sábado, 1 de diciembre de 2012

Sutra de la Perfección de la Sabiduría en 8000 Lineas. Capítulo 22 El Buen Amigo.

CAPÍTULO VEINTIDOS: EL BUEN AMIGO.

 

LOS BUENOS AMIGOS (1)

 

Un Bodhisattva que se ha encaminado con la más fervorosa intención, y que quiere alcanzar la Completa Iluminación, desde el mismo principio debería de atender, amar, y honrar a los buenos amigos.

Subhuti: ¿Quiénes son esos buenos amigos del Bodhisattva?

El Señor: Los Budas y Señores; y también los Bodhisattvas irreversibles que son diestros en el discurrir de un Bodhisattva, y que lo instruyen y sermonean en las perfecciones; quienes muestran y exponen la Perfección de la Sabiduría. En particular, la Perfección de la Sabiduría debería de ser vista como el buen amigo de un Bodhisattva. De hecho, todas las seis perfecciones son los buenos amigos de un Bodhisattva. Ellas son su Maestro (Buda), su Sendero, su luz, su antorcha, su iluminación, su cobijo, su refugio, su lugar de descanso, su consuelo final, su isla, su madre, su padre; y ellas le llevan al conocimiento, a la comprensión, a la Completa iluminación. Pues es en estas perfecciones donde se realiza la Perfección de la Sabiduría.

Sencillamente, de estas seis perfecciones ha venido la omnisciencia de los Tathagatas que, en el pasado, han alcanzado la Completa Iluminación, y han entrado entonces en el Nirvana. Y así sucede también con la omnisciencia de los Tathagatas que en el futuro lograrán la iluminación, y  también con los Tathagatas que ahora residen en incalculables, inmensurables, infinitos, e inconcebibles sistemas de mundos. También yo, Subhuti, soy un Tathagata que alcanzó la Completa Iluminación en este periodo, y mi omnisciencia ha venido también de las Seis Perfecciones. Pues las seis perfecciones contienen los treinta y siete fenómenos que actúan como las Alas de la Iluminación, contienen las Cuatro Moradas de Brahma, los Cuatro Medios de Conversión, y todo fenómeno de Buda que acontece, todo conocimiento de Buda, todo conocimiento del Sí Mismo, todo lo no ideable, incomparable, inmensurable, incalculable, todo conocimiento inigualado, todo conocimiento que iguala lo inigualado, toda la sabiduría de la omnisciencia.

Por lo tanto, Subhuti, sencillamente las seis perfecciones de un Bodhisattva deberían de ser vistas como sus buenos amigos. Ellas también son su Maestro, su Sendero, su luz, su antorcha, su iluminación, su cobijo, su refugio, su lugar de descanso, su consuelo final, su isla, su madre, su padre; y ellas le llevan al conocimiento, a la comprensión, a la Completa Iluminación. En suma, un Bodhisattva que se entrena en las Seis Perfecciones llega a convertirse en un verdadero benefactor de todos los seres que necesitan ser guiados.

Pero si quiere entrenarse en las Seis Perfecciones, ante todo un Bodhisattva ha de oír esta Perfección de la Sabiduría, ha de aceptarla, guardarla en mente, recitarla, estudiarla, difundirla, mostrarla, exponerla, explicarla y escribirla; y ha de investigar su significado, contenido y método; y ha de meditar en ella, y hacer preguntas al respecto de ella. Pues esta Perfección de la Sabiduría dirige a las Seis Perfecciones, las guía, lidera, instruye y aconseja; y es su generatriz, y la enfermera. Porque si ellas se vieran privadas de la Perfección de la Sabiduría, esas primeras cinco perfecciones no quedarían bajo el concepto de perfección, y no debería de aplicárseles el nombre de “Perfecciones”. Por lo tanto, un Bodhisattva debería de entrenarse en esta Perfección de la Sabiduría y permanecer firme en ella, si es que él desea alcanzar un estado en el que no pueda ser desviado por otros.

 

VACUIDAD, IMPUREZA, Y PURIFICACIÓN. (2)

 

Subhuti: ¿Cómo está marcada la sabiduría perfecta?

El Señor: Tiene al desapego como marca.

Subhuti: ¿Sería factible decir que esa misma marca del no apego, la cual existe en la sabiduría perfecta, también existe en todos los fenómenos?

El Señor: Así es, Subhuti. Pues todos los fenómenos son aislados y vacíos. Por lo tanto, esa misma marca del no apego, la cual hace a la sabiduría perfecta aislada y vacía, también hace que todos los fenómenos sean aislados y vacíos.

Subhuti: Si todos los fenómenos son aislados y vacíos, ¿Cómo se origina la impureza y la purificación de los seres? Pues lo que está aislado no puede ser contaminado, ni purificado; lo que es vacío no puede ser contaminado, ni purificado; lo que es aislado y vacío no puede conocer la Completa Iluminación. Ni tampoco uno puede coger a ningún fenómeno fuera de la vacuidad, el cual haya conocido la Completa Iluminación, la vaya a conocer, o la esté conociendo. ¿Cómo deberíamos de entender entonces el significado de esta enseñanza? ¡Muéstranoslo, Oh Señor, muéstranoslo, Oh Sugata!

El Señor: ¿Qué piensas, Subhuti, discurren los seres durante mucho tiempo en la construcción del “Yo”, y de lo “Mío”?

Subhuti: Así es, Señor.

El Señor: ¿Son esas construcciones de un “yo”, y de lo “mío”, también vacías?

Subhuti: Lo son, Señor.

El Señor: ¿Es debido a que han construido los conceptos de “yo”, y de lo “mío” por lo que los seres vagan en el nacimiento y la muerte?

Subhuti: Así es, Señor.

El Señor: Es de esa forma como las impurezas de los seres llegan a ser originadas. Hasta el punto en que los seres se agarran a las cosas, y se establecen en ellas, hasta ese punto está presente la impureza. Pero nadie es mancillado por ello. Y hasta el punto en el que no existe un agarrarse a las cosas, y un establecerse en ellas, hasta ese punto se puede concebir la ausencia de una construcción de un “yo, y de lo “mío”. En ese sentido, se forma la noción de purificación del ser; hasta el punto en el que no se agarra a los objetos, ni se establece en ellos, hasta ese punto hay purificación. Pero nadie es purificado. Cuando un Bodhisattva discurre así, él discurre en la sabiduría perfecta. Es en ese sentido en el que uno puede generar el concepto de la impureza y de la purificación de los seres, a pesar del hecho de que todos los fenómenos son aislados y vacíos.

Subhuti: ¡Esto es verdaderamente maravilloso! Y un Bodhisattva que discurre de esta forma, discurre en la sabiduría perfecta. Porque entonces él no discurre en la forma, o en los otros agregados. Cuando discurre así, un Bodhisattva no puede ser destruido por el mundo entero, con sus Dioses, hombres, y Asuras. Cuando discurre de este modo, un Bodhisattva sobrepasa el discurrir de todas las personas que pertenecen al Vehículo de los Discípulos y de los Pratyekabuddhas; y él obtiene una posición insuperable. Pues la Budeidad es insuperable, y así es el estado de Tathagata, el estado del Sí Mismo, el estado de omnisciencia. Un Bodhisattva que pasa día y noche meditando en estas actividades mentales asociadas con la sabiduría perfecta, está bastante cerca de la Completa Iluminación, y la conocerá rápidamente.

 

ATENCIONES HACIA LA SABIDURÍA PERFECTA, Y LA PERLA DE PRECIO ALTO.

 

El Señor: Así es, Subhuti. Supón, Subhuti, que todos los seres en Jambudvipa, simultáneamente, adquirieran una personalidad humana, que elevaran sus pensamientos hacia la Completa Iluminación, y que permanecieran en ese pensamiento durante todas sus vidas. Si ahora, (tras toda esa preparación) ellos dieran regalos a todos los seres, ¿Obtendrían estos Bodhisattvas mucho mérito debido a la fuerza de ello?

Subhuti: La tendrían, Oh Señor.

El Señor: Verdaderamente, Subhuti, genera un montón de mérito más grande que el de esos hijos e hijas de buena familia aquel Bodhisattva que mora, aunque sea solamente por un día, en las actividades mentales relacionadas con la Perfección de la Sabiduría. Pues como él está día y noche empeñado en esas actividades mentales, el llega a ser más y más digno de los regalos devotos de todos los seres. Porque ningún ser tiene una mente tan llena de amistad como la que él tiene, excepto los Budas y Señores. Y los Tathagatas, por supuesto, son sin pares, inigualables, dotados con capacidades inimaginables.

¿Cómo aspira entonces ese hijo o esa hija de familia por primera vez a ese mérito? Llega a estar dotado con ese tipo de sabia penetración, la cual le permite ver a todos los seres como puestos camino hacia su sacrificio. La gran compasión, con motivo de esto, lo posee. Con su Ojo Celestial, él ve a incontables seres, y lo que ve lo lleva a una gran agitación; muchísimos son llevados por el peso de su karma que los arroja a una inmediata retribución en los infiernos; otros han adquirido renacimientos desafortunados (que los mantienen separados del Buda, y de sus enseñanzas), otros son condenados a ser matados; o están enredados en la maraña de las visiones falsas; o se equivocan a la hora de encontrar el Sendero, el cual otros que han tenido un renacimiento afortunado han vuelto a perder. Y entonces él atiende hacia ellos, con el pensamiento de: “¡Yo llegaré a ser un salvador para todos esos seres, yo los liberaré a ellos de todos sus sufrimientos!” Pero él no hace nada de esto, ni ninguna otra cosa, dentro de un signo hacia el cual llegue a ser parcial. Esto también es la gran luz de la sabiduría de un Bodhisattva, la cual le permite conocer la Completa Iluminación.

Pues los Bodhisattvas, cuando moran en esta morada, llegan a ser dignos de los regalos del mundo entero, y sin embargo, ellos no los transforman en Completa Iluminación. Ellos purifican los regalos y ofrendas de aquellos que les dan lo necesario para vivir cuando sus pensamientos están soportados por la sabiduría perfecta, y están cercanos a la Completa Iluminación. Por consiguiente, un Bodhisattva debería de meditar en este trabajo mental relacionado con la sabiduría perfecta, si es que él no quiere consumir sus limosnas infructuosamente, si él quiere indicar el Sendero a todos los seres, desparramar luz sobre un gran número, liberar del nacimiento y de la muerte a todos los seres que están sujetos a ella, y limpiar los órganos de visión de todos los seres. Si él desea meditar en actividades mentales dirigidas hacia estos logros, él debería de llevar a su mente las actividades mentales asociadas con la Perfección de la Sabiduría. Pues en alguien que decide llevar eso a la mente, su mente trabaja para el beneficio de todos los seres. Pero él no debería de alojar otras actividades mentales, tales como las que están opuestas a la sabiduría perfecta.

Si actúa así, (impulsado por un trabajo mental, el cual esencialmente es el amoroso cuidado hacia todos los seres) el pasa sus días y sus noches en actividades mentales relacionadas con la Perfección de la Sabiduría.

Supón que un hombre, bien versado en la joyería y en los distintos tipos de joyas, ha adquirido recientemente una gema muy preciosa. Eso lo tendría muy contento y regocijado. Si él pierde esta preciosa gema, el sería el más triste y dolido. Siempre, y de forma constante, las actividades mentales relacionadas con esa joya seguirían en él, y se lamentará de estar apartado de ella. No la olvidaría hasta que él haya recuperado esa joya de nuevo, o a otra del mismo tipo y cualidad.

Así sucede con un Bodhisattva que ha perdido otra vez la joya preciosa de la sabiduría perfecta, y con una clara percepción de lo precioso de la sabiduría perfecta, y convencido de que no ha sido perdida definitivamente, él debería de buscar por todas partes hasta que haya vuelto a obtener este Sutra, o haya conseguido otro equivalente a él, con un pensamiento que no está falto de las actividades mentales relacionadas con la sabiduría perfecta, todo lo cual está dirigido hacia el estado de omnisciencia. Durante todo ese tiempo el debería de ser alguien que no está falto de las actividades mentales relacionadas con la adquisición de la preciosa joya de la Perfección de la Sabiduría, alguien que no está falto en las actividades mentales relacionadas con la adquisición de la gran joya de la omnisciencia.

Subhuti: Pero, puesto que el Señor ha enseñado que todos los fenómenos y todas las actividades mentales carecen de existencia inherente, y son vacíos, ¿Cómo puede entonces un Bodhisattva llegar a ser alguien que no carece de las actividades mentales relacionadas con la sabiduría perfecta, o con la omnisciencia?

El Señor: Si la mente de un Bodhisattva trabaja sobre el hecho de que todos los fenómenos, por su propia naturaleza, están aislados y vacíos, y está de acuerdo en que esto es así, entonces él se convierte en alguien que no está carente en las actividades mentales relacionadas con la sabiduría perfecta y con la omnisciencia. Pues la sabiduría perfecta es vacía, ni crece ni disminuye.

 

LA VACUIDAD Y EL CRECIMIENTO EN ILUMINACIÓN (4)

 

Subhuti: Si eso es así, ¿Cómo puede un Bodhisattva llegar, sin incremento en la sabiduría perfecta, al logro completo de la Iluminación, cómo puede conocer él la Completa Iluminación?

El Señor: De hecho, verdaderamente, un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta, ni aumenta ni disminuye. De la misma forma en que la sabiduría perfecta es vacía, sin aumento ni disminución, el Bodhisattva también es vacío de la misma forma, sin aumento ni disminución. Es debido a este hecho- que es vacío al igual que la sabiduría perfecta, sin aumento ni disminución- por lo que un Bodhisattva llega a la Completa Iluminación, y así conoce la Completa Iluminación.

Si un Bodhisattva, cuando esto está siendo enseñado, no está asustado, o se desanima, entonces debería de ser conocido como un Bodhisattva que discurre en la sabiduría perfecta.

Subhuti: ¿La sabiduría perfecta, discurre en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿La vacuidad de la sabiduría perfecta, discurre en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: Entonces, ¿Puede alguien aprehender fuera de la vacuidad de la sabiduría perfecta, algún fenómeno el cual discurra en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿La vacuidad discurre en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿Puede uno aprehender dentro de la vacuidad algún fenómeno que discurra en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿Discurre la vacuidad en la vacuidad?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿Discurren la forma, y los demás montones (o agregados) en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿Puede uno aprehender fuera de la forma y de los restantes agregados, algún fenómeno que discurra en la sabiduría perfecta?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: ¿Entonces cómo discurre un Bodhisattva en la sabiduría perfecta?

El Señor: Subhuti, ¿Tú ves algún fenómeno real, el cual discurra en la sabiduría perfecta?

Subhuti: No, Señor.

El Señor: ¿Ves como real a ese fenómeno, el cual no ofrece ninguna base para su aprehensión? ¿Puede este fenómeno, por cualquier causa, ser producido, o será producido, o está siendo producido; o ha sido cesado, o será cesado, o está siendo cesado?

Subhuti: No, Señor.

El Señor: Esta penetración proporciona al Bodhisattva la paciente aceptación de los fenómenos, los cuales dejan de ser producidos. Cuando él está dotado con esto, el está predestinado a la Completa Iluminación. El está orientado a progresar hacia la auto confianza de un Tathagata. Es completamente imposible que un Bodhisattva que discurre, se esfuerza, y lucha de esta forma, y que progresa en esta dirección, no llegue a alcanzar la suprema sabiduría de un Buda, el conocimiento de la omnisciencia, el conocimiento de un gran Líder de Caravana.

Subhuti: ¿Puede la naturaleza real de todos los fenómenos, la cual consiste en el hecho de que dejan de ser producidos, ser eso que es predestinado a la Completa Iluminación?

El Señor: No, Subhuti.

Subhuti: Entonces, ¿Cómo puede en ese caso tener lugar la predicción de ese fenómenos para la Completa Iluminación?

El Señor: ¿Tú ves como real a ese fenómeno, el cual tiene una predicción para la Completa Iluminación?

Subhuti: No, Señor. Yo no veo ningún fenómeno real el cual, en ningún momento, esté predestinado a la Completa Iluminación. Ni veo ningún fenómeno real el cual sea conocido por los Iluminados, ni que debiera de serles conocido, o por medio del cual ellos habrían obtenido su Conocimiento Completo.

Es porque los fenómenos no pueden ser aprehendidos, por lo que no se me ocurre pensar que: “Este fenómeno es conocido para los Iluminados; este fenómeno debería de serles conocido; por medio de este fenómeno ellos obtienen su Conocimiento Completo.”

 

 

 

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

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