no extinción.

Todos los Bodhisattvas que en cualquier tiempo se apartan de la Completa Iluminación, lo hacen porque ellos no recurrieron a esta destreza en los medios, Todos esos Bodhisattvas que en cualquier época no se han apartado de la Completa Iluminación, lo hacen gracias a esta Perfección de la Sabiduría. Un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, debería de consumar la sabiduría perfecta de esta forma, a través de la consumación de la no extinción.

Un Bodhisattva que contempla de esta forma la coproducción condicionada, ciertamente no contempla ningún fenómeno que esté siendo producido sin ninguna causa; ni contempla a ningún fenómeno como permanente, estable, eterno, no sujeto a cambio; ni contempla a ningún fenómeno como un actor o un receptor. Así es como se contempla la coproducción condicionada por parte de un Bodhisattva que consuma esta Perfección de la Sabiduría a través de la consumación de la no extinción; y que discurre en esta Perfección de la Sabiduría.

Cuando un Bodhisattva, tras haber consumado la Perfección de la Sabiduría a través de la consumación de la no extinción, contempla la coproducción condicionada, en ese momento él no contempla a la forma como si fuera una entidad real separada, ni tampoco a los sentimientos, percepciones, impulsos, o consciencia; ni a la ignorancia, ni a las formaciones kármicas, ni al nombre y la forma, ni a los seis campos de los sentidos, ni al contacto, ni al ansia, ni al aferramiento y apego, ni al devenir, ni al nacimiento, ni al decaimiento y la muerte, ni al pesar, ni a la lamentación, la pena, la tristeza, y la desesperación; ni tampoco él contempla el hecho de que “este es mi Campo de Buda”, como si fuera real; ni al hecho de que “este es otro Campo de Buda”; ni él contempla como real a ningún fenómeno por el que él pudiera distinguir entre este y otros Campos de Buda.

Esta, Subhuti, es la Perfección de la Sabiduría de los Bodhisattvas, los Grandes Seres.

 

VENTAJAS DERIVADAS DE LA PERFECCIÓN DE LA SABIDURÍA (6)

 

Cuando un Bodhisattva discurre en la sabiduría perfecta, Mara, el Maligno, se siente golpeado por un dardo de gran pesar, lo mismo que le ocurre a un hombre cuando han muerto su madre o su padre.

Subhuti: ¿Esta aflicción está circunscrita a un Mara, o afecta a muchos Maras, o se extiende a todos los Maras en el gran macrocosmos de tercer grado?

El Señor: Siempre, en cualquier época, cuando los Bodhisattvas moran en la morada de la sabiduría perfecta, todos los Maras en el gran macrocosmos de tercer grado se sienten golpeados por un dardo de gran pesar, y ellos no pueden sentarse tranquilos en sus respectivos tronos. Pues el mundo entero, con sus Dioses, hombres, y Asuras, no puede entrar en un Bodhisattva que habita dentro de la morada de la sabiduría perfecta; y no puede poner un pie que le permita tener posesión de él, herirle, apartarle de la Completa Iluminación.

Por tanto, Subhuti, un Bodhisattva que quiera conocer la Completa Iluminación debería de discurrir en la sabiduría perfecta. Pues en un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, la Perfección de la Generosidad llega a su más alto desarrollo; y así sucede también con las Perfecciones de la Moralidad, Paciencia, Esfuerzo, y Concentración. En él todas las Seis Perfecciones llegan a su más perfecto desarrollo, y también todas las diversas variedades de destreza en los medios.

Cualquiera de los hechos de Mara que puedan surgir en un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, él los reconoce sabiamente como tales cuando están teniendo lugar, y entonces los apartará de él de nuevo (utilizando los antídotos).

Un Bodhisattva que quiera adquirir todas las distintas variedades de la destreza en los medios, debería de discurrir en la sabiduría perfecta, y desarrollarla.

Cuando un Bodhisattva discurre en la sabiduría perfecta, y hace aspiraciones a ella, él debería de llevar a su mente no solo a todos los Budas y Señores que residen en incontables sistemas de mundos, sino también a su omnisciencia, la cual ha provenido de esta Perfección de la Sabiduría.

Entonces, él debería de generar el pensamiento de que: “¡Yo también lograré los fenómenos que esos Budas y Señores han logrado!” Un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta debería de elevar tales pensamientos y aspiraciones durante un día, o al menos durante el tiempo que dura un chasquido de dedos. Pero un Bodhisattva que tan solo por un día, o durante el tiempo que dura un chasquido de dedos aspira a esta Perfección de la Sabiduría, genera más mérito que un Bodhisattva que se apoya en una base, y que durante incontables eones da regalos. Semejante Bodhisattva se establecerá en la irreversibilidad. Un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta y que, por un día, o durante el tiempo que dura un chasquido de dedos, eleva dichos pensamientos, sabemos que ha sido tenido en mente por los Tathagatas. ¡Cuánto más alguien que diariamente persiga tales pensamientos!

¿Qué destino futuro debería de esperar uno para un Bodhisattva a quien los Tathagatas han tenido en mente? No puede esperarse otro destino para él más que la Completa Iluminación. No es posible que renazca en los estados de privación (Infiernos, animal, o preta). Uno ha de esperar que renacerá en los cielos, y que incluso allí el no estará sin los Tathagatas; y que él madurará a los seres.

Estas son las cualidades y las ventajas de un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, que aspira a la sabiduría perfecta, y que eleva tales pensamientos al menos durante el tiempo que lleva un chasquido de dedos. Cuánto más grande será la ventaja de alguien que persigue tales pensamientos diariamente, como por ejemplo el Bodhisattva Gandhahastin, quien ahora mismo lleva la vida de santidad en la presencia del Tathagata Akshobya.

 

 

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

 

 

 

 

 

 

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