CAPÍTULO DOS: LA GRAN INSPIRACIÓN.
Y ahora monjes, ¿Qué es esta
vasta enseñanza sobre el Dharma, llamada Lalitavistara?
Monjes, el bodhisatva estaba
morando en el Cielo de Tushita; y tras haber obtenido su consagración, recibía
ofrendas; y era alabado y reverenciado por cien mil dioses. [8] Sus propósitos
habían sido conseguidos; y se elevaba debido a la fuerza de sus aspiraciones. Su
inteligencia era tal que él había adquirido la sabiduría que penetra el
significado de todo el Dharma del Buda.
El bodhisatva estaba dotado
con el ojo de sabiduría que a la vez era vasto y puro; tenía una gran memoria e
inteligencia, realización, prudencia, modestia, y alegría; y su mente era
extraordinariamente poderosa. El había practicado los grandes medios hábiles,
habiendo alcanzado la maestría en las perfecciones de la generosidad,
moralidad, paciencia, esfuerzo gozoso, concentración, y sabiduría. Practicaba
las Cuatro Moradas de Brahma[1]: gran
amor, gran compasión, gran regocijo, y gran ecuanimidad. Dotado de una gran
consciencia, el estaba libre de los oscurecimientos, y había manifestado una
sabiduría ilimitada, libre de apegos. Similarmente, el había perfeccionado todos
y cada uno de los factores de la Iluminación[2]: los
cuatro fundamentos de la atención mental[3], los
cuatro abandonos correctos[4], los
soportes de los poderes milagrosos[5], las
fuerzas[6], los
poderes[7], las
ramas de la Iluminación[8], y el
Sendero[9].
El cuerpo del bodhisatva
estaba adornado bellamente con los signos y marcas sublimes, los cuales indican
su ilimitada acumulación de mérito y sabiduría, debido a haberse involucrado en
la conducta apropiada durante mucho tiempo. Actuando siempre de acuerdo a sus
palabras, sus certeras sentencias siempre eran verdaderas. Siendo a la vez
honesto, sincero, y carente de astucia, su mente era invencible. Libre de orgullo,
presunción, arrogancia, miedo, y timidez, el era imparcial para con todos los
seres.
El bodhisatva había rendido
homenaje a innumerables Budas, a billones de billones de Budas. Su mirada
amorosa era reverenciada por millones y millones de bodhisatvas. Similarmente,
Sakra, Brahma, Mahesvara, los guardianes del mundo, los dioses, nagas,
gandharvas, asuras, garudas, kinnaras, y yaksas, en sus multitudes, se
regocijaban de su gloria.
Tras haber discernido
claramente el significado de cada una de las palabras, el bodhisatva tenía una
comprensión del Dharma que era a la vez sin obstrucción-con un claro
discernimiento-y perfecta. Era un recipiente de memoria incomparable, capaz de
recordar las enseñanzas de todos los Budas. El número de dharanis[10] que él
había recibido era infinito. El bodhisatva era el gran capitán de la gran nave
del Dharma, el cual había realizado perfectamente a través de los fundamentos
de la atención mental, los abandonos correctos, los soportes de los poderes
milagrosos, las fuerzas, los poderes, las ramas de la Iluminación, el Sendero,
la perfección de conocimiento, la cualidad preciosa de los medios hábiles, y el
mérito.
Con la intención de ir más
allá de los cuatro torrentes[11],
conquistó a Mara, sometió a las fuerzas hostiles, y derrotó a todos sus
oponentes. El se enfrentó y destruyó a las hordas enemigas de las aflicciones
con el arma del vajra de la sabiduría suprema.
Este gran ser era como un
loto. Este loto nació de la intención superior, y poseía un tallo de gran
compasión, que estaba profundamente enraizado en la mente de la Iluminación.[12] Estaba
rociado con el agua de la gran diligencia, y tenía como centro los medios
hábiles; sus anteras eran las ramas de la Iluminación, y como estambres tenía a
la estabilidad mental. Este loto surge en un océano inmaculado formado por una
vasta acumulación de virtudes. Sus pétalos en flor, que están iluminados por la
luz lunar libre del tormento del orgullo y la arrogancia, son prístinos.
Emitiendo en las diez direcciones un aroma de moralidad, estudio, y palabra
conscientemente pronunciada, este loto era el más sobresaliente en todos los
mundos en términos de conocimiento, [9] y sin embargo no estaba manchado por
ninguno de los ocho intereses mundanos[13].
Irradiaba la dulce fragancia de la acumulación de mérito y de sabiduría,
mientras lo calentaba luz solar del conocimiento y sabiduría, haciendo que se
abrieran los cien pétalos de su visión pura.
El bodhisatva era un león
entre los hombres. Sus cuatro soportes de los poderes milagrosos eran rápidos y
fuertes; y también las garras y los incisivos de las Cuatro Verdades Nobles
eran afilados en extremo. Enseñaba los colmillos de los cuatro inmensurables[14], y con
su cabeza reunía en torno a sí a los demás por medio de las cuatro formas de
atraer[15]. Poseía
un cuerpo bien proporcionado debido a su compresión completa de los doce
vínculos de la generación dependiente[16]; y su
melena estaba formada de consciencia y sabiduría, debido a su perfección de las
treinta y siete ramas de la Iluminación. Su boca abierta rugiente eran las tres
puertas de la liberación[17],
mientras que sus ojos indicaban la pureza de su incomparable calma mental y
visión penetrante. Habita en las cuevas de montaña de la estabilidad mental, la
liberación completa, la absorción meditativa, y la meditación profunda. Nacido
en la jungla de las cuatro actividades[18] y de la
disciplina moral, estaba dotado con los diez poderes[19], las
cuatro ausencias de miedo[20], y el
poder perfecto. Los pelos de su cuerpo no se erizan con el miedo a la creación
y destrucción; y somete a las masas de los no budistas-quienes son como conejos
y ciervos-con su gran rugido de león de la ausencia de una entidad propia
inherentemente existente.
Como el gran Sol (del Mérito)
de los grandes seres, los rayos de conocimiento radiados desde la órbita de su
liberación y concentración, eclipsaban la luz de los enjambres de luciérnagas
de los no budistas, y eliminaban la penumbra y la película oscurecedora de la
ignorancia. Indudablemente, al estar dotado con fuerza brillante y diligencia,
la majestad radiante de su mérito iluminaba brillantemente entre dioses y
humanos.
Como la gran Luna, en él no
hay oscuridad pues encarna perfectamente todo lo que es virtuoso. Verlo era
hermoso de contemplar, y agradaba a la mente; y su facultad del ojo no conocía
la obstrucción. Adornado por una constelación de cien mil dioses, la luz lunar
de las ramas de la Iluminación[21] que
irradian desde su concentración, liberación, y sabiduría hace que los hombres y
dioses maduren como flores de kumuda.
El gran bodhisatva era
seguido por las cuatro clases de seguidores[22], lo
mismo que la Luna es seguida por los cuatro continentes; y estaba dotado con
las joyas de las siete ramas de la Iluminación. Era imparcial para con todos
los seres, y poseía una capacidad analítica sin impedimento. Su propósito
estaba realzado por las austeridades sublimes y perfectamente completas, y por
la observación de las prácticas espirituales del sendero de las diez acciones
virtuosas. El es el Rey del Dharma, y ha girado incesantemente la Rueda del
Dharma supremo, sin impedimentos; habiendo nacido dentro de un linaje de
monarcas universales[23].
Imbuido con todas las
preciosas enseñanzas del Dharma, incluida la de la generación dependiente-la
cual es tan profunda y difícil de entender-nunca se cansó de estudiar. Así
pues, su sabiduría ilimitada había llegado a hacerse vasta y omnisciente. Su
disciplina moral también estaba más allá de toda medida. Sin la menor duda, su
mente era tan vasta como el océano y la tierra. Siendo igual a la tierra, agua,
aire, y fuego, [10] su mente era tan firme e inmóvil como el Monte Meru. Estaba
libre de apego y rechazo, y su mente era tan prístina y abierta como el centro
del espacio: era vasta y no igualada por ninguna otra. Su intención superior era
supremamente pura; su práctica de la generosidad era perfecta, como lo fueron
sus esfuerzos previos y sus hechos superiores.
El había sembrado todas las
raíces de virtud y había dado lugar a todas las tendencias positivas.
Discerniendo correctamente cuáles eran las virtudes básicas, él practico todas
esas virtudes durante un periodo de siete eones incalculables; el hizo regalos
de las siete clases, y practicó las cinco formas de crear mérito; y también
transitó por el sendero de las diez acciones virtuosas, y practicó las cuarenta
clases de aplicación correcta. Similarmente, el había generado los cuarenta
tipos de aspiración correcta, había estado inmerso en los cuarenta tipos de
intención correcta, había perfeccionado las cuarenta clases de liberación, y
ejercitaba los cuarenta tipos de interés correcto.
El había atendido a cuatro
millones de miríadas de Budas, y había hecho devotas ofrendas a cincuenta y
cinco millones de miríadas de Budas, y había hecho regalos a cientos de
millones de Realizadores Solitarios. El estableció a innumerables seres en los
senderos hacia los reinos superiores y la liberación. El deseaba convertirse en
un Buda Completamente Iluminado; alcanzar el despertar supremo, perfecto, y
completo.
Quedándole tan solo una vida,
el falleció y renació en el Cielo de Tushita como un niño hijo de los dioses,
cuyo nombre era Svetaketu. La asamblea de los dioses le mostró gran reverencia,
honrándole como al mejor de sus hijos, como uno que dejaría de estar entre
ellos para renacer entre los humanos, donde él llegaría a convertirse en un
Buda, alcanzado la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
El residía en un palacio
celestial de 32.000 plantas, adornado con balcones, cúpulas, arquitrabes,
luceros, pabellones frescos, almacenes, y patios. Este palacio estaba adornado
con parasoles, banderas, y estandartes; estaba cubierto por toldos hechos de
pequeñas campanillas enjoyadas, y había esparcidas flores de mandarava y de maha-mandarava.
Los cantos de billones de
doncellas celestiales podían ser oídos en todo el palacio. [11] Este resulta
encantador, e incluso los suelos estaban cubiertos con toldos dorados; también
había diversas clases de plantas, tales como atimuktakas de color blanco perla,
magnolios, enredaderas de trompetas, orquídeas, muchalindas, mahamuchalindas,
asokas, banyans[24],
árboles de caqui, narras, karnikāras, kesaras, sālas, y coral. En cada
dirección había toldos llenos de flores rebosando de jyotis, mālikas,
barasikas, taranīs, sumanas, bali, kotaranis, y otras flores de dulces
fragancias. También había flores danukari, flores celestiales, lotos azules,
lotos rosados, lirios de agua, y lotos blancos. En el aire volaban diversas
clases de pájaros, cantando sus hermosas melodías. Entre ellos había loros,
sārikas, cucos, gansos, pavos reales, patos, faisanes, agachadizas, perdices, y
muchos otros.
Millones y millones de dioses
de giraban sus ojos hacia el palacio, y lo miraban con respeto. En su interior
se proclamaba el Dharma vasto y profundo de forma completa y, debido a la
fuerza de su aspiración entusiasta, dominó todas las aflicciones, eliminando el
orgullo, la vanidad, la arrogancia, la agresión, la venganza y el enfado; y
trayendo felicidad, bienestar, alegría, y atención mental en una vasta escala.
El bodhisatva moraba
confortablemente en este gran palacio celestial, donde en medio de una sinfonía
de 84.000 instrumentos musicales, emergía un discurso sobre el verdadero
Dharma. De sus sonidos surgían los siguientes versos de aspiración, que
narraban las muchas actividades virtuosas que el bodhisatva realizó en los
tiempos pasados:
“Recuerda
el poder de tu vasta acumulación de mérito,
Y
el conocimiento iluminador de tu inteligencia ilimitada;
Tú
fuerza sin igual, y tu gran poder.
Recuerda
la profecía de Dipamkara.
Con
una mente libre del amplio espectro de las impurezas,
Tú
has pacificado el engreimiento y los defectos, eliminando las tres impurezas,
Mientras
tu corazón virtuoso es a la vez prístino y libre de falta.
Recuerda
todos tus actos generosos en el pasado.
Tú
que has cultivado la calma y la moralidad,
Que
has practicado austeridades y paciencia, controlado y diligente,
Con
concentración y la fuerza del conocimiento,
Recuerda
todas las acciones en las que te has involucrado en billones de eones.
Tú
desarrollaste amor hacia todos los seres,
E
hiciste ofrendas a millones de Budas.
¡Recuerda,
no olvides, tú que tienes renombre infinito!
Ahora
es el momento, ¡No lo dejes pasar!
¡Oh,
Inmaculado! Destructor de las aflicciones, del nacimiento y la muerte,
Los
dioses, nagas, yaksas, gandharvas,
Y
los poderosos semidioses te esperan.
Tú,
que conoces la vida y la muerte, ¡Renace!
Incluso
el disfrute de las cosas agradables durante miles de eones
No
los satisfará, lo mismo que el agua salada no aplaca la sed de uno.
Ahora
que tú estás saciado, se amable.
¡Por
favor, satisface a aquellos que han estado sedientos durante tanto tiempo!
¿No
eres alguien de reputación intachable,
Que
se deleita en el Dharma, y no en el deseo? [12]
Y
además tus ojos son inmaculados,
Así
que, por favor, mira al mundo con sus dioses, con amor.
¿No
se sienten satisfechos los dioses
Después
de haber oído el Dharma de ti?
Así
que ahora, por favor, posa tu mirada en aquellos que moran
En
los reinos inferiores, aquellos que no tienen libertad.
Con
tu mirada poderosa e inmaculada, ¿No has observado
A
los Budas en todas las diez direcciones,
Escuchando
como ellos exponían el Dharma?
Por
favor, revela este Dharma supremo al mundo.
¡Oh,
Glorioso! ¿No adornas el palacio de Tushita
Con
el esplendor de tu mérito?
Así
que, por favor, con el corazón lleno de compasión
Que
caiga como una lluvia sobre el estandarte de la victoria de Jambudvipa.
Muchos
dioses del Reino de la Forma
Que
han transcendido el Reino del Deseo,
Todos
ellos se regocijan contigo, diciendo:
“¡Alcanza
el despertar a través de tus austeridades!”
Protector,
tú vas a vencer a las acciones de Mara,
Y a
traer la derrota a los no budistas.
¿Acaso
no ha sido colocado el despertar en la palma de tu mano?
Ahora
es el momento, ¡No lo dejes pasar!
¡Oh,
lleno de coraje! Como un gran banco de nubes
Tú
cubres este mundo que arde con el fuego de las aflicciones.
Por
favor, envía una lluvia de néctar
Y
alivia las aflicciones de dioses y humanos.
Lo
mismo que un médico experto conocedor de la constitución de sus pacientes,
Tú
dispensas la medicina que cura a aquellos con una enfermedad crónica.
Con
la salvación sanadora de las tres liberaciones,
Lleva
rápidamente a esos seres al estado gozoso del
nirvana.
No
oyendo el rugido del león,
Los
chacales aúllan sin miedo.
Emite
el rugido de león de los Budas
Llevando
el miedo dentro los corazones de los budistas, quienes son como chacales.
Sosteniendo
en tu mano la lámpara del conocimiento,
Tienes
un poder, fuerza, y diligencia que es única sobre la tierra.
Ahora
tienes que derrotar a los Maras,
Tocando
la tierra con la palma perfecta de tu mano.
Los
cuatro guardianes del mundo están presentes,
Esperando
para ofrecerte un bol de limosnas.
Sakra,
Brahma, y millones de otros dioses también están presentes
Esperando
a recibirte cuando renazcas.
Con
tu sabiduría sublime; tú, cuyo linaje es indudablemente grande,
Posa
tu mirada sobre la gran familia entre los cuales renacerás,
Observa
la preciosa familia, la familia excelsa entre la cual renacerás.
[13]
Pues entre ellos, es donde manifestarás la conducta del bodhisatva.
Cuando
una joya preciosa es colocada en el vaso correcto,
Ello
hace que la joya sea incluso más gloriosa.
Similarmente,
deja que tu mente prístina, como una joya preciosa,
Se
precipite como una lluvia sobre el estandarte de la victoria de Jambudvipa.”
Así
resonaban los sonidos melodiosos
De
los muchos versos, según brotaban,
Exhortando
al Compasivo con las siguientes palabras:
“Ahora
es el momento, ¡No lo dejes pasar!”
Esto concluye el Capítulo Dos, sobre “La
Inspiración”.
[1] Brahma-vihāra. Los cuatro inmensurables.
[2] En su
conjunto son 37, y son comunes para los dos vehículos: Hinayana y Mahayana.
[3] Son
cuatro: atención 1) al cuerpo, 2) sensaciones, 3) mente, y 4) fenómenos.
[4] Son
cuatro: 1) no desarrollando ninguna tendencia no virtuosa, 2) eliminando
cualquier tendencia no virtuosa; 3) cultivando cualquier tendencia no virtuosa
aún no poseída; y 4) asegurar el incremento de las tendencias virtuosas que uno
ya posee.
[5] Son cuatro:
1) el poder milagroso de la determinación; 2) del esfuerzo; 3) de la atención;
y 4) del discernimiento.
[6] Son
cinco: 1) la fuerza de la fe, 2) diligencia, 3) atención mental, 4)
concentración, y 5) sabiduría.
[7] Son
cinco: 1) el poder de la fe, 2) diligencia; 3) atención mental, 4)
concentración, y 5) sabiduría.
[8] Son
siete: 1) discernimiento preciso de los fenómenos, 2) atención mental; 3)
diligencia; 4) gozo; 5) flexibilidad mental y física; 6) absorción meditativa;
y 7) ecuanimidad.
[9] El Noble
Sendero Óctuple: 1) visión correcta; 2) intención correcta; 3) habla correcta;
4) acción correcta; 5) modo de vida correcto; 6) esfuerzo correcto; 7) atención
mental correcta; y 8) concentración correcta.
[10]
Retenciones totales, son fórmulas o mantras que sintetizan y permiten recordar
el significado de una enseñanza de Dharma en particular.
[11] Ogha. Los cuatro torrentes o ríos,
similares a las cuatro efusiones o pérdidas (āsrava) son: 1) los deseos de los sentidos, 2) el deseo hacia la
existencia cíclica; 3 )las visiones erróneas, y 4) la ignorancia.
[12] Bodhicitta.
[13]
Ganancia y pérdida, alabanza y crítica, fama e irrelevancia, placer y dolor.
[14] Brahma
vihāra, las moradas de Brahma.
[15] Las
cuatro formas de atraer al Dharma son: 1) dar al discípulo bienes materiales cuando
es necesario; 2) utilizar palabras agradables; 3) actuar para el beneficio del
discípulo; y 4) ser consecuente con las palabras y enseñanzas de uno.
[16] Los
doce vínculos de la generación dependiente son: 1) ignorancia; 2) formaciones
kármicas, 3) consciencia; 4) nombre y forma; 5) las seis facultades de los
sentidos; 6) contacto; 7) sensaciones; 8) ansia; 9) aferramiento; 10) devenir;
11) nacimiento; 12) vejez y muerte.
[17]
Vacuidad, carencia de signos, y carencia de deseos.
[18]
Andando, acostado, sentado, y permaneciendo de pie; cualquier tipo de actividad
está encuadrado en alguna de estas cuatro.
[19] Dasa-bala. Un Buda tiene el conocimiento
perfecto de: 1) la forma correcta o incorrecta de actuar de acuerdo a cada
circunstancia, y de su retribución kármica; 2) la retribución kármica de cada
ser en el pasado, presente, y futuro; 3) los niveles de concentración,
liberación, y profunda absorción meditativa; 4) la capacidad de cada ser; 5) los deseos y preferencias de
cada ser; 6) la naturaleza y clase de cada ser; 7) la consecuencia de todas las
acciones, con aflicciones o libres de ellas; 8) las vidas pasadas de los seres
y sus causas kármicas; 9)las vidas futuras de los seres y sus causas kármicas;
10) el final definitivo de sus aflicciones y hábitos tras alcanzar la Budeidad.
[20] Un Buda
tiene cuatro ausencias de miedo porque: 1) ha alcanzado la Omnisciencia; 2) ha
erradicado todas sus aflicciones; 3) no tiene miedo en explicar los obstáculos
a la Iluminación ante cualquier asamblea; 4) no tiene miedo al explicar el
sendero correcto que lleva a la extinción del sufrimiento.
[21] [21] Las Siete
Ramas de la Iluminación son: atención correcta, discriminación correcta de los
fenómenos, esfuerzo correcto, alegría correcta, flexibilidad correcta,
concentración correcta, y ecuanimidad correcta.
[22] Monjes,
monjas, laicos, y laicas.
[23]
Chakravartin, literalmente “que gira la rueda.”
[24]
Higueras de Bengala.