Monjes, mientras el Tathagata estaba sentado bajo el
árbol de la Iluminación, en soledad íntima, tras haber alcanzado la Perfecta y
Completa Iluminación, tuvo el siguiente pensamiento en relación a aquellos que
actúan de acuerdo al mundo:
“¡Hay! Esta verdad que yo he realizado y a la que he
despertado es profunda, llena de paz, tranquila, calma, completa, difícil de
ver, difícil de comprender, e imposible de conceptualizar pues es inalcanzable
para el intelecto. Solo los Seres Nobles sabios y los adeptos pueden
entenderlo. Es el abandono completo y definitivo de todos los agregados, el
final de todas las sensaciones, la verdad absoluta, y está libre de una base. Es
un estado de paz completa, libre del aferramiento, inaprehensible, invisible,
imposible de mostrar, no compuesto, más allá de las esferas de los seis
sentidos, inconcebible, inimaginable, e inefable. Es indescriptible,
inexpresable, incapaz de ser ilustrado. No obstruido, más allá de toda
referencia, corta toda emocionalidad a través del sendero de la calma, y es la
vacuidad carente de imagen; es el agotamiento del ansia y es la cesación libre
de deseo. Es el nirvana. Si yo enseñara esta verdad a otros, estos no lo
entenderían. Enseñar la verdad me agotaría, y sería mal interpretada, y por
tanto sería algo inútil. Así que permaneceré en silencio, y lo guardaré para
mí.”
En ese momento, él pronunció los siguientes versos:
“Profunda,
llena de paz, inmaculada, lúcida, e incondicionada
Es
esta verdad semejante al néctar, la cual yo he realizado.
Si yo
la enseñara, nadie la entendería,
Por
tanto, yo seguiré guardando silencio en el bosque.
Yo he
descubierto el estado absoluto supremamente sublime y asombroso;
Es el
estado inefable, no mancillado por el lenguaje;
Es la
Talidad, el reino de los fenómenos[1]
semejante al cielo,
Está
completamente libre del pensamiento discursivo y conceptual.
Este
significado no puede ser comprendido por medio de palabras y letras;
Es
comprendido por los que poseen mentes agudas,
Esos
seres que fueron a los Budas del pasado,
Escucharon
su enseñanza, y alcanzaron la certeza.
Aquí
no existe el Dharma;
Lo que
no tiene existencia no puede ser encontrado.
Para
quien conoce la cadena de causa y efecto,
Aquí
no hay existencia ni no existencia.
Durante
inmensurables cientos de miles de eones
Yo
emulé a los Victoriosos de antaño,
Pero
yo no alcancé la paciencia por el hecho
De que
no existe ego, ni ser, ni fuerza vital.
Cuando
yo alcancé esta paciencia
De que
aquí nadie nace ni muere,
De que
la naturaleza de todos estos fenómenos carece de entidad propia,
Entonces
el Buda Dīpamkara
hizo una profecía respecto a mí.
Con mi
compasión infinita hacia todo el mundo
Yo no
me quedaré tan solo porque alguien lo suplique.
Todos
esos seres tienen fe en Brahma,
Entonces,
cuando él suplique, yo giraré la Rueda del Dharma.
Solo
sería posible enseñar este Dharma mío
Si
Brahma se postrara a mis pies,
Suplicando
que yo enseñara este Dharma inmaculado y sublime;
Y si
existieran seres inteligentes con buena disposición.”
Monjes, en ese momento, el Tathagata irradió una luz
desde el centro de su frente, que iluminó todo el gran universo de tres mil
miles de mundos con una luz brillante. Entonces, por medio del poder del Buda,
el Gran Brahma, el del Nudo de cabello en lo alto de su cabeza, rodeado y
escoltado por seis millones ochocientos mil Brahmas, fue a donde se encontraba
el Tathagata. Cuando llegó, postró su cabeza a los pies del Tathagata, y con
sus manos juntas, le dijo: “Tathagata, incluso después de haber despertado a la
Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, estás inclinado a guardarte el
Dharma para ti, sin enseñarlo. ¡Ay, Bhagavan! ¡Este mundo está condenado! ¡Ay,
Bhagavan, este mundo está realmente condenado! Existen seres inteligentes con
buena disposición. y con el potencial, fortuna, y la habilidad para comprender
lo que el Bhagavan diga. Siendo ese el caso, ¡Oh, Bhagavan, por favor, enseña
el Dharma! ¡Por favor, Oh Sugata, enseña el Dharma!”
Entonces Brahma pronunció estos versos:
“Tras
haber alcanzado el mandala grande y sublime de la sabiduría,
E irradiando
rayos de luz en las diez direcciones.
Los
rayos de tu sabiduría podrían hacer florecer a aquellos que son como lotos,
Así
que, Sol de la Palabra, ¿Por qué entonces permaneces hoy indiferente?
Convenciendo
a los seres con la riqueza de los Seres Nobles,
Tú
podrías disipar los temores de muchas decenas de millones de seres.
¡No es
adecuado, Oh Amigo del Mundo,
Que
permanezcas callado, indiferente hacia el mundo!
¡Qué
puedas golpear el timbal del Dharma!
¡Qué
puedas soplar la concha del Dharma genuino!
¡Que
puedas erigir el pilar del Dharma!
¡Que
puedas encender la gran lámpara del Dharma!
¡Que
puedas hacer caer la lluvia del Dharma más sublime!
¡Que
puedas hacer cruzar a todos los que están en el océano de la existencia!
¡Qué
puedas liberar a todos los que están afligidos por graves enfermedades!
¡Qué
puedas aliviar a aquellos atormentados por los fuegos de las aflicciones!
¡Qué
puedas enseñar el camino hacia la paz,
Que es
alegre, auspicioso, imperecedero, y sin pesar!
¡Oh,
Protector, ten compasión por aquellos que están en el camino equivocado,
Ya que
ellos carecen de ayuda, pues no transitan el sendero que lleva al nirvana!
¡Qué puedas abrir las puertas a la
liberación!
¡Qué puedas enseñar el camino del
Dharma, que está libre de confusión!
¡Oh Señor, que puedas purificar el
sublime ojo del Dharma
De aquellos seres ciegos de
nacimiento!
¡Oh
Protector, Luna entre los hombres, no hay nadie como tú,
En el
mundo de Brahma, en el mundo de los dioses,
O en
el mundo de los yaksas, gandharvas, o humanos;
Nadie capaz
de eliminar de los mundos el nacimiento
y la muerte!
¡Oh
Rey del Dharma, junto con todos los dioses
Te lo
suplico!
Que a
través de este mérito que también yo pueda
Girar
la Rueda del Dharma, el más sublime!”
Monjes, para mostrar la amabilidad al mundo de los
dioses, humanos, y no humanos, el Tathagata miró al mundo con compasión, y en
silencio asintió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la Cabeza. Y ya
seguro, una vez que el Gran Brahma, el del Nudo en el alto de la Cabeza,
comprendió que este Tathagata había asentido en silencio, ungió al Tathagata
con polvo de sándalo divino y polvo de aloe divino, y sintiéndose alegre
extasiado, se desvaneció en ese mismo instante.
Monjes,
para engendrar respeto hacia el Dharma en este mundo; para incrementar la raíz
de virtud generada por los repetidos requerimientos de que enseñara el Dharma hechos
por el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de cabeza; y debido a que el Dharma
es excepcionalmente profundo, el Tathagata una vez más fue hacia la intimidad
de la soledad, y entonces tuvo el siguiente pensamiento: “Esta verdad a la que
he despertado es profunda, sutil, luminosa, difícil de comprender, inconcebible,
y más allá del intelecto. Solo es entendido por el inteligente y el sabio, no
es acorde con la forma de vida mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de
todos los agregados, el cese de todas las formaciones, un estado de
interrupción a través del sendero de la calma mental, es vacuidad sin imagen.
Es la destrucción del deseo y [396] es la cesación libre de deseo. Es cesación,
es el nirvana, la budeidad perfecta y completa. Si yo me dispusiera a enseñar
esta verdad, los demás no lo entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor
lo mantendría solo para mí.”
Monjes, gracias
al poder del Buda, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, una vez
más volvió a ser consciente de este pensamiento del Tathagata, y fue a ver a
Sakra, el jefe de los dioses. Cuando llegó dijo a Sakra, el jefe de los dioses:
“Kausika,
has de comprender que el Tathagata, el Perfecta y Completamente Iluminado, no
siente disposición a enseñar el Dharma, y así, ¡se lo guarda para sí mismo!
Y
puesto que el Arhat, el Tathagata Perfecta y Completamente despierto, no está
inclinado a enseñar el Dharma, y de este modo se lo guarda para sí mismo, ¡Ay,
oh Kausika, este mundo está condenado! ¡Ay, oh Kausika, este mundo está
realmente condenado! ¡Ay, este mundo estará hundido en la gran oscuridad de la
ignorancia! Siendo así, ¿Por qué no vamos entonces y pedimos que el Arhat, el
Tathagata Perfecta y Completamente despierto, gire la Rueda del Dharma? ¡Porque
los Tathagatas no giran la Rueda del Dharma salvo que les sea requerido!”
Sakra respondió:
“Muy
bien, amigo mío”
Y así, una vez que la noche hubo pasado, Sakra,
Brahma, los dioses de la tierra, los hijos de los dioses que habitan en la
atmósfera, los hijos de los dioses del Cielo de los Cuatro Grandes reyes, los
del Cielo de los Treinta y Tres, los del Cielo de Libre de conflictos, los del
Cielo del Gozo, los del Cielo de Deleitándose en emanaciones, los del Cielo de
Haciendo uso de las emanaciones de otros, los del Cielo de Brahma, los del
Cielo Luminoso, los del Cielo de Gran fruto, los del Cielo de Virtud perfecta,
y los de las moradas puras-muchos cientos de miles de dioses de hermosas
apariencias-iluminaron el área en torno a la higuera con su belleza divina y su
luminosidad, y se aproximaron al Tathagata.
Postraron sus cabezas a los pies del Tathagata, lo
circunvalaron, y permanecieron de pie a un lado. Entonces Sakra, el jefe de los
dioses, se postró con las manos juntas en dirección al Tathagata, y lo alabó
con los siguientes versos: [397]
“Tu
mente está completamente liberada,
Como
una Luna llena no eclipsada;
¡Que
puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que
puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!”
Cuando pronunció estas palabras, el Tathagata
permaneció en silencio. Entonces el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la
cabeza, dijo a Sakra, el jefe de los dioses:
“¡Oh,
Kausika, los Tathagatas Perfecta y Completamente Iluminados no son requeridos
para que giren la Rueda del Dharma de la forma en que tú has hecho”
Así que el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la
cabeza, colocó su manto sobre su hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha,
y postrándose ante el Tathagata con las manos juntas, le dirigió estas palabras
en verso:
“¡Que
puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que
puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!
¡Oh
Sabio, enseña el Dharma
Que es
codiciado en todas partes!
Monjes,
tras decir esto, el Tathagata repitió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de
la cabeza:
“¡Oh,
Gran Brahma, esta verdad a la que he despertado es profunda, sutil, luminosa,
difícil de comprender, inconcebible, y más allá del intelecto. Solo es
entendido por el inteligente y el sabio, no es acorde con la forma de vida
mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de todos los agregados, el cese de
todas las formaciones, un estado de interrupción a través del sendero de la
calma mental, es vacuidad sin imagen. Es la destrucción del deseo y es la
cesación libre de deseo. Es cesación, es el nirvana, la budeidad perfecta y
completa. Si yo me dispusiera a enseñar esta verdad, los demás no lo
entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor lo mantendría solo para mí.”
Y estos versos son de nuevo mi réplica para ti, ¡Oh,
Brahma!:
“Mi
sendero es profundo y va contra corriente,
Es difícil
de ver,
Puesto
que aquellos cegados por las pasiones no pueden verlo.
Por
tanto, enseñarlo no será de ayuda alguna.
Los
seres han caído en el torrente del deseo,
Y son
arrastrados por la corriente.
Yo
soporté grandes trabajos para conseguir este Dharma,
Por
tanto, enseñarlo no servirá de ayuda.”
Monjes, cuando Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de
la cabeza, y Sakra, el jefe de los dioses, se dieron cuenta de que el Tathagata
permanecería silente, esos dos grandes seres y su séquito de dioses se sintieron
entristecidos y desconsolados, y entonces desaparecieron de allí. Y así por
tercera vez la mente del Tathagata permaneció desinteresada. [398]
Monjes, en aquel tiempo, en el país de Magadha comenzó
a circular entre la gente toda clase de opiniones falsas y negativas. Algunos
decían que no volverían a soplar los vientos, y otros decían que los fuegos no
arderían. Algunos decían que no volvería a llover, algunos que los ríos no
fluirían, otros que las cosechas no crecerían. Algunos decían que los pájaros
no volverían a surcar el cielo, y otros que las mujeres no darían a luz sin
contratiempos.
Monjes, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la
cabeza, conocía la naturaleza de los pensamientos del Tathagata, y también
estaba al corriente de las opiniones que circulaban entre los habitantes de
Magadha. Así que, en lo más profundo de la noche, iluminó toda el área que
circundaba la higuera con una luz celestial de color bello, y se aproximó al
Tathagata.
Cuando llegó postró su cabeza a los pies del Tathagata,
colocó su manto sobre un hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y con
las palmas de sus manos juntas, se dirigió al Tathagata con estos versos:
“Hasta
ahora, entre la gente de Magadha, han prevalecido doctrinas corruptas;
Por
tanto, allí han emergido enseñanzas impuras.
Así
que, por favor, oh Sabio, abre la puerta del néctar
Pues
están listos para escuchar la doctrina del Buda.
Tú has
hecho lo debido para llegar a la independencia,
Abandonando
las impurezas que generan el sufrimiento.
Tu virtud
no tiene incremento o decrecimiento,
¡Aquí,
en el mejor de los Dharmas, has alcanzado la perfección!
¡Oh
Sabio[2], aquí,
en este mundo, no hay nadie como tú!
¡Oh
Gran Sabio[3]!, ¿Dónde
podría encontrarse a alguien superior a ti?
¡Oh,
Bhagavan, siendo el mejor, brillas en los Tres Reinos,
Como
la montaña en que habitan los semidioses! [399]
¡Por
favor, ten compasión de los seres que sufren!
¡En
quienes son como tú, nunca es adecuado permanecer indiferente!
¡Oh,
Bhagavan, tú estás dotado de ausencia de miedo y poder!
¡Solo
tú eres capaz de liberar a los seres!
¡Que
puedan todos esos seres que soportan durante tanto tiempo el dolor,
Incluyendo
a los dioses, ascetas, y brahmines,
Tener
una vida saludable y libre enfermedades,
Pues
para ellos no hay otro refugio!
Los
dioses y humanos te han estado siguiendo durante mucho tiempo
Anhelando
el néctar con un pensamiento virtuoso.
¡Qué
pueda ser proclamado el Dharma, el que no está disminuido,
Que es
tal como el Victorioso entiende!
Por
tanto, yo te imploro a ti, cuyo poder es tan extenso y benevolente,
Que
entrenes a los seres que hace tiempo se apartaron del sendero.
Ellos
llevan mucho anhelando oír significados nunca escuchados,
Lo
mismo que el débil ansia ser alimentado.
¡Oh
Gran Sabio, la gente sedienta
Espera
que derrames la lluvia del Dharma
Como
una nube cayendo sobre la tierra seca!
¡Oh
Guía, sácialos con la nube del Dharma!
La
gente, perdida, vaga desde hace mucho tiempo en la existencia
Albergando
visiones erróneas, llenas de espinas.
¡Enseña
el sendero correcto libre de zarzas,
Por el
cual se alcanza el néctar cuando se medita en él!
El
ciego, que por falta de un guía ha caído en el abismo,
No
puede ser sacado de él por ningún otro.
¡A ti,
Toro de los sabios, te suplico
Que
rescates a quienes han caído en un profundo barranco!
¡Oh,
Sabio, qué rara es la buena fortuna de estar contigo!
Un
Victorioso guiando aparece en el mundo raramente,
Lo
mismo que la flor de udumbara!
¡Protector,
te ruego que liberes a los seres que han tenido esa oportunidad!
En tus
vidas anteriores has tenido el pensamiento:
“Una
vez que haya cruzado yo, entonces salvaré a los demás!”
Ahora
que tú has alcanzado a salvo la otra orilla,
Cumple
tu voto solemne, con el poder de la verdad.
¡Oh
Sabio, disipa la oscuridad con la lámpara del Dharma!
¡Enarbola
en lo alto el estandarte del Tathagata!
¡Ha
llegado el momento de que tus melodiosas palabras sean escuchadas!
¡Ruge
como un león, una voz que resuena como un tambor!”
Monjes, entonces el Tathagata observó el mundo entero
con su ojo de Buda, y vio a seres que poseían diferentes aptitudes, a los que
eran básicos, mediocres, y avanzados; a aquellos de buena disposición y [400]
fáciles de purificar, a aquellos de mala disposición y difíciles de purificar;
a aquellos capacitados para entender con solo una breve sentencia, y a aquellos
para quienes las palabras son primordiales y que para su comprensión necesitan
explicaciones detalladas. Así pues, él vio que los seres estaban agrupados en
tres categorías: una establecida en lo erróneo, otra establecida en lo cierto,
y otra indeterminada. Monjes, lo mismo que cuando una persona está al borde de
un estanque de lotos, y ve que algunos lotos están sumergidos en el agua,
algunos a nivel con el agua, y otros por encima del agua, así fue como el
Tathagata vio a los tres grupos de seres cuando observó al mundo con su ojo de
Buda.
Monjes, entonces el Tathagata pensó: “Tanto que enseñe
el Dharma como no, ese grupo asentado en lo erróneo no entenderá el Dharma;
tanto que enseñe el Dharma como no, ese grupo asentado en lo cierto entenderá
el Dharma; sin embargo, el grupo indeterminado, entenderá el Dharma si yo lo
expongo; pero si no enseño el Dharma, no lo entenderá.”
Monjes, entonces el Tathagata engendró la gran
compasión, comenzando con los seres englobados en el grupo de los
indeterminados. Monjes, desde la perspectiva de su sabiduría perfecta, el
Tathagata entendió entonces el requerimiento hecho por Brahma, el del Nudo en
lo alto de la cabeza, y por eso se dirigió a él con estos versos:
“¡Oh,
Brahma! Las puertas del néctar están abiertas
Para
aquellos habitantes de Magadha
Cuyos
oídos estén abiertos y tengan devoción,
Que
escuchen constantemente con atención, y se abstengan de dañar.”
Entonces, una vez que Gran Brahma, el del Nudo en lo
alto de la cabeza, comprendió que el Tathagata había aceptado, se regocijó lleno
de satisfacción y júbilo. Arrobado y muy contento, postró su cabeza a los pies
del Tathagata, y se desvaneció entonces mismo. [401]
Monjes, entonces, los dioses de la tierra proclamaron
y anunciaron a los dioses de la atmósfera:
“Amigos,
hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la
Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer
felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el
bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los
seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los
dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana
perfecto.”
Una vez que los dioses de la atmósfera oyeron esto de
los dioses de la tierra, ellos se lo comunicaron a los dioses del Cielo de los
Cuatro Grandes Reyes. Los dioses del Cielo de los Cuarto Grandes Reyes se lo
comunicaron a los del Cielo de los Treinta y Tres. Los del Cielo de los Treinta
y Tres se lo comunicaron a los del Cielo de Libre de conflictos. Los del Cielo
de Libre de conflictos se lo comunicaron a los del Cielo del Gozo. Los del
Cielo del Gozo se lo comunicaron a los del Cielo de Deleitándose en
emanaciones. Los del Cielo de Deleitándose en emanaciones se lo comunicaron a
los del Cielo de Haciendo uso de las emanaciones de otros. Finalmente estos lo
anunciaron y proclamaron a los dioses de los Cielos de Brahma:
“Amigos,
hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la
Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer
felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el
bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los
seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los
dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana
perfecto.”
Monjes, entonces todos ellos, simultáneamente, desde
los dioses de la tierra hasta llegar a los dioses de los Cielos de Brahma,
anunciaron al unísono la misma proclamación hecha antes:
“Amigos,
hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la
Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer
felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el
bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los
seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los
dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana
perfecto.”
Monjes, entonces los cuatro dioses del árbol de la
Iluminación, llamados Dharmaruci, Dharmakaya, Dharmamati, y Dharmacārin [402] cayeron a los pies del Tathagata, y
preguntaron: “¿Dónde girará el Tathagata la Rueda del Dharma?”
Monjes, cuando ellos preguntaron eso, el Tathagata
contestó: “En el Parque de los ciervos, en la Colina de los sabios caidos, a
las afueras de Varanasi[4]”
Entonces ellos dijeron: “¡Oh Bhagavan, la ciudad de
Varanasi posee solo una cantidad de habitantes limitada, y el Parque de los
ciervos solo tiene una cantidad limitada de árboles que den sombra. Oh,
Bhagavan, existen otras grandes ciudades que son ricas, florecientes, seguras,
y acogedoras, en las que abundan las provisiones, donde se encuentran reunidas
muchas personas y criaturas; y que están adornadas con jardines, bosques, y
montañas. ¡Que pueda el Bhagavan girar la Rueda del Dharma en alguno de estos
otros lugares!”
Entonces el Tathagata replicó: “¡No digáis cosas
semejantes, buenos señores! ¿Y por qué? Yo hice allí sesenta trillones de
sacrificios; yo hice allí ofrendas a sesenta trillones de Budas. Varanasi fue
el lugar preferido por los Munis[5] del
pasado; ese lugar, ensalzado por los dioses y nagas, siempre resulta ser
inspirador para el Dharma.
Yo recuerdo que noventa y un billones de Budas
anteriores giraron la rueda sublime en esa arboleda suprema llamada así debido
a los sabios; donde la paz, tranquilidad, y concentración son realizadas; y
donde siempre habitan los ciervos. Por tanto, también yo giraré la rueda
sublime en la arboleda suprema que es llamada así debido a los sabios.”
Esto
concluye el Capítulo Veinticinco, sobre “Las exhortaciones.”