sábado, 30 de junio de 2018

Sutra del Desarrollo de la actividad completa (Lalitavistara) Capítulo 13. Las Exhortaciones.


CAPÍTULO TRECE: Exhortaciones.


Monjes, mientras el bodhisatva estaba en medio de su séquito de consortes, había numerosos dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas, y también [160] estaban Sakra y Brahma, y los Guardianes del Mundo, quienes estaban ansiosos por hacer ofrendas al bodhisatva. Todos ellos estaban jubilosos y daban gritos de alegría.
Monjes, no obstante, con el pasar del tiempo, a muchos de aquellos dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas, y también a Sakra, Brahma, y a los Guardianes del Mundo se les ocurrió el pensamiento:

“¡En verdad, este ser puro esta permaneciendo demasiado tiempo en las dependencias de las mujeres! Durante un gran periodo de tiempo él ha llevado a los seres a la madurez por medio de las cuatro formas de atraer, esto es: dando, utilizando palabras agradables, ayudando, y siendo coherente con las palabras de uno. Tras haber alcanzado la Iluminación, esos seres serán capaces de entender sus enseñanzas sobre el Dharma. Pero pronto, todos aquellos que son vasos adecuados para el Dharma, ya no seguirán aquí. En ese caso, el bodhisatva abandonará su hogar demasiado tarde, y despertará a la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación demasiado tarde.”

Así pues, se aproximaron al bodhisatva. Llenos de respeto y devoción, juntaron las palmas de sus manos y se postraron ante él. Permanecieron expectantes en su presencia, y entonces se preguntaron preocupados: “¿Seremos testigos algún día de que el bodhisatva, este ser sagrado, supremo, y puro, abandone su hogar como un acto de renuncia? Una vez que haya abandonado el hogar, ¿Lo veremos sentado bajo el rey de los árboles, domando a Mara y su ejército, y despertando a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación?
¿Lo veremos consiguiendo los diez poderes de los Tathagatas; las cuatro ausencias de miedo de los Tathagatas; y las dieciocho cualidades únicas de un Buda? ¿O girando la rueda del Dharma en sus doce aspectos? ¿O enseñando de acuerdo a los deseos del mundo, bajo el papel de un Buda, incluyendo a los dioses, humanos, y asuras?”

Monjes, durante mucho tiempo, durante incontables eones, el bodhisatva siempre había estado sin necesidad de recurrir a otros. El había sido su propio maestro con respecto a los asuntos mundanos. El había sido su propio maestro con respecto a los asuntos mundanos, y también con respecto a lo que va más allá del mundo. Durante mucho tiempo el siempre había conocido el momento adecuado, la ocasión, y la oportunidad para practicar todos  los aspectos de las raíces de virtud. Su conocimiento superior era impecable, y sus cinco clases de poderes superiores estaban completamente manifiestos. Puesto que tenía dominio perfecto de los fundamentos de los poderes milagrosos, conocía perfectamente las facultades y las mentes de los seres. Indudablemente, sabía lo que era apropiado en su momento, y lo que no era. Buscando la oportunidad correcta, él nunca la perdería [161], de forma similar al gran océano, el cual siempre es oportuno.
Como el bodhisatva estaba dotado con la fuerza de la sabiduría clarividente, abarcaba todo lo que tiene que ver con el tiempo, pues conocía:
“Este es el momento adecuado para la disciplina, este es el momento para la unión, el momento para prestar ayuda, el momento para la ecuanimidad, el momento para hablar, el momento para quedar en silencio, el momento para apartarse del mundo, el momento para vagar como un monje errante, el momento para recitar, el momento para la reflexión profunda, el momento para permanecer en soledad, el momento para permanecer dentro de los círculos de la realeza, el momento de estar entre los brahmines y cabezas de familia, el tiempo indicado para permanecer entre los dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, mahoragas, Sakra, Brahma, los protectores del mundo, monjes, monjas, y también entre los novicios y novicias. Este es el momento de enseñar el Dharma, este es el tiempo adecuado para la interiorización.”
El bodhisatva siempre sabía si el momento era adecuado o no, y siempre estaba alerta respecto a las oportunidades. Monjes, para los bodhisatvas que están en su último nacimiento, es costumbre que los Budas, los Bhagavanes, quienes moran en los campos de Buda de las diez direcciones-mientras estos bodhisatvas se divierten en las habitaciones de las mujeres-se presenten ante ellos, y con cantos y sonido de música, los animen a cruzar la puerta del Dharma.

Con respecto a esto se dice:

“Todos los seres perfectos que moran en los campos de Buda de las diez direcciones,
A través de sus poderes especiales, y acompañados por música,
Con estos versos y canciones, que son tan agradables y dulces,
Animan al ser supremo a que abandone su hogar.

“Cuando fuiste testigo del intenso sufrimiento de otros,
Hiciste una aspiración
Para llegar a ser su protector y su refugio,
Y también su apoyo y defensor supremo.

¡Héroe virtuoso! Recuerda tus acciones previas,
Y tú voto de ayudar a otros.
Esta es tu hora, tu momento;
¡Así que, Ser Supremo, renuncia a tu palacio! [162]

Es para beneficio de aquellos a quienes has dado previamente
Las mejores riquezas; e incluso tu cabeza, brazos, y piernas;
Para lo que tú te convertirás en un Buda, el domador supremo de dioses y humanos;
El más destacado en el mundo, un almacén de cientos de cualidades.

Debido a tu conducta virtuosa, has practicado austeridades;
Debido a tu paciencia, has llegado a ser una ayuda para el mundo;
Debido a tu diligencia, has adquirido cientos de cualidades,
Tu concentración y sabiduría no tienen igual en los Tres Reinos.

Los muchos seres afligidos por el enfado y el odio
Tienen que ser abrazados por tu amor, Tathagata.
Aquellos que están perdidos y que carecen de cualquier  cualidad de la bondad,
Y los muchos inexpertos, han de sentir tu compasión.

Con tu mérito y sabiduría, la virtud impregna todo tu cuerpo;
Con tu concentración inmaculada y tu conocimiento superior, iluminas brillantemente.
Tú iluminas las diez direcciones,
Como la Luna inmaculada cuando no está cubierta por las nubes.”

Muchas palabras agradables como estas, acompañadas con música,
Fueron cantadas por los Conquistadores.
Ellos animaron a Quien veneran los dioses y humanos, diciendo:
“Este es el momento para que renuncies a tu palacio.”

Monjes, indudablemente, el hogar del bodhisatva era algo distinguido, repleto de las más preciosas pertenencias. Tenía todo lo que una persona podía ansiar, poseyendo todas las cosas necesarias para llevar una vida cómoda. Como en un palacio celestial, tenía las mejores de las galerías, torres, tragaluces, corredores, plantas superiores, y terrazas. Estaba adornado con todo tipo de joyas de diversos diseños y formas. Había izados parasoles, banderas, y estandartes. De las celosías colgaban finas campanillas hechas de joyas, lo mismo que lo hacían cientos de miles de serpentinas de seda. Había guirnaldas de perlas en las que estaban incrustadas diversas perlas preciosas, y había también puentes construidos con tablas adornadas con todos los tipos de joya. Por todas partes había colgadas guirnaldas de flores. En los quemadores de incienso se dispensaban humos fragantes, y por encima se extendían toldos hechos con seda. Los jardines estaban adornados con flores de todas las estaciones, y los estanques estaban llenos de flores de loto blanco completamente abiertas. En todos los muchos estanques de lotos había bandadas de varias clases de pájaros, tales como pattraguptas, loros, mynas, cucos, cisnes, pavo reales, gansos silvestres, kunālas, y faisanes, los cuales hacían oír sus bellos sonidos. Había suelos cubiertos de lapislázuli que reflejaban la bella factura del palacio. Verlo era algo deleitante, y uno nunca se cansaba de mirarlo.
La mansión exquisita y perfecta en la que vivía el bodhisatva [163] era una fuente de placeres supremos. En su palacio su cuerpo siempre se encontraba puro e inmaculado. El estaba adornado con guirnaldas de flores y joyas, y sus miembros estaban perfumados con los aceites más finos y fragantes. Para cubrir su cuerpo vestía ropas de color blanco inmaculado y de la mejor calidad, sin ningún tipo de tacha. Las ropas de su cama eran de factura celestial y con los hilos más delicados; y tan suaves al tacto como el tejido de kācalindi. Allí, en su diván perfecto, se tumbaba rodeado de su maravilloso séquito de consortes, las cuales parecían jóvenes diosas. Todas las chicas eran virtuosas, agradables, y con buena conducta.
En el interior de este hermoso palacio el bodhisatva se despertaba con el sonido de caracolas, timbales, tambores de arcilla, tambores de madera, laudes, arpas, panderetas, címbalos, y flautas, que producían los más dulces sonidos y los tonos más melodiosos para acompañar sus dulces canciones. Las chicas despertaban al bodhisatva con canciones agradables y bellas que estaban acompañadas por los tonos melodiosos de las flautas. Sin embargo, debido a la gracia de los Bhagavanes, los Budas de las diez direcciones, los instrumentos comenzaron a sonar de repente para animar al bodhisatva con los siguientes versos:

Las chicas están encantadas y alegres;
Tocan delicadas melodías utilizando bellos instrumentos.
En ese momento, por el poder de los Conquistadores de las diez direcciones,
Estos muchos versos son oídos, en toda su diversidad:

“Viendo a los seres que siempre están sin protector,
Héroe, tú hiciste la siguiente promesa:
“Yo despertaré al estado supremo más allá de la vejez y el dolor,
De forma que pueda liberar a los seres de la muerte, la vejez, y demás sufrimientos.”

Por consiguiente, ¡Oh Virtuoso!, abandona rápidamente esta bella ciudad,
Y practica la conducta llevada por los sabios de antaño.
Cuando alcances el lugar correcto sobre la tierra,
Despertarás a la sabiduría incomparable de los Conquistadores. [164]

En el pasado tú regalaste tus espléndidas riquezas,
E incluso tú diste tus manos, pies, y tu cuerpo amado.
¡Gran Sabio, ahora es tu hora;
Abre el ilimitado río del Dharma para todos los seres!

Tu disciplina inmaculada y virtuosa nunca ha sido rota;
Hasta ahora tú siempre has estado adornado por las mejores cualidades;
¡Gran Sabio!, nadie posee una disciplina como la tuya;
Ahora tienes que liberar a los seres de sus múltiples aflicciones.

Durante cientos de vidas te has entrenado en la paciencia;
Tú tienes paciencia para con todas las palabras insultantes de los otros.
A través de la paciencia tu eres tolerante, auto controlado, y estás a gusto.
Señor de los Hombres, ahora tienes que decidirte a abandonar el hogar.

Tu esfuerzo diligente es  firme e inamovible;
¡Sugata!, tu eres grande desde el principio al fin.
¡Virtuoso!, tu domarás a Mara, el maligno, y a todo su ejército;
Y secarás todos los tres destinos inferiores.

Para esto es para lo que has practicado la conducta disciplinada y las austeridades,
Para quemar las aflicciones de estos tiempos malvados y degenerados.
Ahora deja que caiga una lluvia de néctar
Para calmar la sed de aquellos que han carecido de un protector durante mucho tiempo.

Ahora, recuerda el voto supremo hecho en el pasado:
“Yo abandonaré esta ciudad hermosa ciudad, dejándola atrás;
Alcanzando rápidamente el estado sin muerte y dolor,
Y satisfaré con el néctar de la inmortalidad a aquellos que sufren con la sed”

Tú estás versado en las acciones supremas del conocimiento:
Tu sabiduría es vasta e ilimitada,
Así que ahora, ¡Oh Virtuoso!, haz que brille la hermosa luz del conocimiento
Sobre aquellos que están atrapados en el engaño y la duda.

Durante cientos de años te has entrenado en el amor,
En la compasión, la alegría, y la ecuanimidad.[1]
Todos los actos perfectos que has realizado
Los tienes que compartir ahora con los seres.”

A través de todo el esplendor de los Conquistadores de las diez direcciones,
Surgieron estos versos sobre la maravillosa floración de las cualidades.
A través de la música estos reverberaron bellamente,
Animando al joven que descansaba en su diván.

En aquel momento, las jóvenes doncellas que daban placer,
Bellas como eran, estaban tocando canciones melodiosas.
Al mismo tiempo, los Conquistadores de las diez direcciones, quienes doman a dioses y humanos,
Hicieron que sus palabras perfectas fueran escuchadas a través de los instrumentos, con placenteros sonidos: [165]

“Tu, protector de los seres y poseedor de múltiples cualidades,
Has hecho tuyas las virtudes de los Conquistadores en tu discurrir por los senderos.
Recuerda tú pasada conducta disciplinada y tus austeridades;
¡Rápido, dirígete al árbol supremo, y alcanza la inmortalidad!

Tú que posees la Iluminación, la mayor de las fuerzas, ofrece el sabor de la inmortalidad
A los dioses y hombres sedientos, quienes carecen de las cualidades de los Conquistadores.
Estás dotado con las diez fuerzas, y eres honrado por el sabio.
¡Rápido, Señor de los Hombres, dispensa el néctar de la inmortalidad!

Tú, Benefactor del Mundo, te deleitas en las cualidades de los Conquistadores.
En tus vidas anteriores diste tu riqueza, joyas, y oro;
Tú querida esposa e hijos, tu tierra, ciudades, y aldeas;
E incluso tu propia cabeza, ojos, manos, y pies.

¡Oh, Mejor de los Hombres! Cuando fuiste un rey virtuoso
Un hombre vino ante ti, y te pidió tus tierras,
Con todas sus ciudades y aldeas;
Y tú se las diste, y tu mente continuó imperturbable.

En tiempos pasados, ¡Oh Mejor de los Brahmines!
Tú fuiste el virtuoso brahmín de un rey;
Honraste a los maestros espirituales y nunca dañaste a los demás.
Estableciste a muchos en la virtud, y así renaciste en las moradas celestiales.

Príncipe, en el pasado cuando eras el mejor de los sabios espirituales,
Un rey malvado cortó tus miembros llevado por la cólera. [166]
No obstante, tu mente permaneció imperturbable, y realizaste los deberes de tu casta.
En aquel tiempo, de tus manos y pies manó leche.

En el pasado fuiste el hijo de un sabio conocido como Syāma;
En el buen refugio de las montañas, te deleitaste en la dificultosa disciplina.
Sin embargo, cuando un gobernante te traspasó con sus flechas envenenadas,
No te sentiste perturbado, y solo sentiste pena por él.

En el pasado, ¡Oh Receptáculo de cualidades!, cuando eras el líder de un rebaño de ciervos,
Un cazador fue arrastrado por un impetuoso torrente de montaña;
Queriendo ayudarle, tú le llevaste a tierra firme.
Incluso poniendo a salvo a tu enemigo, tu mente permaneció calmada.

¡Hombre perfecto! En el pasado tú naciste como el hijo de un brahmín,
Cuando tu gema cayó en el océano, tú lo secaste;
Como líder fuerte y firme entre los humanos,
Tú recobraste la joya valiosa.

¡Ser perfecto! En el pasado tú naciste como un sabio espiritual.
Una vez, cuando un brahmín se aproximó a ti diciendo: “¡Por favor, dame tu protección!”,
Sabio, tu le dijiste: “Venerable brahmín, yo te liberaré de tu enemigo.”
Tú diste tu cuerpo, mientras el brahmín conservó el suyo.

En el pasado tú te aproximaste al sabio Syāma en su lugar, junto a un árbol;
El te preguntó cuantas hojas había en el árbol,
Con tu habilidad contaste acertadamente las hojas,
Y le diste el número exacto. [167]

Previamente fuiste un loro virtuoso de rápidos movimientos que habitaba en un árbol;
Aunque el árbol murió, tú te quedaste, recordando su amabilidad.
El jefe de los dioses vio tu virtud, y se regocijó,
Y entonces el restauró el viejo árbol, volviéndolo a su antigua gloria.

Tu conducta disciplinada y tus austeridades son incomparables,
Eres un receptáculo de virtud, rico en cualidades, transitando el sendero de la virtud;
Ha llegado el tiempo para que abandones tu ciudad y tu tierra:
¡Rápido, establece a los seres en las acciones virtuosas de los Conquistadores!”

Mientras las perlas entre las mujeres, con sus cuerpos adornados y exquisitamente vestidas
Tocaban dulces melodías en los mejores instrumentos,
A través del poder de los Conquistadores de las diez direcciones
En medio de la música se oyeron versos llenos de gloria:

“¡Oh, Lámpara del mundo, hace muchos eones
Tú tomaste el voto de ser el refugio del mundo afligido por la vejez y la muerte.
León de los hombres, recuerda este voto tuyo del pasado;
Señor de los hombres, esta es la hora de que abandones tu familia.

En millones de vidas anteriores has dado muchos regalos
Dando tu riqueza, gemas, oro, finas prendas, cantidades de joyas,
Tus manos, pies, ojos, tus queridos hijos, y la riqueza de tu reino.
Cuando dabas, tú no sentías enfado u odio hacia ninguno de aquellos que te pedían.

Sasiketu, tú has sido un rey lleno de calma, generoso y compasivo, con bellos dientes;
Con una corona de joyas que brilla como la Luna [168]
¡Oh Héroe Intrépido! Rey de ojos hermosos, durante muchas miríadas de años has ofrecido regalos alegremente,
Esas fueron tus principales acciones, esas fueron las manifestaciones de tu generosidad.

¡Oh, Sugata! Durante muchos eones tu conducta se ha dedicado a la moralidad;
Tu moralidad ha sido pura, como una joya inmaculada.
Tú has guardado tu disciplina lo mismo que una hembra de yak guarda a su ternero;
Deleitándote en la práctica de la moralidad, tú has prestado un gran servicio a los seres.

Como el mejor de los elefantes tú fuiste herido por las flechas de un cazador,
Y lleno de compasión hacia ese ser cruel, en tu bondad lo ayudaste,
Dándole tus hermosos colmillos, pero no tu moralidad.
Tú realizaste esos actos virtuosos y otros más, tales son las manifestaciones de tu moralidad.

Deleitándote en la tolerancia, tú has sido paciente con los muchos daños, sufrimientos,
Insultos, asesinatos, y prisiones infringidos por otros.
En el pasado tu siempre has dado a otros todas las comodidades,
Y aunque ellos hubieran sido tus verdugos, tú mantuviste la paciencia.

Protector, una vez tú fuiste un oso que vivía en una guarida en la montaña,
En aquel tiempo tú rescataste a un hombre aterrorizado y congelado debido a una avalancha;
Tú le llevaste raíces y frutos silvestres, y le proporcionaste todo confort.
Aunque él pronto te mató y te llevó, permaneciste paciente.

Firme, duradero, sólido, y tenaz, así ha permanecido tu diligencia.
También tu conocimiento, virtudes, y ascetismo, pues buscabas la iluminación,
Con el poder de tu determinación venciste al demonio más poderoso.
¡León de los hombres, ha llegado el momento para que abandones tu hogar! [169]

En el pasado, tú fuiste el mejor de los caballos, blanco como la nieve:
Lleno de compasión, tú viajaste rápidamente a través de los cielos a la tierra de las raksasas[2],
Rescataste a los hombres aterrorizados, y los llevaste a lugar seguro.
Tú has demostrado ese esfuerzo diligente muchas veces.

Siendo un meditador diestro, tú destruiste las aflicciones con la calma, disciplina moral, y refreno;
Y domaste la mente inestable que va tras los placeres de los sentidos.
Puesto que te delitas en la concentración, tus cualidades personales benefician a otros;
¡Ser Perfecto, ha llegado el momento para que demuestres tu concentración!

En el pasado tú fuiste un sabio dedicado a la meditación que sabía bien que hacer:
El pueblo, habiendo perdido su rey, te invitó a que te hicieras cargo del reino;
Tú enseñaste a ese pueblo las diez acciones virtuosas, y los estableciste en el sendero de Brahma.
Posteriormente, cuando fallecieron, todos ellos fueron al reino de Brahma.

Tú has dominado el arte de conocer los destinos de los seres en todas las direcciones,
Sobresales en el conocimiento de la conducta de otros, en sus lenguajes,
En el conocimiento de los sentidos, en la moralidad, y en el deber, y en el conocimiento de la causa de los trabajos de la mente.
¡Hijo del rey, para ti ha llegado la hora de abandonar tu familia!

En el pasado, cuando veías a los seres adoptando visiones erróneas,
Quienes sufrían debido a la vejez, la muerte, y las diversas aflicciones,
Tú los instruiste en el sendero correcto que destruye la existencia.
¡Oh destructor de la oscuridad, tú has beneficiado al mundo grandemente!”

Por el poder majestuoso de los Conquistadores surgieron de la melodía de los instrumentos
Muchos versos hermosos llenos de cualidades brillantes, para animar al héroe:
“Inteligente, ha llegado el tiempo para la renunciación. [170]
No permanezcas indiferente cuando ves el sufrimiento de los seres.”

Las mujeres, agradables y alegres están adornadas
Con finas prendas, gemas, collares, perfumes, y guirnaldas de flores.
Ellas despiertan al Ser Supremo con música y canciones.
Debido al poder de las bendiciones de los Conquistadores, los instrumentos cantaron estos versos:

“Fue para beneficio de otros por lo que durante muchos eones
Tú diste lo que era difícil de dar, y poseíste moralidad, paciencia, y esfuerzo,
A través de tu entrenamiento en la concentración y la sabiduría, tu tiempo ha llegado:
“¡Rápido guía, dirige tu mente a la renunciación sin demora!”

Antes de que tú abandonaras tesoros de joyas, oro, plata, y adornos,
En todas esas vidas tú realizaste sacrificios de muchos tipos.
Tú diste a tu esposa, hijos, hijas, tu cuerpo, tu reino, e incluso tu vida:
Para conseguir la Iluminación, tú diste sin límite todo aquello que es difícil de dar.

Como rey has sido famoso por el esplendor de tus buenas obras.
Tú has sido Nimindhara, Nimi, Krishnabandhu, Brahmadatta, Kesari,
Sahasrajña, Dharmacinti, Arcimat, y Drthajana.
Considerando siempre bien todas las cuestiones, tú diste a la gente humilde lo que es difícil dar.

Cuando tú fuiste los poderosos Sutasoma, Dīptavīrya, y Puniarasmi,
Siendo poderoso y generoso, también reconociste la amabilidad de otros.
¡Oh sabio regio!, tú fuiste el héroe Satyavardhana quien era como la Luna,
El rey Subhāsitagavesin, y el gentil Sumati. [171]

Tú has sido Chandraprabha, Visesagāmin, y Renu, el maestro de las diez direcciones;
Tú has sido Pradānasūra-el rey de Kasi- Ratnacūda, y Sāntaga;
Cuando fuiste estos gobernantes, y también como otros, tú diste lo que es difícil dar:
¡Lo mismo que entonces diste una lluvia de regalos, que puedas ahora hacer caer una lluvia de Dharma!

En el pasado tú viste a los mejores de los seres, tan numerosos como las arenas del Ganges,
Y les hiciste un número de ofrendas inconcebibles e ilimitadas;
Puesto que tú buscaste la Iluminación suprema para liberar a los otros,
Héroe, ahora ha llegado el momento de renunciar a esta ciudad perfecta.

Al principio tú ofreciste una flor de sala a Amoghadarsin;
Durante un instante miraste hacia Vairocana con una mente llena de devoción;
Tú ofreciste un mirabolano a Dundubhisvara;
Cuando viste la casa de Candana, llevaste una antorcha de hierba dentro.

Cuando Renu entró en la ciudad, tú le arrojaste un puñado de polvo fragante;
Cuando Dharmesvara enseñó el Dharma, lo aplaudiste;
Cuando viste a Samantadarsin, tú le rendiste homenaje;
Tú arrojaste alegremente una cadena de oro a Mahārciskandin.

Tú ofreciste una túnica a Dharmadhvaja; y a Nirodha, le diste un puñado de alubias;
Tú ofreciste a Jñānaketu una flor de árbol asoka; y a Sārathi, sopa;
Tú ofreciste una lámpara a Ratnasikhin; y a Padmayoni, medicina;
Tú ofreciste un collar de perlas a Sarvābhibū; y a Sagara, una flor de loto.

A Padmagarbha tú le ofreciste un toldo, y un chubasquero a Simha;
A Sālendrarāja tú le ofreciste mantequilla clarificada, y leche a Puspita. [172]
A Yasodatta le ofreciste flores de kurunta; y a Satyadarsin, comida.
Tú te postraste ante Jñānameru, y ofreciste ropas a Nāgadatta.

Tú le ofreciste el sándalo más fino a Atyucchagāmin, y a Tisya un puñado de sal.
Tú ofreciste a Mahāvyūha flores de loto, y joyas a Rasmirāja.
A Sakyamuni le ofreciste un puñado de oro, y alabaste a Indraketu.
A Sūryānanda le ofreciste unos pendientes, y a Sumati una corona de oro.

Tú ofreciste una joya a Nāgābhibhū, y una estera de algodón a Pusya;
A Bhaisajyarāja tú le ofreciste un parasol precioso, y un trono a Simhaketu.
A Gunāgradhāri le ofreciste una red de piedras preciosas; y a Kashyapa, instrumentos.
A Arciketu tú le ofreciste polvos de aroma exquisito; y a Caityaka, flores.

Tú ofreciste un palacio de varios pisos a Aksobhyarāja, y una guirnalda de flores a Lokapūjita.
A Tagarasikhin le ofreciste tu reino, y Durjaya una gran cantidad de incienso.
Te ofreciste a ti mismo a Mahāpradīpa; y a Padmottara, adornos de joyas.
A Dharmaketu le ofreciste flores diversas, y a Dīpamkara, lotos azules.

En el pasado tú hiciste estas y otras ofrendas,
Diversas y maravillosas, a los mejores de los hombres.
Recuerda a los Budas del pasado y las ofrendas hechas a estos maestros;
No abandones a aquellos que sufren, dejándolos sin protección; abandona tu hogar.

Meramente por ver a Dīpamkara tú conseguiste la paciencia suprema;
Y también los cinco conocimientos superiores imperecederos.
Con gran placer tú honraste a innumerables Budas, más de los que puede abarcar el pensamiento,
A lo largo de innumerables eones, en todos los universos. [173]

Ahora han pasado ilimitados eones y todos esos Budas han entrado en el nirvana,
¿Dónde están ahora todos tus cuerpos y nombres del pasado?
Todas las cosas perecen por naturaleza, no hay permanencia en lo condicionado.
Los deleites, reinos, y disfrutes son impermanentes, así que abandona esta ciudad perfecta.

Lo mismo que el infierno aterrador y terrible, cuando este eón llegue a su fin,
La vejez, la enfermedad, y la muerte dan un miedo grande y terrible.
Finalmente, todas las cosas son condicionadas y por consiguiente no duran.
Mira a aquellos que sufren intensamente y renuncia, ¡Oh Capaz!”

Como el séquito de las mujeres despertó al Señor de los hombres,
El cual estaba descansando sobre una cómoda cama,
Con el sonido de laudes, flautas, y otros instrumentos,
Del sonido de esos instrumentos surgieron las siguientes palabras:

“Los tres reinos están abrasados con el sufrimiento de la vejez y la enfermedad;
Este mundo está en llamas debido al fuego de la muerte, y carece de protector.
Al estar siempre engañados en la existencia contaminada,
Los seres dan vueltas como una abeja capturada dentro un vaso.

Los tres reinos son inestables, como las nubes de otoño;
El nacimiento y la muerte de los seres son como estar asistiendo a una representación;
La vida de un ser pasa rápidamente,
Como un relámpago en el cielo, o un torrente precipitándose de una montaña.

Debido al anhelo hacia la existencia y la ignorancia,
Los seres nacen como humanos, dioses, o en los tres destinos desafortunados.
En su ignorancia siempre están girando dentro de estas cinco formas de existencia,
Como la rotación de una rueda de alfarero.

Las formas bellas, los sonidos agradables, las dulces fragancias,
Los sabores deliciosos, la sensación táctil placentera,
La trampa de estos tiempos desafortunados ha capturado a los seres,
Del mismo modo en que la trampa del cazador atrapa a un mono.

Los objetos de disfrute llevan a mucho daño y sufrimiento,
Nos traen los miedos, crean enemigos, y llevan a la depravación.
Un ser noble los rechazará como si se tratara de un recipiente lleno de vómito,
El filo de una espada, o hiedra venenosa.

El deseo es la raíz del sufrimiento y crece como una parra,
Siempre va acompañado por miedos y luchas.
Produce la niebla del olvido, la oscuridad mental,
Y siempre genera las causas del temor. [174]

Los seres nobles ven al deseo
Como un terrorífico pozo lleno de brasas;
O lo ven como un gran pantano, o como estar caminando sobre filos de espadas,
O como el filo de un cuchillo untado con miel.

Como la cabeza de una víbora, o como un recipiente lleno de vómito;
Así es como los sabios ven al deseo.
Los deseos son como una punzada de dolor, y son tan frágiles como el huevo de un pajarito;
Lo mismo que un hueso entre los perros, son la causa principal de la enemistad.

Los objetos de deseo son como el reflejo de la Luna en el agua,
Son como un reflejo, o como un eco;
Son como una ilusión, o como una representación teatral;
O como un sueño; así lo perciben los seres nobles.

Los objetos de deseo son momentáneos y vacíos,
Son tan irreales como una ilusión mágica o un espejismo;
No tienen substancia, son como una burbuja de agua o de espuma.
Los instruidos realizan que esos objetos emergen de la conceptualización.

Al principio, en la juventud, cuando uno tiene un cuerpo bonito,
Uno gusta y es deseado, y actúa como un insensato.
Pero cuando uno se hace viejo, el sufrimiento y las enfermedades conquistan el esplendor del cuerpo,
Uno es abandonado, lo mismo que un rio seco es abandonado por el ciervo.

Cuando uno es poderoso y disfruta de la riqueza, granos, y posesiones,
Uno es querido y deseado, y actúa como un insensato.
Sin embargo, cuando la riqueza se agota y aparece el sufrimiento,
Uno es abandonado, como si viviera en un desierto solitario.

Lo mismo que un árbol con sus flores y frutos,
La gente ama a la persona que se deleita en la generosidad.
Sin embargo, cuando la riqueza se va, uno se convierte en un vagabundo, alguien miserable en la vejez;
Llegado a ese punto, lo mismo que un buitre, uno desagrada a todo el mundo.

Cuando uno es poderoso, rico, y hermoso, uno es como un señor;
A la gente le gusta estar con esta persona, y uno complace sus sentidos.
Sin embargo, cuando uno es viejo, con el sufrimiento de la enfermedad y el agotamiento de la riqueza,
Uno llega a ser tan desagradable como la muerte.

Cuando uno es viejo y ya ha pasado la juventud,
Lo mismo que un árbol alcanzado por un rayo,
Uno se va agotando, y das miedo los demás, como una casa en ruinas.
¡Rápido, sabio, dinos como evitar la vejez!

La vejez marchita a hombres y mujeres,
Lo mismo que la hiedra mālu lo hace en un bosque de árboles sāla.
La vejez roba el esfuerzo diligente de uno, su energía, y su poder,
Es como una persona caída dentro de una ciénaga.

La vejez hace que la persona bella se convierta en fea;
La vejez roba el esplendor de uno y roba su poder;
La vejez se lleva tu felicidad y te derrota;
La vejez te trae la muerte, y destruye tu fuerza vital. [175]

Existen cientos de enfermedades, y el estar acosados por la enfermedad
Lleva el tormento a los seres, lo mismo que el ciervo es atormentado por el fuego en el bosque.
¡Mira a esos seres que son vencidos por la vejez y la enfermedad,
Y explica rápidamente cómo liberarse del sufrimiento!

Lo mismo que una fuerte nevada durante el invierno
Se lleva la vida del pasto, árboles, y hierba,
Del mismo modo la enfermedad y la vejez roban la vitalidad de los seres
Y destruyen sus facultades, cuerpos, y fuerza.

La vejez y la enfermedad agotan todas las reservas de riquezas y grano,
Traen una angustia enorme a los seres.
Crean resentimiento y animadversión entre los seres queridos,
Atormentan intensamente a todos, como el Sol en el cielo.

Cuando llega la hora de la muerte
Uno siempre se ve separado de las personas amadas y de sus posesiones favoritas;
No habrá vuelta posible, o una nueva oportunidad para encontrarse,
Lo mismo que las frutas o las hojas arrastradas por el rio, nunca vuelven al árbol.

La muerte hace que el poderoso se vea sin ayuda;
La muerte roba a todos, como un rio arrastrando un árbol.
Uno tiene que afrontarlo solo, sin amigos o compañía;
Uno es impotente, pero sigue el resultado de sus acciones.

La muerte devora seres a cientos,
Como un monstruo marino devorando a numerosos seres,
O como un garuda devorando a un naga, o un elefante agarrando a un león,
O del mismo modo en que un fuego devora las plantas, hierbas, y seres vivos.

Para liberar a los seres de esos cientos de calamidades,
Para eso hiciste tú aspiración.
Recuerda ahora esa aspiración hecha en tiempos pasados,
Ha llegado el momento de que abandones tu casa.”

Mientras el grupo de mujeres deleitantes
Estaban despertando con su música al Gran Sabio,
En ese momento, a través del poder de los Tathagatas,
Del sonido de los instrumentos salieron estos versos maravillosos.

“Todo lo compuesto se desintegra rápidamente,
Nada dura más de lo que lo hace un relámpago en el cielo.
Ahora ha llegado tu tiempo,
¡Ha llegado el tiempo de que abandones tu hogar, Oh Disciplinado!

Lo condicionado es impermanente e inestable.
Su naturaleza es destruirse, como un vaso de tierra sin cocer.
Son como las cosas prestadas por otro,
O como una ciudad de arena, así de corta es su duración.

Todas esas cosas son impermanentes por naturaleza,
Como un enlucido de barro aplicado durante la lluvia,
O como los bancos de arena de un rio,
Dependen de condiciones y tienen una naturaleza frágil. [176]

Los fenómenos condicionados son como la luz de una lámpara,
Tienen la naturaleza de venir e irse rápidamente.
Lo mismo que el viento, no permanecen.
Son como la espuma, frágiles, e insustanciales.

Las cosas condicionadas son inertes y vacías,
Cuando son examinadas, son como el tallo del platanero.
Son como una ilusión que engaña la mente;
Son como un puño vacío que engaña a los niños.

Todas las cosas se originan
Basándose en causas y condiciones;
Siendo una la causa de otra, surgen en dependencia.
Y sin embargo aquellos que son como niños no reconocen esto.

Lo mismo que la hierba valvaja depende de la hierba muñja,
Para dar la fuerza adecuada a la cuerda,
O lo mismo que un cubo en un pozo depende de un torno,
Uno no puede funcionar sin el otro.

Los doce vínculos de la originación dependiente también funcionan así,
Estando todos ellos en dependencia mutua,
Una cosa surge tras la otra.
Y no puede verse donde termina una cosa y empieza la otra.

Cuando tienes una semilla, de ella puede crecer un brote,
No obstante, la semilla no es el brote,
Y aún así no es diferente;
De esta forma la naturaleza verdadera no conoce permanencia e impermanencia.

Las formaciones kármicas tienen como base a la ignorancia;
Las formaciones kármicas no existen verdaderamente.
La ignorancia y las formaciones kármicas
Son naturalmente vacías e inertes.

El sello hace que aparezca la marca del sello,
No obstante el sello no es transferido a ninguna parte.
No es la marca, y no obstante no es algo completamente diferente.
De este modo, las formaciones kármicas están más allá de aniquilación e impermanencia.

Es basándose en el ojo y en la forma
Como aparece la consciencia visual.
Sin embargo la forma no es dependiente del ojo,
Ni la forma es transferida al ojo.

Aunque todo esto carece de un yo y es repulsivo,
Los seres lo perciben como poseyendo un yo y como algo hermoso.
Aunque esto es una imputación errónea y corrompida,
La consciencia del ojo surge de ello.

La consciencia cesa y vuelve a surgir,
El practicante observa este cesar y surgir de la consciencia;
No va a ningún sitio y no viene de ningún sitio.
El practicante percibe la consciencia como vacía e ilusoria. [177]

Puesto que es necesario la combinación de las tres:
La pieza de madera de abajo, la superior, y la acción de las manos;
Un fuego nace en dependencia de las condiciones.
Nace, cumple su propósito, y cesa rápidamente.

De este modo algunos eruditos investigan:
“¿De dónde viene esto, y dónde va?”
Ellos investigan en todas direcciones,
Y encuentran que nada viene ni va.

Las condiciones para los agregados, los campos de los sentidos, y los elementos,
Son la ignorancia, el ansia, y el karma.
Cuando todos estos están juntos, eso es llamado “un ser”;
Aunque a nivel último no hay nada allí.

Basándose en los labios, la garganta, paladar, y lengua,
Son producidos los sonidos de las sílabas;
No acontece solo con el cuello o el paladar,
En ellos no puede encontrarse ningún sonido individualmente.

Basándose en estas tres cosas juntas surge el habla;
Surge basada en el poder de la mente y la inteligencia.
No obstante mente y habla son por naturaleza invisibles,
No hay ningún lugar en el que puedan ser encontradas, dentro o fuera.

Cuando el instruido analiza el ir y venir
Del habla, voces, sonidos, y tonos.
Ve que toda habla es como un eco,
Momentáneo y sin substancia.

Basándose en la madera y las cuerdas,
En combinación con el movimiento de las manos,
Debido a la concurrencia de estas tres cosas, pueden aparecer los sonidos
De los instrumentos, tales como el melodioso laúd.

Cuando alguna gente capaz analiza esto, y se pregunta:
“¿De dónde viene el sonido, y a dónde va?”
Ellos pueden buscar en todas direcciones,
Sin embargo, nunca encuentran el origen del sonido o su destino.

Así es como aparecen todos los fenómenos compuestos,
Estando basados en causas y condiciones.
El practicante observando la naturaleza verdadera de lo condicionado
Ve que todas las cosas son vacías e inertes.

Los agregados, los campos de los sentidos, y los elementos
Son vacíos en lo interno y en lo externo;
Carecen de una entidad propia y no permanecen,
Esencialmente todas las cosas son como el espacio.

El que todas las cosas son de este modo
Tú lo realizaste cuando encontraste a Dīpamkara.
Eso que tú comprendes exactamente tal como es
Has de hacer que sea comprendido ahora por dioses y humanos. [178]

Los seres son quemados por el apego y el enojo,
A pesar de que son imputaciones falsas, pues tales males no son reales.
¡Oh, Guía, libera la corriente de néctar,
Las aguas refrescantes provenientes de la nube de la compasión!

“Una vez que alcance la suprema iluminación,
Yo reuniré las riquezas nobles para los seres.”
¡Oh Capaz, diciendo esto tu buscaste la suprema iluminación,
Y durante muchos millones de eones hiciste ofrendas a los doctos!

¡Recuerda tus acciones realizadas previamente!
Guía de los seres, no olvides traer estas riquezas nobles
Para aquellos que están desalentados, son pobres, y están sufriendo!
Reúnelos ofreciéndoles las verdaderas riquezas.

“Yo mostraré a millones de seres
La puerta perfecta que lleva al néctar de los reinos superiores.”
Diciendo esto, tú guardaste bien tu moralidad
Para bloquear la entrada en los destinos desafortunados.

Mantén tu disciplina moral y realiza tus deseos,
Recuerda tus pasadas acciones,
Cierra la puerta a los tres reinos inferiores,
Y abre las puertas al néctar de los reinos superiores.

“Yo forcejearé con la hostilidad y el enojo de los seres,
Y los liberaré a todos el océano de la existencia.
Yo los estableceré en la paz y en la felicidad carente de enfermedad.”
Diciendo esto tú te entrenaste siempre en la paciencia.

¡Recuerda tus acciones previas!
No abandones a aquellos involucrados en acciones erróneas,
Debido a que están perturbados por la animosidad, la malicia, y los malos deseos.
Tu dijiste: “Yo llevaré a esos seres al nivel de paciencia,

Yo prepararé el barco del Dharma,
Liberaré a los seres del océano de la existencia,
Y los estableceré en la paz y felicidad carentes de enfermedad.”
Diciendo esto, tú confiaste en el esfuerzo entusiasta para conseguir esto.

¡Recuerda tus acciones previas!
Los cuatro ríos arrastran a los seres;
Rápido, rescata a aquellos seres que carecen de guía
A través del poder de tu esfuerzo y de la fuerza de tu moralidad.

“Yo estableceré en el Sendero Noble a esos seres
Que tienen confusas sus facultades y que sufren debido a que sus pensamientos son  como monos.”
¡Oh Ser Dulce! Para realizar esto
Tú te has entrenado en la concentración que elimina las emociones aflictivas.

¡Recuerda tus acciones previas!
No abandonando a esos seres afligidos,
Quienes están agitados por la red de las emociones aflictivas,
Estableciste a esos seres en la concentración en un solo punto. [179]

“Yo daré a los seres velados por la oscuridad del engaño y la ignorancia
Una visión de las muchas puertas del Dharma.
Les proporcionaré ojos para que puedan ver la realidad.”
Diciendo esto, tú meditaste en la sabiduría.

¡Recuerda tus acciones previas!
A aquellos seres velados por la oscuridad del engaño y la ignorancia
Tú tienes que darles la luz excelente del conocimiento sagrado,
El ojo del Dharma, que es inmaculado e impecable.”

Estos versos surgieron del
Sonido de los instrumentos tañidos por las mujeres.
Escuchándolos, toda la somnolencia del bodhisatva se disipó,
Y él emplazó su mente en la perfecta y completa Iluminación.

Monjes, de este modo, aunque el bodhisatva estaba en la compañía de sus mujeres, el no podía evitar oír el sonido del Dharma. No podía evitar pensar en el Dharma. Monjes, esto fue debido a que durante mucho tiempo el bodhisatva había rendido homenaje al Dharma y a aquellos que enseñan el Dharma. Desde lo más profundo de su ser él se esforzó en el Dharma, deseó el Dharma, y tan solo encontraba deleite en el Dharma. Era insaciable en su búsqueda del Dharma.

El enseñó el Dharma tal como lo había oído. El era un maestro en la generosidad otorgando el regalo insuperable del Dharma excelente. No tenía ninguna clase de tacañería a la hora de enseñar el Dharma. Respecto al Dharma, el no se guardaba nada como maestro. Practicaba el Dharma que enseñaba. Era valeroso a la hora de hacer manifiesto el Dharma. Encontró su hogar en el Dharma, su protección, y su refugio. Su punto de referencia era el Dharma, y también era su último recurso. Tenía al Dharma como su objeto de meditación, y siendo diestro en la paciencia, él practicó la perfección de la sabiduría y consiguió los medios hábiles.

Monjes, con un dominio completo de los medios hábiles, el bodhisatva mostró las acciones adecuadas con respecto a los deseos de todas sus concubinas. El actuó conforme lo hicieron los bodhisatvas del pasado quienes, mientras estaban en medio del mundo, actuaban de forma mundana. Puesto que el bodhisatva ya hacía mucho tiempo que había realizado lo fútil del deseo, ahora el mostraba deleite en el disfrute sensual sin desearlo realmente, simplemente para madurar a otros. Debido al único poder de la acumulación de mérito que él había reunido gracias a las ilimitadas raíces de virtud, mostró las cualidades el gobernador del mundo. Mostró un disfrute completo de las formas, sonidos, olores, sabores, y texturas deleitantes que iban más allá de cualquiera de las conocidas entre dioses y humanos en términos de calidad y amplitud. [180]

El mostró un dominio de la mente, la cual estaba libre de cualquier apego hacia ninguna de las deleitantes muchachas complacientes. Él maduró a aquellos que estaban ahora en su compañía como amigos debido al poder de sus aspiraciones previas, y a su acumulación previa de raíces de virtud. Debido a ello él era capaz de permanecer entre sus consortes sin ser perturbado nunca por las manchas de las emociones mundanas. Mientras estaba viendo cuál era el momento apropiado para madurar el potencial de aquellos que estaban a su alrededor, el bodhisatva mantenía firmemente en su mente su anterior promesa.

El manifestó el Dharma del Buda y perfeccionó el poder de la aspiración. El sentía gran compasión hacia los seres, y el principal pensamiento en su mente  era conseguir su libertad completa. El entendió que, al final, cualquier tipo de riqueza se termina agotando. Entendió que la existencia cíclica está llena de terrores y calamidades. El se liberó de los malignos grilletes de Mara, se liberó de la prisión de la existencia cíclica, y había dirigido su atención hacia el nirvana.

Monjes, desde el mismo principio el bodhisatva ya había entendido los muchos defectos de la existencia cíclica. El había puesto fin sinceramente a todo esfuerzo hacia cualquier fenómeno compuesto, y también a toda clase de ansia y aferramiento. En su lugar, él solo sentía interés en el Dharma del Buda. Se había vuelto hacia el nirvana y había vuelto su espalda a la existencia cíclica. Se deleitaba en el dominio de un Tathagata, porque él se había separado del dominio de Mara.
Percibiendo que los Tres Reinos están abrasados por los defectos de la existencia cíclica, su deseo era liberarse de ellos, y llegó a ser diestro en eliminar de sí mismo los defectos y las faltas de la existencia cíclica. Su deseo era convertirse en alguien ordenado, y su mente estaba repleta con el pensamiento del abandono del hogar. Estaba determinado a vivir en la soledad, y se deleitaba en buscar lo apartado. Su deseo era descansar en su verdadera naturaleza, y en paz.

El se esforzó en servir de ayuda a ambos, a sí mismo y a los otros, y era un héroe de persistencia inigualable. El quiso servir de ayuda al mundo, y asistir al mundo. El deseó la felicidad y la paz de la realización para beneficio del mundo. El sentía compasión hacia el mundo y quería ayudarlo. Estaba lleno de amor, saturado de gran compasión, y era diestro en el arte de atraer a otros.  Nunca estaba triste. Era diestro en madurar y entrenar a otros. En su corazón el albergaba un amor hacia todos los seres semejante al que siente uno por su hijo único.
El había abandonado su deseo de obtener objetos materiales y no les prestaba atención. Se deleitaba en la dádiva y el compartir. Nunca negaba nada, sino que con la mano abierta daba con valentía. Hacía ofrendas religiosas. Acumuló mérito perfecto y lo guardó bien. [181] A través de la disciplina moral él se liberó cualquier mancha o tacañería, y poseía un control perfecto de sus pensamientos. El era un gran benefactor incomparable. Incluso aunque daba, el nunca albergaba una expectativa de recompensa. Era un donante heroico dispuesto a someter a las huestes hostiles de toda la multitud de emociones aflictivas, las primeras de las cuales eran el anhelo, deseo, apego, enfado, soberbia, orgullo, engaño, y avaricia.
El nunca dejó de dar continuamente, dando lugar al estado de omnisciencia. Siempre estaba bien protegido por una armadura de gran generosidad. Sentía amor y compasión hacia el mundo, y deseaba ayudarlo. Su protección y su cota de malla era el esfuerzo diligente. Su propósito era la liberación de los demás. Su poder era la compasión, y su fuerza era el coraje. No volvía la espalda. Mantenía una completa imparcialidad con respecto a todos los seres, y su arma era la generosidad. Era capaz de satisfacer las esperanzas y los deseos de los demás. Era un vaso adecuado para la Iluminación, que realizaba el Dharma continuamente. El dedicaría su despertar a todos los seres. No bajaba su estandarte. Cuando daba, su generosidad no contemplaba la existencia del sujeto, objeto, y la acción. El poseía el arma adamantina afilada de la sabiduría suprema. El conquistó a todas las fuerzas oponentes de las emociones aflictivas.

Era disciplinado, diestro, y se comportaba correctamente. Era cuidadoso con todas sus acciones físicas, verbales, y mentales; y mostraba temor de cometer incluso la más ligera acción no virtuosa. Su disciplina moral era perfectamente pura. Mentalmente él había abandonado todas las faltas, y ahora estaba limpio y sin tacha. Su mente era inamovible, y no lo perturbaban las emociones aflictivas resultantes del habla negativa, de la calumnia, la animosidad, crítica, inculpación, maldición, golpeo, amenazas, asesinato, encadenamiento, y prisión. Mantenía perfectamente la paciencia y la dulzura. No tenía deseos de hacer daño, nunca hizo daño a nadie, y estaba completamente libre de cualquier pensamiento malicioso.

El había dado lugar a una celosa diligencia que estaba centrada en la ayuda a otros. Tenía una determinación firme. No podía ser apartado de realizar todas las prácticas que son las raíces de virtud. Poseía atención mental y conocimiento. Su mente no estaba distraída y permanecía en la concentración  en un solo punto. Era diestro en el análisis de los fenómenos. El había encontrado la luz, y la oscuridad había desaparecido para él. Su mente estaba llena de pensamientos con respecto a la naturaleza de la impermanencia, sufrimiento, y la repulsión. El se había entrenado en las aplicaciones de la atención mental; los abandonos correctos; las bases de los poderes milagrosos; las fuerzas; los poderes; las ramas de la Iluminación; el sendero; las cuatro verdades nobles; y todos los principios conducentes a la Iluminación.
Su mente estaba purificada por la calma mental y la sabiduría. El percibía la verdad de la originación dependiente. Puesto que había realizado la verdad, el no confiaba en otros. El había dominado las tres puertas a la liberación. Había realizado que todos los fenómenos son como una ilusión, un espejismo, un sueño, el reflejo de la Luna en el agua, un eco, una ilusión óptica. [182] Monjes, de esta forma el bodhisatva vivía de acuerdo al Dharma. Permanecía en la sabiduría de este modo. Permanecía de esta manera en un estado de cualidades inmensas. Se esforzaba así para el beneficio de otros.

Animado incluso más por esos versos que surgían del sonido de los instrumentos debido a las bendiciones de los Budas de las diez direcciones, en ese momento el bodhisatva manifestó las cuatro puertas del Dharma con el propósito de madurar a su séquito de consortes, lo mismo que habían hecho todos los bodhisatvas previos en sus últimas existencias. ¿Cuáles son esas cuatro puertas del Dharma?

La primera puerta del Dharma que él manifestó es llamada realización pura. Se refiere a las cuatros formas de atraer discípulos: generosidad, habla agradable, ayudar cuando es necesario, y practicar lo que uno sostiene.
La segunda puerta del Dharma que él manifestó es llamada el nivel irreversible. Produce el poder de la aspiración hacia la inagotable omnisciencia, y asegura que la capacidad de las Tres Joyas es reafirmada y no está gastada.
La tercera puerta del Dharma que él manifestó es llamada poniendo en práctica la gran compasión. Es la actitud de no abandonar nunca a ningún ser.
La cuarta puerta del Dharma que él manifestó es llamada la gran colección. Consiste de la fuerza única de la acumulación de sabiduría, la cual discierne el significado de las diferentes categorías vinculadas con todos los factores de la Iluminación.

Estas son las cuatro puertas del Dharma que él manifestó. Llegado a ese punto, para madurar a todo su séquito de consortes, él produjo muchas manifestaciones milagrosas. Debido al poder del bodhisatva, esas proyecciones milagrosas causaron cientos de miles de puertas del Dharma que surgieron de los sonidos de la música, tales como las siguientes:

“A través de las profundas aspiraciones en el corazón de uno,
Y al sincero sentimiento de compasión hacia los seres,
Nace el más eminente pensamiento de la Iluminación.”
Esas palabas surgieron de los instrumentos musicales.

“Fe, devoción, dedicación, respeto,
Ausencia de orgullo, y humildad ante los maestros;
Investigación y búsqueda de la naturaleza de la virtud,
Y entrenamiento en la atención mental.” Esas fueron las palabras que surgieron. [183]

“Generosidad, calma, tranquilidad, disciplina moral,
Paciencia, esfuerzo diligente,
Concentración, absorción meditativa,
Sabiduría, y medios hábiles.” Esas fueron las palabras que surgieron.

“A través de establecerte en el amor, la compasión,
Alegría, ecuanimidad, conocimiento superior,
Y las cuatro maneras de reunir discípulos,
Tú madurarás a los seres.” Esas fueron las palabras que surgieron.

“Analiza los cuatro fundamentos de la atención mental,
Los abandonos correctos, las bases de los poderes milagrosos,
Las cinco fuerzas, los cinco poderes, y las ramas de la iluminación.”
Esas fueron las palabras que surgieron.

“Las divisiones del sendero óctuple de los nobles,
Tranquilidad, sabiduría, impermanencia,
Sufrimiento, ausencia de entidad inherente, y repulsión.”
Esas fueron las palabras que surgieron de los instrumentos.

Libre de apego, soledad,
Conocimiento de la extinción, no surgimiento,
Cesación, no permanencia, y nirvana.”
Esas palabras surgieron de los instrumentos.

Esas palabras surgieron de los instrumentos
A través del bodhisatva perfecto.
Como todas estas mujeres lascivas oyeron estas palabras y las aprendieron,
Dirigieron sus aspiraciones a la iluminación al Ser Perfecto.

Monjes, mientras el bodhisatva permanecía de esta manera entre su séquito de consortes, él maduró a 84.000 mujeres junto con muchos cientos de miles de dioses, que se habían reunido con el objeto de alcanzar la insuperable, perfecta, y completa Iluminación.
Cuando llegó el momento de que el bodhisatva abandonara su hogar, allí llego un hijo de los dioses procedente del Cielo de Tushita, cuyo nombre era Hrīdeva, para hacer una visita respecto a la insuperable y perfecta iluminación del bodhisatva. Entonces, en la quietud de la noche él llegó al palacio junto con una compañía de 32.000 hijos de los dioses para servir y venerar al bodhisatva. Cuando llegó se paró en medio del aire, y cantó estos versos al bodhisatva:

“¡Famoso, tú has manifestado tu muerte!
¡León de los Hombres, también has manifestado  tu nacimiento!
Para enseñar al séquito de consortes
Tú has actuado de acuerdo a las convenciones mundanas. [184]

Mientras estás actuando conforme a las convenciones mundanas,
Tú has madurado a muchos dioses y humanos.
Hoy ha llegado la hora,
Así que, por favor, considera abandonar tu hogar.

Si no te liberas a ti mismo, serás incapaz de liberar a otros;
Una persona ciega no puede mostrar el camino.
Cuando estén siendo entrenados por ti,
Ellos también pueden generar el deseo de abandonar sus hogares.

Tienes que abandonar tus propiedades y los juegos del amor,
Y las siete riquezas que se encuentran en los cuatro continentes.
Cuando la gente oiga que tú has a abandonado todo eso,
Todo el mundo, con sus dioses y humanos, anhelará lo mismo.

Tú no encuentras deleite en el deseo,
Permaneces en el gozo de la concentración.
Sin embargo, a muchos cientos de dioses y de humanos
Tú los has despertado de su sueño.

Lo mejor de la vida es muy breve;
Pasa rápidamente, como el agua de una cascada.
Puesto que la juventud se va terminando,
El abandono del hogar no parecerá atractivo.

Así que márchate ahora de casa,
Mientras aún eres joven y estás en lo mejor de la vida.
Cumple tu promesa
Y actúa en interés de la multitud de dioses.

Los objetos de deseo nunca resultan satisfactorios,
Son como el agua salobre del océano.
Sin embargo, aquellos que poseen sabiduría están satisfechos,
Son aquellos seres puros que han transcendido el mundo.

Tú eres el deleite del reino del Rey Suddhodana,
Quien se ha ganado sus corazones y mentes.
Tu rostro es como un loto en flor con cientos de pétalos.
¡Así que, por favor, considera el partir ahora mismo!

Los seres están sufriendo debido ardiente tormento de las emociones aflictivas,
Carecen de refugio, y están aprisionados por pesados grilletes.
¡Héroe, rápido, establécelos en la paz,
En el sendero que lleva a la liberación completa!

Tu, que eres el médico perfectamente conocedor,
¡Por favor, establece en la felicidad del nirvana
A los seres atacados por las enfermedades, quienes han sufrido durante tanto tiempo,
Dispensándoles la medicina del Dharma!

Los seres están ciegos en la oscuridad de su propio sopor,
Y enmarañados por una red de visiones erróneas.
Tu eres el ojo de dioses y humanos,
Así que, rápido, haz que brille la luz de la sabiduría.

“Nosotros debemos de ver a quien ha alcanzado la Iluminación,
Y escuchar el Dharma insuperable.”
Así dicen los numerosos dioses, semidioses, nagas,
Yaksas y gandharvas que están esperándote.

El rey de los nagas puede ver tu esplendor
Puesto que este alcanza sus dominios.
El trae infinitas ofrendas,
Así que complace su deseo de llevar una conducta disciplinada.

“Tu mente será perfecta a los pies del árbol de la Iluminación,
Y todos nosotros estaremos presentes con cuatro boles de ofrecimientos.”
Eso dicen los Cuatro Guardianes del Mundo y sus ejércitos,
Quienes te están aguardando.

Incluso el pacífico y compasivo Brahma,
Quien habla dulcemente, te está esperando, mientras piensa:
“He de pedir a este Señor de los hombres
Que gire la rueda incomparable.”

Los dioses que veneran el despertar,
Están todos presentes en el asiento de la Iluminación.
Ellos te esperan, pensando:
“Seremos testigos de su despertar.”

Es cierto que los bodhisatvas muestran
Su actividad con consortes.
¡Sin embargo, deberías de estar en la vanguardia,
Y no caer detrás de ellos!

¡Recuerda el sonido dulce y las palabras agradables
De Dīpamkara cuando hizo su profecía!
¡Qué resuene ahora el sonido de la voz del Conquistador,
La voz que es auténtica y está libre de error!


Esto concluye el Capítulo Trece, sobre “Las exhortaciones.”



[1] Los cuatro inmensurables.
[2] Un cierto tipo de demonio.