CAPITULO
DOS: LAS PREGUNTAS DE DHARMODGATA.
Entonces, el Bodhisattva
Dharmodgata[1] habló al
Bhagavan: “Bhagavan, en una época remota del pasado, yendo más allá de este
sistema de mundos a través de tantos sistemas de mundos como granos de arena
que hay en setenta y siete Ríos Ganges, yo viví en el sistema de mundos llamado
Kirtimat, el Campo de Buda del Tathagata Visalakirti. Mientras estaba allí, yo
vi siete millones setecientos mil maestros, y otros diversos sistemas tirthikas[2].
Ellos se habían reunido en cierto lugar para comenzar a
considerar el carácter último de todos los fenómenos. Aunque ellos
contemplaron, pesaron, examinaron detalladamente, y vieron el carácter último
de los fenómenos, ellos no lo habían realizado. Tenían opiniones divergentes,
dudas, y concepciones erróneas. Debatían y reñían; se insultaban unos a otros,
utilizando palabras hirientes; eran injuriosos, falsos, y altivos; se atacaban
unos a otros.
Habiéndolos visto tan divididos, Bhagavan, yo pensé: “¡Ay!
Los Tathagatas surgen en el mundo, y a través de su surgir se hace posible la
completa realización de lo Último, cuyo carácter transciende completamente toda
argumentación; ¡Ello es sin duda maravilloso y asombroso!
El Bhagavan
respondió al Bodhisattva Dharmodgata: “¡Así es! ¡Dharmodgata, así es! Yo he
realizado completa y perfectamente lo Último[3],
cuyo carácter transciende completamente toda argumentación. Tras haber
realizado esto completa y perfectamente, yo lo he proclamado y lo he dejado
claro, lo he despejado y sistematizado, y lo enseño de forma comprensible.
¿Por qué? Yo he explicado que lo Último es realizado
individualmente por los Nobles, mientras que los objetos conocidos de forma
colectiva por los seres ordinarios pertenecen al reino de lo argumental. Por
tanto, Dharmodgata, por medio de esta forma de explicación has de conocer también
que todo lo que posee un carácter que transciende completamente toda
argumentación, es lo Último.
Además, Dharmodgata, yo he explicado que lo Último pertenece
al reino de la carencia de signos, mientras que la argumentación pertenece al
reino de los signos. Por tanto, Dharmodgata, por medio de esta forma de
explicación has de conocer también que todo lo que posee un carácter que
transciende completamente toda argumentación, es lo Último.
Además, Dharmodgata, yo he explicado que lo Último es
inexpresable, mientras que la argumentación pertenece al reino de la expresión.
Por tanto, Dharmodgata, por medio de esta explicación has de conocer también
que todo lo que posee un carácter que transciende completamente toda argumentación,
es lo Último.
Además, Dharmodgata, yo he explicado que lo Último está
carente de convenciones, mientras que la argumentación pertenece al reino de lo
convencional[4]. Por
tanto, Dharmodgata, por medio de esta explicación has de conocer también que
todo lo que posee un carácter que transciende completamente toda argumentación,
es lo Último.
Además, Dharmodgata, yo he explicado que lo Último está
completamente carente de toda disputa, mientras que la argumentación pertenece
al reino de la controversia. Por tanto, Dharmodgata, por medio de esta
explicación has de conocer también que todo lo que posee un carácter que
transciende completamente toda argumentación, es lo Último.
Dharmodgata, por ejemplo[5],
los seres que durante toda su vida no han probado más que los sabores calientes
y amargos, serían incapaces de imaginar, inferir, o apreciar el sabor dulce de
la miel, o el sabor del azúcar.
Los seres que han estado involucrados durante mucho tiempo en
el deseo pasional, quienes han estado muy atormentados por las punzadas del
deseo, son incapaces de imaginar, inferir, o apreciar la felicidad de la
soledad interior que está libre de todos los signos de forma, sonido, olor,
sabor, o tacto.
Puesto que los seres que han estado involucrados durante
mucho tiempo en el pensamiento discursivo, se deleitan manifiestamente en lo
discursivo, son incapaces de imaginar, inferir, o apreciar la alegría interior
no discursiva de los Nobles.
Puesto que los seres han estado involucrados en las
convenciones de lo que se ve, oye, diferencia, y concibe durante mucho tiempo,
deleitándose manifiestamente en estas convenciones, ellos son incapaces de
imaginar, inferir, o apreciar el Nirvana, el cual es la cesación de la creencia
en una personalidad verdadera, la eliminación completa de todas las
convenciones.
Dharmodgata, por ejemplo, puesto que los seres han dedicado
sus energías durante mucho tiempo a disputar, manifestando un fuerte apego a lo
“mío”, deleitándose manifiestamente en la disputa, ellos son incapaces de
imaginar, inferir, o apreciar la ausencia de disputa o la ausencia de ese
fuerte apego a lo “mío”, tal como sucede con aquellos que habitan en
Uttarakuru.
De acuerdo a esto, Dharmodgata, todos aquellos que disputan
son incapaces de imaginar, inferir, o apreciar lo Último ya que sus
características trascienden completamente toda argumentación.
Entonces, el Bhagavan habló lo siguiente en verso:
“El reino que tiene el carácter
de una realización individual
Es inefable y carente de
convenciones.
La Realidad Última está
carente de disputa,
Y posee un carácter que
transciende toda argumentación.”
Esto completa el Segundo Capítulo de Dharmodgata.
[1]
El Bodhisattva Elevado por el Dharma, que es llamado así “porque los seres incrementan
ampliamente sus raíces de virtud a través de su enseñanza del Dharma, que es
acorde a los intereses de los seres.”
[2] No
budistas.
[3]
Lo “último” es eso que es no compuesto, que carece de producción y de cesación,
y es un objeto de observación para la purificación de las obstrucciones. El
maestro indio Vasubandhu dividía lo último en tres: 1) el objetivo último, la
Talidad; 2) el logro último, el Nirvana; 3) la práctica última, el Sendero.
[4]
Convenciones tales como estar viendo, oyendo tal cosa, etc, que es compartido
de forma colectiva por seres del mismo entorno y tipo.
[5]
Los cinco ejemplos que se dan a continuación en el Sutra corresponden con los
cinco tipos de orientación: 1) orientación limitada; 2) orientación hacia el
deseo; 3) orientación hacia lo discursivo; 4) orientación hacia las
convenciones, 5) orientación hacia la aprehensión de la agrupación transitoria
de los agregados como formando un “yo” y un “mío”.
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