miércoles, 6 de septiembre de 2017

Sutra del Desarrollo de la Actividad Completa. (Lalitavistara Sutra) Capítulo Dos: La gran inspiración.

CAPÍTULO DOS: LA GRAN INSPIRACIÓN.


Y ahora monjes, ¿Qué es esta vasta enseñanza sobre el Dharma, llamada Lalitavistara?

Monjes, el bodhisatva estaba morando en el Cielo de Tushita; y tras haber obtenido su consagración, recibía ofrendas; y era alabado y reverenciado por cien mil dioses. [8] Sus propósitos habían sido conseguidos; y se elevaba debido a la fuerza de sus aspiraciones. Su inteligencia era tal que él había adquirido la sabiduría que penetra el significado de todo el Dharma del Buda.

El bodhisatva estaba dotado con el ojo de sabiduría que a la vez era vasto y puro; tenía una gran memoria e inteligencia, realización, prudencia, modestia, y alegría; y su mente era extraordinariamente poderosa. El había practicado los grandes medios hábiles, habiendo alcanzado la maestría en las perfecciones de la generosidad, moralidad, paciencia, esfuerzo gozoso, concentración, y sabiduría. Practicaba las Cuatro Moradas de Brahma[1]: gran amor, gran compasión, gran regocijo, y gran ecuanimidad. Dotado de una gran consciencia, el estaba libre de los oscurecimientos, y había manifestado una sabiduría ilimitada, libre de apegos. Similarmente, el había perfeccionado todos y cada uno de los factores de la Iluminación[2]: los cuatro fundamentos de la atención mental[3], los cuatro abandonos correctos[4], los soportes de los poderes milagrosos[5], las fuerzas[6], los poderes[7], las ramas de la Iluminación[8], y el Sendero[9].
El cuerpo del bodhisatva estaba adornado bellamente con los signos y marcas sublimes, los cuales indican su ilimitada acumulación de mérito y sabiduría, debido a haberse involucrado en la conducta apropiada durante mucho tiempo. Actuando siempre de acuerdo a sus palabras, sus certeras sentencias siempre eran verdaderas. Siendo a la vez honesto, sincero, y carente de astucia, su mente era invencible. Libre de orgullo, presunción, arrogancia, miedo, y timidez, el era imparcial para con todos los seres.
El bodhisatva había rendido homenaje a innumerables Budas, a billones de billones de Budas. Su mirada amorosa era reverenciada por millones y millones de bodhisatvas. Similarmente, Sakra, Brahma, Mahesvara, los guardianes del mundo, los dioses, nagas, gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y yaksas, en sus multitudes, se regocijaban de su gloria.
Tras haber discernido claramente el significado de cada una de las palabras, el bodhisatva tenía una comprensión del Dharma que era a la vez sin obstrucción-con un claro discernimiento-y perfecta. Era un recipiente de memoria incomparable, capaz de recordar las enseñanzas de todos los Budas. El número de dharanis[10] que él había recibido era infinito. El bodhisatva era el gran capitán de la gran nave del Dharma, el cual había realizado perfectamente a través de los fundamentos de la atención mental, los abandonos correctos, los soportes de los poderes milagrosos, las fuerzas, los poderes, las ramas de la Iluminación, el Sendero, la perfección de conocimiento, la cualidad preciosa de los medios hábiles, y el mérito.
Con la intención de ir más allá de los cuatro torrentes[11], conquistó a Mara, sometió a las fuerzas hostiles, y derrotó a todos sus oponentes. El se enfrentó y destruyó a las hordas enemigas de las aflicciones con el arma del vajra de la sabiduría suprema.

Este gran ser era como un loto. Este loto nació de la intención superior, y poseía un tallo de gran compasión, que estaba profundamente enraizado en la mente de la Iluminación.[12] Estaba rociado con el agua de la gran diligencia, y tenía como centro los medios hábiles; sus anteras eran las ramas de la Iluminación, y como estambres tenía a la estabilidad mental. Este loto surge en un océano inmaculado formado por una vasta acumulación de virtudes. Sus pétalos en flor, que están iluminados por la luz lunar libre del tormento del orgullo y la arrogancia, son prístinos. Emitiendo en las diez direcciones un aroma de moralidad, estudio, y palabra conscientemente pronunciada, este loto era el más sobresaliente en todos los mundos en términos de conocimiento, [9] y sin embargo no estaba manchado por ninguno de los ocho intereses mundanos[13]. Irradiaba la dulce fragancia de la acumulación de mérito y de sabiduría, mientras lo calentaba luz solar del conocimiento y sabiduría, haciendo que se abrieran los cien pétalos de su visión pura.

El bodhisatva era un león entre los hombres. Sus cuatro soportes de los poderes milagrosos eran rápidos y fuertes; y también las garras y los incisivos de las Cuatro Verdades Nobles eran afilados en extremo. Enseñaba los colmillos de los cuatro inmensurables[14], y con su cabeza reunía en torno a sí a los demás por medio de las cuatro formas de atraer[15]. Poseía un cuerpo bien proporcionado debido a su compresión completa de los doce vínculos de la generación dependiente[16]; y su melena estaba formada de consciencia y sabiduría, debido a su perfección de las treinta y siete ramas de la Iluminación. Su boca abierta rugiente eran las tres puertas de la liberación[17], mientras que sus ojos indicaban la pureza de su incomparable calma mental y visión penetrante. Habita en las cuevas de montaña de la estabilidad mental, la liberación completa, la absorción meditativa, y la meditación profunda. Nacido en la jungla de las cuatro actividades[18] y de la disciplina moral, estaba dotado con los diez poderes[19], las cuatro ausencias de miedo[20], y el poder perfecto. Los pelos de su cuerpo no se erizan con el miedo a la creación y destrucción; y somete a las masas de los no budistas-quienes son como conejos y ciervos-con su gran rugido de león de la ausencia de una entidad propia inherentemente existente.

Como el gran Sol (del Mérito) de los grandes seres, los rayos de conocimiento radiados desde la órbita de su liberación y concentración, eclipsaban la luz de los enjambres de luciérnagas de los no budistas, y eliminaban la penumbra y la película oscurecedora de la ignorancia. Indudablemente, al estar dotado con fuerza brillante y diligencia, la majestad radiante de su mérito iluminaba brillantemente entre dioses y humanos.

Como la gran Luna, en él no hay oscuridad pues encarna perfectamente todo lo que es virtuoso. Verlo era hermoso de contemplar, y agradaba a la mente; y su facultad del ojo no conocía la obstrucción. Adornado por una constelación de cien mil dioses, la luz lunar de las ramas de la Iluminación[21] que irradian desde su concentración, liberación, y sabiduría hace que los hombres y dioses maduren como flores de kumuda.

El gran bodhisatva era seguido por las cuatro clases de seguidores[22], lo mismo que la Luna es seguida por los cuatro continentes; y estaba dotado con las joyas de las siete ramas de la Iluminación. Era imparcial para con todos los seres, y poseía una capacidad analítica sin impedimento. Su propósito estaba realzado por las austeridades sublimes y perfectamente completas, y por la observación de las prácticas espirituales del sendero de las diez acciones virtuosas. El es el Rey del Dharma, y ha girado incesantemente la Rueda del Dharma supremo, sin impedimentos; habiendo nacido dentro de un linaje de monarcas universales[23].

Imbuido con todas las preciosas enseñanzas del Dharma, incluida la de la generación dependiente-la cual es tan profunda y difícil de entender-nunca se cansó de estudiar. Así pues, su sabiduría ilimitada había llegado a hacerse vasta y omnisciente. Su disciplina moral también estaba más allá de toda medida. Sin la menor duda, su mente era tan vasta como el océano y la tierra. Siendo igual a la tierra, agua, aire, y fuego, [10] su mente era tan firme e inmóvil como el Monte Meru. Estaba libre de apego y rechazo, y su mente era tan prístina y abierta como el centro del espacio: era vasta y no igualada por ninguna otra. Su intención superior era supremamente pura; su práctica de la generosidad era perfecta, como lo fueron sus esfuerzos previos y sus hechos superiores.

El había sembrado todas las raíces de virtud y había dado lugar a todas las tendencias positivas. Discerniendo correctamente cuáles eran las virtudes básicas, él practico todas esas virtudes durante un periodo de siete eones incalculables; el hizo regalos de las siete clases, y practicó las cinco formas de crear mérito; y también transitó por el sendero de las diez acciones virtuosas, y practicó las cuarenta clases de aplicación correcta. Similarmente, el había generado los cuarenta tipos de aspiración correcta, había estado inmerso en los cuarenta tipos de intención correcta, había perfeccionado las cuarenta clases de liberación, y ejercitaba los cuarenta tipos de interés correcto.

El había atendido a cuatro millones de miríadas de Budas, y había hecho devotas ofrendas a cincuenta y cinco millones de miríadas de Budas, y había hecho regalos a cientos de millones de Realizadores Solitarios. El estableció a innumerables seres en los senderos hacia los reinos superiores y la liberación. El deseaba convertirse en un Buda Completamente Iluminado; alcanzar el despertar supremo, perfecto, y completo.

Quedándole tan solo una vida, el falleció y renació en el Cielo de Tushita como un niño hijo de los dioses, cuyo nombre era Svetaketu. La asamblea de los dioses le mostró gran reverencia, honrándole como al mejor de sus hijos, como uno que dejaría de estar entre ellos para renacer entre los humanos, donde él llegaría a convertirse en un Buda, alcanzado la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.

El residía en un palacio celestial de 32.000 plantas, adornado con balcones, cúpulas, arquitrabes, luceros, pabellones frescos, almacenes, y patios. Este palacio estaba adornado con parasoles, banderas, y estandartes; estaba cubierto por toldos hechos de pequeñas campanillas enjoyadas, y había esparcidas flores de mandarava y de maha-mandarava.
Los cantos de billones de doncellas celestiales podían ser oídos en todo el palacio. [11] Este resulta encantador, e incluso los suelos estaban cubiertos con toldos dorados; también había diversas clases de plantas, tales como atimuktakas de color blanco perla, magnolios, enredaderas de trompetas, orquídeas, muchalindas, mahamuchalindas, asokas, banyans[24], árboles de caqui, narras, karnikāras, kesaras, sālas, y coral. En cada dirección había toldos llenos de flores rebosando de jyotis, mālikas, barasikas, taranīs, sumanas, bali, kotaranis, y otras flores de dulces fragancias. También había flores danukari, flores celestiales, lotos azules, lotos rosados, lirios de agua, y lotos blancos. En el aire volaban diversas clases de pájaros, cantando sus hermosas melodías. Entre ellos había loros, sārikas, cucos, gansos, pavos reales, patos, faisanes, agachadizas, perdices, y muchos otros.

Millones y millones de dioses de giraban sus ojos hacia el palacio, y lo miraban con respeto. En su interior se proclamaba el Dharma vasto y profundo de forma completa y, debido a la fuerza de su aspiración entusiasta, dominó todas las aflicciones, eliminando el orgullo, la vanidad, la arrogancia, la agresión, la venganza y el enfado; y trayendo felicidad, bienestar, alegría, y atención mental en una vasta escala.

El bodhisatva moraba confortablemente en este gran palacio celestial, donde en medio de una sinfonía de 84.000 instrumentos musicales, emergía un discurso sobre el verdadero Dharma. De sus sonidos surgían los siguientes versos de aspiración, que narraban las muchas actividades virtuosas que el bodhisatva realizó en los tiempos pasados:

“Recuerda el poder de tu vasta acumulación de mérito,
Y el conocimiento iluminador de tu inteligencia ilimitada;
Tú fuerza sin igual, y tu gran poder.
Recuerda la profecía de Dipamkara.

Con una mente libre del amplio espectro de las impurezas,
Tú has pacificado el engreimiento y los defectos, eliminando las tres impurezas,
Mientras tu corazón virtuoso es a la vez prístino y libre de falta.
Recuerda todos tus actos generosos en el pasado.

Tú que has cultivado la calma y la moralidad,
Que has practicado austeridades y paciencia, controlado y diligente,
Con concentración y la fuerza del conocimiento,
Recuerda todas las acciones en las que te has involucrado en billones de eones.

Tú desarrollaste amor hacia todos los seres,
E hiciste ofrendas a millones de Budas.
¡Recuerda, no olvides, tú que tienes renombre infinito!
Ahora es el momento, ¡No lo dejes pasar!

¡Oh, Inmaculado! Destructor de las aflicciones, del nacimiento y la muerte,
Los dioses, nagas, yaksas, gandharvas,
Y los poderosos semidioses te esperan.
Tú, que conoces la vida y la muerte, ¡Renace!

Incluso el disfrute de las cosas agradables durante miles de eones
No los satisfará, lo mismo que el agua salada no aplaca la sed de uno.
Ahora que tú estás saciado, se amable.
¡Por favor, satisface a aquellos que han estado sedientos durante tanto tiempo!

¿No eres alguien de reputación intachable,
Que se deleita en el Dharma, y no en el deseo? [12]
Y además tus ojos son inmaculados,
Así que, por favor, mira al mundo con sus dioses, con amor.

¿No se sienten satisfechos los dioses
Después de haber oído el Dharma de ti?
Así que ahora, por favor, posa tu mirada en aquellos que moran
En los reinos inferiores, aquellos que no tienen libertad.

Con tu mirada poderosa e inmaculada, ¿No has observado
A los Budas en todas las diez direcciones,
Escuchando como ellos exponían el Dharma?
Por favor, revela este Dharma supremo al mundo.

¡Oh, Glorioso! ¿No adornas el palacio de Tushita
Con el esplendor de tu mérito?
Así que, por favor, con el corazón lleno de compasión
Que caiga como una lluvia sobre el estandarte de la victoria de Jambudvipa.

Muchos dioses del Reino de la Forma
Que han transcendido el Reino del Deseo,
Todos ellos se regocijan contigo, diciendo:
“¡Alcanza el despertar a través de tus austeridades!”

Protector, tú vas a vencer a las acciones de Mara,
Y a traer la derrota a los no budistas.
¿Acaso no ha sido colocado el despertar en la palma de tu mano?
Ahora es el momento, ¡No lo dejes pasar!

¡Oh, lleno de coraje! Como un gran banco de nubes
Tú cubres este mundo que arde con el fuego de las aflicciones.
Por favor, envía una lluvia de néctar
Y alivia las aflicciones de dioses y humanos.

Lo mismo que un médico experto conocedor de la constitución de sus pacientes,
Tú dispensas la medicina que cura a aquellos con una enfermedad crónica.
Con la salvación sanadora de las tres liberaciones,
Lleva rápidamente a esos seres al estado gozoso del  nirvana.

No oyendo el rugido del león,
Los chacales aúllan sin miedo.
Emite el rugido de león de los Budas
Llevando el miedo dentro los corazones de los budistas, quienes son como chacales.

Sosteniendo en tu mano la lámpara del conocimiento,
Tienes un poder, fuerza, y diligencia que es única sobre la tierra.
Ahora tienes que derrotar a los Maras,
Tocando la tierra con la palma perfecta de tu mano.

Los cuatro guardianes del mundo están presentes,
Esperando para ofrecerte un bol de limosnas.
Sakra, Brahma, y millones de otros dioses también están presentes
Esperando a recibirte cuando renazcas.

Con tu sabiduría sublime; tú, cuyo linaje es indudablemente grande,
Posa tu mirada sobre la gran familia entre los cuales renacerás,
Observa la preciosa familia, la familia excelsa entre la cual renacerás.
[13] Pues entre ellos, es donde manifestarás la conducta del bodhisatva.

Cuando una joya preciosa es colocada en el vaso correcto,
Ello hace que la joya sea incluso más gloriosa.
Similarmente, deja que tu mente prístina, como una joya preciosa,
Se precipite como una lluvia sobre el estandarte de la victoria de Jambudvipa.”

Así resonaban los sonidos melodiosos
De los muchos versos, según brotaban,
Exhortando al Compasivo con las siguientes palabras:
“Ahora es el momento, ¡No lo dejes pasar!”


Esto concluye el Capítulo Dos, sobre “La Inspiración”.













[1] Brahma-vihāra. Los cuatro inmensurables.
[2] En su conjunto son 37, y son comunes para los dos vehículos: Hinayana y Mahayana.
[3] Son cuatro: atención 1) al cuerpo, 2) sensaciones, 3) mente, y 4) fenómenos.
[4] Son cuatro: 1) no desarrollando ninguna tendencia no virtuosa, 2) eliminando cualquier tendencia no virtuosa; 3) cultivando cualquier tendencia no virtuosa aún no poseída; y 4) asegurar el incremento de las tendencias virtuosas que uno ya posee.
[5] Son cuatro: 1) el poder milagroso de la determinación; 2) del esfuerzo; 3) de la atención; y 4) del discernimiento.
[6] Son cinco: 1) la fuerza de la fe, 2) diligencia, 3) atención mental, 4) concentración, y 5) sabiduría.
[7] Son cinco: 1) el poder de la fe, 2) diligencia; 3) atención mental, 4) concentración, y 5) sabiduría.
[8] Son siete: 1) discernimiento preciso de los fenómenos, 2) atención mental; 3) diligencia; 4) gozo; 5) flexibilidad mental y física; 6) absorción meditativa; y 7) ecuanimidad.
[9] El Noble Sendero Óctuple: 1) visión correcta; 2) intención correcta; 3) habla correcta; 4) acción correcta; 5) modo de vida correcto; 6) esfuerzo correcto; 7) atención mental correcta; y 8) concentración correcta.
[10] Retenciones totales, son fórmulas o mantras que sintetizan y permiten recordar el significado de una enseñanza de Dharma en particular.
[11] Ogha. Los cuatro torrentes o ríos, similares a las cuatro efusiones o pérdidas (āsrava) son: 1) los deseos de los sentidos, 2) el deseo hacia la existencia cíclica; 3 )las visiones erróneas, y 4) la ignorancia.
[12] Bodhicitta.
[13] Ganancia y pérdida, alabanza y crítica, fama e irrelevancia, placer y dolor.
[14] Brahma vihāra, las moradas de Brahma.
[15] Las cuatro formas de atraer al Dharma son: 1) dar al discípulo bienes materiales cuando es necesario; 2) utilizar palabras agradables; 3) actuar para el beneficio del discípulo; y 4) ser consecuente con las palabras y enseñanzas de uno.
[16] Los doce vínculos de la generación dependiente son: 1) ignorancia; 2) formaciones kármicas, 3) consciencia; 4) nombre y forma; 5) las seis facultades de los sentidos; 6) contacto; 7) sensaciones; 8) ansia; 9) aferramiento; 10) devenir; 11) nacimiento; 12) vejez y muerte.
[17] Vacuidad, carencia de signos, y carencia de deseos.
[18] Andando, acostado, sentado, y permaneciendo de pie; cualquier tipo de actividad está encuadrado en alguna de estas cuatro.
[19] Dasa-bala. Un Buda tiene el conocimiento perfecto de: 1) la forma correcta o incorrecta de actuar de acuerdo a cada circunstancia, y de su retribución kármica; 2) la retribución kármica de cada ser en el pasado, presente, y futuro; 3) los niveles de concentración, liberación, y profunda absorción meditativa; 4) la capacidad  de cada ser; 5) los deseos y preferencias de cada ser; 6) la naturaleza y clase de cada ser; 7) la consecuencia de todas las acciones, con aflicciones o libres de ellas; 8) las vidas pasadas de los seres y sus causas kármicas; 9)las vidas futuras de los seres y sus causas kármicas; 10) el final definitivo de sus aflicciones y hábitos tras alcanzar la Budeidad.

[20] Un Buda tiene cuatro ausencias de miedo porque: 1) ha alcanzado la Omnisciencia; 2) ha erradicado todas sus aflicciones; 3) no tiene miedo en explicar los obstáculos a la Iluminación ante cualquier asamblea; 4) no tiene miedo al explicar el sendero correcto que lleva a la extinción del sufrimiento.
[21] [21] Las Siete Ramas de la Iluminación son: atención correcta, discriminación correcta de los fenómenos, esfuerzo correcto, alegría correcta, flexibilidad correcta, concentración correcta, y ecuanimidad correcta.


[22] Monjes, monjas, laicos, y laicas.
[23] Chakravartin, literalmente “que gira la rueda.”
[24] Higueras de Bengala.