martes, 31 de julio de 2012

Sutra de la Total Extinción del Dharma.

Esto he oído:

Cierta vez el Buda se encontraba en el estado de Kusinagara; él iba a alcanzar el Paranirvana dentro de tres meses.

Junto con todos los monjes y todos los Bodhisattvas, una enorme multitud vino a visitar el lugar en el que se encontraba el Buda, y se postraron en el suelo ante él. El Honrado por Todo el Mundo estaba inmóvil, en silencio, y no predicaba nada. Su natural brillante radiación no se manifestaba.

El sabio y respetable Ananda le prestó obediencia, y se dirigió al Buda diciendo: “Honrado por Todo el Mundo, siempre que tú has predicado el Dharma, tú majestuoso brillo ha sido ilustremente único. Pero ahora, ha venido junta una gran multitud, y tu irradiación no se está manifestando en lo más mínimo. ¿Cuál es la razón de esto? Ciertamente, tiene que haber una razón, y nosotros queremos que nos enseñes su significado.”

El Buda estaba en silencio, y no respondió. Después de que Ananda le repitiera la pregunta tres veces, el Buda le dijo:

“Después de mi Nirvana, las Cinco Faltas (matar al padre, matar a la madre, matar a un Arhat, hacer sangre a un Buda, crear desunión en la Comunidad) ensuciarán el mundo, y el sendero de  Mara (el demonio) florecerá en sobremanera. Los Maras se convertirán en monjes para arruinar y destruir mi Sendero; o vestirán las ropas de los laicos, disfrutando el uso de tejidos multicolores. Beberán vino y comerán carne, matarán a los seres sintientes en su deseo de disfrutar de delicados sabores. No tendrán mentes compasivas, ellos se odiarán y envidiarán unos a otros.

A veces, habrá Bodhisattvas, Realizadores Solitarios (Pratyekabuddhas) y Oyentes (Arhats) que se concentrarán sin distracción en cultivar el mérito y en tratar a todos los seres con reverencia; siendo los objetos de la devoción de la gente, predicarán y convertirán con imparcialidad. Sentirán compasión por el pobre, y siempre tendrán al anciano en sus pensamientos, y cuidarán de aquellos que estén en la pobreza y la dificultad. Ellos inducirán constantemente a la gente a adorar y servir a las escrituras sagradas y a las imágenes, practicando todos aquellos actos que acumulan mérito; sus deseos y sus naturalezas serán la gentileza y la bondad. Ellos no perseguirán o injuriarán a la gente, sino que ellos mismos se sacrificarán por la liberación de los demás. Ellos no se excusarán, sino que se crecerán con el insulto, siendo benevolentes y armoniosos.

Existiendo tal tipo de ser, el grupo de los monjes de Mara se unirán para odiarlo, difamándolo, y centrándose en sus defectos. El será expulsado y desterrado; ellos no soportarán que pueda permanecer. A partir de entonces, todos ellos dejarán de cultivar el mérito de acuerdo al Sendero. Los templos estarán vacíos y desolados, y no serán vueltos a reparar, sino que se dejarán que se derrumben en ruinas. Los monjes no codiciarán más que los bienes materiales; acumulándolos sin repartirlos, no harán buenas acciones.

Tratarán en esclavos y esclavas, ararán los campos y los plantarán, deforestando las montañas con el fuego, y causando daño a todos los seres vivos; ellos no tendrán mentes compasivas.

Los hombres esclavos llegarán a convertirse en monjes, las mujeres esclavas se convertirán en monjas; ellos no tendrán ninguno de los méritos que surgen de la práctica del Sendero, sino que serán impuros y depravados, sucios y turbulentos; los hombres y las mujeres no estarán separados.

¡La razón por la que el Sendero llegará a ser débil y superficial, es debido todo ello a este tipo de personas!

Algunos se evadirán de la policía tomando refugio en mi Sendero, aparentando haberse hecho monjes, pero sin practicar los preceptos y las reglas. Al medio y el final del mes lunar, aunque nominalmente ellos debieran de cantar los preceptos, estarán cansados de ello, y resentidos; perezosos y descuidados, y no desearán escuchar. Ellos seleccionarán y abreviarán aquí y allá, no queriendo hablar de ello. Las escrituras no serán recitadas, y aunque debería de haber lectores, no conocerán los caracteres y las frases; ellos forzarán interpretaciones y afirmarán que son exactas, no preocupándose de preguntar a quienes saben. En su arrogancia ellos perseguirán la fama, haciendo un alarde vano de elegantes maneras que sirvan para glorificarlos, y esperan las ofrendas de la gente.

Este grupo de monjes de Mara estarán destinados a caer condenados en el Infierno del Avici tras el final de sus vidas. En su castigo por haber cometido las Cinco Faltas, no habrá sufrimiento que no experimenten como fantasmas hambrientos (pretas) y como animales domésticos durante tantos Kalpas como granos de arena hay en el rio Ganges. Cuando su karma esté agotado, solo entonces volverán a renacer como humanos, pero renacerán en un estado fronterizo, en el que no habrá ningún lugar en el que se puedan encontrar las Tres Joyas.

Cuando el Dharma esté al borde de ser destruido, serán las mujeres quienes se concentrarán en el progreso espiritual, y tendrán el hábito de practicar buenas acciones. Los hombres serán perezosos e indolentes, no les encontrarán utilidad a las palabras del Dharma. Considerarán a los monjes como si fueran una escoria; en sus mentes no habrá ninguna creencia.

Cuando el Dharma esté a punto de ser destruido, y cuando llegue el tiempo para eso, todos los dioses llorarán. Las estaciones secas y las húmedas no seguirán sus ciclos, los cinco granos no madurarán, prevalecerán los vapores pestilentes; habrá mucha muerte. La gente común trabajará en condiciones penosas, los oficiales públicos serán calculadores y desconsiderados; no sometiéndose a los principios del Sendero, todos ellos tendrán sus corazones puestos en el placer o en el desorden. Los hombres perversos se incrementarán gradualmente en número, para ser como las arenas del mar; los buenos serán muy escasos, no más de uno o dos.

Debido a que el kalpa está próximo a su fin, los días y los meses llegarán a ser cada vez más cortos, y la vida de los hombres pasará más y más rápidamente; sus cabezas estarán canas a los cuarenta.

Los hombres serán impuros y depravados; ellos agotarán su semen y sus vidas se acortarán, viviendo la mayoría hasta la edad de sesenta años. Las vidas de los hombres llegarán a hacerse más cortas, pero sin embargo las vidas de las mujeres llegarán a ser más largas, hasta los setenta, ochenta, o noventa; algunas alcanzarán los cien años.

Ocurrirán grandes inundaciones de forma repentina, que golpearán por sorpresa, sin contar con ellas. La gente en el mundo no tendrá fe, y por lo tanto tomarán al mundo como algo permanente. Criaturas de todo tipo, sin distinción entre el acomodado y el plebeyo, se ahogarán y flotarán, siendo estrellados, para ser comidos por los peces y las tortugas.

En esa época, habrá Bodhisattvas, Realizadores Solitarios, y Oyentes; el grupo de Maras los echará fuera, y ellos no formarán parte de la comunidad religiosa. Estos tres tipos de discípulos entrarán en las montañas, a una tierra de mérito. Serenos y auto controlados ellos permanecerán contentos así. Sus vidas se harán más largas, los diversos dioses los protegerán y cuidarán de ellos, y el Bodhisattva Chandraprabha (Luz de Luna) aparecerá en el mundo. Ellos serán capaces de reunirse con él, y juntos harán que mi Sendero florezca.

En cincuenta y dos años después de esto, el Sutra de Surangama y el pratyutpanna samadhi (en él se ven a los Budas de las Diez Direcciones) cambiarán de forma prematura y desaparecerán; y poco después las doce divisiones del Canon Mahayana también serán destruidas en su totalidad, y no volverán a aparecer. Los hábitos de los mojes espontáneamente se volverán blancos.

Cuando mi Dharma esté destruido, el proceso será comparable al de una lámpara de aceite, la cual al estar cercano el momento de apagarse, iluminará incluso con más brillo e irradiación, y entonces se extinguirá. Cuando mi Dharma sea destruido, con seguridad será como una lámpara apagándose.

Lo que ocurrirá entonces no es posible describirlo en detalle. Pero varios miles de miríadas de años después de que esto suceda, Maitreya descenderá para ser el Buda en el mundo. Todos los que estén bajo el cielo disfrutarán de paz, prosperidad, e igualdad; los vapores pestilentes serán dispersados y  expulsados. Entonces la lluvia volverá a ser apropiada, y los cinco granos crecerán y florecerán. Los árboles crecerán altos, y los hombres medirán ochenta pies de altura (25m). Todos ellos vivirán ochenta y cuatro mil años. Es imposible el contar cuantos seres vicos serán capaces de salvarse.”

El sabio y respetable Ananda le prestó obediencia, y le dijo al Buda: “¿Cómo debemos de llamar a este Sutra? ¿Cómo ha de ser venerado y practicado?”

El Buda le dijo a Ananda: “El nombre de este Sutra es “La Total Extinción del Dharma”. Propagadlo a todos; deberíais de hacer que todos tuvieran una comprensión clara y completa de él. Los méritos de sus realizaciones son ilimitados, y no pueden ser contados.”

Los cuatro tipos de discípulos oyeron el Sutra; golpeados por el dolor y tristes, todos ellos hicieron voto de alcanzar la Suprema Iluminación. Todos prestaron obediencia al Buda, y partieron.

 

 

 

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.

 

 

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