CAPÍTULO
TRECE: Exhortaciones.
Monjes, mientras el bodhisatva estaba en medio de su séquito de
consortes, había numerosos dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas,
kinnaras, y mahoragas, y también [160] estaban Sakra y Brahma, y los Guardianes
del Mundo, quienes estaban ansiosos por hacer ofrendas al bodhisatva. Todos
ellos estaban jubilosos y daban gritos de alegría.
Monjes, no obstante, con el pasar del tiempo, a muchos de aquellos
dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y mahoragas, y
también a Sakra, Brahma, y a los Guardianes del Mundo se les ocurrió el
pensamiento:
“¡En verdad, este ser puro esta permaneciendo demasiado tiempo en las
dependencias de las mujeres! Durante un gran periodo de tiempo él ha llevado a
los seres a la madurez por medio de las cuatro formas de atraer, esto es:
dando, utilizando palabras agradables, ayudando, y siendo coherente con las palabras
de uno. Tras haber alcanzado la Iluminación, esos seres serán capaces de
entender sus enseñanzas sobre el Dharma. Pero pronto, todos aquellos que son
vasos adecuados para el Dharma, ya no seguirán aquí. En ese caso, el bodhisatva
abandonará su hogar demasiado tarde, y despertará a la Insuperable, Perfecta y
Completa Iluminación demasiado tarde.”
Así pues, se aproximaron al bodhisatva. Llenos de respeto y devoción,
juntaron las palmas de sus manos y se postraron ante él. Permanecieron
expectantes en su presencia, y entonces se preguntaron preocupados: “¿Seremos
testigos algún día de que el bodhisatva, este ser sagrado, supremo, y puro,
abandone su hogar como un acto de renuncia? Una vez que haya abandonado el
hogar, ¿Lo veremos sentado bajo el rey de los árboles, domando a Mara y su
ejército, y despertando a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación?
¿Lo veremos consiguiendo los diez poderes de los Tathagatas; las cuatro
ausencias de miedo de los Tathagatas; y las dieciocho cualidades únicas de un
Buda? ¿O girando la rueda del Dharma en sus doce aspectos? ¿O enseñando de
acuerdo a los deseos del mundo, bajo el papel de un Buda, incluyendo a los
dioses, humanos, y asuras?”
Monjes, durante mucho tiempo, durante incontables eones, el bodhisatva
siempre había estado sin necesidad de recurrir a otros. El había sido su propio
maestro con respecto a los asuntos mundanos. El había sido su propio maestro
con respecto a los asuntos mundanos, y también con respecto a lo que va más
allá del mundo. Durante mucho tiempo el siempre había conocido el momento
adecuado, la ocasión, y la oportunidad para practicar todos los aspectos de las raíces de virtud. Su
conocimiento superior era impecable, y sus cinco clases de poderes superiores
estaban completamente manifiestos. Puesto que tenía dominio perfecto de los
fundamentos de los poderes milagrosos, conocía perfectamente las facultades y
las mentes de los seres. Indudablemente, sabía lo que era apropiado en su
momento, y lo que no era. Buscando la oportunidad correcta, él nunca la
perdería [161], de forma similar al gran océano, el cual siempre es oportuno.
Como el bodhisatva estaba dotado con la fuerza de la sabiduría
clarividente, abarcaba todo lo que tiene que ver con el tiempo, pues conocía:
“Este es el momento adecuado para la disciplina, este es el momento para
la unión, el momento para prestar ayuda, el momento para la ecuanimidad, el
momento para hablar, el momento para quedar en silencio, el momento para
apartarse del mundo, el momento para vagar como un monje errante, el momento para
recitar, el momento para la reflexión profunda, el momento para permanecer en
soledad, el momento para permanecer dentro de los círculos de la realeza, el
momento de estar entre los brahmines y cabezas de familia, el tiempo indicado para
permanecer entre los dioses, nagas, yaksas, gandharvas, asuras, garudas,
kinnaras, mahoragas, Sakra, Brahma, los protectores del mundo, monjes, monjas,
y también entre los novicios y novicias. Este es el momento de enseñar el
Dharma, este es el tiempo adecuado para la interiorización.”
El bodhisatva siempre sabía si el momento era adecuado o no, y siempre
estaba alerta respecto a las oportunidades. Monjes, para los bodhisatvas que
están en su último nacimiento, es costumbre que los Budas, los Bhagavanes, quienes
moran en los campos de Buda de las diez direcciones-mientras estos bodhisatvas
se divierten en las habitaciones de las mujeres-se presenten ante ellos, y con
cantos y sonido de música, los animen a cruzar la puerta del Dharma.
Con respecto a esto se dice:
“Todos los seres perfectos que moran en los campos de
Buda de las diez direcciones,
A través de sus poderes especiales, y acompañados por
música,
Con estos versos y canciones, que son tan agradables y
dulces,
Animan al ser supremo a que abandone su hogar.
“Cuando fuiste testigo del intenso sufrimiento de
otros,
Hiciste una aspiración
Para llegar a ser su protector y su refugio,
Y también su apoyo y defensor supremo.
¡Héroe virtuoso! Recuerda tus acciones previas,
Y tú voto de ayudar a otros.
Esta es tu hora, tu momento;
¡Así que, Ser Supremo, renuncia a tu palacio! [162]
Es para beneficio de aquellos a quienes has dado
previamente
Las mejores riquezas; e incluso tu cabeza, brazos, y
piernas;
Para lo que tú te convertirás en un Buda, el domador
supremo de dioses y humanos;
El más destacado en el mundo, un almacén de cientos de
cualidades.
Debido a tu conducta virtuosa, has practicado
austeridades;
Debido a tu paciencia, has llegado a ser una ayuda
para el mundo;
Debido a tu diligencia, has adquirido cientos de
cualidades,
Tu concentración y sabiduría no tienen igual en los
Tres Reinos.
Los muchos seres afligidos por el enfado y el odio
Tienen que ser abrazados por tu amor, Tathagata.
Aquellos que están perdidos y que carecen de cualquier cualidad de la bondad,
Y los muchos inexpertos, han de sentir tu compasión.
Con tu mérito y sabiduría, la virtud impregna todo tu
cuerpo;
Con tu concentración inmaculada y tu conocimiento
superior, iluminas brillantemente.
Tú iluminas las diez direcciones,
Como la Luna inmaculada cuando no está cubierta por
las nubes.”
Muchas palabras agradables como estas, acompañadas con
música,
Fueron cantadas por los Conquistadores.
Ellos animaron a Quien veneran los dioses y humanos,
diciendo:
“Este es el momento para que renuncies a tu palacio.”
Monjes, indudablemente, el hogar del bodhisatva era algo distinguido,
repleto de las más preciosas pertenencias. Tenía todo lo que una persona podía
ansiar, poseyendo todas las cosas necesarias para llevar una vida cómoda. Como
en un palacio celestial, tenía las mejores de las galerías, torres, tragaluces,
corredores, plantas superiores, y terrazas. Estaba adornado con todo tipo de
joyas de diversos diseños y formas. Había izados parasoles, banderas, y
estandartes. De las celosías colgaban finas campanillas hechas de joyas, lo
mismo que lo hacían cientos de miles de serpentinas de seda. Había guirnaldas
de perlas en las que estaban incrustadas diversas perlas preciosas, y había
también puentes construidos con tablas adornadas con todos los tipos de joya.
Por todas partes había colgadas guirnaldas de flores. En los quemadores de
incienso se dispensaban humos fragantes, y por encima se extendían toldos
hechos con seda. Los jardines estaban adornados con flores de todas las estaciones,
y los estanques estaban llenos de flores de loto blanco completamente abiertas.
En todos los muchos estanques de lotos había bandadas de varias clases de
pájaros, tales como pattraguptas, loros, mynas, cucos, cisnes, pavo reales,
gansos silvestres, kunālas,
y faisanes, los cuales hacían oír sus bellos sonidos. Había suelos cubiertos de
lapislázuli que reflejaban la bella factura del palacio. Verlo era algo
deleitante, y uno nunca se cansaba de mirarlo.
La mansión exquisita y perfecta en la que vivía el bodhisatva [163] era
una fuente de placeres supremos. En su palacio su cuerpo siempre se encontraba
puro e inmaculado. El estaba adornado con guirnaldas de flores y joyas, y sus
miembros estaban perfumados con los aceites más finos y fragantes. Para cubrir
su cuerpo vestía ropas de color blanco inmaculado y de la mejor calidad, sin
ningún tipo de tacha. Las ropas de su cama eran de factura celestial y con los
hilos más delicados; y tan suaves al tacto como el tejido de kācalindi. Allí, en su diván perfecto, se tumbaba
rodeado de su maravilloso séquito de consortes, las cuales parecían jóvenes
diosas. Todas las chicas eran virtuosas, agradables, y con buena conducta.
En el interior de este hermoso palacio el bodhisatva se despertaba con
el sonido de caracolas, timbales, tambores de arcilla, tambores de madera,
laudes, arpas, panderetas, címbalos, y flautas, que producían los más dulces
sonidos y los tonos más melodiosos para acompañar sus dulces canciones. Las
chicas despertaban al bodhisatva con canciones agradables y bellas que estaban
acompañadas por los tonos melodiosos de las flautas. Sin embargo, debido a la
gracia de los Bhagavanes, los Budas de las diez direcciones, los instrumentos
comenzaron a sonar de repente para animar al bodhisatva con los siguientes
versos:
Las chicas están encantadas y alegres;
Tocan delicadas melodías utilizando bellos
instrumentos.
En ese momento, por el poder de los Conquistadores de
las diez direcciones,
Estos muchos versos son oídos, en toda su diversidad:
“Viendo a los seres que siempre están sin protector,
Héroe, tú hiciste la siguiente promesa:
“Yo despertaré al estado supremo más allá de la vejez
y el dolor,
De forma que pueda liberar a los seres de la muerte,
la vejez, y demás sufrimientos.”
Por consiguiente, ¡Oh Virtuoso!, abandona rápidamente
esta bella ciudad,
Y practica la conducta llevada por los sabios de
antaño.
Cuando alcances el lugar correcto sobre la tierra,
Despertarás a la sabiduría incomparable de los
Conquistadores. [164]
En el pasado tú regalaste tus espléndidas riquezas,
E incluso tú diste tus manos, pies, y tu cuerpo amado.
¡Gran Sabio, ahora es tu hora;
Abre el ilimitado río del Dharma para todos los seres!
Tu disciplina inmaculada y virtuosa nunca ha sido rota;
Hasta ahora tú siempre has estado adornado por las mejores
cualidades;
¡Gran Sabio!, nadie posee una disciplina como la tuya;
Ahora tienes que liberar a los seres de sus múltiples
aflicciones.
Durante cientos de vidas te has entrenado en la
paciencia;
Tú tienes paciencia para con todas las palabras
insultantes de los otros.
A través de la paciencia tu eres tolerante, auto
controlado, y estás a gusto.
Señor de los Hombres, ahora tienes que decidirte a
abandonar el hogar.
Tu esfuerzo diligente es firme e inamovible;
¡Sugata!, tu eres grande desde el principio al fin.
¡Virtuoso!, tu domarás a Mara, el maligno, y a todo su
ejército;
Y secarás todos los tres destinos inferiores.
Para esto es para lo que has practicado la conducta
disciplinada y las austeridades,
Para quemar las aflicciones de estos tiempos malvados
y degenerados.
Ahora deja que caiga una lluvia de néctar
Para calmar la sed de aquellos que han carecido de un
protector durante mucho tiempo.
Ahora, recuerda el voto supremo hecho en el pasado:
“Yo abandonaré esta ciudad hermosa ciudad, dejándola
atrás;
Alcanzando rápidamente el estado sin muerte y dolor,
Y satisfaré con el néctar de la inmortalidad a
aquellos que sufren con la sed”
Tú estás versado en las acciones supremas del
conocimiento:
Tu sabiduría es vasta e ilimitada,
Así que ahora, ¡Oh Virtuoso!, haz que brille la
hermosa luz del conocimiento
Sobre aquellos que están atrapados en el engaño y la
duda.
Durante cientos de años te has entrenado en el amor,
En la compasión, la alegría, y la ecuanimidad.[1]
Todos los actos perfectos que has realizado
Los tienes que compartir ahora con los seres.”
A través de todo el esplendor de los Conquistadores de
las diez direcciones,
Surgieron estos versos sobre la maravillosa floración
de las cualidades.
A través de la música estos reverberaron bellamente,
Animando al joven que descansaba en su diván.
En aquel momento, las jóvenes doncellas que daban
placer,
Bellas como eran, estaban tocando canciones
melodiosas.
Al mismo tiempo, los Conquistadores de las diez
direcciones, quienes doman a dioses y humanos,
Hicieron que sus palabras perfectas fueran escuchadas
a través de los instrumentos, con placenteros sonidos: [165]
“Tu, protector de los seres y poseedor de múltiples
cualidades,
Has hecho tuyas las virtudes de los Conquistadores en
tu discurrir por los senderos.
Recuerda tú pasada conducta disciplinada y tus
austeridades;
¡Rápido, dirígete al árbol supremo, y alcanza la
inmortalidad!
Tú que posees la Iluminación, la mayor de las fuerzas,
ofrece el sabor de la inmortalidad
A los dioses y hombres sedientos, quienes carecen de
las cualidades de los Conquistadores.
Estás dotado con las diez fuerzas, y eres honrado por
el sabio.
¡Rápido, Señor de los Hombres, dispensa el néctar de
la inmortalidad!
Tú, Benefactor del Mundo, te deleitas en las
cualidades de los Conquistadores.
En tus vidas anteriores diste tu riqueza, joyas, y
oro;
Tú querida esposa e hijos, tu tierra, ciudades, y
aldeas;
E incluso tu propia cabeza, ojos, manos, y pies.
¡Oh, Mejor de los Hombres! Cuando fuiste un rey
virtuoso
Un hombre vino ante ti, y te pidió tus tierras,
Con todas sus ciudades y aldeas;
Y tú se las diste, y tu mente continuó imperturbable.
En tiempos pasados, ¡Oh Mejor de los Brahmines!
Tú fuiste el virtuoso brahmín de un rey;
Honraste a los maestros espirituales y nunca dañaste a
los demás.
Estableciste a muchos en la virtud, y así renaciste en
las moradas celestiales.
Príncipe, en el pasado cuando eras el mejor de los
sabios espirituales,
Un rey malvado cortó tus miembros llevado por la
cólera. [166]
No obstante, tu mente permaneció imperturbable, y
realizaste los deberes de tu casta.
En aquel tiempo, de tus manos y pies manó leche.
En el pasado fuiste el hijo de un sabio conocido como
Syāma;
En el buen refugio de las montañas, te deleitaste en
la dificultosa disciplina.
Sin embargo, cuando un gobernante te traspasó con sus
flechas envenenadas,
No te sentiste perturbado, y solo sentiste pena por
él.
En el pasado, ¡Oh Receptáculo de cualidades!, cuando
eras el líder de un rebaño de ciervos,
Un cazador fue arrastrado por un impetuoso torrente de
montaña;
Queriendo ayudarle, tú le llevaste a tierra firme.
Incluso poniendo a salvo a tu enemigo, tu mente
permaneció calmada.
¡Hombre perfecto! En el pasado tú naciste como el hijo
de un brahmín,
Cuando tu gema cayó en el océano, tú lo secaste;
Como líder fuerte y firme entre los humanos,
Tú recobraste la joya valiosa.
¡Ser perfecto! En el pasado tú naciste como un sabio
espiritual.
Una vez, cuando un brahmín se aproximó a ti diciendo:
“¡Por favor, dame tu protección!”,
Sabio, tu le dijiste: “Venerable brahmín, yo te
liberaré de tu enemigo.”
Tú diste tu cuerpo, mientras el brahmín conservó el
suyo.
En el pasado tú te aproximaste al sabio Syāma en su lugar, junto a un árbol;
El te preguntó cuantas hojas había en el árbol,
Con tu habilidad contaste acertadamente las hojas,
Y le diste el número exacto. [167]
Previamente fuiste un loro virtuoso de rápidos movimientos
que habitaba en un árbol;
Aunque el árbol murió, tú te quedaste, recordando su
amabilidad.
El jefe de los dioses vio tu virtud, y se regocijó,
Y entonces el restauró el viejo árbol, volviéndolo a
su antigua gloria.
Tu conducta disciplinada y tus austeridades son
incomparables,
Eres un receptáculo de virtud, rico en cualidades,
transitando el sendero de la virtud;
Ha llegado el tiempo para que abandones tu ciudad y tu
tierra:
¡Rápido, establece a los seres en las acciones virtuosas
de los Conquistadores!”
Mientras las perlas entre las mujeres, con sus cuerpos
adornados y exquisitamente vestidas
Tocaban dulces melodías en los mejores instrumentos,
A través del poder de los Conquistadores de las diez
direcciones
En medio de la música se oyeron versos llenos de
gloria:
“¡Oh, Lámpara del mundo, hace muchos eones
Tú tomaste el voto de ser el refugio del mundo
afligido por la vejez y la muerte.
León de los hombres, recuerda este voto tuyo del
pasado;
Señor de los hombres, esta es la hora de que abandones
tu familia.
En millones de vidas anteriores has dado muchos
regalos
Dando tu riqueza, gemas, oro, finas prendas,
cantidades de joyas,
Tus manos, pies, ojos, tus queridos hijos, y la
riqueza de tu reino.
Cuando dabas, tú no sentías enfado u odio hacia
ninguno de aquellos que te pedían.
Sasiketu, tú has sido un rey lleno de calma, generoso
y compasivo, con bellos dientes;
Con una corona de joyas que brilla como la Luna [168]
¡Oh Héroe Intrépido! Rey de ojos hermosos, durante
muchas miríadas de años has ofrecido regalos alegremente,
Esas fueron tus principales acciones, esas fueron las
manifestaciones de tu generosidad.
¡Oh, Sugata! Durante muchos eones tu conducta se ha
dedicado a la moralidad;
Tu moralidad ha sido pura, como una joya inmaculada.
Tú has guardado tu disciplina lo mismo que una hembra
de yak guarda a su ternero;
Deleitándote en la práctica de la moralidad, tú has
prestado un gran servicio a los seres.
Como el mejor de los elefantes tú fuiste herido por
las flechas de un cazador,
Y lleno de compasión hacia ese ser cruel, en tu bondad
lo ayudaste,
Dándole tus hermosos colmillos, pero no tu moralidad.
Tú realizaste esos actos virtuosos y otros más, tales
son las manifestaciones de tu moralidad.
Deleitándote en la tolerancia, tú has sido paciente
con los muchos daños, sufrimientos,
Insultos, asesinatos, y prisiones infringidos por
otros.
En el pasado tu siempre has dado a otros todas las
comodidades,
Y aunque ellos hubieran sido tus verdugos, tú
mantuviste la paciencia.
Protector, una vez tú fuiste un oso que vivía en una
guarida en la montaña,
En aquel tiempo tú rescataste a un hombre aterrorizado
y congelado debido a una avalancha;
Tú le llevaste raíces y frutos silvestres, y le
proporcionaste todo confort.
Aunque él pronto te mató y te llevó, permaneciste
paciente.
Firme, duradero, sólido, y tenaz, así ha permanecido
tu diligencia.
También tu conocimiento, virtudes, y ascetismo, pues
buscabas la iluminación,
Con el poder de tu determinación venciste al demonio
más poderoso.
¡León de los hombres, ha llegado el momento para que
abandones tu hogar! [169]
En el pasado, tú fuiste el mejor de los caballos,
blanco como la nieve:
Lleno de compasión, tú viajaste rápidamente a través
de los cielos a la tierra de las raksasas[2],
Rescataste a los hombres aterrorizados, y los llevaste
a lugar seguro.
Tú has demostrado ese esfuerzo diligente muchas veces.
Siendo un meditador diestro, tú destruiste las
aflicciones con la calma, disciplina moral, y refreno;
Y domaste la mente inestable que va tras los placeres
de los sentidos.
Puesto que te delitas en la concentración, tus
cualidades personales benefician a otros;
¡Ser Perfecto, ha llegado el momento para que
demuestres tu concentración!
En el pasado tú fuiste un sabio dedicado a la
meditación que sabía bien que hacer:
El pueblo, habiendo perdido su rey, te invitó a que te
hicieras cargo del reino;
Tú enseñaste a ese pueblo las diez acciones virtuosas,
y los estableciste en el sendero de Brahma.
Posteriormente, cuando fallecieron, todos ellos fueron
al reino de Brahma.
Tú has dominado el arte de conocer los destinos de los
seres en todas las direcciones,
Sobresales en el conocimiento de la conducta de otros,
en sus lenguajes,
En el conocimiento de los sentidos, en la moralidad, y
en el deber, y en el conocimiento de la causa de los trabajos de la mente.
¡Hijo del rey, para ti ha llegado la hora de abandonar
tu familia!
En el pasado, cuando veías a los seres adoptando
visiones erróneas,
Quienes sufrían debido a la vejez, la muerte, y las
diversas aflicciones,
Tú los instruiste en el sendero correcto que destruye
la existencia.
¡Oh destructor de la oscuridad, tú has beneficiado al
mundo grandemente!”
Por el poder majestuoso de los Conquistadores
surgieron de la melodía de los instrumentos
Muchos versos hermosos llenos de cualidades brillantes,
para animar al héroe:
“Inteligente, ha llegado el tiempo para la
renunciación. [170]
No permanezcas indiferente cuando ves el sufrimiento
de los seres.”
Las mujeres, agradables y alegres están adornadas
Con finas prendas, gemas, collares, perfumes, y guirnaldas
de flores.
Ellas despiertan al Ser Supremo con música y
canciones.
Debido al poder de las bendiciones de los
Conquistadores, los instrumentos cantaron estos versos:
“Fue para beneficio de otros por lo que durante muchos
eones
Tú diste lo que era difícil de dar, y poseíste
moralidad, paciencia, y esfuerzo,
A través de tu entrenamiento en la concentración y la
sabiduría, tu tiempo ha llegado:
“¡Rápido guía, dirige tu mente a la renunciación sin
demora!”
Antes de que tú abandonaras tesoros de joyas, oro,
plata, y adornos,
En todas esas vidas tú realizaste sacrificios de
muchos tipos.
Tú diste a tu esposa, hijos, hijas, tu cuerpo, tu
reino, e incluso tu vida:
Para conseguir la Iluminación, tú diste sin límite
todo aquello que es difícil de dar.
Como rey has sido famoso por el esplendor de tus
buenas obras.
Tú has sido Nimindhara, Nimi, Krishnabandhu,
Brahmadatta, Kesari,
Sahasrajña, Dharmacinti, Arcimat, y Drthajana.
Considerando siempre bien todas las cuestiones, tú
diste a la gente humilde lo que es difícil dar.
Cuando tú fuiste los poderosos Sutasoma, Dīptavīrya,
y Puniarasmi,
Siendo poderoso y generoso, también reconociste la
amabilidad de otros.
¡Oh sabio regio!, tú fuiste el héroe Satyavardhana
quien era como la Luna,
El rey Subhāsitagavesin, y el gentil Sumati. [171]
Tú has sido Chandraprabha, Visesagāmin, y Renu, el maestro de las diez direcciones;
Tú has sido Pradānasūra-el
rey de Kasi- Ratnacūda,
y Sāntaga;
Cuando fuiste estos gobernantes, y también como otros,
tú diste lo que es difícil dar:
¡Lo mismo que entonces diste una lluvia de regalos,
que puedas ahora hacer caer una lluvia de Dharma!
En el pasado tú viste a los mejores de los seres, tan
numerosos como las arenas del Ganges,
Y les hiciste un número de ofrendas inconcebibles e
ilimitadas;
Puesto que tú buscaste la Iluminación suprema para
liberar a los otros,
Héroe, ahora ha llegado el momento de renunciar a esta
ciudad perfecta.
Al principio tú ofreciste una flor de sala a
Amoghadarsin;
Durante un instante miraste hacia Vairocana con una
mente llena de devoción;
Tú ofreciste un mirabolano a Dundubhisvara;
Cuando viste la casa de Candana, llevaste una antorcha
de hierba dentro.
Cuando Renu entró en la ciudad, tú le arrojaste un
puñado de polvo fragante;
Cuando Dharmesvara enseñó el Dharma, lo aplaudiste;
Cuando viste a Samantadarsin, tú le rendiste homenaje;
Tú arrojaste alegremente una cadena de oro a Mahārciskandin.
Tú ofreciste una túnica a Dharmadhvaja; y a Nirodha,
le diste un puñado de alubias;
Tú ofreciste a Jñānaketu una flor de árbol asoka; y a Sārathi, sopa;
Tú ofreciste una lámpara a Ratnasikhin; y a Padmayoni,
medicina;
Tú ofreciste un collar de perlas a Sarvābhibū;
y a Sagara, una flor de loto.
A Padmagarbha tú le ofreciste un toldo, y un
chubasquero a Simha;
A Sālendrarāja tú le ofreciste mantequilla clarificada, y leche a
Puspita. [172]
A Yasodatta le ofreciste flores de kurunta; y a Satyadarsin,
comida.
Tú te postraste ante Jñānameru, y ofreciste ropas a Nāgadatta.
Tú le ofreciste el sándalo más fino a Atyucchagāmin, y a Tisya un puñado de sal.
Tú ofreciste a Mahāvyūha
flores de loto, y joyas a Rasmirāja.
A Sakyamuni le ofreciste un puñado de oro, y alabaste
a Indraketu.
A Sūryānanda le ofreciste unos pendientes, y a Sumati una
corona de oro.
Tú ofreciste una joya a Nāgābhibhū,
y una estera de algodón a Pusya;
A
Bhaisajyarāja tú le ofreciste un parasol precioso, y un trono a Simhaketu.
A
Gunāgradhāri le ofreciste una red de piedras preciosas; y a Kashyapa,
instrumentos.
A
Arciketu tú le ofreciste polvos de aroma exquisito; y a Caityaka, flores.
Tú
ofreciste un palacio de varios pisos a Aksobhyarāja, y una guirnalda de flores
a Lokapūjita.
A
Tagarasikhin le ofreciste tu reino, y Durjaya una gran cantidad de incienso.
Te
ofreciste a ti mismo a Mahāpradīpa; y a Padmottara, adornos de joyas.
A
Dharmaketu le ofreciste flores diversas, y a Dīpamkara, lotos azules.
En
el pasado tú hiciste estas y otras ofrendas,
Diversas
y maravillosas, a los mejores de los hombres.
Recuerda
a los Budas del pasado y las ofrendas hechas a estos maestros;
No
abandones a aquellos que sufren, dejándolos sin protección; abandona tu hogar.
Meramente
por ver a Dīpamkara tú conseguiste la paciencia suprema;
Y
también los cinco conocimientos superiores imperecederos.
Con
gran placer tú honraste a innumerables Budas, más de los que puede abarcar el
pensamiento,
A
lo largo de innumerables eones, en todos los universos. [173]
Ahora
han pasado ilimitados eones y todos esos Budas han entrado en el nirvana,
¿Dónde
están ahora todos tus cuerpos y nombres del pasado?
Todas
las cosas perecen por naturaleza, no hay permanencia en lo condicionado.
Los
deleites, reinos, y disfrutes son impermanentes, así que abandona esta ciudad
perfecta.
Lo
mismo que el infierno aterrador y terrible, cuando este eón llegue a su fin,
La
vejez, la enfermedad, y la muerte dan un miedo grande y terrible.
Finalmente,
todas las cosas son condicionadas y por consiguiente no duran.
Mira
a aquellos que sufren intensamente y renuncia, ¡Oh Capaz!”
Como
el séquito de las mujeres despertó al Señor de los hombres,
El
cual estaba descansando sobre una cómoda cama,
Con
el sonido de laudes, flautas, y otros instrumentos,
Del
sonido de esos instrumentos surgieron las siguientes palabras:
“Los
tres reinos están abrasados con el sufrimiento de la vejez y la enfermedad;
Este
mundo está en llamas debido al fuego de la muerte, y carece de protector.
Al
estar siempre engañados en la existencia contaminada,
Los
seres dan vueltas como una abeja capturada dentro un vaso.
Los
tres reinos son inestables, como las nubes de otoño;
El
nacimiento y la muerte de los seres son como estar asistiendo a una
representación;
La
vida de un ser pasa rápidamente,
Como
un relámpago en el cielo, o un torrente precipitándose de una montaña.
Debido
al anhelo hacia la existencia y la ignorancia,
Los
seres nacen como humanos, dioses, o en los tres destinos desafortunados.
En
su ignorancia siempre están girando dentro de estas cinco formas de existencia,
Como
la rotación de una rueda de alfarero.
Las
formas bellas, los sonidos agradables, las dulces fragancias,
Los
sabores deliciosos, la sensación táctil placentera,
La
trampa de estos tiempos desafortunados ha capturado a los seres,
Del
mismo modo en que la trampa del cazador atrapa a un mono.
Los
objetos de disfrute llevan a mucho daño y sufrimiento,
Nos
traen los miedos, crean enemigos, y llevan a la depravación.
Un
ser noble los rechazará como si se tratara de un recipiente lleno de vómito,
El
filo de una espada, o hiedra venenosa.
El
deseo es la raíz del sufrimiento y crece como una parra,
Siempre
va acompañado por miedos y luchas.
Produce
la niebla del olvido, la oscuridad mental,
Y
siempre genera las causas del temor. [174]
Los
seres nobles ven al deseo
Como
un terrorífico pozo lleno de brasas;
O
lo ven como un gran pantano, o como estar caminando sobre filos de espadas,
O
como el filo de un cuchillo untado con miel.
Como
la cabeza de una víbora, o como un recipiente lleno de vómito;
Así
es como los sabios ven al deseo.
Los
deseos son como una punzada de dolor, y son tan frágiles como el huevo de un
pajarito;
Lo
mismo que un hueso entre los perros, son la causa principal de la enemistad.
Los
objetos de deseo son como el reflejo de la Luna en el agua,
Son
como un reflejo, o como un eco;
Son
como una ilusión, o como una representación teatral;
O
como un sueño; así lo perciben los seres nobles.
Los
objetos de deseo son momentáneos y vacíos,
Son
tan irreales como una ilusión mágica o un espejismo;
No
tienen substancia, son como una burbuja de agua o de espuma.
Los
instruidos realizan que esos objetos emergen de la conceptualización.
Al
principio, en la juventud, cuando uno tiene un cuerpo bonito,
Uno
gusta y es deseado, y actúa como un insensato.
Pero
cuando uno se hace viejo, el sufrimiento y las enfermedades conquistan el
esplendor del cuerpo,
Uno
es abandonado, lo mismo que un rio seco es abandonado por el ciervo.
Cuando
uno es poderoso y disfruta de la riqueza, granos, y posesiones,
Uno
es querido y deseado, y actúa como un insensato.
Sin
embargo, cuando la riqueza se agota y aparece el sufrimiento,
Uno
es abandonado, como si viviera en un desierto solitario.
Lo
mismo que un árbol con sus flores y frutos,
La
gente ama a la persona que se deleita en la generosidad.
Sin
embargo, cuando la riqueza se va, uno se convierte en un vagabundo, alguien
miserable en la vejez;
Llegado
a ese punto, lo mismo que un buitre, uno desagrada a todo el mundo.
Cuando
uno es poderoso, rico, y hermoso, uno es como un señor;
A
la gente le gusta estar con esta persona, y uno complace sus sentidos.
Sin
embargo, cuando uno es viejo, con el sufrimiento de la enfermedad y el
agotamiento de la riqueza,
Uno
llega a ser tan desagradable como la muerte.
Cuando
uno es viejo y ya ha pasado la juventud,
Lo
mismo que un árbol alcanzado por un rayo,
Uno
se va agotando, y das miedo los demás, como una casa en ruinas.
¡Rápido,
sabio, dinos como evitar la vejez!
La
vejez marchita a hombres y mujeres,
Lo
mismo que la hiedra mālu lo hace en un bosque de árboles sāla.
La
vejez roba el esfuerzo diligente de uno, su energía, y su poder,
Es
como una persona caída dentro de una ciénaga.
La
vejez hace que la persona bella se convierta en fea;
La
vejez roba el esplendor de uno y roba su poder;
La
vejez se lleva tu felicidad y te derrota;
La
vejez te trae la muerte, y destruye tu fuerza vital. [175]
Existen
cientos de enfermedades, y el estar acosados por la enfermedad
Lleva
el tormento a los seres, lo mismo que el ciervo es atormentado por el fuego en
el bosque.
¡Mira
a esos seres que son vencidos por la vejez y la enfermedad,
Y
explica rápidamente cómo liberarse del sufrimiento!
Lo
mismo que una fuerte nevada durante el invierno
Se
lleva la vida del pasto, árboles, y hierba,
Del
mismo modo la enfermedad y la vejez roban la vitalidad de los seres
Y
destruyen sus facultades, cuerpos, y fuerza.
La
vejez y la enfermedad agotan todas las reservas de riquezas y grano,
Traen
una angustia enorme a los seres.
Crean
resentimiento y animadversión entre los seres queridos,
Atormentan
intensamente a todos, como el Sol en el cielo.
Cuando
llega la hora de la muerte
Uno
siempre se ve separado de las personas amadas y de sus posesiones favoritas;
No
habrá vuelta posible, o una nueva oportunidad para encontrarse,
Lo
mismo que las frutas o las hojas arrastradas por el rio, nunca vuelven al
árbol.
La
muerte hace que el poderoso se vea sin ayuda;
La
muerte roba a todos, como un rio arrastrando un árbol.
Uno
tiene que afrontarlo solo, sin amigos o compañía;
Uno
es impotente, pero sigue el resultado de sus acciones.
La
muerte devora seres a cientos,
Como
un monstruo marino devorando a numerosos seres,
O
como un garuda devorando a un naga, o un elefante agarrando a un león,
O
del mismo modo en que un fuego devora las plantas, hierbas, y seres vivos.
Para
liberar a los seres de esos cientos de calamidades,
Para
eso hiciste tú aspiración.
Recuerda
ahora esa aspiración hecha en tiempos pasados,
Ha
llegado el momento de que abandones tu casa.”
Mientras
el grupo de mujeres deleitantes
Estaban
despertando con su música al Gran Sabio,
En
ese momento, a través del poder de los Tathagatas,
Del
sonido de los instrumentos salieron estos versos maravillosos.
“Todo
lo compuesto se desintegra rápidamente,
Nada
dura más de lo que lo hace un relámpago en el cielo.
Ahora
ha llegado tu tiempo,
¡Ha
llegado el tiempo de que abandones tu hogar, Oh Disciplinado!
Lo
condicionado es impermanente e inestable.
Su
naturaleza es destruirse, como un vaso de tierra sin cocer.
Son
como las cosas prestadas por otro,
O
como una ciudad de arena, así de corta es su duración.
Todas
esas cosas son impermanentes por naturaleza,
Como
un enlucido de barro aplicado durante la lluvia,
O
como los bancos de arena de un rio,
Dependen
de condiciones y tienen una naturaleza frágil. [176]
Los
fenómenos condicionados son como la luz de una lámpara,
Tienen
la naturaleza de venir e irse rápidamente.
Lo
mismo que el viento, no permanecen.
Son
como la espuma, frágiles, e insustanciales.
Las
cosas condicionadas son inertes y vacías,
Cuando
son examinadas, son como el tallo del platanero.
Son
como una ilusión que engaña la mente;
Son
como un puño vacío que engaña a los niños.
Todas
las cosas se originan
Basándose
en causas y condiciones;
Siendo
una la causa de otra, surgen en dependencia.
Y
sin embargo aquellos que son como niños no reconocen esto.
Lo
mismo que la hierba valvaja depende de la hierba muñja,
Para
dar la fuerza adecuada a la cuerda,
O
lo mismo que un cubo en un pozo depende de un torno,
Uno
no puede funcionar sin el otro.
Los
doce vínculos de la originación dependiente también funcionan así,
Estando
todos ellos en dependencia mutua,
Una
cosa surge tras la otra.
Y
no puede verse donde termina una cosa y empieza la otra.
Cuando
tienes una semilla, de ella puede crecer un brote,
No
obstante, la semilla no es el brote,
Y
aún así no es diferente;
De
esta forma la naturaleza verdadera no conoce permanencia e impermanencia.
Las
formaciones kármicas tienen como base a la ignorancia;
Las
formaciones kármicas no existen verdaderamente.
La
ignorancia y las formaciones kármicas
Son
naturalmente vacías e inertes.
El
sello hace que aparezca la marca del sello,
No
obstante el sello no es transferido a ninguna parte.
No
es la marca, y no obstante no es algo completamente diferente.
De
este modo, las formaciones kármicas están más allá de aniquilación e
impermanencia.
Es
basándose en el ojo y en la forma
Como
aparece la consciencia visual.
Sin
embargo la forma no es dependiente del ojo,
Ni
la forma es transferida al ojo.
Aunque
todo esto carece de un yo y es repulsivo,
Los
seres lo perciben como poseyendo un yo y como algo hermoso.
Aunque
esto es una imputación errónea y corrompida,
La
consciencia del ojo surge de ello.
La
consciencia cesa y vuelve a surgir,
El
practicante observa este cesar y surgir de la consciencia;
No
va a ningún sitio y no viene de ningún sitio.
El
practicante percibe la consciencia como vacía e ilusoria. [177]
Puesto
que es necesario la combinación de las tres:
La
pieza de madera de abajo, la superior, y la acción de las manos;
Un
fuego nace en dependencia de las condiciones.
Nace,
cumple su propósito, y cesa rápidamente.
De
este modo algunos eruditos investigan:
“¿De
dónde viene esto, y dónde va?”
Ellos
investigan en todas direcciones,
Y
encuentran que nada viene ni va.
Las
condiciones para los agregados, los campos de los sentidos, y los elementos,
Son
la ignorancia, el ansia, y el karma.
Cuando
todos estos están juntos, eso es llamado “un ser”;
Aunque
a nivel último no hay nada allí.
Basándose
en los labios, la garganta, paladar, y lengua,
Son
producidos los sonidos de las sílabas;
No
acontece solo con el cuello o el paladar,
En
ellos no puede encontrarse ningún sonido individualmente.
Basándose
en estas tres cosas juntas surge el habla;
Surge
basada en el poder de la mente y la inteligencia.
No
obstante mente y habla son por naturaleza invisibles,
No
hay ningún lugar en el que puedan ser encontradas, dentro o fuera.
Cuando
el instruido analiza el ir y venir
Del
habla, voces, sonidos, y tonos.
Ve
que toda habla es como un eco,
Momentáneo
y sin substancia.
Basándose
en la madera y las cuerdas,
En
combinación con el movimiento de las manos,
Debido
a la concurrencia de estas tres cosas, pueden aparecer los sonidos
De
los instrumentos, tales como el melodioso laúd.
Cuando
alguna gente capaz analiza esto, y se pregunta:
“¿De
dónde viene el sonido, y a dónde va?”
Ellos
pueden buscar en todas direcciones,
Sin
embargo, nunca encuentran el origen del sonido o su destino.
Así
es como aparecen todos los fenómenos compuestos,
Estando
basados en causas y condiciones.
El
practicante observando la naturaleza verdadera de lo condicionado
Ve
que todas las cosas son vacías e inertes.
Los
agregados, los campos de los sentidos, y los elementos
Son
vacíos en lo interno y en lo externo;
Carecen
de una entidad propia y no permanecen,
Esencialmente
todas las cosas son como el espacio.
El
que todas las cosas son de este modo
Tú
lo realizaste cuando encontraste a Dīpamkara.
Eso
que tú comprendes exactamente tal como es
Has
de hacer que sea comprendido ahora por dioses y humanos. [178]
Los
seres son quemados por el apego y el enojo,
A
pesar de que son imputaciones falsas, pues tales males no son reales.
¡Oh,
Guía, libera la corriente de néctar,
Las
aguas refrescantes provenientes de la nube de la compasión!
“Una
vez que alcance la suprema iluminación,
Yo
reuniré las riquezas nobles para los seres.”
¡Oh
Capaz, diciendo esto tu buscaste la suprema iluminación,
Y
durante muchos millones de eones hiciste ofrendas a los doctos!
¡Recuerda
tus acciones realizadas previamente!
Guía
de los seres, no olvides traer estas riquezas nobles
Para
aquellos que están desalentados, son pobres, y están sufriendo!
Reúnelos
ofreciéndoles las verdaderas riquezas.
“Yo
mostraré a millones de seres
La
puerta perfecta que lleva al néctar de los reinos superiores.”
Diciendo
esto, tú guardaste bien tu moralidad
Para
bloquear la entrada en los destinos desafortunados.
Mantén
tu disciplina moral y realiza tus deseos,
Recuerda
tus pasadas acciones,
Cierra
la puerta a los tres reinos inferiores,
Y
abre las puertas al néctar de los reinos superiores.
“Yo
forcejearé con la hostilidad y el enojo de los seres,
Y
los liberaré a todos el océano de la existencia.
Yo
los estableceré en la paz y en la felicidad carente de enfermedad.”
Diciendo
esto tú te entrenaste siempre en la paciencia.
¡Recuerda
tus acciones previas!
No
abandones a aquellos involucrados en acciones erróneas,
Debido
a que están perturbados por la animosidad, la malicia, y los malos deseos.
Tu
dijiste: “Yo llevaré a esos seres al nivel de paciencia,
Yo
prepararé el barco del Dharma,
Liberaré
a los seres del océano de la existencia,
Y
los estableceré en la paz y felicidad carentes de enfermedad.”
Diciendo
esto, tú confiaste en el esfuerzo entusiasta para conseguir esto.
¡Recuerda
tus acciones previas!
Los
cuatro ríos arrastran a los seres;
Rápido,
rescata a aquellos seres que carecen de guía
A
través del poder de tu esfuerzo y de la fuerza de tu moralidad.
“Yo
estableceré en el Sendero Noble a esos seres
Que
tienen confusas sus facultades y que sufren debido a que sus pensamientos
son como monos.”
¡Oh
Ser Dulce! Para realizar esto
Tú
te has entrenado en la concentración que elimina las emociones aflictivas.
¡Recuerda
tus acciones previas!
No
abandonando a esos seres afligidos,
Quienes
están agitados por la red de las emociones aflictivas,
Estableciste
a esos seres en la concentración en un solo punto. [179]
“Yo
daré a los seres velados por la oscuridad del engaño y la ignorancia
Una
visión de las muchas puertas del Dharma.
Les
proporcionaré ojos para que puedan ver la realidad.”
Diciendo
esto, tú meditaste en la sabiduría.
¡Recuerda
tus acciones previas!
A
aquellos seres velados por la oscuridad del engaño y la ignorancia
Tú
tienes que darles la luz excelente del conocimiento sagrado,
El
ojo del Dharma, que es inmaculado e impecable.”
Estos
versos surgieron del
Sonido
de los instrumentos tañidos por las mujeres.
Escuchándolos,
toda la somnolencia del bodhisatva se disipó,
Y
él emplazó su mente en la perfecta y completa Iluminación.
Monjes, de
este modo, aunque el bodhisatva estaba en la compañía de sus mujeres, el no
podía evitar oír el sonido del Dharma. No podía evitar pensar en el Dharma.
Monjes, esto fue debido a que durante mucho tiempo el bodhisatva había rendido
homenaje al Dharma y a aquellos que enseñan el Dharma. Desde lo más profundo de
su ser él se esforzó en el Dharma, deseó el Dharma, y tan solo encontraba
deleite en el Dharma. Era insaciable en su búsqueda del Dharma.
El enseñó
el Dharma tal como lo había oído. El era un maestro en la generosidad otorgando
el regalo insuperable del Dharma excelente. No tenía ninguna clase de tacañería
a la hora de enseñar el Dharma. Respecto al Dharma, el no se guardaba nada como
maestro. Practicaba el Dharma que enseñaba. Era valeroso a la hora de hacer
manifiesto el Dharma. Encontró su hogar en el Dharma, su protección, y su
refugio. Su punto de referencia era el Dharma, y también era su último recurso.
Tenía al Dharma como su objeto de meditación, y siendo diestro en la paciencia,
él practicó la perfección de la sabiduría y consiguió los medios hábiles.
Monjes,
con un dominio completo de los medios hábiles, el bodhisatva mostró las
acciones adecuadas con respecto a los deseos de todas sus concubinas. El actuó
conforme lo hicieron los bodhisatvas del pasado quienes, mientras estaban en
medio del mundo, actuaban de forma mundana. Puesto que el bodhisatva ya hacía mucho
tiempo que había realizado lo fútil del deseo, ahora el mostraba deleite en el
disfrute sensual sin desearlo realmente, simplemente para madurar a otros.
Debido al único poder de la acumulación de mérito que él había reunido gracias
a las ilimitadas raíces de virtud, mostró las cualidades el gobernador del
mundo. Mostró un disfrute completo de las formas, sonidos, olores, sabores, y
texturas deleitantes que iban más allá de cualquiera de las conocidas entre
dioses y humanos en términos de calidad y amplitud. [180]
El mostró
un dominio de la mente, la cual estaba libre de cualquier apego hacia ninguna
de las deleitantes muchachas complacientes. Él maduró a aquellos que estaban
ahora en su compañía como amigos debido al poder de sus aspiraciones previas, y
a su acumulación previa de raíces de virtud. Debido a ello él era capaz de
permanecer entre sus consortes sin ser perturbado nunca por las manchas de las
emociones mundanas. Mientras estaba viendo cuál era el momento apropiado para
madurar el potencial de aquellos que estaban a su alrededor, el bodhisatva
mantenía firmemente en su mente su anterior promesa.
El
manifestó el Dharma del Buda y perfeccionó el poder de la aspiración. El sentía
gran compasión hacia los seres, y el principal pensamiento en su mente era conseguir su libertad completa. El
entendió que, al final, cualquier tipo de riqueza se termina agotando. Entendió
que la existencia cíclica está llena de terrores y calamidades. El se liberó de
los malignos grilletes de Mara, se liberó de la prisión de la existencia
cíclica, y había dirigido su atención hacia el nirvana.
Monjes,
desde el mismo principio el bodhisatva ya había entendido los muchos defectos
de la existencia cíclica. El había puesto fin sinceramente a todo esfuerzo
hacia cualquier fenómeno compuesto, y también a toda clase de ansia y
aferramiento. En su lugar, él solo sentía interés en el Dharma del Buda. Se
había vuelto hacia el nirvana y había vuelto su espalda a la existencia
cíclica. Se deleitaba en el dominio de un Tathagata, porque él se había
separado del dominio de Mara.
Percibiendo
que los Tres Reinos están abrasados por los defectos de la existencia cíclica,
su deseo era liberarse de ellos, y llegó a ser diestro en eliminar de sí mismo
los defectos y las faltas de la existencia cíclica. Su deseo era convertirse en
alguien ordenado, y su mente estaba repleta con el pensamiento del abandono del
hogar. Estaba determinado a vivir en la soledad, y se deleitaba en buscar lo
apartado. Su deseo era descansar en su verdadera naturaleza, y en paz.
El se
esforzó en servir de ayuda a ambos, a sí mismo y a los otros, y era un héroe de
persistencia inigualable. El quiso servir de ayuda al mundo, y asistir al
mundo. El deseó la felicidad y la paz de la realización para beneficio del
mundo. El sentía compasión hacia el mundo y quería ayudarlo. Estaba lleno de
amor, saturado de gran compasión, y era diestro en el arte de atraer a
otros. Nunca estaba triste. Era diestro
en madurar y entrenar a otros. En su corazón el albergaba un amor hacia todos
los seres semejante al que siente uno por su hijo único.
El había
abandonado su deseo de obtener objetos materiales y no les prestaba atención.
Se deleitaba en la dádiva y el compartir. Nunca negaba nada, sino que con la
mano abierta daba con valentía. Hacía ofrendas religiosas. Acumuló mérito
perfecto y lo guardó bien. [181] A través de la disciplina moral él se liberó cualquier
mancha o tacañería, y poseía un control perfecto de sus pensamientos. El era un
gran benefactor incomparable. Incluso aunque daba, el nunca albergaba una
expectativa de recompensa. Era un donante heroico dispuesto a someter a las
huestes hostiles de toda la multitud de emociones aflictivas, las primeras de
las cuales eran el anhelo, deseo, apego, enfado, soberbia, orgullo, engaño, y
avaricia.
El nunca
dejó de dar continuamente, dando lugar al estado de omnisciencia. Siempre
estaba bien protegido por una armadura de gran generosidad. Sentía amor y
compasión hacia el mundo, y deseaba ayudarlo. Su protección y su cota de malla
era el esfuerzo diligente. Su propósito era la liberación de los demás. Su
poder era la compasión, y su fuerza era el coraje. No volvía la espalda.
Mantenía una completa imparcialidad con respecto a todos los seres, y su arma
era la generosidad. Era capaz de satisfacer las esperanzas y los deseos de los
demás. Era un vaso adecuado para la Iluminación, que realizaba el Dharma
continuamente. El dedicaría su despertar a todos los seres. No bajaba su
estandarte. Cuando daba, su generosidad no contemplaba la existencia del
sujeto, objeto, y la acción. El poseía el arma adamantina afilada de la
sabiduría suprema. El conquistó a todas las fuerzas oponentes de las emociones
aflictivas.
Era
disciplinado, diestro, y se comportaba correctamente. Era cuidadoso con todas sus
acciones físicas, verbales, y mentales; y mostraba temor de cometer incluso la
más ligera acción no virtuosa. Su disciplina moral era perfectamente pura.
Mentalmente él había abandonado todas las faltas, y ahora estaba limpio y sin
tacha. Su mente era inamovible, y no lo perturbaban las emociones aflictivas
resultantes del habla negativa, de la calumnia, la animosidad, crítica,
inculpación, maldición, golpeo, amenazas, asesinato, encadenamiento, y prisión.
Mantenía perfectamente la paciencia y la dulzura. No tenía deseos de hacer
daño, nunca hizo daño a nadie, y estaba completamente libre de cualquier
pensamiento malicioso.
El había
dado lugar a una celosa diligencia que estaba centrada en la ayuda a otros.
Tenía una determinación firme. No podía ser apartado de realizar todas las
prácticas que son las raíces de virtud. Poseía atención mental y conocimiento.
Su mente no estaba distraída y permanecía en la concentración en un solo punto. Era diestro en el análisis de
los fenómenos. El había encontrado la luz, y la oscuridad había desaparecido
para él. Su mente estaba llena de pensamientos con respecto a la naturaleza de
la impermanencia, sufrimiento, y la repulsión. El se había entrenado en las
aplicaciones de la atención mental; los abandonos correctos; las bases de los
poderes milagrosos; las fuerzas; los poderes; las ramas de la Iluminación; el
sendero; las cuatro verdades nobles; y todos los principios conducentes a la
Iluminación.
Su mente
estaba purificada por la calma mental y la sabiduría. El percibía la verdad de
la originación dependiente. Puesto que había realizado la verdad, el no confiaba
en otros. El había dominado las tres puertas a la liberación. Había realizado
que todos los fenómenos son como una ilusión, un espejismo, un sueño, el reflejo
de la Luna en el agua, un eco, una ilusión óptica. [182] Monjes, de esta forma
el bodhisatva vivía de acuerdo al Dharma. Permanecía en la sabiduría de este
modo. Permanecía de esta manera en un estado de cualidades inmensas. Se
esforzaba así para el beneficio de otros.
Animado
incluso más por esos versos que surgían del sonido de los instrumentos debido a
las bendiciones de los Budas de las diez direcciones, en ese momento el
bodhisatva manifestó las cuatro puertas del Dharma con el propósito de madurar a
su séquito de consortes, lo mismo que habían hecho todos los bodhisatvas
previos en sus últimas existencias. ¿Cuáles son esas cuatro puertas del Dharma?
La primera
puerta del Dharma que él manifestó es llamada realización pura. Se
refiere a las cuatros formas de atraer discípulos: generosidad, habla
agradable, ayudar cuando es necesario, y practicar lo que uno sostiene.
La segunda
puerta del Dharma que él manifestó es llamada el nivel irreversible.
Produce el poder de la aspiración hacia la inagotable omnisciencia, y asegura
que la capacidad de las Tres Joyas es reafirmada y no está gastada.
La tercera
puerta del Dharma que él manifestó es llamada poniendo en práctica la gran compasión.
Es la actitud de no abandonar nunca a ningún ser.
La cuarta
puerta del Dharma que él manifestó es llamada la gran colección. Consiste
de la fuerza única de la acumulación de sabiduría, la cual discierne el
significado de las diferentes categorías vinculadas con todos los factores de
la Iluminación.
Estas son
las cuatro puertas del Dharma que él manifestó. Llegado a ese punto, para
madurar a todo su séquito de consortes, él produjo muchas manifestaciones
milagrosas. Debido al poder del bodhisatva, esas proyecciones milagrosas causaron
cientos de miles de puertas del Dharma que surgieron de los sonidos de la
música, tales como las siguientes:
“A
través de las profundas aspiraciones en el corazón de uno,
Y
al sincero sentimiento de compasión hacia los seres,
Nace
el más eminente pensamiento de la Iluminación.”
Esas
palabas surgieron de los instrumentos musicales.
“Fe,
devoción, dedicación, respeto,
Ausencia
de orgullo, y humildad ante los maestros;
Investigación
y búsqueda de la naturaleza de la virtud,
Y
entrenamiento en la atención mental.” Esas fueron las palabras que surgieron. [183]
“Generosidad,
calma, tranquilidad, disciplina moral,
Paciencia,
esfuerzo diligente,
Concentración,
absorción meditativa,
Sabiduría,
y medios hábiles.” Esas fueron las palabras que surgieron.
“A
través de establecerte en el amor, la compasión,
Alegría,
ecuanimidad, conocimiento superior,
Y
las cuatro maneras de reunir discípulos,
Tú
madurarás a los seres.” Esas fueron las palabras que surgieron.
“Analiza
los cuatro fundamentos de la atención mental,
Los
abandonos correctos, las bases de los poderes milagrosos,
Las
cinco fuerzas, los cinco poderes, y las ramas de la iluminación.”
Esas
fueron las palabras que surgieron.
“Las
divisiones del sendero óctuple de los nobles,
Tranquilidad,
sabiduría, impermanencia,
Sufrimiento,
ausencia de entidad inherente, y repulsión.”
Esas
fueron las palabras que surgieron de los instrumentos.
Libre
de apego, soledad,
Conocimiento
de la extinción, no surgimiento,
Cesación,
no permanencia, y nirvana.”
Esas
palabras surgieron de los instrumentos.
Esas
palabras surgieron de los instrumentos
A
través del bodhisatva perfecto.
Como
todas estas mujeres lascivas oyeron estas palabras y las aprendieron,
Dirigieron
sus aspiraciones a la iluminación al Ser Perfecto.
Monjes,
mientras el bodhisatva permanecía de esta manera entre su séquito de consortes,
él maduró a 84.000 mujeres junto con muchos cientos de miles de dioses, que se
habían reunido con el objeto de alcanzar la insuperable, perfecta, y completa
Iluminación.
Cuando
llegó el momento de que el bodhisatva abandonara su hogar, allí llego un hijo
de los dioses procedente del Cielo de Tushita, cuyo nombre era Hrīdeva, para
hacer una visita respecto a la insuperable y perfecta iluminación del
bodhisatva. Entonces, en la quietud de la noche él llegó al palacio junto con
una compañía de 32.000 hijos de los dioses para servir y venerar al bodhisatva.
Cuando llegó se paró en medio del aire, y cantó estos versos al bodhisatva:
“¡Famoso,
tú has manifestado tu muerte!
¡León
de los Hombres, también has manifestado
tu nacimiento!
Para
enseñar al séquito de consortes
Tú
has actuado de acuerdo a las convenciones mundanas. [184]
Mientras
estás actuando conforme a las convenciones mundanas,
Tú
has madurado a muchos dioses y humanos.
Hoy
ha llegado la hora,
Así
que, por favor, considera abandonar tu hogar.
Si
no te liberas a ti mismo, serás incapaz de liberar a otros;
Una
persona ciega no puede mostrar el camino.
Cuando
estén siendo entrenados por ti,
Ellos
también pueden generar el deseo de abandonar sus hogares.
Tienes
que abandonar tus propiedades y los juegos del amor,
Y
las siete riquezas que se encuentran en los cuatro continentes.
Cuando
la gente oiga que tú has a abandonado todo eso,
Todo
el mundo, con sus dioses y humanos, anhelará lo mismo.
Tú
no encuentras deleite en el deseo,
Permaneces
en el gozo de la concentración.
Sin
embargo, a muchos cientos de dioses y de humanos
Tú
los has despertado de su sueño.
Lo
mejor de la vida es muy breve;
Pasa
rápidamente, como el agua de una cascada.
Puesto
que la juventud se va terminando,
El
abandono del hogar no parecerá atractivo.
Así
que márchate ahora de casa,
Mientras
aún eres joven y estás en lo mejor de la vida.
Cumple
tu promesa
Y
actúa en interés de la multitud de dioses.
Los
objetos de deseo nunca resultan satisfactorios,
Son
como el agua salobre del océano.
Sin
embargo, aquellos que poseen sabiduría están satisfechos,
Son
aquellos seres puros que han transcendido el mundo.
Tú
eres el deleite del reino del Rey Suddhodana,
Quien
se ha ganado sus corazones y mentes.
Tu
rostro es como un loto en flor con cientos de pétalos.
¡Así
que, por favor, considera el partir ahora mismo!
Los
seres están sufriendo debido ardiente tormento de las emociones aflictivas,
Carecen
de refugio, y están aprisionados por pesados grilletes.
¡Héroe,
rápido, establécelos en la paz,
En
el sendero que lleva a la liberación completa!
Tu,
que eres el médico perfectamente conocedor,
¡Por
favor, establece en la felicidad del nirvana
A
los seres atacados por las enfermedades, quienes han sufrido durante tanto
tiempo,
Dispensándoles
la medicina del Dharma!
Los
seres están ciegos en la oscuridad de su propio sopor,
Y
enmarañados por una red de visiones erróneas.
Tu
eres el ojo de dioses y humanos,
Así
que, rápido, haz que brille la luz de la sabiduría.
“Nosotros
debemos de ver a quien ha alcanzado la Iluminación,
Y
escuchar el Dharma insuperable.”
Así
dicen los numerosos dioses, semidioses, nagas,
Yaksas
y gandharvas que están esperándote.
El
rey de los nagas puede ver tu esplendor
Puesto
que este alcanza sus dominios.
El
trae infinitas ofrendas,
Así
que complace su deseo de llevar una conducta disciplinada.
“Tu
mente será perfecta a los pies del árbol de la Iluminación,
Y
todos nosotros estaremos presentes con cuatro boles de ofrecimientos.”
Eso
dicen los Cuatro Guardianes del Mundo y sus ejércitos,
Quienes
te están aguardando.
Incluso
el pacífico y compasivo Brahma,
Quien
habla dulcemente, te está esperando, mientras piensa:
“He
de pedir a este Señor de los hombres
Que
gire la rueda incomparable.”
Los
dioses que veneran el despertar,
Están
todos presentes en el asiento de la Iluminación.
Ellos
te esperan, pensando:
“Seremos
testigos de su despertar.”
Es
cierto que los bodhisatvas muestran
Su
actividad con consortes.
¡Sin
embargo, deberías de estar en la vanguardia,
Y
no caer detrás de ellos!
¡Recuerda
el sonido dulce y las palabras agradables
De
Dīpamkara cuando hizo su profecía!
¡Qué
resuene ahora el sonido de la voz del Conquistador,
La
voz que es auténtica y está libre de error!
Esto concluye el Capítulo Trece, sobre “Las exhortaciones.”