miércoles, 5 de diciembre de 2012

Sutra de la Perfección de la Sabiduría en 8000 Lineas. Capítulo 24 Engreimiento.

CAPÍTULO VEINTICUATRO: ENGREIMIENTO.
 
LAS CONDICIONES QUE ABREN A UN BODHISATTVA A LA INFLUENCIA DE MARA (1)
 
En el momento en el que un Bodhisattva se entrena en la sabiduría perfecta, hace esfuerzos en ella, y la desarrolla, todos los Malignos Maras en el gran macrocosmos de tercer grado estarán en un estado de incertidumbre: “¿Realizará este Bodhisattva prematuramente el límite de la realidad del Nivel del Discípulo, o del Pratyekabuddha; o conocerá la Completa Iluminación?”
Además, cuando un  Bodhisattva habita en la morada de la sabiduría perfecta, los Malignos Maras son atravesados por un doloroso dardo. Cuando un Bodhisattva discurre en la sabiduría perfecta, hace esfuerzos en ella, y la desarrolla, los Malignos Maras piensan en cómo herirle. Ellos pueden, por ejemplo, intentar hacerle sentir miedo dejando caer una lluvia de meteoros en todas direcciones, causando la impresión de que todo el horizonte está en llamas. Ellos esperan que entonces el Bodhisattva pudiera llegar a acobardarse; que sus cabellos se le erizaran, de forma que al menos un solo pensamiento dirigido hacia la Completa Iluminación pueda ser extinguido. Pero Mara, el Maligno, no intenta herir a todos y cada uno de los Bodhisattvas. A algunos intenta hacerles daño, y a otros no.
Ananda: ¿A qué tipo de Bodhisattva intenta herir Mara?
El Señor: Mara intenta herir a un Bodhisattva que en el pasado, cuando la Perfección de la Sabiduría estaba siendo enseñada, no produjo un pensamiento firme de creencia; y logra entrar en él. Intenta herir a los Bodhisattvas que, cuando esta profunda Perfección de la Sabiduría está siendo enseñada, está embargado por las incertidumbres, que se siente perplejo, y que piensa que: “Quizá esta Perfección de la Sabiduría sea así, quizá no sea así” ; o Bodhisattvas que carecen de un buen amigo, que han sido sostenidos por malos amigos, quienes, cuando la Perfección de la Sabiduría está siendo enseñada, no oyen hablar de los estados profundos, permanecen ignorantes de ellos, y no preguntan cómo debería de ser desarrollada la Perfección de la Sabiduría; o Bodhisattvas que se aferran a alguien que sostiene lo que no es el verdadero Dharma, y dice: “Yo soy seguidor suyo, y no lo abandono en ningún caso. Hay muchos Bodhisattvas a quienes podría seguir, pero ellos no me gustan. Yo he elegido a este como mi compañero adecuado, y él me será útil.”
Además, un Bodhisattva, cuando esta profunda Perfección de la Sabiduría está siendo enseñada, puede decirle a otro Bodhisattva: ¡Profunda sin duda es esta Perfección de la Sabiduría! ¿Qué sentido hay en que estés escuchándolo? Pues aunque yo me apliqué en ella de la forma en la que el Tathagata ha enseñado en otros Sutras, incluso entonces yo no llegué al fondo de ella, ni tampoco se derivó ningún gozo de ello. ¿Qué sentido hay en que tú la escuches y la escribas?” De esa forma, él intenta extraviar a otros Bodhisattvas. Mara también va a ese Bodhisattva, intenta dañarle; y consigue entrar en él.
Además, Ananda, Mara llega a estar contento, regocijado y extasiado, está extremadamente alegre, exultante y contento, emocionado, deleitado y jubiloso, en el caso de que un Bodhisattva desprecie a otros Bodhisattvas, y piense: “Yo vivo en la morada del desapego, pero no así ellos; no son suyas las moradas del desapego.” Y Mara está tan alegre, porque este Bodhisattva sigue lejos de la Completa Iluminación.
Además, cuando un Bodhisattva recibe un nombre o un linaje, o cuando son proclamadas sus cualidades como asceta, él puede pensar que esto es una razón suficiente para despreciar a otros Bodhisattvas, aún cuando puedan tener un buen comportamiento, y un carácter encantador. Pero él no tiene las cualidades de los Bodhisattvas irreversibles que discurren en la sabiduría perfecta; ni sus atributos, indicios, o signos. Puesto que no tiene las cualidades del irreversible, él da origen a impurezas, se exalta a sí mismo, desaprueba a los demás, y piensa que ellos no son iguales a aquellos fenómenos, tal como él es. Entonces, los Malignos Maras prevén que los reinos de Mara no quedarán vacíos, que los grandes infiernos, el reino animal, el mundo de los Pretas, y las asambleas de los Asuras estarán bien atestados. Y Mara, el Maligno, llegará a estar aún más determinado, y piensa: “Con este tipo de comienzo, esos Bodhisattvas pronto serán aplanados por la ganancia y los honores. Ellos se convertirán en oradores creíbles, y con sus hablas verosímiles ellos llegarán a mucha gente. Esas personas decidirán escucharlos, imitarán lo que han visto y oído, y en consecuencia no se entrenarán en la Talidad, no progresarán en ello, no harán esfuerzos hacia ello; ellos incrementarán aún más sus impurezas. Tan de este modo serán, que todas las acciones de cuerpo, habla, y mente que ellos acometan con sus mentes pervertidas los llevarán a renacer en condiciones que no sean útiles, que son desagradables, insatisfactorias, y no placenteras. En consecuencia, los reinos de Mara estarán atestados de seres, los grandes infiernos, el reino animal, el mundo de los Pretas, y las asambleas de los Asuras.”
Cuando él considera esta sucesión de eventos, Mara, el Maligno, se pone contento, regocijado, embelesado, dichoso, exultante y jubiloso.
Además, Ananda, cuando un Bodhisattva se pelea con una persona que pertenece al Vehículo de los Discípulos, disputa y riñe con él, lo insulta e injuria, le desea mal y siente odio hacia él, entonces Mara piensa que: “Seguramente este hijo de buena familia seguirá alejado de la omnisciencia; él permanecerá muy alejado de ella.” Mara aún se siente más jubiloso si una persona perteneciente al Vehículo de los Bodhisattvas se pelea con alguien que también pertenece al Vehículo de los Bodhisattvas, pues él piensa: “Estos dos Bodhisattvas permanecen muy alejados de la omnisciencia.”
Pero si un Bodhisattva que ha tenido su predicción, se pelea con otro Bodhisattva que también ha tenido su predicción, y tiene pensamientos de malicia hacia él, si él tiene esa actitud en su mente, entonces ha de ponerse la armadura (que le permite luchar contra ello) durante una gran cantidad de eones; salvo que, naturalmente, él haya abandonado completamente la omnisciencia.
 
LA ACTITUD CORRECTA DEL BODHISATTVA HACIA LOS DEMÁS BODHISATTVAS. (2)
 
Ananda: ¿Puede él escapar de esas actitudes mentales, o está definitivamente condenado a ponerse la armadura durante todo ese inmenso tiempo?
El Señor: Ananda, yo he enseñado un Dharma el cual incluye la posibilidad de escapar; para las personas de Vehículo del Discípulo, para las personas del Vehículo del Pratyekabuddha, para las personas del Vehículo del Bodhisattva.
Con respecto a la persona que pertenece al Vehículo del Bodhisattva, y que ha reñido con algún otro que también pertenece al Vehículo del Bodhisattva, si él no confiesa su falta, no promete abandonarla en el  futuro, si alberga una propensión latente hacia el odio, y si vive atado a esa propensión, yo no enseño el escape (de la consecuencia de su acción). Está definitivamente condenado a ponerse la armadura durante todo ese inmenso periodo de tiempo. Pero yo enseño su escape si él confiesa su falta, si promete evitarla en el futuro, y reflexiona tal como sigue: “Yo, cuyo deber es el eliminar, pacificar, y apaciguar las riñas, disputas, y conflictos de todos los seres, ¡No obstante, yo mismo me meto en disputas! El que yo conteste como lo estoy haciendo, esto es sin duda una pérdida para mí, y no una ganancia. Esta no es la forma en la que yo debiera de hablar. En las peleas, riñas, y disputas debiera de comportarme como un idiota sin sentidos, o  como una oveja muda. Cuando oiga a alguien utilizando palabras ofensivas, abusivas, e insultantes hacia mí, mi corazón no debería de querer el mal para los demás. No es conveniente ni apropiado para mí el percibir las faltas de otros, o el pensar que lo se está diciendo de las faltas de otros es algo digno de ser escuchado. Pues yo, al estar fervorosamente intentando (alcanzar la Completa Iluminación) no debería de hacer daño a los demás. Cuando yo debería de hacer felices a todos los seres dándoles todo lo que les aporte felicidad, cuando yo debería de llevarlos al Nirvana después de alcanzar la Completa Iluminación, ¡Sin embargo albergo el deseo de mal! No debería de desear el mal ni siquiera a aquellos que me han ofendido; y tengo que evitar el enfado, he de hacer un firme esfuerzo en esa dirección. Yo tengo que no enfadarme, y ningún gesto ceñudo debería de aparecer en mi cara.”
Yo enseñé el escape de semejante Bodhisattva. Esta es la actitud que un Bodhisattva también debería de adoptar hacia las personas que pertenecen al Vehículo de los Discípulos. La actitud mental que uno debería de adoptar hacia todos los seres es la de no estar nunca enfadado con ninguno de ellos.
¿Qué tipo de actitud debería de tener entonces un Bodhisattva hacia las otras personas pertenecientes al Vehículo de los Bodhisattvas? Lo mismo que hacia el Maestro. El debería de tener la actitud de que: “Estos Bodhisattvas son mis maestros. Con seguridad, ellos han montado en el mismo Vehículo que yo; han ascendido por el mismo Sendero; tienen una intención semejante a la mía; se han encaminado en el mismo Vehículo, como yo. En lo que ellos debieran de entrenarse, ese es el método en el que yo debería de ser entrenado. Pero si alguno de ellos vive en una morada contaminada (por las ideas de los Discípulos, o de los Pratyekabuddhas) entonces yo no debiera de hacer lo mismo. Sin embargo, si ellos habitan en una morada no contaminada, en las actividades mentales asociadas a la omnisciencia, yo también debería de entrenarme como hacen ellos.”
No pueden surgir obstáculos a la Completa Iluminación para el Bodhisattva que se entrena así en la omnisciencia; y rápidamente conoce la Completa Iluminación.
 
 
Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.
 
 
 
 

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