jueves, 23 de mayo de 2019

Sutra del Desarrollo de la actividad completa (Lalitavistara) Cap. 25 Las exhortaciones.


Monjes, mientras el Tathagata estaba sentado bajo el árbol de la Iluminación, en soledad íntima, tras haber alcanzado la Perfecta y Completa Iluminación, tuvo el siguiente pensamiento en relación a aquellos que actúan de acuerdo al mundo:

“¡Hay! Esta verdad que yo he realizado y a la que he despertado es profunda, llena de paz, tranquila, calma, completa, difícil de ver, difícil de comprender, e imposible de conceptualizar pues es inalcanzable para el intelecto. Solo los Seres Nobles sabios y los adeptos pueden entenderlo. Es el abandono completo y definitivo de todos los agregados, el final de todas las sensaciones, la verdad absoluta, y está libre de una base. Es un estado de paz completa, libre del aferramiento, inaprehensible, invisible, imposible de mostrar, no compuesto, más allá de las esferas de los seis sentidos, inconcebible, inimaginable, e inefable. Es indescriptible, inexpresable, incapaz de ser ilustrado. No obstruido, más allá de toda referencia, corta toda emocionalidad a través del sendero de la calma, y es la vacuidad carente de imagen; es el agotamiento del ansia y es la cesación libre de deseo. Es el nirvana. Si yo enseñara esta verdad a otros, estos no lo entenderían. Enseñar la verdad me agotaría, y sería mal interpretada, y por tanto sería algo inútil. Así que permaneceré en silencio, y lo guardaré para mí.”

En ese momento, él pronunció los siguientes versos:

“Profunda, llena de paz, inmaculada, lúcida, e incondicionada
Es esta verdad semejante al néctar, la cual yo he realizado.
Si yo la enseñara, nadie la entendería,
Por tanto, yo seguiré guardando silencio en el bosque.

Yo he descubierto el estado absoluto supremamente sublime y asombroso;
Es el estado inefable, no mancillado por el lenguaje;
Es la Talidad, el reino de los fenómenos[1] semejante al cielo,
Está completamente libre del pensamiento discursivo y conceptual.

Este significado no puede ser comprendido por medio de palabras y letras;
Es comprendido por los que poseen mentes agudas,
Esos seres que fueron a los Budas del pasado,
Escucharon su enseñanza, y alcanzaron la certeza.

Aquí no existe el Dharma;
Lo que no tiene existencia no puede ser encontrado.
Para quien conoce la cadena de causa y efecto,
Aquí no hay existencia ni no existencia.

Durante inmensurables cientos de miles de eones
Yo emulé a los Victoriosos de antaño,
Pero yo no alcancé la paciencia por el hecho
De que no existe ego, ni ser, ni fuerza vital.

Cuando yo alcancé esta paciencia
De que aquí nadie nace ni muere,
De que la naturaleza de todos estos fenómenos carece de entidad propia,
Entonces el Buda Dīpamkara hizo una profecía respecto a mí.

Con mi compasión infinita hacia todo el mundo
Yo no me quedaré tan solo porque alguien lo suplique.
Todos esos seres tienen fe en Brahma,
Entonces, cuando él suplique, yo giraré la Rueda del Dharma.

Solo sería posible enseñar este Dharma mío
Si Brahma se postrara a mis pies,
Suplicando que yo enseñara este Dharma inmaculado y sublime;
Y si existieran seres inteligentes con buena disposición.”

Monjes, en ese momento, el Tathagata irradió una luz desde el centro de su frente, que iluminó todo el gran universo de tres mil miles de mundos con una luz brillante. Entonces, por medio del poder del Buda, el Gran Brahma, el del Nudo de cabello en lo alto de su cabeza, rodeado y escoltado por seis millones ochocientos mil Brahmas, fue a donde se encontraba el Tathagata. Cuando llegó, postró su cabeza a los pies del Tathagata, y con sus manos juntas, le dijo: “Tathagata, incluso después de haber despertado a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, estás inclinado a guardarte el Dharma para ti, sin enseñarlo. ¡Ay, Bhagavan! ¡Este mundo está condenado! ¡Ay, Bhagavan, este mundo está realmente condenado! Existen seres inteligentes con buena disposición. y con el potencial, fortuna, y la habilidad para comprender lo que el Bhagavan diga. Siendo ese el caso, ¡Oh, Bhagavan, por favor, enseña el Dharma! ¡Por favor, Oh Sugata, enseña el Dharma!”

Entonces Brahma pronunció estos versos:

“Tras haber alcanzado el mandala grande y sublime de la sabiduría,
E irradiando rayos de luz en las diez direcciones.
Los rayos de tu sabiduría podrían hacer florecer a aquellos que son como lotos,
Así que, Sol de la Palabra, ¿Por qué entonces permaneces hoy indiferente?

Convenciendo a los seres con la riqueza de los Seres Nobles,
Tú podrías disipar los temores de muchas decenas de millones de seres.
¡No es adecuado, Oh Amigo del Mundo,
Que permanezcas callado, indiferente hacia el mundo!

¡Qué puedas golpear el timbal del Dharma!
¡Qué puedas soplar la concha del Dharma genuino!
¡Que puedas erigir el pilar del Dharma!
¡Que puedas encender la gran lámpara del Dharma!

¡Que puedas hacer caer la lluvia del Dharma más sublime!
¡Que puedas hacer cruzar a todos los que están en el océano de la existencia!
¡Qué puedas liberar a todos los que están afligidos por graves enfermedades!
¡Qué puedas aliviar a aquellos atormentados por los fuegos de las aflicciones!

¡Qué puedas enseñar el camino hacia la paz,
Que es alegre, auspicioso, imperecedero, y sin pesar!
¡Oh, Protector, ten compasión por aquellos que están en el camino equivocado,
Ya que ellos carecen de ayuda, pues no transitan el sendero que lleva al nirvana!

¡Qué puedas abrir las puertas a la liberación!
¡Qué puedas enseñar el camino del Dharma, que está libre de confusión!
¡Oh Señor, que puedas purificar el sublime ojo del Dharma
De aquellos seres ciegos de nacimiento!

¡Oh Protector, Luna entre los hombres, no hay nadie como tú,
En el mundo de Brahma, en el mundo de los dioses,
O en el mundo de los yaksas, gandharvas, o humanos;
Nadie capaz de eliminar de los  mundos el nacimiento y la muerte!

¡Oh Rey del Dharma, junto con todos los dioses
Te lo suplico!
Que a través de este mérito que también yo pueda
Girar la Rueda del Dharma, el más sublime!”

Monjes, para mostrar la amabilidad al mundo de los dioses, humanos, y no humanos, el Tathagata miró al mundo con compasión, y en silencio asintió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la Cabeza. Y ya seguro, una vez que el Gran Brahma, el del Nudo en el alto de la Cabeza, comprendió que este Tathagata había asentido en silencio, ungió al Tathagata con polvo de sándalo divino y polvo de aloe divino, y sintiéndose alegre extasiado, se desvaneció en ese mismo instante.

Monjes, para engendrar respeto hacia el Dharma en este mundo; para incrementar la raíz de virtud generada por los repetidos requerimientos de que enseñara el Dharma hechos por el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de cabeza; y debido a que el Dharma es excepcionalmente profundo, el Tathagata una vez más fue hacia la intimidad de la soledad, y entonces tuvo el siguiente pensamiento: “Esta verdad a la que he despertado es profunda, sutil, luminosa, difícil de comprender, inconcebible, y más allá del intelecto. Solo es entendido por el inteligente y el sabio, no es acorde con la forma de vida mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de todos los agregados, el cese de todas las formaciones, un estado de interrupción a través del sendero de la calma mental, es vacuidad sin imagen. Es la destrucción del deseo y [396] es la cesación libre de deseo. Es cesación, es el nirvana, la budeidad perfecta y completa. Si yo me dispusiera a enseñar esta verdad, los demás no lo entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor lo mantendría solo para mí.”



Monjes,  gracias al poder del Buda, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, una vez más volvió a ser consciente de este pensamiento del Tathagata, y fue a ver a Sakra, el jefe de los dioses. Cuando llegó dijo a Sakra, el jefe de los dioses:

“Kausika, has de comprender que el Tathagata, el Perfecta y Completamente Iluminado, no siente disposición a enseñar el Dharma, y así, ¡se lo guarda para sí mismo!
Y puesto que el Arhat, el Tathagata Perfecta y Completamente despierto, no está inclinado a enseñar el Dharma, y de este modo se lo guarda para sí mismo, ¡Ay, oh Kausika, este mundo está condenado! ¡Ay, oh Kausika, este mundo está realmente condenado! ¡Ay, este mundo estará hundido en la gran oscuridad de la ignorancia! Siendo así, ¿Por qué no vamos entonces y pedimos que el Arhat, el Tathagata Perfecta y Completamente despierto, gire la Rueda del Dharma? ¡Porque los Tathagatas no giran la Rueda del Dharma salvo que les sea requerido!”

Sakra respondió:

“Muy bien, amigo mío”

Y así, una vez que la noche hubo pasado, Sakra, Brahma, los dioses de la tierra, los hijos de los dioses que habitan en la atmósfera, los hijos de los dioses del Cielo de los Cuatro Grandes reyes, los del Cielo de los Treinta y Tres, los del Cielo de Libre de conflictos, los del Cielo del Gozo, los del Cielo de Deleitándose en emanaciones, los del Cielo de Haciendo uso de las emanaciones de otros, los del Cielo de Brahma, los del Cielo Luminoso, los del Cielo de Gran fruto, los del Cielo de Virtud perfecta, y los de las moradas puras-muchos cientos de miles de dioses de hermosas apariencias-iluminaron el área en torno a la higuera con su belleza divina y su luminosidad, y se aproximaron al Tathagata.
Postraron sus cabezas a los pies del Tathagata, lo circunvalaron, y permanecieron de pie a un lado. Entonces Sakra, el jefe de los dioses, se postró con las manos juntas en dirección al Tathagata, y lo alabó con los siguientes versos: [397]

“Tu mente está completamente liberada,
Como una Luna llena no eclipsada;
¡Que puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!”

Cuando pronunció estas palabras, el Tathagata permaneció en silencio. Entonces el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, dijo a Sakra, el jefe de los dioses:

“¡Oh, Kausika, los Tathagatas Perfecta y Completamente Iluminados no son requeridos para que giren la Rueda del Dharma de la forma en que tú has hecho”

Así que el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, colocó su manto sobre su hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y postrándose ante el Tathagata con las manos juntas, le dirigió estas palabras en verso:

“¡Que puedas surgir, oh Vencedor en la batalla!
¡Que puedas iluminar con la luz de la sabiduría este mundo oscurecido!
¡Oh Sabio, enseña el Dharma
Que es codiciado en todas partes!

Monjes, tras decir esto, el Tathagata repitió al Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza:

“¡Oh, Gran Brahma, esta verdad a la que he despertado es profunda, sutil, luminosa, difícil de comprender, inconcebible, y más allá del intelecto. Solo es entendido por el inteligente y el sabio, no es acorde con la forma de vida mundana, y es difícil de ver. Es el abandono de todos los agregados, el cese de todas las formaciones, un estado de interrupción a través del sendero de la calma mental, es vacuidad sin imagen. Es la destrucción del deseo y es la cesación libre de deseo. Es cesación, es el nirvana, la budeidad perfecta y completa. Si yo me dispusiera a enseñar esta verdad, los demás no lo entenderían, y harían mofa de ella. Así que mejor lo mantendría solo para mí.”

Y estos versos son de nuevo mi réplica para ti, ¡Oh, Brahma!:

“Mi sendero es profundo y va contra corriente,
Es difícil de ver,
Puesto que aquellos cegados por las pasiones no pueden verlo.
Por tanto, enseñarlo no será de ayuda alguna.

Los seres han caído en el torrente del deseo,
Y son arrastrados por la corriente.
Yo soporté grandes trabajos para conseguir este Dharma,
Por tanto, enseñarlo no servirá de ayuda.”

Monjes, cuando Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, y Sakra, el jefe de los dioses, se dieron cuenta de que el Tathagata permanecería silente, esos dos grandes seres y su séquito de dioses se sintieron entristecidos y desconsolados, y entonces desaparecieron de allí. Y así por tercera vez la mente del Tathagata permaneció desinteresada. [398]

Monjes, en aquel tiempo, en el país de Magadha comenzó a circular entre la gente toda clase de opiniones falsas y negativas. Algunos decían que no volverían a soplar los vientos, y otros decían que los fuegos no arderían. Algunos decían que no volvería a llover, algunos que los ríos no fluirían, otros que las cosechas no crecerían. Algunos decían que los pájaros no volverían a surcar el cielo, y otros que las mujeres no darían a luz sin contratiempos.
Monjes, el Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, conocía la naturaleza de los pensamientos del Tathagata, y también estaba al corriente de las opiniones que circulaban entre los habitantes de Magadha. Así que, en lo más profundo de la noche, iluminó toda el área que circundaba la higuera con una luz celestial de color bello, y se aproximó al Tathagata.
Cuando llegó postró su cabeza a los pies del Tathagata, colocó su manto sobre un hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y con las palmas de sus manos juntas, se dirigió al Tathagata con estos versos:

“Hasta ahora, entre la gente de Magadha, han prevalecido doctrinas corruptas;
Por tanto, allí han emergido enseñanzas impuras.
Así que, por favor, oh Sabio, abre la puerta del néctar
Pues están listos para escuchar la doctrina del Buda.

Tú has hecho lo debido para llegar a la independencia,
Abandonando las impurezas que generan el sufrimiento.
Tu virtud no tiene incremento o decrecimiento,
¡Aquí, en el mejor de los Dharmas, has alcanzado la perfección!

¡Oh Sabio[2], aquí, en este mundo, no hay nadie como tú!
¡Oh Gran Sabio[3]!, ¿Dónde podría encontrarse a alguien superior a ti?
¡Oh, Bhagavan, siendo el mejor, brillas en los Tres Reinos,
Como la montaña en que habitan los semidioses! [399]

¡Por favor, ten compasión de los seres que sufren!
¡En quienes son como tú, nunca es adecuado permanecer indiferente!
¡Oh, Bhagavan, tú estás dotado de ausencia de miedo y poder!
¡Solo tú eres capaz de liberar a los seres!

¡Que puedan todos esos seres que soportan durante tanto tiempo el dolor,
Incluyendo a los dioses, ascetas, y brahmines,
Tener una vida saludable y libre enfermedades,
Pues para ellos no hay otro refugio!

Los dioses y humanos te han estado siguiendo durante mucho tiempo
Anhelando el néctar con un pensamiento virtuoso.
¡Qué pueda ser proclamado el Dharma, el que no está disminuido,
Que es tal como el Victorioso entiende!

Por tanto, yo te imploro a ti, cuyo poder es tan extenso y benevolente,
Que entrenes a los seres que hace tiempo se apartaron del sendero.
Ellos llevan mucho anhelando oír significados nunca escuchados,
Lo mismo que el débil ansia ser alimentado.

¡Oh Gran Sabio, la gente sedienta
Espera que derrames la lluvia del Dharma
Como una nube cayendo sobre la tierra seca!
¡Oh Guía, sácialos con la nube del Dharma!

La gente, perdida, vaga desde hace mucho tiempo en la existencia
Albergando visiones erróneas, llenas de espinas.
¡Enseña el sendero correcto libre de zarzas,
Por el cual se alcanza el néctar cuando se medita en él!

El ciego, que por falta de un guía ha caído en el abismo,
No puede ser sacado de él por ningún otro.
¡A ti, Toro de los sabios, te suplico
Que rescates a quienes han caído en un profundo barranco!

¡Oh, Sabio, qué rara es la buena fortuna de estar contigo!
Un Victorioso guiando aparece en el mundo raramente,
Lo mismo que la flor de udumbara!
¡Protector, te ruego que liberes a los seres que han tenido esa oportunidad!

En tus vidas anteriores has tenido el pensamiento:
“Una vez que haya cruzado yo, entonces salvaré a los demás!”
Ahora que tú has alcanzado a salvo la otra orilla,
Cumple tu voto solemne, con el poder de la verdad.

¡Oh Sabio, disipa la oscuridad con la lámpara del Dharma!
¡Enarbola en lo alto el estandarte del Tathagata!
¡Ha llegado el momento de que tus melodiosas palabras sean escuchadas!
¡Ruge como un león, una voz que resuena como un tambor!”

Monjes, entonces el Tathagata observó el mundo entero con su ojo de Buda, y vio a seres que poseían diferentes aptitudes, a los que eran básicos, mediocres, y avanzados; a aquellos de buena disposición y [400] fáciles de purificar, a aquellos de mala disposición y difíciles de purificar; a aquellos capacitados para entender con solo una breve sentencia, y a aquellos para quienes las palabras son primordiales y que para su comprensión necesitan explicaciones detalladas. Así pues, él vio que los seres estaban agrupados en tres categorías: una establecida en lo erróneo, otra establecida en lo cierto, y otra indeterminada. Monjes, lo mismo que cuando una persona está al borde de un estanque de lotos, y ve que algunos lotos están sumergidos en el agua, algunos a nivel con el agua, y otros por encima del agua, así fue como el Tathagata vio a los tres grupos de seres cuando observó al mundo con su ojo de Buda.
Monjes, entonces el Tathagata pensó: “Tanto que enseñe el Dharma como no, ese grupo asentado en lo erróneo no entenderá el Dharma; tanto que enseñe el Dharma como no, ese grupo asentado en lo cierto entenderá el Dharma; sin embargo, el grupo indeterminado, entenderá el Dharma si yo lo expongo; pero si no enseño el Dharma, no lo entenderá.”

Monjes, entonces el Tathagata engendró la gran compasión, comenzando con los seres englobados en el grupo de los indeterminados. Monjes, desde la perspectiva de su sabiduría perfecta, el Tathagata entendió entonces el requerimiento hecho por Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, y por eso se dirigió a él con estos versos:

“¡Oh, Brahma! Las puertas del néctar están abiertas
Para aquellos habitantes de Magadha
Cuyos oídos estén abiertos y tengan devoción,
Que escuchen constantemente con atención, y se abstengan de dañar.”

Entonces, una vez que Gran Brahma, el del Nudo en lo alto de la cabeza, comprendió que el Tathagata había aceptado, se regocijó lleno de satisfacción y júbilo. Arrobado y muy contento, postró su cabeza a los pies del Tathagata, y se desvaneció entonces mismo. [401]

Monjes, entonces, los dioses de la tierra proclamaron y anunciaron a los dioses de la atmósfera:

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Una vez que los dioses de la atmósfera oyeron esto de los dioses de la tierra, ellos se lo comunicaron a los dioses del Cielo de los Cuatro Grandes Reyes. Los dioses del Cielo de los Cuarto Grandes Reyes se lo comunicaron a los del Cielo de los Treinta y Tres. Los del Cielo de los Treinta y Tres se lo comunicaron a los del Cielo de Libre de conflictos. Los del Cielo de Libre de conflictos se lo comunicaron a los del Cielo del Gozo. Los del Cielo del Gozo se lo comunicaron a los del Cielo de Deleitándose en emanaciones. Los del Cielo de Deleitándose en emanaciones se lo comunicaron a los del Cielo de Haciendo uso de las emanaciones de otros. Finalmente estos lo anunciaron y proclamaron a los dioses de los Cielos de Brahma:

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Monjes, entonces todos ellos, simultáneamente, desde los dioses de la tierra hasta llegar a los dioses de los Cielos de Brahma, anunciaron al unísono la misma proclamación hecha antes: 

“Amigos, hoy el Tathagata Perfecta y Completamente Iluminado ha accedido a girar la Rueda del Dharma. Hará esto para el beneficio de muchos seres, para traer felicidad a muchos seres, para cuidar del mundo compasivamente, para el bienestar, mejoramiento, y felicidad de dioses, humanos, y de la mayoría de los seres. ¡Escuchad amigos! El reino de los semidioses se verá reducido, el de los dioses resultará aumentado. Y en mundo muchos seres alcanzarán el nirvana perfecto.”

Monjes, entonces los cuatro dioses del árbol de la Iluminación, llamados Dharmaruci, Dharmakaya, Dharmamati, y Dharmacārin [402] cayeron a los pies del Tathagata, y preguntaron: “¿Dónde girará el Tathagata la Rueda del Dharma?”

Monjes, cuando ellos preguntaron eso, el Tathagata contestó: “En el Parque de los ciervos, en la Colina de los sabios caidos, a las afueras de Varanasi[4]

Entonces ellos dijeron: “¡Oh Bhagavan, la ciudad de Varanasi posee solo una cantidad de habitantes limitada, y el Parque de los ciervos solo tiene una cantidad limitada de árboles que den sombra. Oh, Bhagavan, existen otras grandes ciudades que son ricas, florecientes, seguras, y acogedoras, en las que abundan las provisiones, donde se encuentran reunidas muchas personas y criaturas; y que están adornadas con jardines, bosques, y montañas. ¡Que pueda el Bhagavan girar la Rueda del Dharma en alguno de estos otros lugares!”

Entonces el Tathagata replicó: “¡No digáis cosas semejantes, buenos señores! ¿Y por qué? Yo hice allí sesenta trillones de sacrificios; yo hice allí ofrendas a sesenta trillones de Budas. Varanasi fue el lugar preferido por los Munis[5] del pasado; ese lugar, ensalzado por los dioses y nagas, siempre resulta ser inspirador para el Dharma.
Yo recuerdo que noventa y un billones de Budas anteriores giraron la rueda sublime en esa arboleda suprema llamada así debido a los sabios; donde la paz, tranquilidad, y concentración son realizadas; y donde siempre habitan los ciervos. Por tanto, también yo giraré la rueda sublime en la arboleda suprema que es llamada así debido a los sabios.”


Esto concluye el Capítulo Veinticinco, sobre “Las exhortaciones.”



[1] Dharmadhatu.
[2] Muni.
[3] Mahamuni.
[4] Benarés.
[5] Sabios.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Sutra del Desarrollo de la actividad completa. (Lalitavistara sutra) Cap.24 "Trapusa y Bhallika"


Monjes, después de recibir grandes alabanzas de los dioses, el Tathagata, quien se había convertido en un Buda Perfecto y Completo, permaneció sentado con las piernas cruzadas, mirando firmemente al árbol de la Iluminación. Pasaron de esta forma siete días, mientras él estaba al lado del tronco de árbol de la Iluminación experimentando el gozo que surge de mantener la concentración y la alegría.
Entonces, una vez que hubieron pasado siete días, los hijos de los dioses del Reino del Deseo se acercaron al Tathagata portando decenas de miles de recipientes que contenían agua perfumada. Los hijos de los dioses del Reino de la Forma también se acercaron al Tathagata portando decenas de miles de recipientes con agua perfumada. Cuando llegaron, rociaron al árbol de la Iluminación y al Tathagata con el agua perfumada. Innumerables dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas untaron sus propios cuerpos con el agua perfumada que había estado en contacto con el Tathagata. De esta forma se engendró entre ellos la intención de encaminarse a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Incluso después de que los hijos de los dioses y los demás regresaran a sus respectivas moradas, no se separaban del agua perfumada, y no querían ningún otro perfume. [370] A través de la alegría y de la alegría suprema que nace de llevar al corazón al Tathagata, alcanzaron la irreversibilidad hacia la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
Monjes, entonces un hijo de los dioses llamado Samantakusuma, quien se había sumado a esta asamblea, se postró a los pies del Tathagata, y con las manos juntas, dijo: “¡Oh, Bhagavan! ¿Cuál es el nombre de la absorción meditativa en la que ha permanecido el Tathagata al lado del árbol de la Iluminación, sin abandonar la postura de las piernas cruzadas?”
Monjes, preguntado así, el Tathagata contestó al hijo de los dioses lo siguiente: “¡Oh hijo de los dioses!, Colección del alimento del gozo[1] es el nombre de la absorción meditativa en la que el Tathagata permaneció durante siete días sin abandonar la postura de piernas cruzadas.”
Monjes, entonces Samantakusuma, el hijo de los dioses, alabó al Tathagata con estos versos:
“Tus pies están marcados con la Rueda del Dharma,
Y estás dotado del esplendor inmaculado del loto de mil pétalos.
Las coronas de los dioses rozan tus pies,
¡Me postro a tus pies llenos de esplendor!”

Cuando se postró a los pies del Sugata,
El hijo de los dioses llegó a estar deleitado.
El dijo esto, lo cual resultó tranquilizador para dioses y humanos,
Y disipó sus dudas:
“Tú das alegría al clan de los Sakya,
Tú pones fin al apego, enfado, y engaño:
Tú llevas a la culminación de todos los deseos,
¡Por favor, disipa las dudas de dioses y humanos!

Tú has obtenido la omnisciencia que es inmensurable,
Eres un Buda dotado con los diez poderes.
Así que, ¡Oh, Victorioso!, ¿Por qué permaneces en el centro de la tierra
Sentado con las piernas cruzadas durante siete días?

¿Qué estás contemplando durante siete días,
Con tus ojos que son como lotos de mil pétalos en flor
Cuando miras, Oh León entre los hombres.
Con tus ojos prístinos y sin parpadeo?

¿Es tu aspiración la que hace que
Permanezcas con las piernas cruzadas
Durante siete días bajo el rey de los árboles?
¿O es algo común a todos los Leones de la palabra? [371]

Con los dientes tan iguales y puros,
Y con el aliento sumamente fragante de uno dotado con los diez poderes,
¡Por favor, pronuncia palabras verdaderas
Y trae así alegría a dioses y humanos!”

El de Cara de Luna, replicó:
“¡Escucha lo que digo, hijo de los dioses,
Te responderé brevemente
A esas preguntas.

Lo mismo que un rey no abandona el lugar
Donde fue consagrado por su familia,
Durante siete días,
Puesto que ese el deber de los reyes,

También los Victoriosos, con los diez poderes,
Cuando son consagrados, con sus aspiraciones colmadas,
Permanecen en la posición de piernas cruzadas
Durante siete días en el centro de la tierra[2].

Lo mismo que un guerrero mira
A las tropas enemigas derrotadas,
También los Budas contemplan a las aflicciones, ahora destruidas,
Mientras están en el asiento de la Iluminación.

El apego y el enfado, nacidos del engaño,
Son como los enemigos de los seres.
Son como ladrones que roban sus bienes;
Y yo los he destruido aquí.

Aquí yo destruí las diversas formas del orgullo;
Y también la arrogancia, de forma que ya no existen más.
Yo he eliminado todas las impurezas,
Y en mí ha amanecido la sabiduría superior.

Aquí, la ignorancia que conduce a la  sed por la existencia,
Y que lleva a la comisión de actos inadecuados,
Y la maraña de raíces de las tendencias latentes,
Fue quemada por el fuego de la sabiduría.

Aquí, la creencia en “yo” y “mío”,
Junto con su maraña de faltas,
Cuyas raíces se extienden a lo lejos, y los sólidos nudos de las aflicciones
Han sido cortados por la espada de la sabiduría.

Aquí, con la sabiduría perfeccionada,
Yo he destruido a los engañadores, que me han dominado por tanto tiempo;
Yo he destruido a los agregados,
Junto con el aferramiento a ellos.

Aquí yo he destruido
La visión dualista y los conceptos erróneos,
Los cuales llevan a uno al gran infierno,
De forma que ya no volverán a aparecer. [372]

Aquí, con el llameante fuego de la virtud,
He consumido el bosque de los engaños;
Los cuatro errores han sido completamente quemados,
Y no queda traza de ellos.

Las dañinas guirnaldas de los pensamientos,
Las cuales están ensartadas en el hilo de las concepciones,
Yo las he revertido definitivamente
En el rosario de la ramas de la Iluminación.

Los sesenta y cinco pasajes difíciles,
Los treinta engaños impuros,
Y las cuarenta acciones erróneas,
Yo lo he eliminado aquí, en el centro de la tierra.

Las dieciséis omisiones,
Los dieciocho elementos,
Y los veinticinco deberes,
Los he eliminado mientras estaba sentado en el centro de la tierra.

Las veintiuna corrientes de emocionalidad,
Y los veintiocho terrores de los seres
Yo los he conquistado completamente
A través del esfuerzo, la fuerza, y el valor.

Similarmente, yo comprendí aquí
Los quinientos rugidos de los Budas.
Y también comprendí perfectamente
Los cien mil fenómenos.

Todas las noventa y ocho tendencias
Junto con sus raíces,
Y todos sus brotes
Han sido quemados aquí por el fuego de mi sabiduría.

Los restos de la duda y la falta de certeza,
Que están llenas con las aguas de las visiones,
Y que surgen del rio del ansia-la fuente de lo no virtuoso-
Son secados por el Sol de mi sabiduría.

Cuando yo me aparté de la pretensión y la astucia,
Yo talé aquí el bosque de las aflicciones
Que están vinculadas con la decepción, la tacañería, odio, y envidia;
Y fueron quemados por el fuego de mi disciplina.

Aquí, a través de la medicina más sublime,
Yo me depuré de la raíz del conflicto
Que produce el nausea a los reinos inferiores,
Esto es, las observaciones de desprecio hacia los Seres Nobles.

Aquí yo alcancé el fin de todo el llanto,
Gemido, angustia, y lamentación,
Una vez que yo alcancé la absorción meditativa
Y las cualidades nacidas de la sabiduría. [373]

Aquí yo triunfé sobre los torrentes atormentadores de la angustia,
Con sus tributarios y recodos
De la vanidad y la negligencia,
Una vez que yo alcancé la absorción meditativa en armonía con la verdad.

Aquí yo corté con el hacha de la atención
Toda la densa jungla de las aflicciones
Asociadas con los árboles de la existencia y recubiertos por la raíz de los conceptos,
Que fueron quemados por el fuego de mi sabiduría.

Lo mismo que hizo Sakra con el rey de los semidioses,
Yo destruí aquí con la espada de la sabiduría
Al engañador, quien obsesionado por sí mismo,
Era lo bastante poderoso para gobernar sobre los Tres Reinos.

Aquí, en el centro de la tierra,
Yo corté completamente el lazo de las treinta y seis formas de acción
Con la espada poderosa de la visión profunda,
Y entonces lo quemé con el fuego de la sabiduría.

Aquí, con el arado de tajante visión profunda,
Yo arranque de raíz todas las raíces de las aflicciones
Junto con sus tendencias latentes,
Y eliminé la densa catarata del engaño.

Aquí yo he purificado completamente
El ojo de la sabiduría de los seres, naturalmente puro,
Con la excelente medicina del ojo de la sabiduría,
Y he destruido el velo de la ignorancia.

Aquí, con la luz del Sol de la atención mental y la calma,
Yo sequé el océano de la existencia,
Una gran extensión de ansia agitada
Por los monstruos marinos de los cuatro elementos físicos.

Aquí, el rugiente fuego del deseo, que está
Alimentado por las multitudes de objetos de los sentidos,
Y que humea con las conceptualizaciones, ha sido extinguido
Con el agua refrescante de la esencia de la liberación completa.

Aquí, las nubes tormentosas de las propensiones,
Que generan los relámpagos del placer,
Y que resuenan con los truenos de las conceptualizaciones,
Han sido dispersadas por el viento fuerte del esfuerzo.

Aquí yo he alcanzado la absorción meditativa de la atención mental pura,
Y con la espada afilada de la sabiduría
He cortado a los enemigos  terribles de la mente conceptual y las acciones,
Y el modo hostil con el que fortalecen la existencia.

Aquí, después de haber adquirido el amor, yo vencí
A los ejércitos de los demonios,
Con sus formas desfiguradas, sus grandes crestas,
Sobre poderosos carros con elefantes y caballos. [374]

Aquí yo sujeté al caballo de los seis campos de los sentidos
Hinchado con los cinco objetos de los sentidos
Y siempre intoxicado por la falta de cuidado
Cuando alcancé la absorción meditativa de la repulsión.

Aquí yo agoté todas las vanidades,
Pensamientos, y conceptos,
Enraizados dentro de mí y fuera,
Una vez que alcancé la absorción meditativa de la vacuidad.

Aquí yo abandoné, sin excepción,
Todos los placeres de dioses y humanos,
Hasta llegar al pico de la existencia,
Cuando alcancé la absorción meditativa de la carencia de signos.

Aquí, una vez que yo hube alcanzado las tres liberaciones,
Yo me liberé completamente
De todos los grilletes de la existencia
Gracias al poder de mi conocimiento.

Aquí, conociendo las causas,
Eliminé completamente las tres concepciones causales:
El de permanencia e impermanencia,
El de un ego o ausencia de ego, el de placer y dolor.

Aquí, al lado del árbol de la Iluminación,
Yo corté con el arma de la impermanencia
Los diferentes tipos de karma
Enraizados todos ellos en los seis campos de los sentidos.

Aquí, con el Sol de la sabiduría
Yo disipé la niebla del engaño corrompida con impurezas,
Y engrosada con las visiones del orgullo y el enfado,
Iluminando de este modo aquello que estuvo oscurecido durante tanto tiempo.

Aquí, con el barco del esfuerzo tenaz,
Yo crucé el gran océano de la existencia cíclica
Con los monstruos marinos de la pasión y el deseo,
Con sus olas de ansia, y su aferramiento a las visiones erróneas.

Aquí yo desperté a la realización
Que destruye el deseo, enfado, engaño,
Y los conceptos mentales,
Como a los saltamontes caídos dentro de un incendio en el bosque.

Agobiado durante tanto tiempo,
Durante billones de eones incontables,
En el sendero de la existencia cíclica,
Aquí yo he revivido, ahora que mi tormento se ha extinguido. [375]

Aquí yo he realizado el néctar,
Que no ha sido realizado por ningún otro exponente,
El cual es capaz de poner fin a la vejez, muerte, angustia, y dolor,
Para beneficio del mundo.

Aquí yo he alcanzado la ciudad de la impavidez,
Donde el sufrimiento nacido del ansia ocasionada por la experiencia sensorial,
Y el sufrimiento basado en los agregados,
Ya no surgirá más.

Aquí yo he realizado cuales eran
Los enemigos internos en toda su multitud,
Tras haberles puesto coto y eliminarlos,
Yo me he asegurado de que no volverán a surgir.

Aquí yo he realizado el néctar
El cual, para conseguirlo,
Yo he dado mi carne, mis ojos, y muchas joyas preciosas
Durante billones de eones.

Aquí yo he comprendido lo que fue realizado
Por innumerables Victoriosos del pasado,
Y cuáles son las palabras dulces y placenteras
Que son exclamadas en todo el mundo.

Aquí yo realicé que el mundo,
Nacido de forma dependiente, es vacío;
Recreándose en cada momento de cognición
Como un espejismo, o una ciudad de gandharvas.

Aquí yo he purificado el ojo más sublime
Por medio del cual yo veo todos los mundos
Como si fueran un fruto
Colocado en la palma de la mano.

Aquí yo recordé todas mis vidas pasadas.
Yo alcancé los tres conocimientos
Entonces recordé inmensurables miríadas de eones,
Como si estuviera despertando de un sueño.

Los dioses y los hombres se queman fuertemente debido a las ideas falsas,
Con errores y puntos de vista erróneos.
Pero yo he bebido el elixir de la inmortalidad
Completamente libre de error.

Aquí, tras haber triunfado gracias al poder del amor,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez poderes
Cultivaron el amor hacia todos los seres.

Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la compasión,
Yo bebí la esencia del néctar,
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez poderes
Cultivaron la compasión hacia todos los seres. [376]

Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la alegría,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerla, aquellos dotados con los diez poderes
Cultivaron la alegría hacia todos los seres.

Aquí, tras haber triunfado gracias al poder de la ecuanimidad,
Yo bebí la esencia del néctar;
Para obtenerlo, aquellos dotados con los diez poderes
Cultivaron la ecuanimidad durante miríadas de eones.

Aquí yo bebí la esencia del néctar,
El cuál ha sido bebido por aquellos dotados con los diez poderes, ´
Los Victoriosos del pasado que son como leones,
Y que son más numerosos que las arenas del Ganges.

Las palabras que pronuncié Ante Mara y su ejército fueron:
“Yo no abandonaré la posición de piernas cruzadas
Hasta que ponga fin a la vejez y la muerte.”

Yo destruí la ignorancia
Con el llameante y duro vajra de la sabiduría,
Y alcancé los diez poderes;
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas cruzadas.

Yo alcancé el nivel de un Arhat,
Puse fin a todas las impurezas,
Y he destruido al ejército de los demonios.
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas cruzadas.

Aquí yo he reducido a pedazos
Las puertas cerradas de los cinco oscurecimientos,
Y he cortado la hiedra del deseo.
Por eso yo abandono ahora la posición de piernas cruzadas.”

Entonces, este León entre los hombres
Se levantó lentamente de su asiento,
Y aceptando la unción ceremonial,
Se sentó sobre un trono de león.

Las asambleas de los dioses, utilizando jarros enjoyados,
Llenos de diferentes aguas perfumadas,
Lavaron al Amigo del mundo,
Quien alcanzó la culminación de las cualidades, y los diez poderes.

Miles de millones de dioses con instrumentos musicales
Junto con miríadas de apsaras,
Se reunieron juntos
Para realizar homenajes sin fin.

Hijos de los dioses, por eso resulta
Razonable, lógico, y bien fundado
El porqué los Victoriosos no abandonan la posición de piernas cruzadas
Durante siete días en el centro de la tierra. [377]

Monjes, el Tathagata perfecta y completamente despierto se sentó durante los siete primeros días en ese mismo asiento, pensando: “Yo he alcanzado aquí la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación. Aquí yo he puesto fin a los sufrimientos del nacimiento, vejez, y la muerte; los cuales afectan desde un tiempo sin principio.”
Durante la segunda semana, el Tathagata viajó a través de todos los tres mil miles de mundos. Durante la tercera semana, el Tathagata observó sin pestañear el asiento de la Iluminación, y pensó: “Aquí yo desperté a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, poniendo fin a los sufrimientos ocasionados por el renacer, envejecer, y morir desde un tiempo sin principio.”Entonces, durante la cuarta semana, el Tathagata dio un paseo, pero esta vez no lejos, viajando esta vez desde el océano del este al océano del oeste.
Entonces Mara, el maligno, se aproximó al Tathagata, y dijo: “Puesto que ahora ya ha llegado el momento de que el Bhagavan entre en el Parinirvana, ¡Qué pueda el Bhagavan entrar en el Parinirvana! ¡Qué pueda el Sugata entrar en el Parinirvana!”
Monjes, cuando dijo esto, el Tathagata respondió a Mara, el maligno: “Maligno, yo no entraré en el Parinirvana hasta que mis monjes más antiguos no hayan llegado a conseguir el autocontrol, la lucidez, la competencia, el esfuerzo valeroso, y la instrucción; hasta que ellos hayan embarcado en el Dharma de una forma auténtica y se conviertan en maestros; hasta que puedan vencer a sus oponentes de acuerdo al Dharma, y enseñar el Dharma en conjunción con los poderes milagrosos. Maligno, yo no entraré en el Parinirvana hasta que el Buda, el Dharma, y la Sangha no estén establecidos sólidamente en el mundo; y hasta que un número infinito de bodhisatvas reciban la profecía de que alcanzarán la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Maligno, yo no entraré en el Parinirvana hasta que todas las cuatro asambleas de mis seguidores lleguen a ser auto controladas, lúcidas, competentes, se esfuercen valerosamente, y puedan enseñar el Dharma en conjunción con los poderes milagrosos.” [378]
Entonces, tan pronto como Mara, el maligno, pudo escuchar estas palabras, se hizo a un lado, y se quedó allí angustiado y deprimido. Abatido, con la cabeza baja, el escribió en el suelo con un palo: “¡Ha derrotado mi imperio!”
Entonces, tres de las hijas de Mara-Rati, Arati, y Trsnā-se dirigieron con estos versos a Mara, el maligno:
“Padre, ¿Por qué estás triste?
¡Dinos quien es este hombre!
Nosotras lo ataremos con el lazo del deseo,
Y lo conduciremos como un elefante.

Conduciéndolo, nosotras pronto
Pondremos bajo tu control.
¡No sigas de mal humor!
¡Vas a quedar encantado!”

Mara, el maligno, dijo:
“El Sugata es el digno de ofrendas del mundo;
El nunca caerá bajo el poder del deseo.
El ha ido más allá de mi dominio;
¡Por eso es por lo que estoy tan triste!”

Pero aunque las jóvenes ya habían experimentado los actos del bodhisatva y el poder del Tathagata, debido a su veleidad, no prestaron atención a las palabras de su padre. Se transformaron en muchachas en la flor de la juventud, con la madurez recién alcanzada, y para perturbar al Tathagata, fueron ante él desplegando todas sus argucias femeninas. Sin embargo, puesto que el Tathagata no les prestó ninguna atención, se transformaron en mujeres ancianas y decrépitas. Entonces las chicas fueron ante su padre, y le dijeron:
“Padre, indudablemente es verdad lo que tú has dicho;
“El no es perturbado por el deseo;
El ha ido más allá de mi dominio.
¡Por eso es por lo que estoy tan triste!”

La forma que manifestamos para destruir a Gautama
Debiera de haber roto su corazón.
Tan solo lo vio.
Padre, por favor, acaba con estos cuerpos nuestros tan decrépitos.” [379]

Mara, el maligno, dijo:
“No sé de nadie en el mundo animado o inanimado
Capaz de cambiar lo que ha sido hecho por el poder de un Buda.
Id rápidamente y confesad ante el Sabio las ofensas que habéis cometido;
Entonces el devolverá la forma que vuestros cuerpos tenían, tal como queréis.”

Así que las hijas fueron ante el Tathagata, y le pidieron perdón, diciendo:
“¡Sugata, por favor, perdona nuestra ofensa!
¡Bhagavan, perdona nuestra ofensa,
Que nosotras, unas mujeres pueriles, estúpidas, sin instrucción, sin destrezas, e ignorantes
Hemos cometido con el deseo de insultar al Bhagavan!”

Entonces el Tathagata se dirigió a ellas en verso:
“Vosotras queréis remover una montaña con vuestras uñas,
Masticar hierro con vuestros dientes,
Traspasar una montaña con vuestras cabezas,
Y medir una profundidad insondable.”

Así que yo perdono vuestra ofensa, muchachas. ¿Por qué? Porque resulta un avance en el entrenamiento en el Dharma verdadero el momento en el que se comprende que una falta cometida es una falta, cuando se confiesa, y cuando uno hace el voto de abstenerse de volver a cometerla de ahora en adelante.”
Monjes, durante la quinta semana, el Tathagata moró en el dominio del rey naga Mucilinda. Puesto que el tiempo en aquella semana era malo, el rey naga Mucilinda, temeroso de que el cuerpo del Bhagavan pudiera resultar dañado por el frio y el viento, salió de su morada, y enroscó su cuerpo entorno del Tathagata siete veces dándole protección con su capucha. Desde el este llegaron otros siete reyes nagas. Temiendo que el frio y el viento pudieran dañar el cuerpo del Bhagavan, también enroscaron sus cuerpos siete veces entorno al cuerpo del Bhagavan, y lo protegieron con sus capuchas. Lo mismo que los reyes naga del este, también acudieron los reyes nagas del sur, oeste, y norte [380] y temerosos de que el frio y el viento pudieran dañar el cuerpo del Bhagavan, también enroscaron sus cuerpos siete veces en torno al Bhagavan, y lo protegieron con sus capuchas. Esa pila de reyes naga alcanzó la altura del Monte Meru, el rey de los montes. Esos reyes naga nunca habían experimentado un gozo semejante al que sintieron durante esos siete días y siete noches, debido a estar tan cerca del cuerpo del Bhagavan.
Cuando hubieron pasado los siete días, los reyes naga fueron conscientes de que el mal tiempo había llegado a su fin, y entonces desenroscaron sus cuerpos del cuerpo del Bhagavan. Entonces postraron sus cabezas a los pies del Bhagavan, lo circunvalaron por tres veces, y retornaron a sus respectivos hogares. El rey naga Mucilinda también se postró a los pies del Tathagata, lo circunvaló por tres veces, y entonces se dirigió a sus dominios.
Durante la sexta semana, el Tathagata se dirigió desde los dominios del rey naga Mucilinda hasta una higuera de Bengala propiedad de un pastor de cabras. Por el camino, a las orillas del Rio Nairañjanā, entre los dominios del rey naga Mucilinda y la higuera de Bengala del cabrero, el Tathagata fue reconocido por algunos carakas, Parivrājakas, vrddhasrāvakas, gautamas, nirgranthas, ājīvikas, y otros. Ellos le preguntaron: “Bhagavan, ¿Se encontró Gautama felizmente durante la tormenta de siete días de duración?”
Monjes, en aquella ocasión, el Tathagata pronunció estas palabras llenas de significado:
“Feliz es la soledad de quien tiene contentamiento,
Quien ha escuchado el Dharma y alcanzado la visión.
Feliz es quien se abstiene de hacer daño en este mundo,
Quien evita dañar a los seres.

Feliz es quien está libre del deseo,
Quien ha transcendido el mal.
Feliz es quien ha vencido al egoísmo y el orgullo.
¡Estas son sin duda las formas supremas de felicidad!”

Monjes, viendo cómo el mundo está abrasado por el nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, la angustia, la lamentación, el sufrimiento, el descontento, y los conflictos, el Tathagata acto seguido pronunció en verso las siguientes palabras llenas de significado: [381]
“Este mundo está atormentado
Por los sonidos, sensaciones, sabores, formas, y olores;
Incluso cuando la existencia les aterra,
Debido al ansia por existir, los seres continúan persiguiendo la existencia.”

Durante la séptima semana, el Tathagata permaneció sentado al pie de árbol de la Iluminación. Durante ese tiempo, dos avispados e inteligentes mercaderes, unos hermanos llamados Trapusa y Bhallika, que viajan del norte hacia el sur después de haber obtenido grandes beneficios, llevaban una caravana compuesta por quinientos carros completamente cargados en los que portaban muy diversas clases de mercancía.
Tenían dos toros llamados Sujāta y Kīrti. Estos dos toros eran muy inteligentes y no tenían miedo; donde otros toros causaban problemas o sentían temor cuando avanzaban, estos dos permanecían firmes como si estuvieran atados a una estaca. No podían ser aguijoneados por un látigo, sino que eran incitados a moverse con puñados de lotos o con guirnaldas de flores de sumana.
Cuando esta caravana de mercaderes se aproximó al árbol de la Iluminación, una diosa que habitaba en el bosque hizo parar a los carros por medio de un encantamiento, inmovilizándolos. Las ruedas de los carros se hundieron hasta los ejes, los arneses se rompieron, y todas las demás partes quedaron inutilizadas. A pesar de todos los esfuerzos, los carros no pudieron ser movidos.
Asombrados y temerosos, los miembros de la caravana pensaron: “¿Por qué estos obstáculos impiden el movimiento de los carros, cuando el camino estaba llano y favorable?”Entonces trajeron a los dos toros, Sujata y Kīrti, mostrándoles un puñado de lotos y guirnaldas de flores de sumana, pero los toros no pudieron avanzar. Entonces los mercaderes pensaron: “Si estos dos toros no han podido moverlos, seguramente ha de haber algún peligro más adelante.” Entonces se enviaron exploradores a lomos de caballo. Cuando estos retornaron, informaron de que no había ninguna clase de peligro más adelante.
Para reafirmarlos, entonces la diosa tomó forma haciéndose visible, y les dijo: “¡No temáis! “ [382] Y entonces los dos toros fueron capaces de llevar el carro al lugar en el que estaba el Tathagata.
Cuando llegaron allí, vieron al Tathagata brillando como si fuera el dios del fuego, adornado por las treinta y dos marcas de un gran ser, reluciendo con esplendor, con la majestad del Sol tras el alba.
Viéndolo, los mercaderes quedaron asombrados, y pensaron: “¿Quién será? ¿Es Brahma, que ha venido a la tierra? ¿O es Sakra, el jefe de los dioses? ¿O es Vaisravana, o quizá Sūrya o Chandra? ¿O es un dios de la montaña, o un dios del río?”
Entonces el Tathagata les mostró sus ropas de color azafrán, así que los mercaderes dijeron: “Esta persona de ropas de color azafrán es un renunciante, así que no supone ninguna amenaza para nosotros.” De hecho, ellos habían generado una gran devoción hacia él, así que dijeron entre ellos: “Debe de ser la hora de comer para este renunciante, ¿Tenemos algún bocado que darle?”
Algunos de los miembros de la caravana dijeron: “Tenemos algo de miel, gachas, y caña de azúcar pelada.” Así que cogiendo la miel, gachas, y la caña de azúcar pelada, fueron a donde se encontraba sentado el Bhagavan, postraron sus cabezas a sus pies, lo circunvalaron por tres veces, y permanecieron de pie a un lado. Entonces dijeron al Tathagata: “¡Por favor, míranos con compasión, y acepta estas limosnas!”
Monjes, entonces el Tathagata se preguntó: “No sería apropiado para mi coger estas limosnas con mis manos. ¿Qué recipiente utilizaron los Budas Perfectos y Completos del pasado para aceptar las limosnas?” Y en ese preciso instante la respuesta llegó a él.
Monjes, sabiendo que había llegado el momento de que el Tathagata comiera, en ese momento aparecieron los Cuatro Grandes Reyes desde las cuatro direcciones portando cuatro boles de limosnas hechos de oro. Se los ofrecieron al Tathagata, diciéndole: “¡Por favor, míranos con compasión, y acepta estos cuatro boles de limosnas hechos de oro!”
Sin embargo, pensado que esos boles no eran adecuados para un monje, el Tathagata no los aceptó. [383] Así que entonces los Cuatro Grandes Reyes volvieron con cuatro boles de limosnas hechos de plata, cuatro hechos de berilio, cuatro hechos de cuarzo, cuatro hechos de coral, cuatro hechos de esmeralda, y cuatro hechos con todas las gemas. Se las ofrecieron al Tathagata, pero el declinó el ofrecimiento, pensando que todas estas eran inapropiadas para un monje.
Monjes, entonces el Tathagata se preguntó qué clase de bol de limosnas utilizaron los Tathagatas del pasado para aceptar las limosnas. Se dio cuenta de que eran boles de limosnas hechos de piedra, así que ese pensamiento surgió en su mente.
Entonces el Gran Rey Vaisravana dijo a los otros Grandes Reyes: “Amigos, cuando los hijos de los dioses de cuerpo azul nos dieron cuatro boles hechos con piedra, pensamos que eran para nosotros. Pero un hijo de los dioses del reino azul, llamado Vairocana, nos dijo lo siguiente:
“¡Escuchad, estos boles de limosnas no son para ser usados!
¡Guardadlos! Llegarán a ser honrados como objetos sagrados.
Aparecerá un Victorioso llamado Sakyamuni.
Ofrecedle estos boles a él.

Amigos, ahora ha llegado el tiempo
Para ofrecer un recipiente a Sakyamuni,
Rindiéndole homenaje con el sonido melodioso de canciones y címbalos,
Le ofreceremos los boles de mendigar.

El es un recipiente hecho de Dharma, y es indestructible;
Mientras que estos boles hechos de piedra son destructibles.
El será incapaz de aceptar ningún otro bol,
¡Así que vayamos, para que pueda aceptarlos!”

Cuando los Cuatro Grandes Reyes, junto con sus parientes y  criados, fueron a donde se encontraba el Tathagata portando los boles en sus manos, y llevando flores, incienso, perfumes, guirnaldas, e ungüentos; iban tocando címbalos y gongs, y cantando canciones. Tras haber rendido homenaje al Tathagata, llenaron los boles de limosnas con flores divinas, y lo ofrecieron al Tathagata. [384]
Monjes, entonces el Tathagata pensó: “Estos Cuatro Grandes Reyes devotos están dándome cuatro boles de piedra. Pero cuatro son muchos para mí. Sin embargo, si aceptara solo uno, los otros tres se verían decepcionados. Así que cogeré los cuatro boles y los transformaré en uno solo.

Monjes, entonces el Tathagata extendió su mano derecha, y habló al Gran Rey Vaisravana en verso:

“¡Por ofrecer un bol al Sugata
Te convertirás en un vaso del vehículo supremo!
Por ofrecer un bol de limosnas a quienes son como yo,
Nunca carecerás de atención mental e inteligencia.”

Monjes, entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Vaisravana, mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al Gran Rey Dhrtarāstra:

“Quien da un bol de limosnas a un Tathagata
Nunca carecerá de atención mental y visión profunda.
Y pasará su tiempo de forma feliz y cómoda,
Hasta que despierte al estado de paz.”

Monjes, entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Dhrtarāstra, mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al Gran Rey Virūdhaka:

“Da un bol de limosnas puro
Al Tathagata, que posee una mente pura,
Y rápidamente llegarás a tener una mente pura,
Alguien digno de veneración en el mundo.”

Monjes, entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Virūdhaka, mirándolo con compasión. Tras haberlo aceptado, entonces se dirigió en verso al Gran Rey Virūpaksa: [385]

“Dar, con devoción e intención pura,
Un vaso sin falta al Tathagata,
Quien no tiene faltas en disciplina y conducta,
Y tu mérito de generosidad no tendrá falta.”

Monjes, entonces el Tathagata aceptó el bol de limosnas del Gran Rey Virūpaksa, mirándolo con compasión. Cuando lo hubo aceptado, transformó los cuatro boles en uno por la fuerza de su deseo, y entonces pronunció estos versos llenos de significado:

“Puesto que yo, en una existencia anterior, ofrecí boles de limosnas
Llenándolos con fruta y arreglándolos de forma agradable,
Ahora los Cuatro Dioses, los grandes magos,
Me dan ahora estos cuatro boles tan bellos.”

Con respecto a esto, se dice:

“Este sabio, penetrando la realidad última,
Miró durante siete días al árbol de la Iluminación.
La tierra tembló de seis formas diferentes,
Y entonces este León entre los hombres se levantó con los movimientos de un león.

Como el señor de los elefantes, caminó lentamente,
Y eventualmente alcanzó el tronco de una higuera.
Como el Monte Meru, el Sabio permaneció sentado allí inamovible,
Absorto en la concentración y la absorción meditativa.

En aquel tiempo, los dos hermanos Trapusa y Bhallika
Con su caravana de mercaderes
Y de carros cargados de riquezas,
Llegaron a una arboleda de árboles de sala en plena floración.

Instantáneamente, debido a la radiación del Gran Sabio,
Las ruedas se hundieron en el suelo hasta los ejes.
Viendo semejante situación,
Los mercaderes de la caravana estaban aterrorizados.

Portando espadas, flechas, y lanzas,
Se preguntaban quien estaba viviendo en la selva como un ciervo.
Vieron al Victorioso, quien era como el Sol en un cielo sin nubes,
Y cuyo rostro era como la Luna de otoño.

Sin hostilidad u orgullo,
Se postraron ante él, preguntándose quién era.
Desde el cielo, una deidad dijo:
“Es un Buda trabajando para el bien del mundo.”

Durante siete días con sus noches,
Esta encarnación de la compasión no tomó comida o bebida,
Si queréis aminorar vuestras aflicciones
Ofreced comida a Él, quien medita con cuerpo y mente.” [386]

Cuando oyeron estas palabras tan dulces,
Se postraron ante el Victorioso y lo circunvalaron;
Complacidos, decidieron con sus compañeros
Dar de comer al Victorioso.

Monjes, en aquel tiempo el rebaño de vacas perteneciente a los mercaderes Trapusa y Bhallika estaban pastando en una aldea cercana. Allí fueron ordeñadas las vacas y dieron mantequilla clarificada, que los pastores trajeron a los dos comerciantes, Trapusa y Bhallika, diciendo: “¡Oh señores nuestros! ¡Os lo advertimos! Cuando ordeñamos todas vuestras vacas, dieron mantequilla clarificada. ¿Esto es auspicioso, o no?”
Algunos brahmines, que eran unos glotones, dijeron: “No es auspicioso, así que debería de hacerse una gran ofrenda de esa mantequilla a los brahmines.”

Monjes, sin embargo, en aquel tiempo un brahmín llamado Sikhandī tomó la palabra. El había sido un pariente de los mercaderes Trapusa y Bhallika en una vida anterior. El había renacido en el Cielo de Brahma, y ahora se había manifestado entre ellos bajo la forma de un brahmín. El dijo lo siguiente, utilizando el verso, a los mercaderes:

“En el pasado vosotros hicisteis esta aspiración:
“Cuando el Tathagata alcance la Iluminación,
Que pueda el comer de nuestra comida
Y girar la rueda del Dharma.”

Esta aspiración se ha cumplido ahora.
El Tathagata ha alcanzado la Iluminación,
Así que le debería de ser ofrecida esta comida,
Y una vez que sea comida, él girará la rueda del Dharma.

Que vuestras vacas hayan dado mantequilla clarificada
Es muy auspicioso; y sucede bajo una constelación auspiciosa.
Esto es debido a las acciones meritorias
De este Gran Sabio.”

Una vez que Sikhandī hubo inspirado a los mercaderes,
Retornó a su propia morada.
Trapusa y los otros
Estaban entusiasmados.

Ellos combinaron la leche
De mil vacas, [387]
Sacaron la nata de la parte superior,
Y con gran respeto prepararon la comida.

Limpiaron, pulieron, y sanearon
Un bol de materiales preciosos llamado Luna,
Y que costaba cien mil monedas una sola onza.
Entonces lo llenaron hasta el borde con comida.

Portando la comida y el bol de joyas
Se aproximaron al tronco de la higuera, y dijeron al Maestro:
“¡Venerable, por favor, recibe y acepta esto de nosotros!
¡Te rogamos que comas esta comida bien preparada!”

Llevado por la compasión hacia los dos hermanos,
Y porque era conocedor de su intención de encaminarse hacia el despertar,
El Maestro aceptó y comió la comida;
Una vez ingerida, el lanzó el bol alto hacia el cielo.

Un hijo de los dioses llamado Subrahman
Recogió este bol supremo,
Y aún hoy en día le hace ofrecimientos,
En el Cielo de Brahma, junto con sus compañeros.

Entonces, en esa ocasión, el Tathagata deleitó extraordinariamente los mercaderes Trapusa y Bhallika con estos versos:

“¡Que pueda la auspiciosidad divina, la cual colma todos los propósitos,
Y que trae la buena fortuna en todas las diez direcciones
Satisfacer todas vuestras expectativas!”
¡Que pueda todo ser favorable pronto!

Lo mismo que una guirnalda en torno a vuestro cuello,
¡Qué pueda haber en vuestra mano derecha,
Que pueda haber gloria en mano izquierda,
Y que pueda haber gloria en torno vuestro!

¡Que puedan los mercaderes que persiguen la riqueza
Y que viajan en las diez direcciones,
Alcanzar un gran beneficio,
Y que ello pueda traerles la felicidad!

Si por alguna razón
Necesitáis viajar hacia el este,
¡Qué puedan protegeros las estrellas
Que hay en esa dirección!

Krttikā, Rohinī, Mrgasrārdrā
Andra, y Purnavastu,
Pusya, y también Aslesā
Son las constelaciones situadas al este. [388]

¡Que puedan estas siete constelaciones brillantes,
Que guardan el mundo
Desde el este,
Protegeros siempre!

¡Que pueda su famoso rey,
Llamado Dhrtarāstra,
El señor de todos los gandharvas,
Junto con el Sol, protegeros siempre!

¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!

En la dirección este
Habitan las ocho doncellas divinas:
Jayanti, Vijayanti,
Siddhārtha, y Aparājitā.

Nandottarā, Nandisenā,
Nandinī, y Nandavardhanī,
¡Que puedan ellas protegeros
Con salud y bienestar!

¡Que pueda el relicario[3] llamado Chāpala,
Situado en dirección este,
Habitado por los Conquistadores, los protectores destructores de enemigos,
Protegeros especialmente con salud y bienestar!

¡Que puedan las regiones del este ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que volváis con gran riqueza!

Si por alguna razón debierais viajar hacia el sur,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!

Las constelaciones de Maghā,
Y también Phālgunīs, Hasta, y Citrā,
Que es la quinta,
Junto con Svātī y Visākhā están de dirección sur.

¡Que puedan estas siete constelaciones brillantes.
Que guardan el mundo
Desde el sur,
Protegeros siempre! [389]

Su rey y señor
Es llamado Virūdhaka,
¡Que pueda este señor de todos los kumbhāndas,
Junto con Yama, protegeros!

¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!

En dirección sur
Habitan ocho doncellas divinas:
Sriyāmatī, Yasamatī,
Yasaprāptā, y Yasodharā.

Suutthitā, Suprathamā,
Suprabudhā, y Sukhāvahā.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!

¡Que pueda el relicario llamado Padma,
Situado en dirección sur,
Que continuamente brilla iluminándolo todo,
Protegeros especialmente dando salud y bienestar!

¡Que puedan las regiones del sur ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que volváis con gran riqueza!

Si por alguna razón debierais viajar hacia el oeste,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!

Anurādhā y Jesthā,
Mūla y Dhrthavīryatā,
Āsāthas y Abhijit,
Y Sravana, estas son las siete.

¡Que puedan estas siete constelaciones brillantes
Que guardan el mundo
Desde el oeste,
Protegeros siempre!

Su rey y señor
Es conocido como Virūpāksa;
¡Que pueda este señor de los nagas,
Junto con Varūna, protegeros! [390]

¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre Indra,
Protegeros dando salud y bienestar!

En dirección oeste
Habitan ocho doncellas divinas:
Alambusā, Misrakesī,
Pundarīkā, Arunā,

Ekādasā, Navanamikā,
Sītā, y Krsnā Draupadī.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!

En dirección oeste hay una montaña llamada Astamga,
El Sol y la Luna también residen allí,
¡Que pueda otorgaros los resultados que deseéis,
Y protegeros con riquezas y bienestar!

¡Que puedan las regiones del oeste ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que retornéis con gran riqueza!

Si por alguna razón debierais viajar hacia el norte,
¡Que puedan las constelaciones
Situadas en esa dirección
Protegeros a todos vosotros!

Dhanisthā, Satabhisā,
El par de Pūrva Aparā y Uttara Aparā,
Revatī, Asvinī, y Bharanī,
Son las siete.

¡Que puedan estas siete constelaciones brillantes
Que guardan el mundo
Desde el norte,
Protegeros siempre!

Su rey y señor es Kubera,
Traído por los hombres.
¡Que pueda Naravāhana, el rey de los Yaksas,
Junto con Manibhadra, protegeros!

¡Que puedan sus noventa y un hijos,
Todos fuertes y sabios,
Quienes llevan todos por nombre Indra, [391]
Protegeros dando salud y bienestar!

En dirección norte
Habitan ocho doncellas divinas:
Ilādevī y Surādevī,
Prthvī y Padmāvatī.

Mahārājā, Āsā,
Sraddhā, y la modesta Sirī.
¡Que puedan ellas protegeros
Dando salud y bienestar!

En dirección norte está la montaña llamada Gandhamādana,
Que es la morada de todos los yaksas y bhūtas.
Tiene el pico Citrakūta que es hermoso de contemplar.
¡Que pueda protegeros con riqueza y bienestar!

¡Que puedan las regiones del norte ser favorables para vosotros,
Y que no pueda caer sobre vosotros ningún mal!
¡Que puedan protegeros los dioses,
Y que retornéis con gran riqueza!

Las veintiocho constelaciones,
Están siete en cada una de las cuatro direcciones;
Las treinta y dos doncellas divinas
Están ocho en cada una de las cuatro direcciones.

¡Que puedan los ocho ascetas y los ocho brahmines,
Los ocho tipos de poblaciones,
Y los ocho dioses que acompañan a Indra
Protegeros dondequiera que os encontréis!

¡Qué pueda la buena fortuna estar con vosotros cuando partáis!
¡Que pueda la buena fortuna estar con vosotros cuando retornéis!
¡Que podáis tener la buena fortuna de volver a ver a vuestros familiares,
Y que ellos puedan estar felices de veros!

¡Que puedan los yakshas, Grandes Reyes, y los Arhats,
Junto con los Sakras, ser benevolentes con vosotros!
¡Que pueda seguiros la buena fortuna dondequiera que vayáis!
¡Que podáis obtener la felicidad de la inmortalidad!

Siempre protegidos amorosamente por Brahma y Vāsiva,
Y por aquellos que están completamente liberados y libres de efusiones,
Que siempre seáis tratados amorosamente por yaksas y nagas,
Y que podáis vivir cien otoños!

El Guía Incomparable, el Protector del Mundo,
Alabó sus ofrendas respetuosas, diciendo:
“¡Debido a este acto virtuoso, en una existencia futura,
Cada uno de vosotros será un Victorioso llamado Madhusambhava!”

Esta fue la primera profecía hecha [392]
Por el Victorioso, el Guía del Mundo.
El número infinito de bodhisatvas que fueron profetizados más tarde
No pueden ser apartados de la Iluminación.

Cuando escucharon la profecía del Victorioso,
Los dos hermanos quedaron encantados y supremamente complacidos;
Junto con sus compañeros
Tomaron refugio en el Buda y el Dharma,


Esto concluye el Capítulo Veinticuatro, sobre “Trapusa y Bhallika.”



[1] Prityāhāravyūha.
[2] Dharani-manda.
[3] Caitya, una pequeña estupa o monumento conmemorativo que solía albergar reliquias de algún ser santo.