martes, 20 de diciembre de 2011

Jataka nº 1 "Cruzando el Desierto" Apannaka Jataka

Mientras el Buda permanecía en el Monasterio de Jetavana, cerca de Saraswati, Anathapindika, el rico banquero, fue un día a presentarle sus respetos. Sus criados llevaban cantidad de flores, perfumes, mantequilla, aceite, miel, melazas, paños, y hábitos monásticos. Anathapindika prestó obediencia al Buda, le presentó las ofrendas que le había traído, y se sentó en el suelo respetuosamente. En aquel tiempo, estaba acompañado por quinientos amigos, los cuales eran seguidores de maestros heréticos. Sus amigos también le presentaron sus respetos al Buda, y se sentaron cerca del banquero. El rostro del Buda parecía una luna llena, y su cuerpo estaba rodeado por un aura radiante.
Tras escuchar la enseñanza del Buda, los quinientos abandonaron sus prácticas heréticas, y se refugiaron en las Tres Joyas: el Buda, el Dharma, y la Sangha. Después de esto, ellos iban regularmente con Anathapindika a ofrecer flores e incienso, y a escuchar la enseñanza. Ellos hicieron donaciones con generosidad, guardaron los preceptos, y llenos de fe observaban el Día de Uposatha. Poco después de que el Buda abandonara Saraswati para volver a Rajagaha, sin embargo, estos hombres abandonaron su nueva fe, y volvieron a sus anteriores creencias.
Siete u ocho meses más tarde, el Buda retornó a Jetavana. De nuevo, Anathapindika trajo a estos amigos a visitar al Buda. Le presentaron sus respetos, pero Anathapindika explicó que ellos habían olvidado su refugio, y que habían vuelto a reemprender sus anteriores prácticas.
El Buda preguntó:”¿Es cierto que habéis abandonado el refugio en las Tres Joyas, por refugiaros en otras doctrinas?”  La voz del Buda era increíblemente clara, porque a través de miríadas de eones, siempre había hablado la verdad.
Cuando estos hombres lo oyeron, eran incapaces de ocultar la verdad. “Si, Bendito, es verdad” confesaron.
Entonces el Buda dijo:”Discípulos, en ningún lugar entre los infiernos más inferiores y los cielos más elevados, en ningún lugar en todos los mundos infinitos que se extienden a derecha e izquierda, hay alguien igual, y mucho menos superior, a un Buda. Es incalculable la excelencia que surge de obedecer los preceptos y otras formas de conducta virtuosa.”
Entonces Él declaró las virtudes de las Tres Joyas:”Tomando refugio en las Tres Joyas, uno escapa del renacer en los estados de sufrimiento”. A continuación explicó que la meditación en las Tres Joyas, lleva a la Iluminación a través de los Cuatro Caminos.
Él les recriminó: “Abandonando un refugio como este, verdaderamente os habéis equivocado. En el pasado, también hombres que locamente confundieron lo que no era un refugio con un verdadero refugio, encontraron el desastre. Realmente, ellos cayeron presas de los Yakshas (espíritus malignos) en la soledad, y fueron completamente destruidos. En contraposición, los hombres que se agarraron a la verdad, no solo sobrevivieron, sino que verdaderamente prosperaron en esa misma naturaleza hostil”
Anathapindika juntó sus manos, las llevó su frente, alabó al Buda, y le pidió que contara esa historia del pasado.
Entonces el Buda proclamó: “Para disipar la ignorancia del mundo, y para conquistar el sufrimiento, yo practiqué las Diez Perfecciones durante incontables eones. Escuchad atentamente, y os lo contaré”
Captando toda su atención, el Buda puso claro, como si la luna llena estuviera saliendo de un banco de nubes, qué renacimiento había tenido que ver con ellos.
Hace mucho, mucho tiempo, cuando Brahmadatta estaba reinando en Benarés, el Bodhisattva nació en una familia de mercaderes, y creció hasta convertirse en un sabio comerciante. Al mismo tiempo, en la misma ciudad, había otro mercader, un compañero muy estúpido, que no demostraba mucho sentido común.
Un día sucedió que cada uno de los dos mercaderes fletaron una caravana de quinientos carros, repletos de costosas mercancías de Benarés, y se prepararon para ir en la misma dirección, y al mismo lugar, exactamente al mismo tiempo. El mercader sabio pensó: “Si este tonto joven alocado viaja conmigo, y si nuestros cientos de carros permanecen juntos, será demasiado para la carreta. El encontrar leña y agua para los hombres será difícil, y no habrá suficiente yerba para los bueyes. Uno de los dos, él o yo, hemos de ir primero”
Le dijo al otro mercader:”Mira, los dos no podemos viajar juntos. ¿Quieres ir tu primero, o prefieres seguirme?”
El mercader insensato pensó:”Habrá muchas ventajas si yo tomo la delantera. Tendré una carretera, la cual aún no estará trillada. Mis bueyes podrán elegir la hierba. Mis hombres podrán escoger las hierbas salvajes para el curry. El agua no estará turbia. Y lo mejor de todo, es que seré capaz de fijar mi propio precio permutando mis mercancías” Considerando todas estas ventajeas, dijo: “Iré delante de ti, amigo mío”
El Bodhisattva estaba complacido de oír esto, porque él veía muchas ventajas en seguirlo más tarde. El razonó:”Al ir todos estos carros delante, nivelarán el camino donde esté impracticable, y yo podré utilizad el camino que ellos hayan abierto. Sus bueyes pastarán la hierba vieja y dura, y los míos pastarán donde hay hierba joven y fresca, que brotará en estos lugares. Mis hombres encontrarán hierbas frescas para el curry donde han sido cortadas las viejas. Donde no hay agua, la primera caravana tendrá que cavar para poder aprovisionarse, y nosotros podremos beber en las fuentes que ellos hayan escavado. El conseguir buenos precios es algo muy duro; él me hará el trabajo, y yo seré capaz de intercambiar mis artículos a los precios que él ya haya fijado”
“Muy bien, amigo mío. Por favor, vete el primero” dijo.
“Iré” dijo el alocado mercader; y unció sus carros y partió. Después de un cierto trecho, llegó a los aledaños de un yermo. Llenó todas sus grandes tinajas de agua antes de afrontar la travesía de las sesenta yojanas de desierto, que se encontraban ante él.
El yaksha que frecuentaba esa soledad había estado observando a la caravana. Cuando había alcanzado el medio, usó sus poderes mágicos para con un conjuro crear la apariencia de un hermoso carruaje tirado por dos jóvenes toros de un blanco puro. Con un séquito de una docena de distinguidos Yakshas portando espadas y escudos, montaba en ese carruaje como si fuera un poderoso señor. Sus cabellos y sus ropas estaban húmedas, y tenía una guirnalda de lotos azules y de lirios de agua blancos alrededor de su cabeza. Sus asistentes también estaban húmedos y lucían guirnaldas. Incluso los cascos de los bueyes y las ruedas del carruaje estaban embarradas.
Como el viento estaba soplando de frente, el mercader iba al frente de la caravana para evitar el polvo. El yaksha colocó su carruaje al lado del carro del mercader, y lo saludó con gran amabilidad. El mercader le devolvió el saludo, y apartó su carro a un lado para permitir el paso de la caravana, mientras el charlaba con el yaksha.
El mercader le explicó: “Estamos haciendo nuestro camino desde Benarés, señor. Veo que tus hombres están mojados y embarrados, y que tenéis lotos y lirios de agua. ¿Llovió mientras hacíais el camino?
¿Vinisteis por donde hay estanques con lotos y lirios de agua?”
El yaksha exclamó:”¿Qué quieres decir? Más allá de ahí, esta la espesura verde oscuro de la jungla. Y más allá de esto, está lleno de agua. Siempre está lloviendo allí, y hay muchos lagos con lotos y lirios de agua”
Entonces, pretendiendo interesarse por los negocios del mercader, le preguntó: “¿Qué tienes en esos carros?”
“Mercancías caras” respondió el mercader.
“¿Qué hay en este carro que parece llevar tanto peso?” preguntó el yaksha al paso del último carro
“Está lleno de agua” contestó el mercader.
El yaksha le dijo:” Habéis sido precavidos trayendo con vosotros el agua tan lejos, pero ahora no es necesario, puesto que hay agua en abundancia en adelante. Podríais viajar mucho más rápidos y ligeros sin esas pesadas tinajas. Haríais mejor rompiéndolas y tirando el agua. Bueno, buen día” dijo de repente, y volvió su carruaje “Nosotros tenemos que seguir nuestro camino. Ya nos hemos parado demasiado”. Y se dirigió rápidamente hacia donde estaban sus hombres. Tan pronto como se perdieron de vista, dieron la vuelta, y regresaron a su ciudad.
El mercader fue tan tonto que siguió el consejo del Yaksha. Rompió todas las jarras, sin dejar ni tan siquiera una copa de agua, y ordenó a los hombres que apuraran el paso. Por supuesto, ellos no encontraron ni rastro de agua, y pronto se vieron exhaustos por la sed. A la puesta del sol, colocaron sus carros en círculo, y ataron a los bueyes a las ruedas; pero no había agua para los cansados animales. Sin agua, los hombres no podían ni tan siquiera cocinar el arroz. Se acostaron en el suelo, y se quedaron dormidos. Tan pronto como llegó la noche, los yakshas atacaron, matando a todos y cada uno de los hombres y de las bestias. Los demonios devoraron la carne, dejando solo los huesos, y se fueron. Los esqueletos fueron esparcidos en todas direcciones, pero los quinientos carros permanecieron con su carga intacta. Por lo tanto, el descuidado joven mercader fue la única causa de la destrucción de toda la caravana.
Después de dejar transcurrir seis semanas tras la marcha del alocado comerciante, el Bodhisattva se puso en camino con su caravana. Cuando alcanzó el borde del desierto, llenó sus tinajas de agua. Entonces reunió a sus hombres y les dijo:”No utilicéis más cantidad de agua que la del cuenco de vuestra mano, sin mi permiso. Además, hay plantas venenosas en este yermo. No comáis ninguna hoja, flor, o fruto que nunca hayáis comido antes, sin enseñármela a mí primero”
Tras haber advertido a sus hombres con tal cuidado, dirigió la caravana a través del desierto.
Entonces, cuando habían alcanzado la mitad del desierto, el Yaksha apareció en el camino, lo mismo que la vez anterior. El mercader se dio cuenta de sus ojos rojos, y de su forma de comportarse sin ningún temor, y sospechó que había algo extraño. “Sé que no hay agua en este desierto” pensó para sí, “Además, este extraño no proyecta sombra. Tiene que ser un demonio. El probablemente engaño a aquel alocado comerciante, pero no sabe lo listo que yo soy”
“¡Lárgate!” le gritó al Yaksha, “Nosotros somos hombres de negocios. Nosotros no tiramos nuestra agua antes de ver donde hay más para cogerla”
Sin decir nada más, el yaksha se fue.
Tan pronto como los Yakshas se fueron, los hombres del mercader se aproximaron a su jefe y le dijeron:”Señor, estos hombres traían lotos y lirios de agua en sus cabezas. Sus vestidos y sus cabellos estaban húmedos. Nos dijeron que frente a nosotros hay un tupido bosque en el que siempre está lloviendo. Déjanos tirar nuestro agua para que podamos ir más rápidos y con los carros aligerados”
El mercader mandó parar, y reunió a todos sus hombres. Les preguntó:”¿Algún hombre entre vosotros ha oído, antes de hoy, que hubiera un lago o un estanque en este desierto”
“No, señor. Es conocido como el Desierto sin Agua”
“Tan solo nos han dicho unos extraños que hay una jungla lluviosa justo enfrente. ¿Desde qué distancia podría verse caer la lluvia?”
“Desde una Yojana, señor”
“Alguno de los hombres que están aquí ha visto tan siquiera la parte superior de una nube tormentosa?”
“No, señor”
“Desde qué distancia podría verse el resplandor de un relámpago?”
“Desde cuatro o cinco yojanas, señor”
“¿Alguno de los hombres aquí presentes ha visto el resplandor de un relámpago?”
“No, señor”
“¿Desde qué distancia puede escucharse el sonido de un trueno?”
“Desde dos o tres Yojanas, señor”
“¿Alguno de los hombres que está aquí ha oído un trueno?”
“No, señor”
“Estos no eran hombres, sino yakshas” les dijo el sabio mercader. “Están esperando a que tiremos nuestro agua. Entonces, cuando estemos débiles y desmayados, volverán para devorarnos. Puesto que el joven mercader que vino antes que nosotros, no era un hombre con buen sentido, lo más probable es que haya sido devorado por ellos. Nosotros podemos esperar encontrar sus carros, que estarán tal y como fueron cargados. Probablemente los veamos hoy. Apresuraros, y ¡sin tirar ni una sola gota de agua!”
Tal y como el mercader había predicho, su caravana pronto encontró los quinientos carros con los esqueletos de los hombres y de los bueyes, esparcidos en todas direcciones. El ordenó a sus hombres agrupar a los carros en un círculo fortificado, que cuidaran a los bueyes, y que prepararan cena para ellos. Después de que los animales y los hombres se hubieran acostado a salvo, el mercader y sus hombres más leales, espada en mano, se mantuvieron de pie en guardia toda la noche.
Al amanecer, el mercader reemplazó sus carros más debilitados por otros que estaban mejor, y cambió sus mercancías que eran más corrientes, por las abandonadas que eran más valiosas. Cuando llegó a su destino, fue capaz de cambiar sus mercancías a dos o tres veces su valor. El volvió de regreso a su ciudad sin haber perdido a un solo hombre de su grupo.
Esta historia se acabó, dijo el Buda.
Así fue, laicos, que en tiempos pasados, el insensato llegaba a ser completamente destruido, mientras que quienes se asían a la verdad se escapaban de las manos de los yakshas, lograban su objetivo a salvo, y volvían de nuevo a sus casas.
Este adoptar la verdad, no solo aporta felicidad, incluso renaciendo en el Reino de Brahma, sino que también lleva al logro de la condición de Arhat. El seguir lo que no es verdad, supone el renacer en los estados desafortunados del castigo, o en las condiciones más bajas de entre los humanos”
Después de que el Buda expusiera las Cuatro Verdades, aquellos quinientos discípulos fueron establecidos en el fruto del Primer Camino.
El Buda concluyó esta lección identificando los nacimientos como sigue:”El necio mercader joven era Devadatta, y sus hombres eran los seguidores de Devadatta. Los hombres del sabio mercader eran los seguidores del Buda, y yo mismo era ese sabio comerciante”


Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Sutra de la Gran Perfección de la Sabiduría, pronunciado por el Bodhisattva Mañjushri. Parte 2ª

En aquel tiempo, Ananda se levantó de su asiento, descubrió su hombro derecho, y se arrodilló sobre su rodilla derecha. Él le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿por qué la gran tierra tembló de seis formas diferentes?”

El Buda le contestó a Ananda: “Este auspicioso signo fue proyectado porque yo dije que el campo de la fortuna no tiene apariencias diferenciadoras. Cuando los Budas del pasado proclamaron, en este lugar, las apariencias del campo de la fortuna para beneficiar a los seres sintientes, todo el mundo tembló de seis formas diferentes”

Shariputra le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, Mañjushri es inconcebible. ¿Por qué? Por que las apariencias de los dharmas que él explica son inconcebibles”                                                                                       

Entonces el Buda alabó a Mañjushri: “Sin duda, sin duda. Tal y como Shariputra dice, lo que tú has dicho es verdaderamente inconcebible”

Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, lo inconcebible es inefable; y lo concebible también es inefable. Las naturalezas concebibles e inconcebibles son ambas inefables. Todas las apariencias del sonido no son ni concebibles, ni inconcebibles”

El Buda le preguntó: “¿Has entrado tú en el samadhi inconcebible?”

Mañjushri replicó: “No, Honrado por Todo el Mundo, yo soy lo inconcebible. No viendo una mente que pueda concebir, ¿cómo puede decírseme que entre en el samadhi inconcebible? Cuando yo generé por primera vez la mente de la iluminación (bodhicitta) yo decidí entrar en ese samadhi. Ahora pienso que he entrado en ese samadhi sin ningún tipo de apariencias mentales. Para aprender a tirar con un arco, uno ha de practicar durante mucho tiempo para adquirir la destreza. Debido a esta prolongada práctica, ahora es capaz de disparar sin tener que pensar, y todas sus flechas dan en el blanco. Yo me he entrenado de la misma forma. Cuando comencé a aprender el samadhi inconcebible, yo tuve que enfocar mi mente en un objeto. Tras practicar durante mucho tiempo, yo he llegado a realizarlo. Ahora estoy continuamente en ese samadhi, sin pensar”

Shariputra le preguntó a Mañjushri: “¿Hay un samadhi silente que sea aún más maravilloso?”

Mañjushri replicó: “Si  hubiera verdaderamente un samadhi inconcebible, entonces podrías preguntar por un samadhi silente. De acuerdo a mi comprensión, incluso el samadhi inconcebible no puede ser aprehendido, así que ¿cómo puedes preguntar por un samadhi silente?”

Shariputra preguntó: “¿El samadhi inconcebible no puede ser logrado?”

Mañjushri contestó: “El samadhi concebible tiene una apariencia de logro, mientras que el samadhi inconcebible tiene la apariencia del no logro. Todos los seres sintientes han logrado el samadhi inconcebible. ¿Por qué? Es llamado samadhi inconcebible porque todas las apariencias mentales, no son la verdadera mente. Por lo tanto, las apariencias mentales de todos los seres sintientes, y la apariencia del samadhi inconcebible, son lo mismo, no son diferentes”.

Entonces el Buda alabó a Mañjushri: “¡Muy bien, muy bien! Tú has plantado hace mucho tiempo tus raíces de virtud bajo los Budas, y te has entrenado con pureza en la forma de vida de Brahma. Así que eres capaz de exponer tan profundo samadhi. ¿Estás asentado ahora en la Perfección de la Sabiduría?”

Mañjushri dijo: “Si pudiera decir que yo estoy establecido en la Perfección de la Sabiduría, esto sería una percepción basada en la visión de que uno tiene un yo. Establecerse en la visión de que uno tiene un yo, significa que la Perfección de la Sabiduría tiene un lugar. El que yo no esté establecido en la Perfección de la Sabiduría, es también una percepción basada en la visión de que uno tiene un yo, y que por tanto hay un lugar. Libre de estos dos lugares (sujeto y objeto) yo me establezco en la no permanencia, al igual que los Budas permanecen en el inconcebible estado de paz y silencio. Tal estado inconcebible, es llamado morar en la Perfección de la Sabiduría. Morando en la Perfección de la Sabiduría, todos los dharmas carecen de apariencia y acción.

La Perfección de la Sabiduría es inconcebible. El estado inconcebible es el reino del dharma, el cual carece de apariencia. No teniendo apariencia, es el estado inconcebible; el estado inconcebible, es la Perfección de la Sabiduría. La Perfección de la Sabiduría y el reino del dharma son lo mismo, sin distinción. No teniendo ni diferencia ni apariencia, es el reino del dharma; el reino del dharma es el reino de la Perfección de la Sabiduría. El reino de la Perfección de la Sabiduría, es el estado inconcebible; el estado inconcebible, es el reino en el que no hay nacimiento ni muerte. El reino de un Tathagata, y el reino del yo, son la apariencia de la no dualidad. Aquellos que cultivan la Perfección de la Sabiduría de esta forma, no buscan la iluminación. ¿Por qué? Porque la Iluminación, la cual está libre de apariencias, es la Perfección de la Sabiduría.

Honrado por Todo el Mundo, conocer las apariencias del yo, significa no ser esclavo de él. No conociendo, y no estando esclavizados por nada, así es el conocimiento de los Budas. El estado inconcebible del no conocimiento y del no estar esclavizados por nada, es lo que los Budas conocen. ¿Por qué? Porque ellos saben que la verdadera naturaleza de todo, carece de apariencia. Entonces, ¿qué conduce al reino del dharma? Lo que en su verdadera naturaleza no tiene ni una existencia inherente propia, ni apego, es llamado “no cese”; y está libre de lugar, dependencia y fijación. El estar libre de lugar, dependencia y fijación, significa que no tienes ni nacimiento, ni muerte; el no tener nacimiento ni muerte, es la virtud de todos los dharmas producidos y no producidos. Con este conocimiento, uno no tiene percepción.  Sin percepción, ¿cómo puede conocerse la virtud de cualquier dharma producido o no producido? El no conocer es el estado inconcebible. El estado inconcebible es lo que los Budas conocen como sin aferramiento, ni no aferramiento; no viendo ni la apariencia del pasado, presente o futuro; ni la apariencia del ir o del venir; ni el aferramiento ni al nacimiento ni a la muerte; ni la cesación ni la perpetuación; ni el surgir ni el hacer. Este conocimiento es llamado la verdadera sabiduría del conocimiento, la inconcebible sabiduría del conocimiento.

Lo mismo que en el cielo abierto, en el que no hay ni apariencias ni características, en la inigualable igualdad no campea ni esto con respecto a aquello, ni lo bueno con respecto a lo malo.

El Buda le dijo a Mañjushri: “Este conocimiento es llamado la sabiduría del conocimiento que nunca se desvanece”

Mañjushri dijo: “La sabiduría del conocimiento de no actuar, también es llamada la sabiduría del conocimiento que nunca se desvanece; pero es como el oro, el cual ha de ser procesado para saber si es bueno o malo. Si el oro no está refinado, no hay forma de conocer su calidad. Lo mismo es verdad con respecto a la apariencia de la sabiduría del conocimiento que nunca se desvanece. Uno necesita tener la experiencia del no pensar, del no estar esclavizado, del no surgir, y del no actuar. Cuando la mente está completamente quieta, sin que nada surja ni desaparezca, entonces será revelado”.

Entonces el Buda le dijo a Mañjushri: Cuando los Tathagatas hablan de su propia sabiduría, ¿quiénes pueden creerlo?”

Mañjushri dijo: “Tal sabiduría ni es el dharma del nirvana, ni es el dharma del samsara. Es el camino del silencio, y el camino de quietud; ni aniquilando el apego, odio e ignorancia, ni no aniquilándolos. ¿Por qué? Porque la sabiduría es ilimitada e indestructible, y ni está apartada del sendero, ni unida a él. Se consigue a través de ni de entrenarse, ni de no entrenarse para alcanzar la iluminación. Esta comprensión es llamada la creencia correcta”

El Buda alabó a Mañjushri: “¡Muy bien, muy bien! Lo que dices es una profunda comprensión de su significado”

Entonces Mahakashyapa le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, si  semejante profunda verdad respecto al Dharma es pronunciada en el futuro, ¿quién será capaz de creerla, entenderla, aceptarla, y practicar de acuerdo a ella?”

El Buda le contestó a Mahakashyapa: “Si los monjes, monjas, laicos y laicas que han escuchado este Sutra en esta asamblea vuelven a escuchar este Dharma en los tiempos venideros, ellos lo creerán y entenderán definitivamente. Serán capaces de leer y recitar este Sutra de la profunda Perfección de la Sabiduría, de aceptarlo y sostenerlo, y exponérselo a otros. Haciendo una analogía, es como una persona mayor que ha perdido sus preciosas joyas, y que se siente triste y apenado. Si él posteriormente las encuentra, se sentirá muy dichoso. Por tanto, Kashyapa, lo mismo ocurrirá con los monjes, monjas, laicos y laicas de esta asamblea. Tienen la mente de la fe y el deleite. Si ellos no escuchan el Dharma, se sentirán apenados. Si llegan a escucharlo, con gran alegría, lo creerán y lo entenderán, lo aceptarán y lo sostendrán, y siempre encontrarán deleite en leerlo y recitarlo. Sabe que esta gente, en efecto, ven a los Budas, y que ellos, en efecto, sirven y hacen ofrendas a los Budas.

Haciendo una analogía, cuando los dioses del Cielo de los Treinta y Tres (Trayastrimsa) ven brotar las yemas del árbol celestial parijata, se regocijan. Saben que las yemas de este árbol se abrirán rápido en su floración. Idénticamente, si entre los monjes, monjas, laicos y laicas, están aquellos que pueden creer y entender la Perfección de la Sabiduría que ellos ya oyeron, ellos también harán florecer pronto todo el Dharma del Buda. Si en el futuro, entre los monjes, monjas, laicos y laicas, están aquellos que, tras haber oído esta Perfección de la Sabiduría, pueden creerlo y aceptarlo, y leerlo y recitarlo, sin arrepentimiento o escandalizarse; sabe que ellos ya han oído y aceptado este Sutra en esta asamblea. También serán capaces de pronunciarlo y darlo a conocer ampliamente al público, en pueblos y ciudades. Sabe que ellos serán protegidos y recordados por los Budas. Si entre los buenos hombres y las buenas mujeres, están aquellos que pueden creer y deleitarse en esta Profunda Perfección de la Sabiduría, sin albergar dudas, ellos tienen que haberse entrenado durante mucho tiempo, y haber aprendido bajo anteriores Budas, y haber plantado sus raíces de virtud”.

Haciendo una analogía, es como un hombre que está enhebrando cuentas en un hilo con sus manos, y de repente llega a sus manos una joya genuina e insuperable. Su corazón se llena con una gran alegría. Sabe que esta persona tiene que haber visto antes una de esas joyas. Por tanto, Kashyapa, cuando los buenos hombres, o las bunas mujeres, que están aprendiendo otros dharmas, de repente se encuentran con la Profunda Perfección de la Sabiduría, se alegran de la misma forma, sabiendo que tienen que haberla oído antes. Supón que hay seres sintientes que, tras oír la Profunda Perfección de la Sabiduría, pueden creer y aceptarlo con gran alegría en sus corazones. Ellos también tienen que haber servido a innumerables Budas, de los cuales ellos tienen que haber escuchado la Perfección de la Sabiduría, que ellos tienen que haber practicado y estudiado anteriormente.

Usando una analogía, es como  una persona que ha pasado por un pueblo o ciudad y lo ha visto. Más tarde, el oye a otros alabar lo hermosos que en esa ciudad son los jardines, los estanques, las fuentes, las flores, los frutos y los árboles, al igual que los hombres y mujeres que allí residen; y el se encuentra muy feliz de oír estas cosas. El incluso les pregunta para que describan esta ciudad con sus jardines, sus hermosas decoraciones, sus diversas flores, estanques y fuentes, y la abundancia de dulces frutas, las diversas clases de maravillas, y todas las cosas hermosas. Tras escuchar estas descripciones otra vez, esta persona aún se sentirá más feliz. Aquellos que reacciones del mismo modo que esta persona, tienen que haberlo visto con anterioridad. Si entre los buenos hombres y las buenas mujeres, están aquellos que tras oír la Perfección de la Sabiduría, son capaces de escucharla y aceptarla con fe, de sentir alegría, de deleitarse oyéndola sin cansarse, e incluso pedir que sea repetida, sabe que ellos ya han escuchado esta Perfección de la Sabiduría de Mañjushri”

Mahakashyapa le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, si en el futuro, entre los buenos hombres y las buenas mujeres, están aquellos que habiendo oído esta Profunda Perfección de la Sabiduría, la escuchan y la aceptan con fe y deleite, deberíamos de saber por estos indicios que ellos también lo  han oído de anteriores Budas, y que lo han estudiado y cultivado”.

Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, el Buda dice que los dharmas no tienen apariencia ni actúan, y que están inherentemente en el nirvana. Si los buenos hombres y las buenas mujeres, pueden entender verdaderamente este significado, y proclamarlo tal y como lo han oído, ellos serán alabados por todos los Tathagatas. Sus afirmaciones relacionadas con las apariencias de los dharmas, en efecto, es el pronunciamiento de los Budas. Es llamado la brillante apariencia de la Perfección de la Sabiduría; y también es llamado la brillante totalidad del Dharma del Buda, y revela la verdadera realidad de un modo inconcebible”.

El Buda le dijo a Mañjushri: “Cuando yo estaba en el Camino del Bodhisattva, yo desarrollé mis raíces de virtud. Aquellos que aspiren a estar en el Bhumi de Avinivartaniya (Nivel del No Retorno) deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Aquellos que aspiren a realizar la Insuperable y Perfecta Iluminación, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si los buenos hombres y las buenas mujeres aspiran a comprender todas las apariencias de los dharmas, y a conocer la igualdad en el reino mental de los seres sintientes, deberían de estudiar la Perfección de la Sabiduría. Mañjushri, aquellos que aspiran a aprender todo el Dharma del Buda sin obstrucciones, deberían de estudiar la Perfección de la Sabiduría. Aquellos que aspiran a comprender desde el logro de la Insuperable y Perfecta Iluminación de los Budas, su sublime apariencia, sus majestuosas cualidades, y las innumerables actividades del Dharma, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. ¿Por qué?  Porque en el dharma de la vacuidad, uno no percibe Budas, ni iluminación, etc. Si entre los buenos hombres y las buenas mujeres están aquellos que aspiran a conocer dichas apariencias sin dudas, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. ¿Por qué? Porque tras cultivar la Perfección de la Sabiduría, uno no ve los dharmas tales como el nacer o morir, puro o impuro. Por lo tanto, los buenos hombres y las buenas mujeres deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría de esta forma. Aquellos que aspiren a conocer que todos los dharmas no tienen apariencias tales como pasado, presente o futuro, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. ¿Por qué? Porque en su verdadera naturaleza, y en su apariencia, el reino del dharma no tiene ni pasado, ni presente, ni futuro. Aquellos que aspiren a conocer, sin obstáculos en sus mentes, que todos los dharmas constituyen el reino del dharma, debería de aprender la Perfección de la Sabiduría. Aquellos que aspiren a oír los Tres Giros de la Rueda del Dharma, en sus doce apariencias, y conocerlos a través de la autorrealización, sin aferrarse a ellos o ser cautivo de ellos, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Aquellos que aspiren generar una mente de amor desinteresado para ser el refugio de todos los seres sintientes, donde quiera que se encuentren, y sin un límite, sin que tengan el pensamiento de la apariencia de los seres, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Aquellos que aspiren a conocer los Diez Poderes de un Buda, tales como el conocer lo correcto o incorrecto de cualquier situación, conocer sus Cuatro Ausencias de Miedo, morar en su sabiduría, y adquirir su elocuencia sin impedimentos, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría.

Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, yo observé correctamente los dharmas, y encontré que son no producidos, sin apariencia, sin logro, sin beneficio, sin nacimiento, sin muerte, sin venir, sin ir, sin conocedor, sin perceptor, y sin actor. No vi ni la Perfección de la Sabiduría, ni realización, ni no realización. Yo no hago distinciones, ni ninguna afirmación absurda. Todos los dharmas son ilimitados, sin un final. No hay un dharma de los seres ordinarios, ni un dharma de los Oyentes, ni un dharma de los Pratyekabuddhas, ni un dharma de los Budas. No hay ni logro, ni no logro; ni samsara que abandonar, ni nirvana que realizar; ni lo concebible, ni lo inconcebible; ni acción, ni no acción. ¡Solo son apariencias de dharma! Entonces, ¿cómo aprender la Perfección de la Sabiduría?

El Buda le dijo a Mañjushri: “Conocer todas las apariencias de los dharmas, es llamado aprender la Perfección de la Sabiduría. Si los Bodhisattvas, los Grandes Seres, aspiran a aprender el Samadhi que Conduce a la Iluminación, porque aprendiéndolo pueden iluminar todo el profundo Dharma del Buda, conocer los nombres de todos los Budas, y comprender sus mundos, sin obstrucciones, ellos deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría tal y como la explicó Mañjushri”

Mañjushri preguntó: “¿Por qué es llamada la Perfección de la Sabiduría?

El Buda respondió: “ La Perfección de la Sabiduría no tiene impedimentos, es ilimitada, sin nombre, y sin apariencia ni concepción. Al igual que el reino del dharma, el cual no tiene divisiones o límites, no tiene refugio ni carece de una isla segura, no tiene mérito ni demérito, ni luz ni oscuridad. Es llamada Perfección de la Sabiduría, y también es llamada el Campo de Acción de los Bodhisattvas, los Grandes Seres. Siendo ni el Campo de la Acción, ni el Campo de la no Acción, en el Vehículo Único es llamado Campo de la no Acción. ¿Por qué? Porque es el campo de la no percepción, y de la no acción”

Mañjushri le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿qué acciones puede uno realizar para lograr rápidamente la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación?”

El Buda respondió: “Mañjushri, aquellos que cultivan la Perfección de la Sabiduría tal y como fue explicada, alcanzarán rápidamente la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación. Además está el Samadhi de la Acción Única. Si los buenos hombre y las buenas mujeres se entrenan en este samadhi, también lograrán rápidamente la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación”.

Mañjushri preguntó: “Honrado por Todo el Mundo, ¿qué es el Samadhi de la Acción Única?”

El Buda respondió: “El reino del dharma tiene una sola apariencia. Enfocar la mente en el reino del dharma es llamado el Samadhi de la Acción Única. Si entre los buenos hombres y las buenas mujeres, están aquellos que aspiraron a entrar en el Samadhi de la Acción Única, deberían de sentarse adecuadamente en un espacio abierto, mirando en dirección a un Buda, abandonando los pensamientos distractores y las apariencias, enfocando sus mentes en ese Buda, y repitiendo su nombre. Si pueden continuar, pensamiento tras pensamiento, pensando en un Buda, serán capaces de ver en sus mentes a los Budas del pasado, presente y futuro. ¿Por qué? Porque el mérito adquirido al pensar en un Buda es inmensurable e ilimitado; no es diferente del mérito logrado al pensar en innumerables Budas, a al pensar en el inconcebible Dharma del Buda. Todos ellos lograrán realizar la verdadera naturaleza, el Sí Mismo, y alcanzarán la Perfecta Iluminación, adquiriendo inmensurable mérito y elocuencia. Aquellos que entran en el Samadhi de la Acción Única de esta forma, conocerán que no hay apariencias diferenciadas en el reino del dharma de los Budas, los cuales son tan numerosos como las arenas del Ganges. Aunque de entre todos los Oyentes, Ananda es el más aventajado en el dharma del Buda que él ha oído, en su prodigiosa memoria que retiene todo, y en su elocuencia y sabiduría, sin embargo su logro tiene una medida y un límite. Si uno ha logrado el Samadhi de la Acción Única, será capaz de diferenciar una por una las Puertas del Dharma en los Sutras, y de conocerlas a todas ellas sin obstrucciones. Uno será capaz de exponerlas día y noche, incesantemente, con sabiduría y elocuencia. Por comparación, la elocuencia de Ananda y su escucha del Dharma no es ni tan siquiera una cien milésima parte de ella. Los Bodhisattvas, los Grandes Seres, deberían de tener este pensamiento: “¿Cómo podría yo lograr este Samadhi de la Acción Única, que traerá tan inconcebible mérito y tan innumerable buenos nombres?”. Los Bodhisattvas, los Grandes Seres, deberán de pensar siempre en el Samadhi de la Acción Única, y asiduamente hacer enérgicos esfuerzos, no siendo nunca negligente o indolente. A través de un entrenamiento y aprendizaje gradual paso a paso, entrarán en el Samadhi de la Acción Única, como es evidente debido a su inconcebible mérito. Sin embargo, aquellos que corrompen el verdadero Dharma, o que no creen que los obstáculos están causados por el mal karma, no serán capaces de entrar en él.

Además, Mañjushri, haciendo una analogía, una persona ha adquirido una piedra preciosa, y se la enseña al joyero. El joyero le dice que es una joya genuina, de un valor incalculable. Entonces él le pide al joyero:”Púlela para mí. Que no pierda su brillo y color”. Después de que la joya se hubo pulido, esta preciosa cuenta llega a ser más brillante y transparente. Mañjushri, si los buenos hombres o las buenas mujeres se entrenan en el Samadhi de la Acción Única para alcanzar mérito inconcebible, e innumerables buenos nombres, en el curso de su entrenamiento conocerán las apariencias de los dharmas con una comprensión clara, sin obstrucciones. Sus méritos crecerán de la misma forma. Mañjushri, usando el Sol como ejemplo, su luz es penetrante y no disminuye. Similarmente, si uno logra el Samadhi de la Acción Única, uno adquirirá todos los méritos sin ninguna deficiencia, como la luz del Sol iluminando el Dharma del Buda. Mañjushri, el Dharma que yo he proclamado tiene un solo aroma diferente de todos los aromas, que es el aroma de la liberación, el aroma del silencio y de la quietud.

Si los buenos hombres y las buenas mujeres han alcanzado esta Samadhi de la Acción Única, lo que ellos expongan también tendrá un aroma diferente de todos los aromas, que es el aroma de la liberación, el aroma del silencio y la quietud, completamente de acuerdo con el verdadero Dharma, sin error o equivocación. Mañjushri, los Bodhisattvas, los Grandes Seres, que han logrado este Samadhi de la Acción Única, todos ellos completan los Treinta y Siete Factores de la Iluminación, y rápidamente realizan la Incomparable,  Perfecta y Completa Iluminación.

Además Manjushri, los Bodhisattvas, los Grandes Seres, que ven que en el reino del dharma no hay apariencias diferenciadas, ni la apariencia única, obtendrán rápidamente la Insuperable y Perfecta Iluminación. Aquellos que pueden soportar, sin escandalizarse, sin temer o dudar, su creencia de que todos los dharmas son el Dharma del Buda, lograrán rápidamente la Insuperable y Perfecta Iluminación”.

Mañjushri le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿puede lograrse la Insuperable, Perfecta y Completa  Iluminación a través de esas causas?”

El Buda respondió:”La Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación es obtenida, pero ni a través  de causas, ni de no causas. ¿Por qué? Porque el estado inconcebible es realizado, pero ni a través de causas, ni de no causas.

Si los buenos hombres y las buenas mujeres que han oído estas palabras, no se vuelven negligentes o indolentes, sabe que ellos ya han plantado sus raíces de virtud bajo los Budas del pasado. Además, si los monjes y monjas que han escuchado esta Profunda Perfección de la Sabiduría, no están ni escandalizados ni aterrorizados, ellos habrán renunciado verdaderamente a la vida en familia para seguir al Buda. Si los laicos y laicas que han escuchado esta Profunda Perfección de la Sabiduría, no están escandalizados un aterrorizados, ellos habrán tomado verdaderamente refugio en el Buda.

Mañjushri, los buenos hombres y las buenas mujeres que no estudian la Perfección de la Sabiduría, no se están entrenando en el Vehículo del Buda. Tomando a la gran tierra como un ejemplo, todas las plantas medicinales tienen que crecer a partir de la tierra. Mañjushri, idénticamente, las raíces de virtud de los Bodhisattvas, los Grandes Seres, tienen que depender de la Perfección de la Sabiduría para desarrollarse, de forma que su logro de la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación no tenga obstrucciones”

Mañjushri preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿en qué ciudades y pueblos de Jambudvipa deberíamos de pronunciar esta Profunda Perfección de la Sabiduría?”

El Buda dijo a Mañjushri: “Supón que aquellos que han escuchado la Perfección de la Sabiduría en esta asamblea, toman el voto de que en sus vidas futuras siempre atenderán a la Perfección de la Sabiduría para fortalecer su fe y su comprensión, y de que sean capaces de escuchar este Sutra de nuevo. Sabe que esa gente no llegó con pocas raíces de virtud, porque son capaces de aceptar y apreciar lo que oyen. Mañjushri, si están aquellos que han escuchado la Perfección de la Sabiduría de ti, ellos debieran d decir esto: “En la Perfección de la Sabiduría, no hay un dharma de los Oyentes, ni un dharma de los Pratyekabuddhas, ni un dharma de los Bodhisattvas, ni un dharma de los Budas. Ni existe un dharma de los seres ordinarios, ni un dharma del samsara”.

Mañjushri la dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, si los monjes, monjas, laicos y laicas me preguntan: “¿Cómo pronuncia el Tathagata la Perfección de la Sabiduría?” Yo deberé de contestar:”Dado que los dharmas no tienen la apariencia de la discusión, ¿cómo podría el Tathagata pronunciar la Perfección de la Sabiduría? El no ve dharmas sobre los que disputar, ni ve que las mentes y las consciencias de los seres sintientes puedan conocer los dharmas”.

Además, Honrado por Todos el Mundo, yo debería de proclamar la realidad última. ¿Por qué? Porque todas las apariencias de los dharmas permanecen iguales en la verdadera realidad (dharmata). El estado de Arhat, no es un dharma particularmente espléndido. ¿Por qué? Porque el dharma de los Arhats y el de los seres ordinarios no son ni lo mismo, ni diferentes. Además, Honrado por Todo el Mundo, de acuerdo a esta explicación del Dharma, ningún ser sintiente ha realizado ya el nirvana, lo está realizando, o lo realizará. ¿Por qué? Porque los seres sintientes carecen de una apariencia inherentemente existente.

Si están aquellos que desean oír la Perfección de la Sabiduría, yo les diré que quienes escuchan no piensan en, no oyen, o aprehenden nada, ni son esclavizados por nada, de la misma forma que le ocurriría a una persona nacida de un conjuro mágico, a la que nadie puede percibir. Esta afirmación es una enseñanza verdadera del Dharma. Por tanto, los oyentes no deberían de construir apariencias duales de sujeto y objeto. Deberían de entrenarse en el Dharma del Buda, sin abandonar otras visiones, y deberían de no aferrarse al Dharma del Buda, ni abandonar el dharma de los seres ordinarios. ¿Por qué? Porque los Budas y los seres ordinarios, en cuanto a que son dos dharmas, tienen apariencias vacías, más allá del apego o del abandono. Cuando alguien me pregunta, yo doy estas respuestas, confortándolos y poniéndolos en el sendero correcto. Los buenos hombres y las buenas mujeres deberían de hacerse estas preguntas y establecerse en este camino, sin que sus mentes retrocedan o caigan en el desconcierto. Ellos deberían de hablar de las apariencias de los dharmas de acuerdo a la Perfección de la Sabiduría”.

Entonces el Honrado por Todo el Mundo alabó a Mañjushri: “¡Muy bien, muy bien! Tal y como dijiste, si los buenos hombres y las buenas mujeres desean ver a los Budas, ellos deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si desean servir a los Budas, y hacerles ofrendas a ellos de acuerdo al Dharma, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si desearan decir que para ellos el Tathagata es el Honrado por Todo el Mundo, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Incluso  si desearan decir que el Tathagata para ellos no es el Honrado por Todo el Mundo, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si desean lograr la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Incluso si no desearan alcanzar la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si desearan realizar todos los samadhis, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Incluso si no desearan realizar todos los samadhis, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. ¿Por qué? Porque el Samadhi de la No Acción no tiene apariencias distintas, y porque los dharmas no tienen nacimiento ni muerte. Si están aquellos que desean conocer que todos los dharmas son falsos nombres imputados, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si aquellos que desean conocer, sin que sus mentes retrocedan o caigan en el desconcierto, que todos los seres sintientes que se entrenan en el Camino de la Iluminación, no buscan las apariencias de la iluminación, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. ¿Por qué? Porque todos los dharmas son la apariencia de la iluminación. Si están aquellos que desean, sin que sus mentes retrocedan o caigan en el desconcierto, conocer las apariencias de las acciones y de las no acciones de los seres sintientes, y saber que no actuar es iluminación, que la iluminación es el reino del dharma, y que el reino del dharma es la verdadera realidad, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría. Si están aquellos que desean conocer que todos los poderes transcendentales de los Tathagatas, y sus proyecciones mágicas carecen  de apariencias , ni de obstrucciones, ni de lugares, deberían de aprender la Perfección de la Sabiduría”.

El Buda le dijo a Mañjushri: “Si los monjes, monjas, laicos y laicas, no desean caer en los senderos de la mala vida, deberían de aprender una stanza de cuatro versos de la Perfección de la Sabiduría, deberían de aceptarlo y sostenerlo, leerlo y recitarlo, y explicárselo a otros de acuerdo a la verdadera realidad. Sabe que esos buenos hombres y esas buenas mujeres, alcanzarán definitivamente la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación, y residirán en las Tierras de los Budas.

Si están aquellos que, tras oír esta Perfección de la Sabiduría, no están escandalizados ni aterrorizados, sino que desarrollan fe y entendimiento en sus mentes, sabe que ellos están santificados por los Budas con un sello, el Sello del Dharma del Mahayana, el cual solo poseen los Budas. Si los buenos hombres y las buenas mujeres aprenden este Sello del Dharma, ellos transcenderán no solo las malas transmigraciones, sino también los senderos de los Oyentes y Pratyekabuddhas”

En ese momento, el rey de los dioses del Cielo de los Treinta y Tres, como una ofrenda a la Perfección de la Sabiduría, al Tathagata, y a Mañjushri, trajo unas maravillosas flores celestiales de utpala, kumuda, pundarika, y mandarava, al igual incienso de sándalo celestial, incienso en polvo, diversos tipos de joyas de oro, y música celestial. Después de presentar estas ofrendas, les dijo: “Yo deseo en todo momento aprender la Perfección de la Sabiduría, el Sello del Dharma”

Entonces el rey de los dioses, Sakro-Devanan-Indra hizo este voto: “Yo ruego para que todos los buenos hombres y la buenas mujeres en Jambudvipa puedan oír siempre este Sutra, el definitivo Dharma del Buda, y que crean en él y lo comprendan, que lo acepten y sostengan, que lo lean y reciten, y que lo expongan a otros. Todos los dioses los protegerán y apoyarán”

En ese momento, el Buda le dijo a Sakro-Devanan-Indra: “Kausika, sin duda, sin duda; estos buenos hombres y estas buenas mujeres definitivamente lograrán la iluminación de un Buda.

Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y sostengan este Sutra de esta forma, conseguirán grandes beneficios e inmensurable mérito”

Entonces, en virtud del poder espiritual del Buda, toda la gran tierra tembló de seis formas diferentes. El Buda sonrió, y emitió una gran radiación iluminando todo en los Tres Mil Grandes Mundos de Mil Formas.

Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, esta es la apariencia del Tathagata sellando la Perfección de la Sabiduría”

El Buda le dijo a Mañjushri: “Mañjushri, indudablemente, indudablemente. Este signo auspicioso siempre aparece después de que la Perfección de la Sabiduría sea proclamada. Es para sellar la Perfección de la Sabiduría, y para permitir a la gente aceptarla y sostenerla, no alabarla ni criticarla. ¿Por qué?  Porque la libre apariencia del Sello del Dharma está más allá de la alabanza y de la crítica. Ahora yo, con este Sello del Dharma, evito que los demonios puedan encontrar alguna oportunidad para crear problemas”

Después de que el Buda hubiera terminado de pronunciar estas palabras, los Grandes Bodhisattvas y los cuatro grupos de discípulos, habiendo escuchado la explicación de la Perfección de la Sabiduría, se alegraron grandemente. Todos creyeron en ella, la aceptaron,  y reverenciándolas,  siguieron las enseñanzas.

 

FIN DEL SUTRA DE LA GRAN PERFECCIÓN DE LA SABIDURÍA, PRONUNCIADO POR EL BODHISATTVA MAÑJUSHRI.

 

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

 

¡Que este Sutra pueda inspirar y ayudar a cuantos lo lean o escuchen!

 

Dedico esta traducción al castellano del “Sutra de la Gran Perfección de la Sabiduría, pronunciado por el Bodhisattva Mañjushri” a mi buena amiga Mari Carmen, católica practicante, que con sus largos años de dedicación y entrega a sus mayores, el segundo de los Campos de la Fortuna, encarna la stanza 11 de la “Carta a un amigo” de Nagarjuna.

 

“Aquellos que muestran gran respeto hacia sus padres

Serán protegidos por Brahma o los Maestros.

Debido a los cuidados que les prodigaron, obtendrán en este mundo reputación,

Y tras su muerte, alcanzarán los reinos más elevados”

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sutra de la Gran Perfección de la Sabiduría pronunciado por el Bodhisattva Mañjushri. Parte 1ª

Traducido del sánscrito al chino durante la Dinastía Liang del Sur, por el Maestro Tripitaka Mandra,  de Funan.

Esto he oído:
En una ocasión el Buda permanecía en el Jardín de Anathapindika, en el Parque de Jeta, en la ciudad de Saraswati, junto con 1000 grandes monjes, y 10000 Bodhisattvas, los Grandes Seres. Estos Bodhisattvas estaban todos adornados majestuosamente con mérito y sabiduría; y habían alcanzado el nivel de la irreversibilidad. Entre ellos estaban el Bodhisattva Maitreya, el Bodhisattva Mañjushri, el Bodhisattva Elocuencia Sin Impedimentos, y el Bodhisattva Nunca Abandonando Una Misión.
El Bodhisattva, el Gran Ser, Mañjushri el Joven, vino al ocaso desde su lugar hasta aquél en el que se encontraba el Buda, y esperó fuera. Entonces, Grandes Oyentes, tales como el Venerable Shariputra, Purna-Maitrayaniputra, Mahamodgayana, Mahakashyapa, Mahakatyayana, y Mahakausthila, también llegaron de sus respectivos sitios hasta el lugar en el que el Buda se encontraba, y esperaron fuera.
El Buda supo que la asamblea se había reunido. El Tathagata salió de Su morada, arregló Su manto, y se sentó. Le preguntó a Shariputra: “¿Por qué estás esperando fuera esta mañana?” Shariputra le replicó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, el Bodhisattva Mañjushri, el Joven, llegó primero aquí y esperó fuera de la puerta. Yo, realmente, llegué más tarde”
Entonces el Honrado por Todo el Mundo le preguntó a Mañjushri: “Tú fuiste el primero en llegar aquí, ¿Deseas ver al Tathagata?”
Mañjushri replicó al Buda: “Sin duda,, Honrado por Todo el Mundo; yo vine aquí para ver al Tathagata. ¿Por qué? Yo me deleito haciendo la observación correcta para beneficiar a todos los seres sintientes. Yo veo al Tathagata por las apariencias del verdadero Sí Mismo, no cambiando nunca, no moviéndose nunca, no actuando nunca, sin nacimiento ni muerte, ni existente ni no existente, ni en alguna parte ni en ninguna, ni en el pasado, presente o futuro, ni dual ni no dual, ni puro ni impuro. A través de apariencias como estas, yo observo al Tathagata correctamente, beneficiando a los seres sintientes”.
El Buda le dijo a Mañjushri: “Si uno ve al Tathagata de esa forma, su mente ni se aferra ni no se aferra; ni acumula ni no acumula”
Shariputra le dijo a Mañjushri: “Es raro para cualquiera el ver al Tathagata en la forma en la que tu lo describes. Al observar al Tathagata actuando para beneficio de todos los seres sintientes, tu mente no se aferra a la apariencia de los seres sintientes. Puesto que enseñas a todos los seres sintientes dirigiéndolos hacia el nirvana, tu mente no se aferra a la apariencia del nirvana. Puesto que tu muestras tal magnanimidad hacia todos los seres sintientes, tu mente no ve la apariencia de esa magnanimidad”
Entonces, el Bodhisattva, el Gran Ser, Mañjushri el Joven, le dijo a Shariputra: “Indudablemente, indudablemente, es tal como tú dices. Aunque yo activé la mente de la gran magnanimidad hacia todos los seres sintientes, nunca veo las apariencias de los seres sintientes. Aunque yo esté adornado con la gran majestad hacia todos los seres sintientes, su reino ni crece ni decrece. Supón que un Buda permanece en el mundo durante un kalpa, o durante más de un kalpa. De la misma forma en que está en un mundo de Buda, hay tantos innumerables Budas como incontables granos de arena en el rio Ganges. Supón que ellos proclaman el Dharma durante un kalpa, o durante más de un kalpa, día y noche, no descansando nunca sus mentes. Supón que cada uno de ellos libera a tantos seres sintientes como innumerables granos de arena hay en el Ganges, posibilitándoles el entrar en el Nirvana. Aún así, el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece. Esto se aplica a todas las Tierras de Buda en las diez direcciones. Todos los Budas proclaman el Dharma para enseñar y transformar a los seres sintientes, cada uno de ellos liberando a tantos seres sintientes como innumerables granos de arena hay en el Ganges, posibilitándoles el entrar en el Nirvana. Sin embargo, el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece. ¿Por qué no? La apariencia definitiva de los seres sintientes no puede ser aprehendida. Por eso el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece”.
Entonces Shariputra le preguntó a Mañjushri: “Dado que el reino de los seres sintientes ni crece ni decrece, ¿Por qué los Bodhisattvas enseñan el Dharma y buscan la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación?
Mañjushri contestó: “Porque la apariencia de los seres sintientes es vacía; no existen ni Bodhisattvas buscando la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación, ni seres sintientes a quienes ellos les expongan el Dharma. ¿Por qué? Yo digo que en todos los dharmas, ni tan siquiera un solo dharma puede ser aprehendido”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “Si los seres sintientes no existen verdaderamente, ¿Por qué hablas de seres sintientes y de su reino?”
Mañjushri replicó: “La apariencia del reino de los seres sintientes es como la del reino de los Budas”
El Buda preguntó: “¿Hay una medida para el reino de los seres sintientes?”
Mañjushri replicó: “La medida para el reino de los seres sintientes es la misma que para el reino de los Budas”.
El Buda preguntó de nuevo: “¿Hay un lugar para la medida del reino de los seres sintientes?”
Manjushri replicó: “La medida del reino de los seres sintientes es inconcebible”.
El Buda volvió a preguntar: “La apariencia del reino de los seres sintientes se apoya en algo”
El replicó: “El espacio no se apoya en nada, ni tampoco los seres sintientes”
El Buda le preguntó a Manjushri: “Si uno cultiva la Perfección de la Sabiduría de esta forma, ¿Cómo mora uno en la Perfección de la Sabiduría?”
Mañjushri replicó: “No permanecer en los dharmas es morar en la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda volvió a preguntar: “¿Por qué el no permanecer en los dharmas es llamado morar en la Perfección de la Sabiduría?”
Manjushri respondió: “No permanecer en las apariencias es morar en la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda preguntó de nuevo a Mañjushri: “Cuando alguien se establece en la Perfección de la Sabiduría de esta forma, las raíces de virtud ¿se incrementan o disminuyen?”.
Mañjushri contestó: “Cuando alguien se establece en la Perfección de la Sabiduría de esta forma, las raíces de virtud ni crecen ni disminuyen, todos los dharmas ni crecen ni disminuyen, y la naturaleza y la apariencia de la Perfección de la Sabiduría ni crece ni disminuye. Honrado por Todo el Mundo, cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno ni abandona el dharma de los seres ordinarios, ni aprehende el dharma de los sabios y de los seres santos. ¿Por qué no? Tras realizar la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ningún dharma que haya de ser abandonado o aprehendido. Además, cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno no ve el desagrado por el samsara ni el agrado del Nirvana. ¿Por qué no? Uno ni tan siquiera ve el samsara, mucho menos podría desagradarle. Cultivando la Perfección de la Sabiduría de esta forma, uno no ve ni aflicciones que haya que abandonar, ni méritos que hayan de ser acumulados. La propia mente de cada uno ni crece ni decrece con respecto a todos los dharmas. ¿Por qué no? Uno ve que no hay ni crecimiento ni decrecimiento en el reino del dharma. Honrado por Todo el Mundo, entrenarse de esta forma es llamado la Perfección de la Sabiduría. Honrado por Todo el Mundo, ver que no hay ni nacimiento ni muerte en los dharmas es cultivar la Perfección de la Sabiduría. Honrado por Todo el Mundo, uno no ve nada ni hermoso ni feo, ni alto ni bajo, ni nada a qué aferrarse o abandonar. ¿Por qué? Los dharmas no son ni bonitos ni feos, porque están libres de las apariencias. Los dharmas no son ni altos ni bajos, porque son iguales en la naturaleza del dharma( dharmadhatu). Los dharmas están más allá del ser aprehendidos o abandonados, porque permanecen en la verdadera realidad. Esta es la forma de cultivar la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Es el Dharma del Buda magnífico?”
Mañjushri replicó: “No veo ninguna apariencia magnífica en los dharmas. Puede ser verificado, a través de la propia realización de los Tathagatas, que todos los dharmas son vacíos”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Indudable, indudable, el Tathagata ha obtenido la Perfecta Iluminación a través de  la realización de la vacuidad de todos los dharmas”.
Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, en el dharma de la vacuidad, ¿hay algo majestuoso que pueda ser aprehendido?”
El Buda dijo: “¡Muy bien, muy bien! Mañjushri, lo que tú dices ¡es el verdadero Dharma!”
El Buda le preguntó a continuación: “¿Es llamado Insuperable el Dharma del Buda?”
Mañjushri respondió: “Como el Buda dice, el Dharma del Buda es llamado Insuperable. ¿Por qué? Ese no dharma que puede ser aprehendido, es llamado Insuperable. Uno que cultiva la Perfección de la Sabiduría de esta forma, es llamado un Vaso del Dharma (que es utilizado para coger cosas). No viendo dharmas que puedan transformar a los seres ordinarios, no viendo el Dharma del Buda, y no viendo incrementarse los dharmas, se está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Además, Honrado por Todo el Mundo, mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ningún dharma que pueda ser diferenciado o contemplado”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿No contemplas el Dharma del Buda?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, en mi contemplación no veo el Dharma del Buda. Ni diferencio dharmas en los seres ordinarios, en los Oyentes, ni en los Pratyekabuddhas. Por lo tanto, es llamado el Insuperable Dharma del Buda. Además, como uno cultiva la Perfección de la Sabiduría no viendo ni las apariencias de los seres ordinarios, ni las apariencias del Dharma del Buda, ni las definitivas apariencias de los dharmas, está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve el reino del deseo, ni el reino de la forma, ni el reino de la no forma, ni el reino del nirvana. ¿Por qué no? No viendo los dharmas con la apariencia de la extinción, se está cultivando la Perfección de la Sabiduría. Mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no ve ni a uno siendo gentil, ni a otro demandando amabilidad. El contemplar las apariencias de objeto y de sujeto sin diferenciación, es cultivar la Perfección de la Sabiduría. Cuando uno cultiva la Perfección de la Sabiduría, el no ver el Dharma del Buda que ha de ser adoptado, ni el dharma de los seres ordinarios que ha de ser abandonado, es estar cultivando la Perfección de la Sabiduría. Conforme uno practica la Perfección de la Sabiduría no viendo finalizar el dharma de los seres mundanos, ni realizar el Dharma del Buda, aún cuando estén dirigiéndose hacia esa realización, eso es cultivar la Perfección de la Sabiduría”.
Entonces el Buda alabó a Mañjushri: “¡Muy bien, muy bien! Tu puedes describir tan bien las apariencias de la profunda Perfección de la Sabiduría, la cual es el Sello del Dharma, que los Bodhisattvas, los Grandes Seres, están aprendiendo. Incluso los Oyentes, entre los cuales algunos aún están aprendiendo y otros no  tienen nada más que aprender, y también los Pratyekabuddhas, deberían de entrenarse para lograr el fruto de la iluminación, sin separarse de este Sello del Dharma”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Si aquellos que han oído este Dharma no están escandalizados o aterrorizados, tienen que haber plantado ya sus raíces de iluminación, no solo bajo miles de Budas, sino incluso bajo miles de millones de Budas. Entonces son capaces de no estar escandalizados o aterrorizados por esta profunda Perfección de la Sabiduría”
Mañjushri le dijo al Buda: “Ahora continuaré explicando el significado de la Perfección de la Sabiduría”
El Buda le dijo: “Habla entonces”
Mañjushri dijo: “Honrado por Todo el Mundo, mientras se cultiva la Perfección de la Sabiduría, uno no debería de ver si se permanece en un dharma, ni debiera de ver si un objeto posee una apariencia que pueda ser motivo de apego o de abandono. ¿Por qué no? Los Tathagatas no ven los dharmas con la apariencia de objetos. Ni siquiera ven los estados de los Budas, por no mencionar los estados de los Oyentes, de los Pratyekabuddhas, o de los seres ordinarios. Uno no debiera de apegarse a las apariencias, sean concebibles o inconcebibles. No viendo diferentes apariencias de dharmas, uno realizará, en sí mismo, el inconcebible dharma de la vacuidad. Todos los Bodhisattvas que se entrenan de esta forma, tienen que haber hecho ofrendas a innumerables millones de millones de Budas, ante quienes tienen que haber plantado sus semillas de virtud. Consecuentemente, son capaces de no escandalizarse  o aterrorizarse por esta profunda Perfección de la Sabiduría. Además, puesto que uno cultiva la Perfección de la Sabiduría, no viendo ni atadura ni liberación, ni haciendo distinciones entre los seres ordinarios, o entre los Tres Vehículos, está cultivando la Perfección de la Sabiduría”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿A cuántos Budas les has hecho tú ofrendas?”
Mañjushri replicó: “Los Budas y yo, tenemos una apariencia ilusoria, en la que no somos ni receptores, ni donantes”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Moras ahora en el Vehículo del Buda?”
Mañjushri respondió: “No veo ni un solo dharma en mi contemplación, ¿cómo podría morar en el Vehículo del Buda?”
El Buda preguntó: “Mañjushri, ¿has realizado el Vehículo del Buda?”
Mañjushri replicó: “El Vehículo del Buda es solo un nombre, que no puede ser aprehendido o visto, ¿cómo podría realizarlo?”
El Buda preguntó: “Mañjushri. ¿has realizado el ilimitado conocimiento de la sabiduría?”
Mañjushri respondió: “Yo soy lo ilimitado. ¿Cómo puede lo ilimitado realizar lo ilimitado?”
El Buda le preguntó: “¿Te sentaste en el asiento de la iluminación? (bodhimanda)”
Mañjushri contestó: “Ninguno de los Tathagatas se sienta en un bodhimanda; ¿cómo debiera, yo solo, sentarme en el asiento de la iluminación? Actualmente, yo veo que los dharmas moran en la verdadera realidad”
El Buda preguntó: “¿Qué es llamado la verdadera realidad?”
Mañjushri respondió: “La visión de que uno tiene un yo, es la verdadera realidad”
El Buda preguntó: “¿Por qué la visión de que uno tiene un yo, es la verdadera realidad?”
Mañjushri contestó: “Tomar esta visión como una apariencia del verdadero Sí Mismo, el cual no es ni real ni irreal, ni viene ni va, ni es un yo ni un no yo, es llamado verdadera realidad”
Shariputra le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo,  aquellos que pueden llegar a una comprensión definitiva de este significado, son llamados Bodhisattvas. ¿Por qué? Porque ellos han aprendido las apariencias de tan profunda Perfección de la Sabiduría; y sus mentes no están escandalizadas ni aterrorizadas, ni confusas, ni arrepentidas”
El Bodhisattva Maitreya le dijo al Buda:”Honrado por Todo el Mundo, aquellos que han aprendido todas las apariencias del dharma de la Perfección de la Sabiduría, están cerca del asiento de un Buda. ¿Por qué? Los Tathagatas son siempre conscientes de estas apariencias de los dharmas”.
El Bodhisattva Mañjushri le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, si aquellos que han escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, pueden no estar escandalizados, no estar aterrorizados, ni confusos, ni arrepentidos. ¿Por qué no? Los dharmas nunca han tenido ninguna apariencia”.
El Buda le dijo a Shariputra: “Si los buenos hombres y las buenas mujeres, tras haber escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, pueden llegar a generar la determinación en sus mentes, y no se escandalizan, ni se aterrorizan, ni se confunden, ni se arrepienten, sabed que ellos entrarán en el Nivel (Bhumi) de la Irreversibilidad. Si aquellos que han escuchado esta profunda Perfección de la Sabiduría, no se escandalizan, ni se aterrorizan, ni se confunden, y no se arrepienten; sino que lo creyeron, aceptaron, lo apreciaron, y lo escucharon infatigablemente, ellos en efecto han completado la Perfección de la Generosidad (Dana-paramita), la Perfección de la Ética (Sila-paramita), la Perfección de la Paciencia (Ksanti-paramita), la Perfección del Esfuerzo (Virya-paramita), la Perfección de la Concentración (Dhyana-paramita) y la Perfección de la Sabiduría (Prajna-paramita). Además pueden revelar y explicar las enseñanzas a otros, y pueden entrenarlos de forma adecuada”.
El Buda le preguntó a Mañjushri: “En tu opinión, ¿qué se quiere decir por lograr la Insuperable y Perfecta Iluminación?”.
Mañjushri replicó: “Yo no tengo una Insuperable y Perfecta Iluminación que lograr, ni permanezco en el Vehículo del Buda. Entonces, ¿cómo podría alcanzar la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación? Lo que yo describo es tan solo la apariencia de la Iluminación”.
Entonces, el Buda alabó a Mañjushri: “Muy bien, muy bien. Tú has explicado magistralmente el significado de este profundo Dharma. Tú plantaste tus anteriores raíces de virtud bajo anteriores Budas, entrenándote con pureza en la forma de vida de Brahma, de acuerdo al dharma de la no apariencia”
Mañjushri replicó: “Si uno ve apariencias, entonces puede hablar de no apariencias. Ahora, yo no veo ni apariencias, ni no apariencias. ¿Cómo se me puede decir que me entrene en la vida de Brahma, de acuerdo al dharma de la no apariencia?”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Tú ves los preceptos de los Oyentes?”
Mañjushri respondió: “Si. Los veo”
El Buda preguntó: “¿Cómo los ves?”
Mañjushri respondió: “Yo no sostengo la visión de los seres ordinarios, la visión de los seres santos, la visión de aquellos que aún están aprendiendo, o la visión de aquellos que no tienen más que aprender. Ni sostengo la gran visión, ni la visión pequeña, la visión que ha de ser superada, la visión que no ha de ser superada. Yo no sostengo ni una visión, ni la visión opuesta”
Shariputra le dijo a Mañjushri: “Esta es la forma en la que ves el Vehículo de los Oyentes, ¿cómo ves el Vehículo del Buda?”
Mañjushri dijo: “Yo no veo el dharma de la iluminación. Ni veo a nadie entrenándose para la iluminación, o para alcanzar la iluminación”
Shariputra preguntó a Mañjushri: “¿Qué es llamado Buda? ¿Cómo observa uno a un Buda?”
Mañjushri replicó: “¿Qué es el yo?”
Shariputra contestó: “El yo es tan solo un nombre, y la apariencia de un nombre es vacía”
Mañjushri dijo: “Indudablemente, indudablemente. De la misma forma en la que el yo es tan solo un nombre, también Buda es solo un nombre. Realizar la vacuidad de un nombre es la iluminación. Uno debería de buscar la iluminación sin utilizar nombres. La apariencia de la iluminación está libre de palabras. ¿Por qué? Las palabras y la iluminación, ambas, son vacías.
Además, Shariputra, tú me preguntaste qué es llamado Buda, y cómo debiera uno de observar a un Buda. De la misma forma en la que uno observa la realidad del propio cuerpo, uno observa a un Buda, de esa misma forma. Solo el sabio puede entender lo que es llamado estar observando a un Buda”
Entonces Shariputra le dijo al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, la Perfección de la Sabiduría, tal y como ha sido expresada por Mañjushri, no es comprensible o cognoscible para los Bodhisattvas en ciernes”
Mañjushri le dijo: “No solo los Bodhisattvas en ciernes son incapaces de conocerlo, sino que incluso quienes están en los Dos Vehículos, y que han logrado el estado de Arhat o de Pratyekabuddha, son incapaces de entenderlo y de conocerlo. Nadie puede conocer el Dharma expuesto de esta forma. ¿Por qué no? La apariencia de la iluminación no puede ser concebida a través de dharmas tales como la visión, la audición, la aprehensión, el pensamiento, el hablar, o el escuchar. La iluminación es vacía y silente en naturaleza y apariencia; sin nacimiento, ni muerte, sin logro, sin conocimiento, sin forma, ni substancia. ¿Cómo puede haber entonces un sujeto que logre la iluminación?”
Shariputra le preguntó a Mañjushri: “¿No ha logrado el Buda, en el reino del dharma (Dharmakaya), la Insuperable y Perfecta Iluminación?”
Mañjushri contestó: “No, Shariputra. ¿Por qué no? El Honrado por Todo el Mundo es el Dharmakaya. Verificar el reino del dharma por medio del reino del dharma, sería una contradicción. Shariputra, la apariencia del reino del dharma es la iluminación. ¿Por qué? En el reino del dharma, los seres sintientes no tienen apariencias, porque todos los dharmas son vacíos. La vacuidad de todos los dharmas, es la iluminación, la cual no es dual, y está libre de diferenciación. Shariputra, sin diferenciación, no hay conocedor. Sin un conocedor, no hay palabras. Sin palabras, no hay ni existencia, ni no existencia; ni conocimiento, ni no conocimiento. Esto es cierto para todos los dharmas. ¿Por qué? Los dharmas no pueden ser identificados por lugares, lo que implicaría una naturaleza concreta. Por ejemplo, la apariencia pecaminosa de las cinco acciones rebeldes, es inadmisible. ¿Por qué? Porque la verdadera realidad de los dharmas es indestructible. Por lo tanto, la falta por haber cometido uno de los cinco actos rebeldes carece de existencia propia. La verdadera realidad no es ni el nacer en el cielo, ni el caer en el infierno, ni hace entrar en el nirvana. ¿Por qué no? Todas las condiciones kármicas permanecen en la verdadera realidad, la cual ni va, ni viene; ni es causa, ni efecto. ¿Por qué? El Dharmakaya no tiene un límite, ni un frente o una espalda. Por lo tanto, Shariputra, en la verdadera realidad, los seres entrenados espiritualmente puros, no entran en el nirvana, y los monjes con graves faltas, no caen en el infierno. Ellos no tienen ni mérito, ni falta de mérito por sus ofrendas; ni están finalizando, ni no finalizando sus aflicciones. ¿Por qué no? Porque todos los dharmas están establecidos en la igualdad, en la vacuidad”
Shariputra preguntó: “¿Qué es llamado la inamovible resistencia en la realización del no nacimiento de los dharmas?”.
Mañjushri respondió: “El no ver la aparición del nacimiento o muerte en incluso un átomo de dharma, es llamado la inamovible resistencia en la realización del no nacimiento de los dharmas”
Shariputra preguntó: “¿Quién es llamado un monje que no ha de superar?”
Mañjushri contestó: “Un Arhat, el cual no tiene más aflicciones que pagar, es quien no ha de superar. ¿Por qué? Todas sus aflicciones han sido erradicadas, y con nada que superar, es llamado el que no tiene que superar. Aquellos que tienen acciones mentales falibles, son llamados seres ordinarios. ¿Por qué? Los seres ordinarios no actúan de acuerdo con el reino del dharma y, por tanto, son llamados los falibles.
Shariputra dijo: “Muy bien, muy bien. Ahora me has explicado bien lo que es un Arhat, el cual ha terminado con sus aflicciones, y ha pagado sus deudas kármicas.”
Mañjushri dijo: “Sin duda, sin duda. Yo soy un verdadero Arhat, que ha finalizado sus aflicciones. ¿Por qué? Yo he aniquilado el deseo por el Vehículo de los Oyentes, y el deseo por el Vehículo de los Pratyekabuddhas. Por esta razón, yo soy llamado un Arhat, el cual ha terminado sus aflicciones.
El Buda le preguntó a Mañjushri:” Cuando un Bodhisattva se sienta en el lugar de la iluminación, ¿logra la Insuperable y Perfecta Iluminación?”
Mañjushri respondió: “Cuando un Bodhisattva se sienta en el asiento de la iluminación, no logra la Insuperable y Perfecta Iluminación. ¿Por qué no? La apariencia de la iluminación es el verdadero Sí Mismo. No encontrando ni una mota de dharma que aprehender, es llamado la Insuperable y Perfecta Iluminación. Puesto que la iluminación carece de apariencia, ¿quién puede sentarse, y quién puede levantarse? Por esta razón, yo no veo ni a un Bodhisattva sentado en el lugar de la iluminación, ni a nadie realizando la Insuperable y Perfecta Iluminación.
Honrado por Todo el Mundo, la iluminación es los cinco actos rebeldes, y los cinco actos rebeldes, en su verdadera naturaleza, son la iluminación. ¿Por qué? La Iluminación y los cinco actos rebeldes, en su verdadera realidad, están libres de dualidad porque no hay aprendizaje o aprendiz; ni percepción, ni perceptor; ni conocimiento, ni conocedor; ni diferenciación, ni diferenciador. Estas apariencias son llamadas iluminación. Del mismo modo, uno debería de ver las apariencias de los cinco actos rebeldes. Si hubiera algunos que dijeran que ven la Iluminación, y que la han logrado, deberíamos de saber que son gente con exceso de arrogancia.
El Honrado por Todo el Mundo preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que yo soy el Que Así ha Ido, y que se dirigen a mí llamándome  el Tathagata?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, yo no diría que el Tathagata es el que Así ha Ido. El Sí Mismo no tiene una apariencia que pueda ser llamada Sí Mismo. Ni hay una sabiduría del Tathagata que pueda conocer el Sí Mismo. ¿Por qué no? El Tathagata y su sabiduría, están libres de la dualidad. Puesto que la vacuidad es el Tathagata, el cual es solo un nombre, ¿qué podría decir que es el Tathagata?
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Dudas del Tathagata?”
Mañjushri respondió: “No, Honrado por Todo el Mundo, no tengo duda porque, en mi observación, el Tathagata, sin nacimiento ni muerte, no tiene una naturaleza concreta”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que el Tathagata ha aparecido en el mundo?”
Mañjushri replicó: “Si el Tathagata apareciera en el mundo, todo el reino del dharma debiera de aparecer también”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Quieres decir que los Budas, tan numerosos como las arenas del rio Ganges, han entrado en el Paranirvana?”
Mañjushri respondió: “Los Budas tienen la apariencia, la inconcebible apariencia”
El Buda estuvo de acuerdo con Mañjushri: “Sin duda, sin duda. Los Budas tienen una apariencia, la inconcebible apariencia”
Mañjushri le preguntó al Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿está el Buda ahora morando en este mundo?”
El Buda contestó: “Indudablemente, indudablemente”
Mañjushri dijo: “Si el Buda estuviera morando en este mundo, entonces Budas tan numerosos como las arenas del Ganges, también estarían morando en sus mundos. ¿Por qué? Todos los Budas tienen la misma única apariencia, la inconcebible apariencia. La inconcebible apariencia no tiene ni nacimiento, ni muerte. Si los Budas futuros fueran a aparecer en sus mundos, entonces todos los Budas del pasado, presente y futuro, también tendrían que aparecer en sus mundos. ¿Por qué? En lo que es inconcebible, no hay apariencia de pasado, presente o futuro. Sin embargo, los seres sintientes están atados a sus percepciones, y dicen que hay Budas que aparecen en el mundo, y Budas que entran en el nirvana”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Esta es la comprensión de los Tathagatas, Arhats y Bodhisattvas en el nivel de No Regreso (Avinivartaniya) ¿Por qué? Estos tres tipos de seres, habiendo escuchado el profundo Dharma, son capaces de no criticarlo ni alabarlo”
Mañjushri se mostró de acuerdo con el Buda: “Honrado por Todo el Mundo, ¿quién podría criticar, y quién podría alabar el inconcebible Dharma?”
El Buda le dijo a Mañjushri: “Los Tathagatas son inconcebibles, y los seres ordinarios son inconcebibles”
Mañjushri le preguntó: “¿Los seres ordinarios también son inconcebibles?”
El Buda respondió: “También ellos son inconcebibles. ¿Por qué? Todas las apariencias mentales son inconcebibles”
Mañjushri dijo: “Si Tú dices que los Tathagatas son inconcebibles, y que los seres ordinarios son también inconcebibles, entonces los innumerables Budas lo único que hacen es cansarse en su búsqueda del nirvana. ¿Por qué? Los inconcebibles dharmas, son el nirvana; en el que no hay diferencia. Tal condición de inconcebible de los seres ordinarios y de los Budas, solo pueden ser entendidos por los hombres y las mujeres buenos, que han desarrollado grandes raíces de virtud, y que permanecen cerca beneficiando a los amigos con conocimiento”
El Buda le preguntó a Mañjushri: ¿Quieres que el Tathagata sea el supremo entre los seres sintientes?       
Mañjushri respondió: “Yo quiero que el Tathagata sea el más destacado entre los seres sintientes. Sin embargo, las apariencias de los seres sintientes no pueden ser aprehendidas”
El Buda preguntó: “¿Quieres que el Tathagata obtenga el inconcebible dharma?”
Mañjushri respondió: “Yo quiero que el Tathagata adquiera el inconcebible dharma, sin tomarlo como un  dharma de permanencia”
El Buda le preguntó a Mañjushri: “¿Quieres que el Tathagata exponga el Dharma, y lo enseñe, y transforme a los seres sintientes?”
Mañjushri contestó: “Yo quiero que el Tathagata exponga el Dharma, y lo enseñe, y transforme a los seres sintientes. Sin embargo, ni el que habla, ni quien escucha, pueden ser aprehendidos. ¿Por qué no? Porque moran en el reino del Dharma. Los seres sintientes, en el reino del dharma, carecen de apariencias diferenciadas.”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Quieres que el Tathagata sea el insuperable campo de la fortuna?”
Mañjushri respondió: “El Tathagata, con la apariencia de la inagotabilidad, es el inagotable campo de la fortuna. La apariencia de la inagotabilidad es el insuperable campo de la fortuna. Porque el Tathagata no es ni un campo de la fortuna, ni un campo desafortunado, El es llamado el campo de la fortuna. Porque El no tiene apariencias, tales como luz u oscuridad, nacimiento o muerte, El es llamado el campo de la fortuna. Si uno puede entender las apariencias del campo de la fortuna, las semillas de virtud que uno planta profundamente, ni crecerán ni menguaran.”
El Buda preguntó a Mañjushri: “¿Por qué las semillas plantadas, ni crecen ni disminuyen?”
Mañjushri respondió: “Las apariencias del campo de la fortuna son inconcebibles. Cultivar méritos en el campo, de acuerdo al Dharma, también es inconcebible. Plantar las semillas de esta forma, es llamado no incrementar ni decrecer, y es también el insuperable, espléndido campo de la fortuna”
Entonces, por la virtud del poder espiritual del Buda, la gran tierra tembló de seis formas diferentes, manifestando las apariencias de la impermanencia. Dieciséis mil personas lograron la resistencia en la Realización del no Nacimiento de los Dharmas. Además, 700 monjes, 3000 laicos, 40000 laicas, y 60 millones de dioses de los seis cielos del mundo del deseo, en medio de los dharmas, agotaron sus impurezas, y adquirieron el Ojo del Dharma.

Fin de la primera parte del Sutra

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.





miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sutta Devaduta (Sutra de los Mensajeros Celestiales)

Majima Nikaya 130.
 
Esto he oído: en cierta ocasión el Bhagavan estaba viviendo en el monasterio ofrecido por Anathapindika, en la Arboleda de Jeta, en Saraswati.  El Bhagavan se dirigió a los monjes desde allí:” Monjes, lo mismo que un hombre que estuviera situado entre dos casas, cuyas puertas estuvieran una frente a otra, vería a la gente entrando, saliendo, deambulando, y vagabundeando en las dos casas, de forma semejante, yo vi con mi ojo divino purificado más allá de lo humano, a los seres desapareciendo y apareciendo, a los no exaltados y a los exaltados, a los hermosos y a los feos, en el cielo y en el infierno. Yo vi a los seres de acuerdo a sus acciones: aquellos seres buenos, que se comportan correctamente con el cuerpo, habla y mente, no culpando a los nobles, desarrollando una visión correcta, actuando de acuerdo a esa visión correcta, tras la muerte, mejoran y nacen en el cielo. Estos seres buenos, que se comportan correctamente con el cuerpo, habla y mente, no culpando a los nobles, desarrollando una visión correcta, actuando de acuerdo a esa visión correcta, con la destrucción del cuerpo, tras la muerte, nacen entre los humanos. Estos buenos seres, que llevan una conducta equivocada con el cuerpo, habla y mente, que culpan a los nobles, desarrollando una visión equivocada, actuando de acuerdo a esa visión equívoca, con la destrucción del cuerpo, tras la muerte, nacen en la esfera de los fantasmas hambrientos. Estos buenos seres, que llevan una conducta equivocada con el cuerpo, habla y mente, que culpan a los nobles, desarrollando una visión equivocada, actuando de acuerdo a esa visión equívoca, con la destrucción del cuerpo, tras la muerte, nacen entre los animales. Estos buenos seres, que llevan una conducta equivocada con el cuerpo, habla y mente, que culpan a los nobles, desarrollando una visión equivocada, actuando de acuerdo a esa visión equívoca, con la destrucción del cuerpo, tras la muerte, empeoran, y nacen en los infiernos.
Monjes, los guardianes del infierno lo cogen por sus manos y pies, y se lo enseñan al Rey del Inframundo. “Señor, este hombre es poco amistoso, no le gusta la armonía, no es casto, no honra a los ancianos de la familia, dale el castigo adecuado”
El rey del Inframundo le interroga, le pregunta las razones, y juntos estudian todo esto. “Buen hombre, ¿no viste al primero de los mensajeros celestiales entre los hombres?. El dice: “Señor, no lo vi” Entonces el Rey del Inframundo le pregunta:”Buen hombre, ¿viste a un niñito que se levanta y acuesta con dificultad, revolviéndose en su propia orina y heces mientras estaba acostado?” Entonces él responde: “Señor, lo vi”. El Rey del Inframundo le pregunta:”Buen hombre, siendo un sabio ya entrado en edad, ¿no se te ocurrió pensar “yo no he ido más allá del nacimiento, ahora haré algo bueno con cuerpo, habla y mente”? El dice: “Señor, no pude hacerlo debido a la negligencia” El Rey del Inframundo le dice: “Buen hombre, debido a la negligencia tu actuaste de esta manera. Esta mala acción no fue hecha por tu madre, tu padre, tu hermano, tu hermana, tus amigos, tus asociados, o tus parientes de sangre. No fue hecho por ascetas, brahmines o dioses, fue hecho por ti, y tu experimentarás sus resultados”
Monjes, el rey del Inframundo una vez que hubo acabado de interrogarle, de preguntarle por las razones y  de estudiar juntos lo que se refiere al primer mensajero celestial, le pregunta:”Buen hombre, ¿No viste al segundo mensajero celestial entre los humanos?” El dice: “Señor, no lo vi”. Entonces, el Rey del Inframundo le pregunta:”Buen hombre, ¿no viste entre los humanos a una mujer, o a un hombre, de ochenta o noventa años, decayendo y encorvado como la estructura de un tejado, andando apoyándose en un bastón, temblando, enfermo, con la juventud perdida, con los dientes rotos, el cabello gris, la piel arrugada?” Entonces él dice:”Señor, lo vi” . El Rey del Inframundo le pregunta entonces: “Buen Hombre, siendo un sabio ya entrado en edad, ¿no se te ocurrió pensar “yo no he ido más allá del decaimiento, ahora haré algo bueno con cuerpo, habla y mente?” El responde: “Señor, no pude hacerlo debido a la negligencia”
El Rey del Inframundo dice:” Buen hombre, debido a la negligencia tu actuaste de esta manera. Esta mala acción no fue hecha por tu madre, tu padre, tu hermano, tu hermana, tus amigos, tus asociados, o tus parientes de sangre. No fue hecho por ascetas, brahmines, o dioses, fue hecho por ti, y tu experimentarás sus resultados.”
Monjes, el Rey del Inframundo, una vez que hubo terminado de interrogarle, de preguntarle y de estudiar juntos lo que se refiere al segundo mensajero celestial, le pregunta: “Buen hombre, ¿no viste al tercer mensajero celestial entre los humanos?” El responde: “Señor, no lo vi” Entonces, el Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, no viste entre los humanos a un hombre o a una mujer gravemente enfermos, inmersos en su propia orina y sus heces, levantado por otros, conducido por otros?” El responde: “Señor, lo vi” Y el Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, siendo un sabio ya entrado en edad, ¿no se te ocurrió pensar “Yo no he ido más allá de la enfermedad, ahora debo de hacer algo bueno con el cuerpo, habla y mente?” El contesta: “Señor, yo no pude hacerlo debido a la negligencia” Entonces el Rey del Inframundo dice: “Buen hombre, debido a la negligencia tu actuaste de esta manera.
Esta mala acción no fue hecha por tu madre, tu padre, tu hermano, tu hermana, tus amigos, tus asociados, o tus parientes de sangre. No fue hecho por ascetas, por brahmines, o por dioses; fue hecho por ti, y tu experimentarás sus resultados.
Monjes, el Rey del Inframundo una vez que hubo acabado de interrogarle, de preguntarle por las razones, y de estudiar juntos lo que se refiere al tercer mensajero celestial, le pregunta: “Buen hombre, ¿no viste al cuarto mensajero celestial ente los humanos?” El dice: “Señor, no lo vi” Entonces el Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, ¿nunca has visto entre los humanos a un transgresor que ha sido capturado por el rey, y a quien le han aplicado diversos tipos de tortura, a quien le han azotado con una vara, a quien han azotado con una liana, a quien han golpeado con un sucio bastón, a quien le han cortado las manos, a quien le han cortado los pies, a quien le han cortado manos y pies, a quien le han cortado las orejas y la nariz, a quien han metido en una gran caldera hirviente, a quien han herido con una concha, a quien han puesto en la boca de Rahu, a quien le han puesto una guirnalda ardiendo, a quien le han abrasado las manos, a quien le han dado un vestido de corteza, a quien han arrojado a las serpientes, a quien le han clavado garfios en su carne, a quien le han cortado trozos de carne de su cuerpo, a quien le han pasado un clavo de oído a oído, a quien le han golpeado su cuerpo hasta dejarlo como la paja, a quien han metido en aceite hirviendo, a quien han arrojado a los perros hambrientos para que lo devoren, a quien  le han colgado clavándolo a un madero hasta su muerte, y a quien le han cortado el cuello con una espada?” El responde: “Señor, lo vi” El Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, siendo un hombre sabio ya entrado en años, ¿no se te ocurrió pensar que para las malas acciones, aquí y ahora, no hay otro resultado, y que ahora debería de hacer algo bueno con cuerpo, habla y mente?” El responde: “Señor, no pude hacerlo debido a la negligencia”  Entonces el Rey del Inframundo le dice:” Buen hombre, debido a la negligencia, tú has actuado de esa manera. Esta mala acción no fue cometida por tu madre, tu padre, tu hermano, tu hermana, tus amigos, tus asociados, o tus parientes de sangre. No fue realizada por ascetas, por brahmines, o por dioses. Fue hecho por ti, y tu experimentarás los resultados”.
Monjes, el Rey del Inframundo una vez que hubo acabado de interrogarle, de preguntarle por las razones, y de estudiar juntos lo que se refiere al cuarto mensajero celestial, le pregunta: “Buen hombre, ¿no viste al quinto mensajero celestial entre los humanos?” El responde : “Señor, no lo vi”. Entonces el Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, ¿no viste entre los humanos a una mujer o a un hombre que llevaba ya un día muerto, que llevaba dos días, que llevaba  tres días muerto, hinchado y habiéndose vuelto azul?” El dice: “Señor, lo vi”.  Entonces el Rey del Inframundo le pregunta: “Buen hombre, siendo un hombre sabio ya entrado en edad, ¿no se te ocurrió pensar “yo también estoy sujeto a la muerte. Yo he ido más allá de ella. Ahora haré algo bueno con el cuerpo, habla y mente”? El responde: “Señor, yo no pude hacerlo debido a la negligencia”. El Rey del Inframundo le responde: “Buen hombre, debido a la negligencia tu actuaste de esa manera. Esta mala acción no fue hecha por tu madre, tu padre,  tu hermano, tu hermana, tus amigos, tus asociados, o tus parientes de sangre. No fue cometida por ascetas, brahmines o dioses, fue hecha por ti, y tu experimentarás sus resultados”.
Monjes, el Rey del Inframundo habiendo terminado de interrogarle, de preguntarle por las razones, y de estudiar juntos lo que se refiere al quinto mensajero celestial, guardó silencio.
Entonces los guardianes del infierno le aplicaron las cinco penas obligadas. Esto es, primero con dos clavos ardientes le atraviesan las palmas de sus manos, y con otros dos más le atraviesan sus pies, y con un quinto clavo ardiente le es atravesado el pecho. Como consecuencia de esto, sufre  desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno se lo llevan, y le golpean con martillos. Como consecuencia de esto, sufre desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno lo cogen, le ponen al revés,
y le cortan con un cuchillo. A consecuencia de esto también experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno le ponen un yugo y le atan a un carro haciéndole tirar de él de un lado a otro, sobre un suelo que está llameando y ardiendo. Como consecuencia de esto, experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno le hacen subir y bajar una roca de ámbar ardiendo. Como consecuencia de esto experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno le arrojan al revés dentro de una hirviente caldera de metal fundido. Ahí es cocinado en el metal fundido, y él por su iniciativa, se zambulle y cruza a través de la caldera de metal fundido. A consecuencia de esto, experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado. Sin embargo, no muere hasta que el karma que lo ha ocasionado se agote. Después los guardianes del infierno le arrojan dentro del Gran Infierno. El Gran Infierno es cuadrado, y tiene cuatro puertas, y está dividido en dos, cercado por muros de hierro, está cerrado con un techo de hierro. El suelo ocupa setecientas millas, y siempre está ahí.
El fuego mana del muro del este del Gran Infierno, hasta abrasar el muro del oeste. El fuego mana del muro del oeste del Gran Infierno, hasta abrasar el muro del este. El fuego mana del muro del norte del Gran Infierno, hasta abrasar el muro del sur. El fuego mana del muro del sur del Gran Infierno, hasta abrasar el muro del norte. El fuego mana desde el fondo hasta alcanzar el techo, y desde el techo hasta alcanzar el fondo. Ahí experimenta  desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que el karma se agote.
Monjes, después un lapso de muchísimo tiempo, sucede que la puerta este del Gran Infierno se abre. Entonces el corre a gran velocidad, al hacerlo quema su piel externa, su piel interna, su carne, sus nervios, e incluso sus huesos humean, sin embargo con la esperanza de salir, lo hace. Cuando está a punto de lograrlo, la puerta se cierra. Entonces experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Monjes, después de un lapso de muchísimo tiempo, sucede que la puerta oeste del Gran Infierno se abre. Entonces el corre a gran velocidad, al hacerlo quema su piel externa, su piel interna, su carne, sus nervios, e incluso sus huesos humean, sin embargo con la esperanza de salir, lo hace. Cuando está a punto de lograrlo, la puerta se cierra. Entonces experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Monjes, tras un lapso de muchísimo tiempo, sucede que la puerta este del Gran Infierno se abre. Entonces el corre a gran velocidad, haciéndolo así el quema su piel externa, su piel interna, su carne, sus nervios, e incluso sus huesos humean, sin embargo con la esperanza de salir, lo hace. El escapa por esa puerta.
Paralelo, y junto al Gran Infierno, está el Infierno de los Excrementos, y él cae en este. En él hay cosas vivas con bocas agudas como agujas, que despedazan la piel externa, después la piel interna, después la carne, después los nervios e incluso los huesos, y comen la médula de los huesos. Allí el experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Paralelo, y junto al Infierno de los Excrementos, está el Infierno en el que Llueven Cenizas Ardiendo, y el cae en él. Allí el experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Paralelo, y junto al Infierno en el que Llueven Cenizas Ardiendo, está el Bosque de Simbali, de más de siete millas de largo, tiene espinas de dieciséis pulgadas de largo, en llamas y abrasadoras; el trepa a esos árboles y se mueve de un lado para otro a través de ellos. Allí experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Paralelo,  y junto al Bosque de Simbali,  hay un Bosque de Espadas. El entra ahí. Las hojas que caen con el viento, cortan sus pies, sus manos, sus pies y manos, orejas, nariz, orejas y nariz. Allí el experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que su karma se agote.
Paralelo, y junto al Bosque de Espadas, está un gran rio de agua salada. El cae en él. El es arrastrado corriente arriba y corriente abajo. Allí experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que se agote todo el karma.
Entonces los guardianes del infierno lo sacan con un gancho, y le preguntan: “Buen hombre, ¿Qué deseas?”  El dice: “Señor, estoy hambriento”. Entonces los guardianes del infierno le abren la boca con unos ganchos al rojo vivo, y le arrojan dentro de su boca unas ardientes bolas de hierro. Estas queman sus labios, su boca, su cuello, su pecho, sus intestinos, el intestino grueso, y salen por el ano. Allí experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que el karma se agota.
Entonces los guardianes del infierno le preguntan: “Buen hombre, ¿qué deseas?” El responde: “Señor, estoy sediento”  Entonces los guardianes del infierno abren su boca con ganchos de hierro al rojo vivo, y vierten dentro de su boca ardiente cobre fundido. Queman sus labios, su boca, su cuello, su pecho, los intestinos, el intestino grueso, y sale por su ano. Allí experimenta desgarradores y agudos sentimientos de desagrado, sin embargo no muere hasta que el karma se agota.
Entonces los guardianes del infierno lo llevan de nuevo al Gran Infierno.
En el pasado, al Rey del Inframundo le sucedió esto. A aquellos que hacen mal en el mundo, les aguardan estos diversos castigos. ¡Oh, sí obtuviera un cuerpo humano!¡Oh, si el Tathagata, el Perfecta y Completamente Iluminado naciera en el mundo! ¡Oh, yo debiera de seguir a ese Bhagavan! ¡Oh, el Bhagavan me enseñaría y yo conocería esa Enseñanza!
Monjes, yo digo esto no por haberlo escuchado de otro asceta o Brahmín, sino que esto es lo que yo he visto y conocido por mí mismo, y por eso lo cuento.
Entonces el Bhagavan añadió:
Aquellos humanos que son negligentes, cuando culpados por los mensajeros celestiales
nacen en los renacimientos más bajos, allí se afligen durante mucho tiempo.
Los humanos pacíficos y diligentes, viendo a los mensajeros celestiales,
no son negligentes  con respecto a la Noble Enseñanza ningún día.
Ven que existe el miedo en el poseer, nacer, morir y ser;
y abandonando el poseer, destruyendo nacimiento y muerte,
son los pacíficos y contentos, quienes han extinguido el ego, viviendo en el aquí y el ahora,
Yendo más allá de todo miedo y venganza, han ido más allá de todo lo desagradable”
 
FIN DEL SUTRA
 
Trad. por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.