miércoles, 31 de agosto de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Veintiuno. Los Ocho Preceptos.

Los Ocho Preceptos.
Los Requisitos para Tomar los Tres Refugios.
Sujāta pregunto: “Bhagavan, si uno toma los Tres Refugios, ¿Qué retribuciones recibirá?”
El Buda respondió: “Buen hombre, si uno toma los Tres Refugios, sus buenas retribuciones será ilimitadas. Buen hombre, en el Reino de Kalinga está el Almacén de Tesoros de Pingala, en el que están depositados los siete tesoros[1]. La gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si uno toma sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de tesoros.
Buen hombre, en el Reino de Videha está el Almacén de Tesoros de Pānduka, el cual contiene los siete tesoros. La gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de tesoros.
Buen hombre, en el Reino de Vārānasī está el Almacén de Tesoros de Sankha, el cual contiene los siete tesoros. La gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de tesoros.
Buen hombre, en el reino de Gandhāra, está el Almacén de Tesoros de Elāpattra; el cual contiene los siete tesoros. La gente de ese reino, tanto jóvenes como viejos, hombres y mujeres, llevan sus tesoros por medio de vehículos, elefantes, caballos, y burros. Después de siete años, siete meses, y siete días, aún son incapaces de vaciarlo. Si un uno toma sinceramente los Tres Refugios con pureza, los méritos y retribuciones que obtendrá sobrepasarán a todos los tesoros depositados en ese almacén de tesoros.
Aceptando los Ochos Preceptos.
Buen hombre, si uno recibe de alguien los Tres Refugios y los ocho preceptos, repitiendo por tres veces su aceptación, esto es llamado “una purificación durante un día y una noche para el seguidor laico”; y (ese día) termina al amanecer. Por tanto, uno no puede recibir los ocho preceptos de una imagen de un Buda. Uno tiene que recibirlos de una persona cualificada. Habiendo recibido los ocho preceptos, uno es puro en sus ornamentos, percepciones, pensamientos, y en su deseo de buenas retribuciones. Buen hombre, si uno toma los Tres Refugios y acepta los ocho preceptos para conseguir la purificación, las malas acciones que uno ha cometido serán purificadas, excepto as cinco faltas extremadamente graves que tienen una retribución inmediata.
Dos personas no deberían de tomar estos preceptos simultáneamente. Si lo hacen, ¿Por qué una persona viola los preceptos, mientras otra los guarda celosamente?
Debido al poder de estos preceptos, uno no hará el mal en vidas futuras. Incluso si uno ha cometido una falta después de haber recibido los preceptos, no perderá nunca los preceptos.
Supón que alguien envía un mensaje a un asesino para que mate a alguien. Antes de que le llegue el mensaje, uno genera la mente de la iluminación y acepta los ocho preceptos para la purificación. Mientras uno está recibiendo los preceptos, el asesino recibe el mensaje y mata inmediatamente a la persona señalada. No obstante, y debido al poder de los preceptos, uno no recibirá la retribución por matar a otro.
Supón que un alto dignatario ordena a otros con frecuencia que hagan el mal. Si él desea aceptar los ocho preceptos para purificarse, él primero debe de ordenar que se deje de hacer el mal. Si él acepta los preceptos antes de haber hecho ese decreto, no habrá recibido realmente los preceptos. El, deseoso de recibir los preceptos de purificación, debería de decretar: “Yo deseo aceptar los preceptos para la purificación. Tenemos que cesar de hacer el mal y de hacer ejecuciones durante los seis días de purificación”. Si uno puede aceptar y observar los ocho preceptos de esa forma pura, uno conseguirá unas retribuciones inmensas, y una felicidad insuperable.
Aceptando los Ocho Preceptos Ahora, y No Más Tarde.
Si uno observa los ocho preceptos de la purificación durante cien años después de que el Buda Maitreya haya aparecido en el mundo, el mérito que uno recibirá será inferior al que se obtendrá por observarlos durante un día y una noche, en Mí tiempo. ¿Por qué? Porque en Mí tiempo, los seres viven inmersos en las cinco degeneraciones[2]. Por consiguiente, Yo dije a Mrgāra-mātr: “Buena mujer, si el árbol de sāla pudiera recibir los ocho preceptos, experimentaría la felicidad humana o celestial, e incluso la felicidad insuperable.”
Buen hombre, los ocho preceptos son una guirnalda que adorna la Iluminación Insuperable. Esta purificación es fácil de hacer, y le trae a uno méritos inmensurables. El no hacer esta cosa fácil se llama “abandonar el auto control”.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. No es difícil para aquellos que han renunciado a la vida en familia el enseñar a otros a observar los ocho preceptos con pureza, pero para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia es difícil enseñar a otros a observar los preceptos con pureza. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.



[1] Oro, plata, aguamarina, cristal, conchas blancas, coral, rubí, y esmeralda.
[2] Pañca-kasaya. Son: 1) la degeneración de un eón en decadencia; 2) la degeneración de las visiones; 3) la degeneración de las aflicciones; 4) la degeneración de las malas acciones de los seres; y 5) la degeneración de la duración de la vida humana en decrecimiento.

viernes, 26 de agosto de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Veinte-Los Tres Refugios.

Los Tres Refugios.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, tal como dijo antes el Buda, uno primero debería de enseñar a los solicitantes de limosna a tomar los Tres Refugios, y entonces darles la limosna. ¿Por qué necesita uno tomar los Tres Refugios? ¿Qué son los Tres Refugios?”
El Buda respondió: “Buen hombre, es para erradicar las emociones aflictivas de uno, y con ello poner fin al sufrimiento que uno padece y poder experimentar el gozo insuperable del Nirvana, para lo que uno toma los Tres Refugios. Tú preguntas qué son los Tres Refugios. Buen hombre, son el Buda, el Dharma, y la Sangha. El Buda es aquel que puede explicar la forma de destruir la causa de las aflicciones de uno, y la forma de lograr la verdadera liberación. El Dharma es la forma de destruir las causas de las aflicciones de uno, y la forma de lograr la verdadera liberación. La Sangha son aquellos que aceptan la forma de destruir las aflicciones de uno, y la forma de lograr la verdadera liberación.
Las Diferencias Entre los Tres Refugios.
Algunos postulan que existe un único refugio[1]. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Aparezca o no aparezca un Tathagata en el mundo, el Dharma verdadero sigue existiendo siempre, pero nadie puede tener acceso a ello. Después de que ha aparecido un Tathagata en el mundo, Él revela el Dharma. Por tanto, uno debería de tomar un refugio por separado en el Buda. Aparezca o no aparezca un Tathagata en el mundo, el Dharma verdadero sigue existiendo siempre, pero nadie puede tener acceso a ello. No obstante, los discípulos del Buda pueden recibir el Dharma. Por tanto, uno debería de tomar un refugio por separado en la Sangha.
El Sendero Correcto a la Liberación es llamado “Dharma”. Aquel que ha obtenido la verdadera realización de su propia naturaleza, sin maestros, es llamado “un Buda”. Aquellos que aceptan el Dharma son llamados “la Sangha”. Sin los Tres Refugios, ¿Cómo podrían existir las cuatro fes indestructibles[2]?
La toma de refugio puede ser completa o parcial. “Completa” se refiere a aquellos que toman refugio en el Buda, el Dharma, y la Sangha. “Parcial” se refiere a los Tathagatas tomando refugio solo en el Dharma. Buen hombre, aquellos que toman los Tres Refugios de forma completa son los monjes, monjas, laicos, y laicas.
Puesto que los Budas, los Realizadores Solitarios, y los Oyentes son distintos, también las Tres Joyas son diferentes. ¿Cuáles son sus diferencias?  Son diferentes en cuanto que uno genera la mente de la Iluminación, adorna el Sendero de la Iluminación, y logra la Iluminación. Puesto que son diferentes por naturaleza, ¿Cómo puede decir alguien que él Buda es el Dharma?
Aquel que expone el Dharma es el Buda; aquellos que reciben sus explicaciones son la Sangha. Si algunos postulan que el Buda está incluido en la Sangha, su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque si el Buda estuviera incluido en la Sangha, entonces no existirían las Tres Joyas, los Tres Refugios, o las cuatro fes indestructibles.
Buen hombre, los Bodhisattva son distintos de los Budas. Hay dos clases de Bodhisattvas: aquellos que están en la posición sagrada, en espera de mostrar el logro de la Iluminación, tales como el Bodhisattva Maitreya; y aquellos que se están entrenando para alcanzar la Iluminación. Tomar refugio en los primeros significa tomar refugio en el Dharma; tomar refugio en los últimos significa tomar refugio en la Sangha.
Aquel que, tras haber observado todos los males que hay en los fenómenos compuestos, se entrena solo y adquiere el sabor del dulce rocío, es llamado “el Buda”. El Reino de la Realidad de todo lo que está libre de mancha y más allá de la causalidad, es llamado “el Dharma”. Aquellos que aceptan y observan los preceptos, leen, recitan, y explican las doce categorías de las escrituras, son llamados “la Sangha”.
Tomando Refugio en los Budas del Pasado.
Supón que alguien pregunta: “¿Cómo toma uno refugio en el Buda después de Su Parinirvana?”
Buen hombre, después del Parinirvana de un Buda, uno toma refugio en los Budas del pasado. Como Yo dije al Mayor Trapusa[3]: “Para llegar a ser un Arhat, quien no tiene más que aprender, tú deberías de tomar refugio en la futura Sangha”. Similarmente, uno toma refugio en los Budas del pasado.
Las retribuciones por plantar en los Tres Campos Afortunados tienen las correspondientes diferencias. Sin embargo, no hay diferencias entre las retribuciones obtenidas por hacer ofrendas a un Buda antes y después de Su Parinirvana.  Similarmente, no hay diferencias entre tomar refugio en un Buda antes y después de Su Parinirvana. Por ejemplo, durante Su vida, un Buda ha instituido los preceptos para Sus discípulos. Después de que se haya ido, aquellos que violan los preceptos seguirán recibiendo las retribuciones por su transgresión. Similarmente, uno puede tomar refugio en los Budas del pasado. Por ejemplo, cuando un Tathagata está cerca de Su Parinirvana, todos los dioses y humanos hacen ofrendas en honor de Su Parinirvana. Sin embargo, el Tathagata aún está en el mundo, y puede recibir sus ofrendas para un evento que ni siquiera ha tenido lugar aún. Similarmente, uno puede tomar refugio en los Budas del pasado.
Utilizando una analogía, los padres de alguien viven lejos. Él comete una falta por regañarlos, y adquiere méritos por respetarlos y alabarlos. Similarmente uno puede tomar refugio en los Budas del pasado. Por consiguiente, Yo digo que no hay diferencia entre los méritos adquiridos por alguien que Me hace ofrendas cuando aún estoy en el mundo, y después de haber entrado en el Parinirvana.
El Orden de los Tres Refugios.
Buen hombre, los hombres y mujeres que dicen tres veces que ellos toman los Tres Refugios, son llamados respectivamente “laicos” y “laicas”. Todos los Budas toman refugio en el Dharma, y ellos revelan el Dharma exponiéndolo. Por lo tanto, uno debería de tomar primero refugio en el Buda. Uno debería de pensar en el Buda fervientemente para purificar su cuerpo, habla, y mente. Quien piensa en el Buda deja atrás los temores y la ansiedad. Por tanto, uno debería de tomar refugio primero en el Buda.
Un hombre sabio observa cuidadosamente que el Buda es supremo en sabiduría y liberación. Él puede explicar la liberación y la causa de la liberación; Él puede explicar el insuperable lugar de silencio[4]; Él puede secar el inmenso océano de sufrimiento de los repetidos renacimientos y muertes de uno. El es majestuoso en Su conducta, y es puro en Sus tres acciones[5]. Por tanto, uno debería de tomar refugio primero en el Buda.
Un hombre sabio observa cuidadosamente que el ciclo continuo de nacimientos y muertes es una gran masa de sufrimiento, pero que el insuperable Sendero Correcto puede ponerle fin para siempre; que el ciclo continuo de nacimientos y muertes hace que uno esté hambriento de las cosas que ama[6], pero el insuperable rocío dulce hace que uno se llene; que el ciclo continuo de nacimientos y muertes está repleto de miedos y tribulaciones, pero que el verdadero Dharma insuperable puede ponerles fin; y que el ciclo continuo de nacimientos y muertes está impulsado por los engaños-pues se percibe erróneamente que uno tiene un “yo”, aunque es no existente[7]; se percibe el sufrimiento como felicidad; y se percibe lo impuro como puro-pero que el verdadero Dharma insuperable puede poner fin a todos ellos. Por tanto, a continuación uno debería de tomar refugio en el Dharma.
Un hombre sabio observa cuidadosamente la vía de los no budistas. Sin ningún sentido de vergüenza o de deshonor, ellos no permanecen en el Dharma. Aunque ellos aspiran a la Iluminación, ellos no conocen el Sendero Correcto. Aunque ellos buscan la liberación, ellos no poseen las provisiones correctas. Aunque ellos han adquirido fenómenos mundanos con algo de bondad, ellos avaramente los guardan, incapaces de enseñarlos a los demás. Ellos perciben acciones que por naturaleza no son virtuosas, como acciones virtuosas.
Por el contrario, los miembros de la Sangha son calmos, y tienen compasión en sus corazones. Tienen pocos deseos y mucho contentamiento, y permanecen en el Dharma. Se entrenan en el Sendero Correcto, alcanzan la verdadera liberación, y sucesivamente lo enseñan a otros. Por tanto, a continuación uno debería de tomar refugio en el Dharma.
Tomando los Tres Refugios y Aceptando los Preceptos.
Si uno presta obediencia a las Tres Joyas, las respeta y alaba, permanece en el Dharma, y su fe está libre de dudas, ello es llamado “estar haciendo una ofrenda a las Tres Joyas”. Después de tomar refugio en las Tres Joyas, incluso en el caso de que uno no acepte los preceptos para poner fin a todas las acciones no virtuosas, y para involucrarse en todas las acciones virtuosas, uno aún puede vivir una vida en familia de acuerdo al Dharma, y ser llamado un “seguidor laico”.
Algunos postulan que sin haber tomado primero refugio en las Tres Joyas, uno no puede tomar los preceptos. Su afirmación no es cierta. ¿Por qué? Por que cuando Yo digo: “svāgata, Bhikshu[8], él recibe inmediatamente todos los preceptos monásticos al completo, incluso aunque él no haya tomado refugio en las Tres Joyas.
Algunos dicen que uno no puede recibir ningún precepto, a no ser que uno acepte un grupo completo de preceptos, tales como los ocho preceptos. Su afirmación no es cierta. ¿Por qué? Porque si esto fuera verdad, ¿Cómo podría un laico recibir algún precepto? El puede aceptar algunos preceptos, sin necesariamente aceptar todos los ocho preceptos. El recibir alguno de los ocho preceptos, aunque no pueda ser llamado “purificación”, puede ser llamado “bondad”.
Buen hombre, si uno acepta los ocho preceptos del laico para purificar sus acciones de cuerpo, habla, y mente, uno entrará dentro de las cinco protecciones. ¿Cuáles son esas cinco? No aceptar o no enunciar las visiones erróneas, sino aceptar y enunciar las visiones correctas; y entrenarse de acuerdo al verdadero Dharma. Estas son llamadas “las cinco protecciones”.
La Pérdida de los Tres Refugios.
Después de haber tomado los Tres Refugios, si uno comete acciones impulsadas por los engaños, y acepta las vías de los no budistas, y las palabras del Rey de los Dioses, Mahesvara[9], uno perderá los Tres Refugios. Por el contrario, si uno tiene una mente recta sin codicia ni tacañería, si cultiva un sentido de la vergüenza y del deshonor, y si tiene pocos deseos y mucho contentamiento, uno realizará pronto el cuerpo de silencio[10].
Supón que alguien hace varias acciones, realizando buenas acciones para adquirir placeres, tales como el hacer negocios; y que tiene una mente que no se apena de los seres. Esa persona no puede tomar los Tres Refugios. Sin embargo, si uno hace ofrendas a los dioses para proteger el cuerpo, vida, y hogar, uno no perderá los Tres Refugios.
Si uno presta obediencia a los no budistas porque uno cree honestamente que ellos pueden salvar a aquellos que tienen miedo, uno perderá los Tres Refugios. Sin embargo, si uno presta obediencia y hace ofrendas a los dioses porque uno ha oído que ellos han visto a los Budas, y que sus méritos sobrepasan a los de uno, entonces no perderá los Tres Refugios.
Si uno presta obediencia a Mahesvara, el Rey de los Dioses, del mismo modo en que la presta al rey, los altos funcionarios, los ancianos, y a quienes son virtuosos en el mundo, uno no perderá los Tres Refugios. Cuando uno presta obediencia a Mahesvara, uno debería de tener cuidado de no aceptar las visiones erróneas de sus adoradores. Cuando uno hace ofrendas a los dioses para proteger su cuerpo, vida, riqueza, y país, y para aliviar los miedos de las gentes, uno debería de invocar la mente del amor benevolente.
Las Visiones Erróneas.
¿Por qué uno no debería de aceptar sus visiones erróneas? Un hombre sabio analiza las afirmaciones de los no budistas. Algunos postulan: “Todo es creado por Mahesvara, el Rey de los Dioses”. Si Mahesvara fuera el creador de todo, ¿Por qué tendría uno que preocuparse de hacer buenas acciones? Algunos postulan: “Uno puede dejar atrás su sufrimiento saltando a un abismo, saltando dentro del fuego, o quedando sin comer hasta la muerte”. Estas son las causas del sufrimiento, no la forma de dejar atrás el sufrimiento. Todos los seres hacen acciones buenas y malas, y reciben las correspondientes retribuciones.
Algunos postulan: “Todas las cosas son creadas por los tiempos, los astros, y Mahesvara”. Uno debería de desafiar esa afirmación preguntando por qué recibe retribuciones por las acciones del presente y por las pasadas. Un hombre sabio conoce claramente que esas son retribuciones de acciones pasadas, y no eventos creados por los tiempos, los astros, o Mahesvara. Existe gente que ha nacido al mismo tiempo, y bajo los mismos astros. Si ellos experimentan el dolor y el placer de acuerdo a los tiempos y a los astros, ¿Por qué una persona experimenta dolor, mientras otra experimenta placer, y por qué una es un varón, mientras que otra es una mujer?
Además, existen dioses y semidioses[11], que han nacido al mismo tiempo, y bajo los mismos astros. A veces los dioses derrotan a los semidioses, y a veces los semidioses derrotan a los dioses. Además, hay reyes nacidos al mismo tiempo, y bajo los mismos astros. Como cada uno de ellos gobierna su reino, un rey pierde su reino, mientras que otro conserva el suyo.
Algunos no budistas postulan: “Durante un año malo y ante la conjunción nefasta de los astros, nosotros enseñamos a los seres a eliminar su poder maléfico realizando buenas acciones”. Si los tiempos y los astros fueran la causa del infortunio, ¿Cómo podrían ser eliminados haciendo el bien? Por tanto, un hombre sabio no acepta esas visiones erróneas.
Buen hombre, todos los seres experimentan los efectos de sus acciones. Si ellos sostienen visiones correctas, experimentarán paz y alegría. Si ellos sostienen las visiones erróneas, experimentarán sufrimiento. Por la acumulación de acciones virtuosas, uno consigue un gran dominio sobre sí mismo, y atrae a los seres. Uno entonces les explica las causas y condiciones de las buenas acciones, las cuales harán posible que ellos alcancen un gran dominio sobre sí mismos. Todos los seres experimentan paz y alegría debido a sus acciones virtuosas, y no debido a los tiempos, o los astros.
Buen hombre, el Rey Ajātasatru[12]  y mi discípulo Devadatta[13] han caído en el infierno, y es una retribución por sus malas acciones, no un evento causado por los tiempos o los astros. Además, Udraka-Ramaputra[14] caerá en el infierno debido a sus visiones erróneas.
Buen hombre, el propósito de uno es la raíz de todas las cosas buenas. Debido al propósito de uno, él podrá alcanzar la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, y adquirir el fruto de la liberación. Gracias al propósito de uno, es posible renunciar a la vida en familia, y poner fin a las malas acciones, y a las acciones que llevan a la existencia cíclica; uno puede aceptar y observar los preceptos, y permanecer cerca de los Budas; uno puede dar todo a quienes soliciten limosnas; uno puede eliminar definitivamente las retribuciones indeseadas originadas por las malas acciones, y suprimir las faltas tremendamente graves; uno puede unirse al grupo que definitivamente se dirige hacia la Iluminación[15]; uno puede destruir las tres clases de obstáculos[16]; y uno puede entrenarse para erradicar sus aflicciones. Debido al propósito de uno, pueden ser tomados los Tres Refugios. Habiendo tomado los Tres Refugios, uno puede aceptar los preceptos. Habiendo recibido los preceptos, las visiones, acciones, y entrenamiento de uno superarán al de los Oyentes.
Incluso aquellos que toman refugio en el Buda debido al miedo a los animales feroces, tales como leones, tigres, y lobos, pueden alcanzar la liberación. Entonces, aquellos que se refugian en el Buda porque han generado la mente de la Iluminación, y buscan transcender el mundo, pueden alcanzar la liberación con mayor certeza.
El Mayor Anathapindika le contó a su esposa, la cual había tomado los Tres Refugios, que su hijo, que aún no había nacido, también había tomado refugio.  Realmente, un feto en el vientre no puede tomar refugio. ¿Por qué? Porque uno tiene que hablar para tomar refugio. No obstante, un niño no nacido recibirá protección, si su madre ha tomado refugio.
Buen hombre, los no budistas postulan que todo el mundo es creado por Mahesvara, el Rey de los Dioses. Ellos dicen además, que después de que pasen cien eones, aparecerá una manifestación de un Buda en el futuro. Si Mahesvara, el Rey de los Dioses pudiera crear un Buda, ¿Por qué este Buda destruiría la tradición de tomar refugio en Mahesvara? Si Mahesvara no puede crear un Buda, ¿Cómo pueden ellos postular que Mahesvara lo crea todo?
Los no budistas también postulan: “El Gran Brahma[17], Mahesvara, y Visnú son una misma entidad, pero nacieron en lugares diferentes. Mahesvara tiene un gran mando porque él es eterno, soberano, y existente. El también es llamado Rudra o Shiva, haciendo cosas diferentes bajo nombres diferentes. El busca la liberación, y es la liberación”. Sus postulados no son ciertos. ¿Por qué? Porque si Mahesvara creó a los seres y todas las existencias, él también habría creado todas las buenas y malas acciones, junto con sus retribuciones; e igualmente la codicia, el enfado, y el engaño, las cuales atan a los seres. Ellos también postulan: “Cuando los seres alcanzan la liberación, ellos se fusionan dentro  del cuerpo de Mahesvara”. Su afirmación no es cierta. ¿Por qué? Entonces su liberación es un fenómeno Impermanente. ¿Cómo puede un fenómeno impermanente ser llamado liberación? Por ejemplo, el hijo de un brahmín todavía tiene un tiempo de vida. Por tanto Mahesvara no debiera de ser llamado un dios soberano.
Además, esos tres dioses no son una misma entidad. ¿Por qué? Porque la gente de Arjuna adora a Visnú como su liberación. Por tanto, los tres dioses no son una misma entidad. Si la liberación es impermanente, entonces es una ilusión. Pero un Buda no es una ilusión. El ver claramente la verdadera naturaleza de uno, es llamado “liberación”.
Ellos también postulan: “Ver las partículas de polvo como los elementos de todas las cosas, es llamado liberación”. Ellos también postulan: “Percibir las diferencias en la naturaleza de la realidad, y las diferencias de entidad de los fenómenos, es llamado liberación”. Sus postulados no son ciertos. ¿Por qué? Porque si uno se entrena para lograr la Iluminación, y realiza las Cuatro Verdades Nobles, entonces uno verá la naturaleza de la realidad, y verá su verdadera entidad. Si uno toma los Tres Refugios verá verdaderamente las Cuatro Verdades Nobles. Los Tres Refugios abarcan inmensurables fenómenos virtuosos, y son las raíces del logro de la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación.
Buen hombre, existen dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. No es difícil para los Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia tomar los Tres Refugios con pureza, pero para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia es difícil tomar los Tres Refugios con pureza. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.






[1] El Dharma.
[2] Fe en el Buda, fe en el Dharma, fe en la Sangha, y fe en los preceptos.
[3] Junto con Bahalika, fueron los dos primeros discípulos laicos del Buda.
[4] El nirvana.
[5] De cuerpo, habla, y mente.
[6] Literalmente: “de las que tiene sed (Trsnā.) “
[7] Cuando se lo busca empleando los métodos correctos, no se puede encontrar.
[8] “Bien venido, monje” o “Que bueno que hayas venido, monje”.
[9] Un Gran Dios creador.
[10] Un nombre para el Dharmakaya o Cuerpo de la Verdad.
[11] Asuras.
[12] Rey de Magadha, contemporáneo del Buda que incitado por Devadatta, mató a su padre Bimbisara, que era seguidor del Buda, para reinar. También intentó matar al Buda mandando contra El a un elefante enloquecido.
[13] Primo del Buda, que creó disensión en la Sangha, e intentó asesinar al Buda haciendo rodar una gran piedra.
[14] El segundo maestro del Príncipe Siddhartha Gotama, antes de convertirse en un Buda.
[15] Los seres se dividen en tres grupos: 1) el grupo de los que se han encaminado hacia la Iluminación siguiendo el Sendero Correcto; 2) el grupo que discurre por un sendero erróneo; y 3) el grupo de aquellos que están indecisos con respecto a qué sendero tomar.
[16] 1) las emociones aflictivas; 2) las acciones fruto de esas aflicciones; y 3) las retribuciones desafortunadas fruto de las acciones negativas.
[17] Mahabrahma

domingo, 14 de agosto de 2016

Sutra de la Moralidad del Laico. Capítulo Diecinueve. La Perfección de la Generosidad.


La Perfección de la Generosidad.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, si un Bodhisattva ha comenzado la práctica de las Seis Perfecciones, ¿Qué puede hacer por los seres?”
El Buda: “Buen hombre, tal Bodhisattva puede rescatar a los seres que están hundidos en el océano del sufrimiento”.
La Práctica de la Generosidad con Cuerpo, Habla, y Mente.
“Buen hombre, si alguien escatima la riqueza, comida, y el Dharma, recibirá durante innumerables vidas la retribución de la pobreza y estupidez. Por consiguiente, cuando un Bodhisattva practica la Perfección de la Generosidad, él da limosna para beneficiarse a sí mismo y a los otros.
Buen hombre, si alguien se deleita en dar limosna, si ve a los enemigos como amigos, si alivia la situación de aquellos con escasos recursos, y cree en la causación tanto de la generosidad, como de la observación de los preceptos de la moralidad, esta persona cosechará los frutos de su generosidad.
Buen hombre, algunos piensan que la generosidad está en la mente. ¿Por qué? Porque creen que la mente es la raíz de la generosidad. Pero su afirmación no es cierta. ¿Por qué? Porque la generosidad depende de los cinco agregados de uno. ¿Por qué? Porque la generosidad es realizada con el cuerpo, habla, y mente de uno. Si uno da limosna a través de los cinco agregados para beneficiarse uno mismo y para beneficiar a los otros, esa generosidad puede adornar el Sendero hacia la Iluminación.
Las Tres Razones para las Excelentes Retribuciones de la Generosidad.
El abandono de las aflicciones, y la adquisición de una gran riqueza son llamadas las principales retribuciones de la generosidad. La longevidad, una buena apariencia, fuerza física, paz y alegría, y la elocuencia, son las otras retribuciones de la generosidad.
Hay tres razones por las que uno recibe las excelentes retribuciones de la generosidad: 1) las cosas dadas son limosnas excelentes; 2) el que las recibe es un Campo Afortunado excelente; y 3) uno es un donante excelente.
Si las cosas dadas tienen colores, olores, o sabores maravillosos; o son agradables al tacto, son llamadas un regalo excelente. Aquel que da un regalo excelente, recibirá una retribución excelente. Aquellos receptores que son gente santa-desde aquellos que están cerca de Entrar en la Corriente, a los Bodhisattvas, los Grandes Seres, que están esperando el logro de la Budeidad, y a los Budas-son llamados el Campo Afortunado más excelente. Aquel que da regalos al más excelente de los Campos Afortunados, tendrá las retribuciones más excelentes. Si uno que da limosna tiene una fe pura fuerte, si observa los preceptos, escucha el Dharma, y desarrolla la sabiduría, es llamado un donante excelente. Un donante excelente recibirá retribuciones excelentes.
Las Retribuciones para los Regalos Dados de Cinco Formas.
Buen hombre, un hombre sabio da de cinco formas: 1) con sinceridad; 2) con sus propias manos; 3) con fe; 4) en los momentos necesarios; y 5) en sintonía con el Dharma.
Buen hombre, ¿Cuáles son las retribuciones del dar con sinceridad? Todos aquellos que den con honestidad, recibirán abundantes riquezas y tesoros: oro, plata, aguamarina[1], conchas, esmeraldas, gemas preciosas, y corales[2]; también medios de vida, tales como elefantes, caballos, vacas, y cabras; tierras de labor, casas, esclavos, sirvientes, y un numeroso séquito. Estas son las retribuciones para un donante que da con sinceridad.
¿Cuáles son las retribuciones del dar con las propias manos? Todos aquellos que den con sus propias manos también recibirán las retribuciones mencionadas antes. Además, será capaz de usar las cosas recibidas. Estas son las retribuciones para un donante que da con sus propias manos.
¿Cuáles son las retribuciones del dar con fe? Todos aquellos que den con fe también recibirán las retribuciones mencionadas anteriormente. Además, el siempre será amado por sus padres, hijos, parientes, y por todos los seres. Estas son las retribuciones para un donante que da con fe.
¿Cuáles son las retribuciones del dar en los momentos necesarios? Todos aquellos que den en los momentos necesarios también recibirán las retribuciones mencionadas anteriormente. Además, él recibirá todo aquello que necesite en el momento en el que lo desee. Estas son las retribuciones para un donante que da en los momentos necesarios.
¿Cuáles son las retribuciones del dar en sintonía con el Dharma? Todos aquellos que den en sintonía con el Dharma también recibirán las retribuciones mencionadas anteriormente. Además, su riqueza no será perjudicada por los gobernantes, bandidos, el agua o el fuego. Estas son las retribuciones para un donante que da en sintonía con el Dharma.
Las Cinco Retribuciones Excelentes para Quien Da Objetos de los Sentidos Excelentes.
Si un donante da cosas con bellos colores, él obtendrá una buena apariencia. Si él da cosas con aromas agradables, él obtendrá un buen nombre que será conocido a lo largo y ancho. Si da cosas con sabores deliciosos, las multitudes se deleitarán viéndolo y escuchándolo; después de verlo y de oírlo, lo amarán y apreciarán. Si da cosas agradables al tacto, los receptores disfrutarán de excelentes sensaciones táctiles; debido a ello, él recibirá cinco retribuciones excelentes: 1) longevidad, 2) una buena apariencia, 3) fuerza física, 4) paz y alegría, y 5) elocuencia.
Buen hombre, algunos afirman que aquellos que hacen ofrendas a una estupa o a una estatua del Buda no pueden obtener la longevidad, buena apariencia, fuerza física, paz y alegría, y elocuencia. ¿Por qué no? Porque no existe un receptor. Eso no es cierto. ¿Por qué? Porque el donante tiene fe. Un donante que hace ofrendas con fe, también recibirá estas cinco retribuciones.
Buen hombre, por ejemplo, un monje cultiva el amor benevolente. Aunque su amor no tenga receptor, el recibirá una retribución inmensa. Similarmente, alguien que hace ofrendas a una estupa o a una imagen del Buda, también recibirá estas cinco retribuciones. Buen hombre, si uno siembra grano, entonces cosechará grano, y no melones. Por consiguiente, aquel que hace ofrendas a una estupa o a una imagen del Buda, no dejará de recibir buenas retribuciones. Por tanto, Yo digo que las retribuciones excelentes vienen de un regalo excelente, de un Campo Afortunado excelente, y de un donante excelente.
Los Tres Tipos de Regalo.
Buen hombre, hay dos clases de regalo: regalar el Dharma, y regalar la riqueza de uno. Aquel que da el Dharma como limosna, recibirá como retribución tanto el Dharma, como riquezas. Aquel que da riqueza, solo recibirá riqueza como retribución. Buen hombre, un Bodhisattva hace estos dos tipos de regalo por dos razones: 1) para hacer posible que los seres dejen atrás su sufrimiento; y 2) para hacer posible que los seres domen sus mentes. Buen hombre, existen otros tres tipos de regalo: 1) dar el Dharma; 2) dar la ausencia de miedo; y 3) dar las riquezas de uno.
Uno da el Dharma enseñando a otros a aceptar los preceptos, a renunciar a la vida en familia, a entrenarse para alcanzar la Iluminación, y a aprender todo lo relacionado con el Dharma; exponiendo el verdadero Dharma para eliminar las visiones erróneas; explicando qué es verdad, y qué es falso; censurando las cuatro inversiones[3]; e insistiendo en la necesidad del autocontrol. Esto es llamado  “dar el Dharma como regalo”.
Uno da la ausencia de miedo salvando a los seres de su miedo al rey, a los leones, tigres, lobos, al agua, fuego, o a los bandidos. Esto es llamado “dar la ausencia de miedo como regalo”.
Uno erradica su tacañería por medio de dar sus riquezas y tesoros, tanto que las cosas dadas sean bellas o feas, en gran cantidad o en pequeña cantidad. Para satisfacer a aquellos que piden limosna, uno les da aquello que necesitan, cosas tales como vacas, cabras, elefantes, caballos, búfalos de agua, o burros; casas, ropas de cama, árboles, plantas, agua, fuentes, esclavos, sirvientes, vehículos, o medios de transporte; botellas, urnas, cacerolas, camas, mesas, sillas, artículos hechos con cobre, hierro, o arcilla; vestidos, collares, lámparas, incienso, flores, abanicos, toldos, sombreros, zapatos, o bastones; cuerdas, arados, azadas, hachas, cinceles, o piedras. Uno también construye templos, y casas para alojamiento de aquellos que han renunciado a la vida en familia, y les da las cosas que se han nombrado antes, excepto los elefantes y caballos. Esto es llamado “dar las riquezas de uno como regalo”.
Los Obstáculos a la Generosidad.
Buen hombre, existen cuatro obstáculos para práctica de la generosidad: 1) la tacañería; 2) el negarse a dar limosna; 3) el desdeñar las cosas por su poca cantidad o valor; 4) el buscar recompensas mundanas. Estos cuatro obstáculos pueden ser vencidos por dos cosas: 1) entrenarse en ver que todos los fenómenos carecen de una entidad propia o inherente; y 2) entrenarse en ver la impermanencia de todos los fenómenos.
Buen hombre, si uno desea disfrutar la generosidad, hay cinco cosas que debería de erradicar: 1) el enfado; 2) la tacañería; 3) la envidia; 4) el apego al cuerpo y a la vida; y 5) el no creer en causa y efecto. Tras haber destruido estas cinco cosas uno disfrutará dando limosna. Aquel que se deleita en la generosidad recibirá cinco beneficios: 1) uno nunca estará lejos de los seres santos; 2) todos los seres encontrarán deleite en verlo y escucharlo a uno; 3) uno no tendrá miedo en medio de las multitudes; 4) uno tendrá buena reputación; y 5) uno puede adornar la iluminación.
La Generosidad Completa del Bodhisattva.
Buen hombre, un Bodhisattva es llamado “uno que  da todo”. ¿Qué significa “dar todo”? Buen hombre, un Bodhisattva, un Gran Ser, adquiere cosas de forma completamente acorde a la ley, y entonces las regala, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El siempre da limosna al receptor con una mente pura, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El puede dar las pocas cosas que posee, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El puede dar las cosas que ama, erradicando su tacañería, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El da regalos sin buscar una recompensa, por eso es llamado “uno que lo da todo”. Cuando el da limosna, el no se plantea si el receptor es, o no es, un Campo Afortunado; por eso es llamado “uno que lo da todo”. El practica la generosidad para con amigos y enemigos por igual, por eso es llamado “uno que lo da todo”.
Un Bodhisattva da limosna a dos clases de receptores: los seres sintientes[4], y los seres no sintientes[5]. El no escatima ni siquiera su propio cuerpo cuando hace regalos a estos dos tipos de receptores, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El da limosna movido por la compasión, por eso es llamado “uno que lo da todo”. El no siente arrepentimiento cuando él piensa en dar limosna, cuando da limosna, y cuando ha dado limosna, por eso es llamado “uno que lo da todo”.
A veces, un Bodhisattva puede dar cosas impuras a los muertos para complacerlos. Sin embargo, el nunca da alcohol, veneno, cuchillos, porras, o grilletes a la gente como regalo, tanto que hayan o no hayan alcanzado el autocontrol. El nunca da al enfermo comida impura o medicina como regalo. El nunca roba nada, ni siquiera una moneda, para poder practicar la generosidad.
Cuando un Bodhisattva ha alcanzado la excelencia en la práctica de la generosidad, él nunca regaña o golpea a sus sirvientes para enojarlos o hacerlos sufrir. El da su riqueza como limosna siempre de acuerdo al Dharma, no buscando retribuciones ni en esta vida, ni en las futuras. Después de haber dado limosna, él siempre observa las faltas de sus aflicciones. El también observa profundamente la maravillosa virtud del nirvana, y no busca nada excepto la Iluminación.
Cuando el da limosna al Campo de la Pobreza, el lo hace movido por la compasión; cuando da limosna al Campo del Mérito, él lo hace con reverencia y alegría; cuando da limosna a los familiares y amigos, el no tiene el pensamiento de abandonarlos. Cuando ve a quienes piden limosna, el les da lo que necesitan antes de que se lo pidan. ¿Por qué? Porque el dar limosna sin que lo pidan traerá retribuciones inmensurables.
Las Tres Clases de Personas Generosas.
Buen hombre, los practicantes de la generosidad son divididos en tres clases: pequeña, mediana, y grande. Dentro de la clase pequeña están aquellos que no creen que haya una retribución para las acciones, y que están profundamente atados por la tacañería, por el miedo a que su riqueza disminuya, y que se enfadan con aquellos que piden limosna. Dentro de la clase mediana están aquellos que, aunque creen en la retribución de las acciones, son tacaños, y tienen miedo de que su riqueza disminuya, pero que en ocasiones deciden compartir parte de algunas de las cosas que poseen con quienes se las piden. Dentro de la clase grande están aquellos que creen profundamente que hay una retribución para las acciones, que no se apegan a su riqueza, sino que observan su impermanencia, que dan con sus propias manos al solicitante, y que están plenamente alegres cuando son capaces de dar limosna, e incómodos cuando son incapaces de hacerlo.
Además, dentro de la clase pequeña están aquellos que vuelven sus caras, evitando ver al demandante; y lo reprenden e insultan. Dentro de la clase mediana están aquellos que dan limosna con desdén y falta de respeto. Dentro de la clase grande están aquellos que respetuosamente dan limosna antes de que se la pidan.
Además, dentro de la clase pequeña están aquellos que dan limosna con la intención de obtener buenas retribuciones en esta vida. Dentro de la clase media están aquellos que dan limosna con la intención de conseguir buenas retribuciones en sus vidas futuras. Dentro de la clase grande están aquellos que dan limosna movidos por la compasión, sin buscar ninguna retribución a cambio.
Además, dentro de la clase pequeña están aquellos que dan regalos para pagar la amabilidad recibida. Dentro de la clase mediana están aquellos que dan limosna con la intención de acumular karma positivo. Entre los de la clase grande están aquellos que dan limosna para beneficio del Dharma.
Además, dentro de la clase pequeña están aquellos que hacen regalos movidos por el miedo. Dentro de la clase mediana están aquellos que hacen regalos solo a sus pares. Dentro de la clase grande están aquellos que dan regalos sin discriminar entre amigos y enemigos.
Existen tres clases de personas ricas. Los de la clase pequeña son aquellos que dicen que ellos no tienen nada que dar. Los de la clase mediana son aquellos que dicen que ellos tienen poco que dar. Los de la grande son aquellos que dan más de lo que se les pide.
También existen tres clases de personas pobres. Los de la clase pequeña son aquellos que, tras ver a alguien que pide limosna, albergan pensamientos maliciosos, y lo insultan. Los de clase mediana son aquellos que, tras ver a alguien que pide limosna, dicen de forma inexpresiva, que ellos no tienen nada que dar. Los de clase grande son aquellos que, tras ver a alguien que pide limosna, se sienten preocupados y afligidos porque ellos no tienen nada que dar.
Buen hombre, las personas que practican la generosidad pequeña son censurados por santos y sabios. Las personas que practican la generosidad media son objeto de lástima por santos y sabios. Las personas que practican la generosidad grande llevan la alegría a  los corazones de santos y sabios.
La Dádiva como Beneficio para Uno Mismo, y los Demás.
Buen hombre, un hombre sabio hace regalos para beneficiarse a sí mismo y a los demás, porque sabe que la riqueza es impermanente; porque quiere dar alegría a los seres; porque se apena de ellos; porque desea erradicar su propia tacañería; porque no busca futuras retribuciones; porque quiere adornar el Sendero hacia la Iluminación.
Por lo tanto, un Bodhisattva que lo da todo no se arrepiente y no se preocupa con respecto a la disminución de su riqueza. El no se menosprecia ni a sí mismo, ni a su riqueza; ni investiga a los que piden, ni busca el momento más adecuado para él. Con frecuencia piensa en los solicitantes como si fueran personas al borde de la inanición. El permanece cerca de los buenos amigos, y acepta sus enseñanzas verdaderas. Cuando ve a alguien que le pide, el está muy alegre, como si estuviera recuperando su riqueza después de que su casa se haya quemado; y él alaba lleno de alegría la práctica de la generosidad, y expone los inconvenientes de la riqueza. Después de haber dado limosna, el está exultante, como si hubiera confiado su riqueza a un buen hombre. El dice a quien le pide: “Tu eres la causa de mi acumulación de méritos. Porque tú has venido a mí en búsqueda de limosna, ahora yo permanezco alejado de la tacañería.”
El, por tanto, ve al solicitante como a alguien encantador. Después de haber hecho los regalos, él enseña a aquel que pide a proteger las cosas recibidas, y diligentemente hacer ofrendas a las Tres Joyas: el Buda, el Dharma, y la Sangha.
Un Bodhisattva que da limosna con alegría nunca abandona el autocontrol. Incluso si da, a quien lo solicite, partes de su propio cuerpo, en él no surgirá ni siquiera el menor pensamiento de malicia. El nunca menosprecia a quien recibe, ni se glorifica a sí mismo; y se siente contento de que tener las cosas que satisfacen al receptor. El fortalecerá los Cuatro Inmensurables: amor benevolente, compasión, regocijo, y ecuanimidad. Con el crecimiento de la fe, el no duda de que existe retribución para las acciones.
Buen hombre, si uno puede observar la impermanencia de la riqueza, y ver a cada uno de los seres como si fuera su único hijo, uno puede dar limosna. Buen hombre, semejante persona no puede ser afectada por la aflicción de la tacañería, lo mismo que el Monte Sumeru, el cual no puede ser movido por el viento. Buen hombre, esa persona puede ser un refugio para los seres. Esa persona puede practicar la Perfección de la Generosidad.
Cuatro Razones para Practicar la Generosidad.
Buen hombre, un hombre sabio se deleita en dar limosna por cuatro razones: 1) la generosidad puede erradicar las aflicciones de uno; 2) la generosidad puede inspirar a tomar diversos votos; 3) la generosidad puede traer paz y alegría; y 4) la generosidad puede traer abundante riqueza.
Buen hombre, el dar obsequios sin codicia es llamado generosidad. ¿Qué significa no tener codicia? El dar es una acción, y el regalo es el objeto dado. Puesto que la concurrencia de la acción y del regalo constituye la generosidad,  es llamado ausencia de codicia. ¿Cómo erradica la generosidad las aflicciones de uno? Erradica la tacañería, la codicia, el enfado, y el engaño.
Buen hombre, ¿Cómo inspira la generosidad diversos votos? Después de haber dado limosna, uno puede hacer diversos votos, buenos o malos, y entonces recibirá las correspondientes retribuciones, buenas o malas. ¿Por qué? Debido al poder de los votos de uno.
Buen hombre, ¿Cómo puede la generosidad traer paz y alegría? Porque debido a la generosidad, uno experimentará la felicidad de los humanos o de los dioses, e incluso la insuperable felicidad.
Buen hombre, ¿Cómo trae la generosidad abundante riqueza? Porque debido a la generosidad, según sus deseos, uno recibirá oro, plata, e incluso animales.
Las Retribuciones Mundanas para la Generosidad.
Buen hombre, aquel que se deleita en hacer obsequios, puede destruir cinco fenómenos contaminados: 1) las visiones erróneas; 2) la falta de creencia en el Dharma; 3) el abandono del autocontrol;  4) la tacañería; y 5) el enfado. Tras haber descartado todos estos males, uno está muy alegre. Debido a ese gozo, uno alcanzará eventualmente la verdadera liberación.
Quien es generoso recibirá en esta misma vida cuatro retribuciones: 1) todos, incluidos los enemigos, encuentran deleite viéndolo; 2) su buen nombre se extiende en las cuatro direcciones; 3) no tiene temor en medio de las multitudes; y 4) todas las buenas personas vienen para seguirlo.
Buen hombre, supón que alguien no se arrepiente después de haber dado limosna. Incluso si él cae dentro del infierno debido a las aflicciones que han surgido, él no sufrirá ni de hambre, ni de sed en un lugar tan terrible. Puesto que él ha dado limosna sin arrepentirse, el no sufrirá el verse obligado a engullir bolas de hierro al rojo vivo, o hierro fundido. Si renace como un animal, el tendrá todo lo que necesite. Si renace como un fantasma hambriento, el siempre estará lleno, sin experimentar el hambre o la sed. Si renace como un ser humano, él estará dotado con cinco cosas: 1) longevidad; 2) una buena apariencia; 3) fuerza física; 4) paz y alegría; y 5) elocuencia; y además él tendrá fe, observará los preceptos, oirá mucho el Dharma, y tendrá una sabiduría que supera la de los otros. Aunque renazca en un mundo lleno de perversión, el no practicará el mal. Cuando surjan los fenómenos no virtuosos, él no los seguirá. Aunque renazca en un lugar aterrorizador, él no tendrá miedo. Si renace como un dios, él disfrutará de diez beneficios excelentes.
Regalando Cosas Externas e Internas.
Buen hombre, un hombre sabio da regalos por dos razones: para domar su mente, y para destruir el enfado. Por estas razones, un Tathagata es llamado el Insuperablemente Honrado.
Buen hombre, tras dar los obsequios, un hombre sabio no busca la fama, no busca liberarse del miedo, ni el afecto del receptor, ni ser seguido por la gente buena, ni tampoco busca la recompensa de renacer como un ser humano o como un dios.
El se establece en dos principios: 1) no cambiar nunca la riqueza indestructible por aquella que está sujeta a destrucción; y 2) no seguir nunca los pensamientos de avaricia. ¿Por qué? Porque él piensa: “La riqueza que está sujeta a destrucción no me seguirá tras mi muerte. Por consiguiente, yo debería de donársela a otros como limosna, y no me desasosegaré por su pérdida. Debería de sentirme feliz repartiéndola”.
Buen hombre, alguien que practique la generosidad debería de domar primero su propia mente dando cosas externas[6]. Más tarde, cuando esté completamente seguro de que su mente está domada, entonces él puede dar cosas internas[7]. Por medio del dar cosas externas e internas, el adquirirá dos condiciones: el abandonar para siempre los Tres Reinos de la Existencia, y alcanzar la verdadera liberación.
Buen hombre, lo mismo que un viajero exhausto que porta una pesada carga en un largo viaje es feliz despojándose de su carga, similarmente, el hombre generoso es feliz dando su riqueza a quienes piden.
Buen hombre, un hombre sabio reflexiona con frecuencia en que no hay nada mejor que la generosidad para hacer posible que su riqueza lo siga a sus vidas futuras. El también observa los sufrimientos del pobre, y los placeres del rico. Por tanto, el se deleita de todo corazón en dar limosna.
Buen hombre, has de saber que una persona rica que dice a alguien que pida, que él no tiene nada que dar; o que tiene intereses, está hablando de su pobreza, y de su exigua acumulación de méritos en su próxima existencia. Tal persona es llamada “uno que ha perdido el autocontrol”.
El Pobre Puede Dar Limosna.
Buen hombre, algunos dicen que el pobre debería de aceptar que él no tiene medios para practicar la generosidad. Pero su afirmación no es cierta. Porque todo el mundo tiene acceso al agua y a la hierba, las cuales pueden ser dadas como regalo. Mientras que el rey puede no necesariamente dar limosnas, los pobres no necesariamente son incapaces de dar limosna. ¿Por qué? Porque incluso un hombre pobre tiene algo que comer. Después de comer, él lava su plato. Incluso dando las sobras de la salsa a alguien en necesidad, como por ejemplo a un animal o a un fantasma hambriento, el acumulará mérito. Incluso en el caso de que él alimente a las hormigas con unas pocas partículas de harina, el recibirá inmensurables retribuciones por esta acción meritoria.
Entre los extremadamente pobres en el mundo, ¿Quién es el que no tiene unas pequeñas partículas de harina, y quién deja de sobrevivir por dejar de comer tres cucharas de harina tostada al día? Por tanto, uno debería de dar la mitad de su comida a quienes pidan.
Buen hombre, entre los extremadamente pobres en el mundo, ¿Quién es el que no tiene ropas y va desnudo? Si uno tiene ropas que vestir, ¿No tiene un trozo de paño para dar, y que otro pueda cubrir sus llagas? ¿No tiene uno algo de material de la longitud de un dedo para dárselo a alguien, y que el otro pueda hacer la mecha de una lámpara? Entre la gente extremadamente pobre en el mundo, ¿Quién no tiene un cuerpo? Si uno ve a otros llevar a cabo acciones meritorias, uno debería de usar su cuerpo para ayudarlos alegre e incansablemente. Entonces uno es llamado un hombre generoso, y acumulará méritos, los cuales pueden ser menores, iguales, o superiores a los de otros. Por ello, cuando Yo recibí comida del Rey Prasenajit, Yo hice una aspiración deseando que los méritos adquiridos por la práctica de la generosidad de un rey, y por la de un pobre, fueran iguales, sin ninguna diferencia.
La Felicidad Mundana y Supramundana.
Por ejemplo, alguien ha comprado fragancias, las cuales incluyen perfumes sólidos, incienso, polvo de incienso, e incienso encendido. Cuando otra persona se acerca a esas cuatro fragancias, el percibe las mismas fragancias que percibe su dueño, pero las fragancias no pierden su fuerza. De manera similar, uno adquiere méritos en base a la dádiva, sea amplia o pequeña, delicada o burda; también en base a ayudar a otros alegremente en su práctica de la generosidad; o regocijándose en la generosidad de otros. Los méritos adquiridos son los mismos, porque la intención es la misma.
Buen hombre, si alguien no tiene nada que dar, si le desagrada ver a otros dando limosna, si duda de los Campos Afortunados, entonces es pobre. Si alguien tiene el dominio sobre una amplia riqueza, y tiene acceso a los Campos Afortunados, pero no da regalos debido a su falta de fe, entonces también es pobre.
Por consiguiente, un hombre sabio hace todo lo posible por dar, sea importante o humilde. Solo a través de la práctica de la generosidad puede uno obtener la felicidad de humanos o dioses, e incluso la felicidad insuperable. Por tanto, Yo digo en los Sutras que un hombre sabio dará incluso su última cucharada de comida, aunque el sepa que comiéndola sobreviviría, y que dándola moriría. Cuánto más no daría a otros, si tuviera más de una sola cucharada.
Buen hombre, un hombre sabio observa que la riqueza es impermanente. Debido a su impermanencia no beneficia a uno, puesto que es consumida en cada una de las innumerables vidas de uno. No obstante, aunque es impermanente, traerá inmensurables beneficios si es dada como limosna. ¿Por qué debiera de ser uno demasiado tacaño a la hora de dar limosna?
Buen hombre, un hombre sabio también observa que aquellos que cumplen con los preceptos, y que oyen asiduamente el Dharma, a través del poder de estas causas y condiciones, alcanzarán el fruto más elevado del Oyente, llegando a ser Arhats. Sin embargo, este fruto santo no puede ponerlos a salvo del tormento el hambre o de la sed. Si un Arhat tiene problemas para conseguir alojamiento, ropa, comida y bebida, cama, y medicinas, es debido a que en las vidas pasadas no dio limosna. Al contrario, supón que alguien que ha violado los preceptos se deleita en dar limosna. Tras la muerte, incluso en el caso de que renazca como un fantasma hambriento o un animal, el siempre estará lleno y no experimentará el hambre.
Buen hombre, prescindir de la generosidad dentro del entrenamiento de uno lo priva de dos frutos: el mando sobre uno mismo, y la liberación. Supón que alguien observa los preceptos, pero no da limosna. Si renace en el cielo, el no tendrá ni una soberbia comida, ni adornos maravillosos. Por lo tanto, uno debería de deleitarse en la generosidad si uno busca la felicidad mundana, o la felicidad insuperable.
Un hombre sabio observa los placeres mundanos en su interminable ciclo de nacimientos y muertes. El también observa que la gente rica de los Cuatro Continentes aún no está satisfecha con sus placeres; por tanto, uno debería de hacer regalos para poner fin al ciclo de nacimientos y muertes de uno; y no para recibir placeres como retribución. Uno debería de practicar la generosidad para alcanzar la felicidad insuperable, y no la felicidad que se encuentra entre humanos y dioses. ¿Por qué no? Porque esa clase de felicidad es impermanente, y tiene limitaciones
El Practicante de la Generosidad, y el Receptor de las Retribuciones.
Buen hombre, supón que alguien postula: “El practicante de la generosidad, el receptor del regalo, y el receptor de la retribución están compuestos de los cinco agregados, los cuales son impermanentes. ¿Cómo puede un practicante de la generosidad, que está compuesto de los cinco agregados, ser la causa de retribuciones futuras?”
Aunque en realidad no hay ni donante, ni receptor, las buenas retribuciones para la generosidad no dejarán de producirse. Deberías de preguntar a quien hace la pregunta: “¿Existen eventos tales como dar y recibir?” Si contesta: “Dar es un evento, y el yo que está dentro de receptor es el verdadero receptor”, tú puedes contestar del mismo modo: “Dar es un evento, y los cinco agregados que constituyen un receptor, son el verdadero receptor”.
Entonces él podría preguntar: “Ya que los cinco agregados que constituyen a un  practicante de la generosidad, son impermanentes, ¿Quién puede recibir las retribuciones de la generosidad?”
¡Escucha con atención, escucha con atención! Yo te lo explicaré. Pregúntale si una semilla es permanente o impermanente. Si él postula que es permanente, tú deberías de preguntarle por qué perece la semilla cuando surge el brote. Si él ve su problema, y dice que es impermanente, entonces tú deberías de preguntarle por qué la semilla, el agua, la tierra, y el fertilizante pueden hacer crecer los brotes. Si él te dice que la semilla es impermanente, pero que tiene la capacidad de hacer que crezcan los brotes para dar fruto, entonces tú deberías de decirle que los cinco agregados (de un practicante de la generosidad) funcionan de la misma manera.
Los Brotes No Son Puestos en Manifiesto a Través de Causas Patentes.
Supón que él postula que la semilla contiene el brote, el cual se hace patente por el esfuerzo humano, el agua, el fertilizante como causas manifestadoras. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque lo que es hecho patente debido a las causas manifestadoras, permanece lo mismo en cuanto a cantidad (o tamaño), siendo grande o pequeño, y no se incrementa ni decrece. Sin embargo, el agua y el fertilizante hacen posible que el brote crezca. Los brotes, que no existían antes, han llegado ahora a la existencia.
Supón que entonces el postula que existen dos clases de causas manifestadoras: la fuerte, y la débil. Una causa manifestadora fuerte, como por ejemplo la luz de una gran lámpara, puede hacer patentes más cosas de las que haría una causa manifestadora débil, como por ejemplo la luz de una lámpara pequeña. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque la semilla, el agua, y el fertilizante no pueden hacer que la semilla se haga manifiesta como un gran árbol de una sola vez, o en un día.
Supón que entonces él postula que las dos clases de causas manifestadoras dependen del momento adecuado: una causa manifestadora lo pone más patente cuando existen más cosas, y menos cuando hay menos cosas. Su postulado no es cierto, ¿Por qué? Porque, en su teoría, el tiempo está fijado. Por lo tanto, Yo digo que esas causas manifestadoras no incrementan o disminuyen los objetos hechos patentes. El no debería de hacer esos postulados falsos.
Buen hombre, la semilla y el brote son diferentes. Aunque tienen apariencias diferentes, ellos se siguen uno a otro de forma incesante. Buen hombre, del potencial de la semilla crece el brote; del potencial del brote crece el tronco; del potencial del tronco crecen las ramas; del potencial de las ramas crecen las flores; del potencial de las flores crecen los frutos. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. Uno que está compuesto por los cinco agregados, y que vive en uno de los destinos, como por ejemplo el de un ser humano, renace como otro, y después como otro, cada uno de ellos compuesto de los cinco agregados, y dentro de uno de los seis destinos.
El Ejecutor de la Acción, y el Receptor de la Retribución.
Supón que él postula que el ejecutor de la acción, y el receptor de la retribución, son diferentes. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque, en su teoría, el que hace la acción es un ego que está dentro de uno, y el receptor de la retribución es un cuerpo. Aunque él no explica cómo el ejecutor de la acción y el receptor de la retribución son diferentes, él muestra la diferencia por medio de un ejemplo. El postula que el “yo” que está dentro de uno hace una acción meritoria dentro de esta vida presente, observando el precepto de no matar; y que entonces un cuerpo en una vida futura estará dotado con una buena apariencia como retribución. Por lo tanto, en su teoría, la retribución no tiene una causa, y la acción no produce un efecto. Esta es la falla de su postulado. Cuando él postula que el yo de la presente vida es el que ejecuta la acción, y que el cuerpo en una vida futura es el receptor de la retribución, tú puedes enseñarle que un conjunto de los cinco agregados en la presente vida es el ejecutor de la acción, y que otro conjunto de los cinco agregados en la vida futura es el receptor de la retribución.
También deberías de retarle, diciendo: “En tu teoría, el cuerpo de uno, y el ego de uno son dos cosas diferentes. El cuerpo disfruta de la comida y bebida, y viste ropas y adornos. Adquiere buena apariencia y más fuerza a partir de ingerir buena comida, y una mala apariencia y menos fuerza si come mala comida. ¿Qué adquiere el ego a partir de estas causas y condiciones?”
Si él dice que el ego consigue alegría o pesar, entonces pregúntale: “En tu teoría, ¿No significa esto que el que hace la acción, y quien recibe el resultado son diferentes? Por ejemplo, alguien come mantequilla para conseguir fuerza. Después de cierto tiempo, su cuerpo ha adquirido una buena apariencia y una gran fuerza. Si una persona demacrada se siente muy alegre después de ver al comedor de mantequilla, ¿Adquirirá él una buena apariencia y una gran fuerza?” Si su respuesta es negativa, entonces dile que lo mismo es verdad para el ego, en su teoría. ¿Cómo puede un ego adquirir lo que adquiere el cuerpo? ¿Por qué no puede? Porque son distintos.
Tres Verdades con Respecto a la Acción y su Resultado.
Mi Dharma[8] da enseñanzas diferentes: un grupo de los cinco agregados realiza una acción, y otro grupo de los cinco agregados recibe la retribución por la acción cometida, sucediéndose diferentes grupos de agregados de forma sucesiva, uno tras otro, ilimitadamente.
Buen hombre, supón que él postula que los cinco agregados de uno no pueden ir a la siguiente vida para recibir el resultado, ya que son impermanentes. Su afirmación no es cierta. ¿Por qué? Porque en mi Dharma hay tres verdades con respecto a estos sucesos: 1) el que hace la acción, y quien recibe la retribución, son lo mismo; 2) el que hace la acción, y quien recibe la retribución, son diferentes; y 3) no existe nadie que haga la acción, ni un receptor de la retribución.
Primero, el que hace la acción y el receptor son lo mismo, porque ambos están compuestos de los cinco agregados. Segundo, el que hace la acción y el receptor son diferentes, porque el que hace la acción puede ser un humano (en la presente vida), y el receptor puede ser un dios (en la vida futura). Tercero, no existe ni quien hace la acción, ni quien recibe el resultado, ya que la acción es una mera convergencia de causas y de condiciones. Puesto que la acción no tiene una existencia inherente, ¿Cómo puede haber un ejecutor de la acción, o un receptor de la retribución?
El Que Hace la Acción, y Quien Recibe la Retribución Son lo Mismo.
Supón que él cuestiona la continuidad del ejecutor y del receptor como dos grupos de los cinco agregados. Su comprensión es incorrecta. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, uno puede mezclar veneno dentro de la leche, y volver la leche mantequilla clarificada[9]. La mantequilla envenenada es diferente de la leche envenenada. Aunque son diferentes, la mantequilla envenenada sucede a la leche envenenada sin interrupción. Por ello, ambas son similares, y ambas pueden causar la muerte. Lo mismo es verdad para los grupos de los cinco agregados. Son similares vida tras vida, continuando infinitamente. Por tanto, tal como se afirmó antes, el que hace la acción, y quien recibe, son lo mismo.
El Que Hace la Acción, y Quien Recibe la Retribución Son Diferentes.
Supón que él postula que quien ejecuta la acción, y quien recibe la retribución no puede ser diferente, porque ambos están compuestos de los cinco agregados. Su afirmación no es cierta.  ¿Por qué? Porque son diferentes en dos aspectos: son diferentes cuerpos, y diferentes nombres. Por ejemplo, dos personas son llamadas respectivamente “Buda Receptor”, y “Dios Receptor”. Ellos tienen cuerpos diferentes y nombres diferentes, y ellos realizan acciones diferentes con sus cuerpos y habla diferentes. Debido a sus diferentes acciones, ellos reciben diferentes retribuciones en cuanto a la duración de sus vidas, apariencia, fuerza física, paz y alegría, y elocuencia. Dios Receptor nunca recibirá las retribuciones por las acciones hechas por Buda Receptor, y viceversa. Aunque el término “cinco agregados” se les aplica a ambos, sus estados mentales son diferentes. Por ejemplo, mientras que Buda Receptor experimenta placer, Dios Receptor experimenta dolor; mientras que Buda Receptor es presa de la codicia, Dios Receptor es propenso al enfado. Sus experiencias no son similares. Además, la palabra “cuerpo” se aplica a diferentes individuos, pero sus cuerpos son diferentes. Por ejemplo, mientras que Buda Receptor es blanco, Dios Receptor es negro.
Si el mismo nombre pudiera significar el mismo evento, entonces cuando un hombre nace, deberían de nacer todos los hombres; cuando un hombre muere, deberían de morir todos los hombres. Si él no acepta esta explicación, él no entiende por qué el ejecutor y el receptor son diferentes.
Supón que él asegura que mi afirmación de que el realizador y el receptor son diferentes, tiene las mismas fallas que tiene su teoría de que el ejecutor y el receptor son diferentes. El me está reprochando porque no puede ver su falla. Su acusación no es cierta. ¿Por qué? Hay dos casos diferentes en mi afirmación: 1) los grupos de los cinco agregados renacen uno tras otro, y mueren uno tras otro; y 2) renacen uno tras otro, pero no mueren uno tras otro. Como cada nacimiento es diferente, también cada muerte es diferente. Por tanto, yo digo que quien hace la acción, y quien recibe la retribución, son diferentes, y que son lo mismo, libre de su error.
No Existe Nadie que Haga la Acción, Ni Un Receptor de la Retribución.
Todo está compuesto de los cinco agregados, pero cada agregado carece de un ego, y de sus pertenencias. Sin embargo, los seres engañados sostienen visiones erróneas. Algunos postulan que uno de los cinco agregados es el “yo”, y que los otros cuatro son sus pertenencias. Algunos postulan que el “yo” existe aparte de los cinco agregados de uno. Sus postulados son falsos. ¿Por qué? Porque en mi Dharma no hay un “yo inherentemente existente”. Como ninguno de los cinco agregados es un “yo”-dado que cada uno de ellos es impermanente, no es un ejecutor, y no tiene mando sobre nada-ninguno de los otros cuatro agregados es la pertenencia de un “yo”. A través de la convergencia de las causas y de las condiciones, tiene lugar un evento distinto. Este proceso es llamado “hacer”, pero realmente no existe un actor. A través de la convergencia de las causas y las condiciones, tiene lugar otro evento distinto. Este proceso es llamado “recibir”, pero en realidad no existe un receptor. Por tanto, no existe un actor, ni un receptor.
Diez Analogías.
Como analogía, alguien pretende incendiar una aldea, y el deja caer una chispa dentro de un pajar. El fuego arde, y se disemina a través de cinco kilómetros, e incluso alcanza los diez kilómetros. El jefe de la aldea lo encuentra, y le pregunta:”Tú, idiota, ¿Por qué incendiaste esta aldea?” Él contesta: “Yo no quemé esta aldea. El fuego que yo encendí hace tiempo que no existe. Yo solo encendí un pajar, y por tanto yo te lo repararé con dos pajares. No pagaré por las otras cosas que se han quemado.” El jefe de la aldea dice: “Tú, tonto, debido a tu pequeño fuego, han sido calcinados cinco kilómetros, e incluso ha alcanzado los diez kilómetros. ¿Cómo puedes no pagar por todo lo perdido?” Aunque el gran incendio es diferente de la chispa iniciadora, es la continuación de la chispa iniciadora, y por lo tanto el pirómano debería de ser el responsable de la pérdida total. Similarmente, un grupo de los cinco agregados hace acciones virtuosas o no virtuosas en esta vida presente. Entonces otro grupo de los cinco agregados renacido a través de renacimientos consecutivos, recibirá la retribución de las acciones virtuosas o no virtuosas cometidas.
Como analogía, alguien apuesta con otro a portar una antorcha durante cincuenta kilómetros. Si el portador de la antorcha gana, él puede reclamar lo apostado; si pierde, tiene que pagar lo apostado. Cuando el portador de la antorcha, después de haber llevado la antorcha durante cincuenta kilómetros, demanda el premio de la apuesta, el perdedor dice: “El fuego que prendió inicialmente la antorcha hace tiempo que ha desaparecido. ¿Cómo puedes decir que has ganado la apuesta?” El portador de la antorcha dice: “Aunque el poco de fuego inicial ya no existe, su continuación ha seguido ardiendo a través de los cincuenta kilómetros hasta llegar aquí. “ La postura de ambos tiene sentido. ¿Por qué? Porque el fuego inicial y su continuación son lo mismo y diferentes. Por tanto, el ganador y el perdedor no tienen falta en su argumentación lógica. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. Por consiguiente, no hay falta en decir que los cinco agregados del ejecutor de la acción, y los cinco agregados del receptor de la retribución, son lo mismo y son diferentes.
Como analogía, las dos orillas y el agua contenida entre ellas, es llamado Ganges. Durante el verano, las dos orillas están muy distantes una de otra; y en otoño, ambas están más cerca una de otra. Sin que tenga una apariencia fija, el rio es a veces más grande o más pequeño, y el agua está aumentando o decreciendo. Algunos dicen que es un rio, mientras que otros dicen que no es un rio. El sabio dice que este río es ambos, el mismo y diferente. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. El sabio también dice que los cinco agregados de quien ha ejecutado la acción, y los cinco agregados de quien recibe la retribución son ambos,  lo mismo y diferentes.
Si tú postulas que las dos orillas son tierra, la corriente es agua, y el espíritu del rio es el rio, tu postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque si el espíritu del rio fuera el río, ¿Por qué dice uno que el rio está claro o turbio; que tiene esta orilla y esa orilla; que tiene una corriente profunda o ancha; que alcanza el océano; que puede o que no puede ser cruzado? Por ejemplo, donde hay un árbol, allí reside un espíritu del árbol. Sin un árbol, ¿Dónde puede residir el espíritu? Lo mismo es verdad para el río y el espíritu del río. Por lo tanto, las dos orillas junto con la corriente de agua que fluye continuamente, juntas, son llamadas “río”. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. Por tanto, los cinco agregados de quien realiza la acción, y los cinco agregados de quien recibe la retribución son ambos,  lo mismo y diferentes.
Como analogía, alguien insulta gravemente a un dignatario y, debido a su lenguaje abusivo, le ponen grilletes en sus piernas. Sus piernas no son culpables de su lenguaje insultante, pero están con grilletes. Por tanto, uno duda en decir que los cinco agregados del ejecutor de la acción y los cinco agregados de quien recibe la retribución son ambos, lo mismo y diferentes. Solo el sabio puede hacerlo.
Como analogía, cuando una lámpara, la mecha, el aceite, el fuego, y el esfuerzo humano convergen como causas y condiciones, aparece la luz de la lámpara. Si tú postulas que la luz de la lámpara aumenta o decrece, tu postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque en realidad la luz de la lámpara ni aumenta ni disminuye. No obstante, debido a los continuos cambios en las condiciones, uno puede decir que la luz de la lámpara aumenta y disminuye.
Si tú afirmas que la lámpara es impermanente, pero el aceite es permanente, y que la luz de la lámpara aumenta y disminuye con la cantidad de aceite, tu postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque el aceite también es impermanente, y puede ser quemado. Si el aceite fuera permanente, entonces el aceite y la luz de la lámpara siempre permanecerían, y nunca se terminarían. Por tanto, el sabio dice que la fluctuación de la luz de la lámpara es ambos, lo mismo y diferente. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. La luz de la lámpara es como las seis facultades, y el aceite es como la acción. Debido a la acción, los cinco agregados pueden surgir en una vida como un grupo, y en otra vida posterior, como otro grupo.
Como analogía, algunas personas hablan el idioma de Ātyana. Este idioma existió en el pasado, y ha ido pasando de una generación a la siguiente, hasta llegar al día de hoy. Aunque aún es llamado “el idioma de Ātyana”, el sabio dice que es o que no es el idioma de Ātyana. De ambas formas, el tiene razón. Lo mismo es verdad para los cinco agregados. Uno puede decir que los cinco agregados del ejecutor de la acción, y los cinco agregados del receptor de la retribución, son ambos, lo mismo y diferentes.
Como analogía, un hombre rico muere después de que sus legítimos herederos hayan muerto, y por tanto su riqueza será cogida por el gobierno. Entonces alguien viene de lejos, y dice: “Esta riqueza debería de pertenecerme”. El funcionario del estado pregunta: “¿Cómo esta riqueza amasada por el difunto, puede pertenecer a una persona que no tiene relación con él?” La contesta: “Yo soy la séptima generación en la rama familiar ininterrumpida del difunto. ¿Cómo puede no pertenecerme esta riqueza?”El funcionario del estado asiente: “Es indudable, indudable. Así es, tal como dices.” Lo mismo es verdad para los cinco agregados. El sabio dice que los cinco agregados del ejecutor de la acción son ambos, lo mismo y diferentes.
Tú podrías decir: “Los cinco agregados hacen la acción, pero ha desaparecido una vez que ha sido hecha. No hay nada seguro, incluso cuando el ejecutor de la acción está vivo aún. Si la acción no tiene nada por seguro, entonces no hay potencial. ¿Cómo puede haber entonces una retribución tras la muerte del ejecutante  de la acción? Tu postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque todos los potenciales de las acciones del pasado aguardan el vaso y el tiempo correcto.
Como analogía, una semilla proviene de una naranja que ha pasado de ácida a dulce. Alguien siembra la semilla para recoger naranjas. A partir de la semilla crecen las raíces, tronco, hojas, flores, y frutos, todos los cuales no son ácidos. Cuando llega el tiempo, la fruta madura y tiene un sabor ácido. Este sabor ácido, que no existía antes, ha llegado a existir gracias a causas y condiciones. Proviene de la fruta original que contenía la semilla que fue sembrada más tarde. Lo mismo es cierto para las acciones de cuerpo, habla, y mente de uno. Si uno se pregunta dónde permanece el potencial de la acción, la respuesta es que el potencial de una acción originada por un actor en su vida pasada, espera el tiempo correcto, y el vaso correcto, para recibir la retribución de la acción.
Como analogía, un paciente toma una medicina durante algún tiempo. Aunque la medicina ha desaparecido, cuando llega el momento, hace su efecto y entonces el paciente recuperará el buen color y la fuerza. Similarmente, aunque las acciones de cuerpo, habla, y mente de uno parezcan haber desaparecido, cuando llega el tiempo, sus retribuciones llegarán.
Como analogía, las cosas aprendidas por un niño pequeño se van yendo, pensamiento tras pensamiento, y no permanecen en ningún sitio. No obstante, después de cien años, aún no están perdidas. Lo mismo es verdad para las acciones hechas en el pasado. Aunque no permanecen en ningún sitio, cuando llegue el tiempo, habrá un receptor de las retribuciones. Aunque en realidad no hay un ejecutor de la acción, ni tampoco un receptor de la retribución, el receptor no puede ser algo distinto de un grupo de los cinco agregados. Si uno entiende con claridad este tema, uno puede conseguir el Insuperable Fruto Sagrado.
La Generosidad Impura.
Buen Hombre, si uno escatima su cuerpo, vida, y riqueza, es llamado tacaño. Un hombre tacaño no quiere dar limosna, y carece de compasión. El salva su riqueza para el Campo Afortunado adecuado, pero cuando él encuentra un Campo Afortunado, el busca sus defectos. El reconoce que la riqueza es difícil de conseguir, y el trabaja duramente y sufre por ella. O el dice que no hay causalidad, esto es, que no existe la retribución para quien practica la generosidad. El quiere y protege a su esposa y a su gente, y busca la fama. El acumula riqueza y se regocija viendo como se incrementa.
Si uno ve a la riqueza como algo permanente, es llamado avaro. La suciedad de la avaricia mancilla la mente de uno. Por esta razón, uno es incapaz de dar las cosas de otros, y mucho menos las cosas que pertenecen a uno.
Un hombre sabio hace obsequios no para recibir retribuciones por su amabilidad, ni para conseguir algo, ni para proteger a los tacaños, ni para conseguir los placeres de los humanos o de los dioses, ni para difundir su buen nombre; ni debido al miedo al sufrimiento de los tres destinos desafortunados; ni para obligar a otros, o para superar a otros, ni para reducir el exceso de riqueza, ni para librarse de cosas inútiles, ni para complacer a amigos o tradiciones familiares.
Un hombre sabio hace regalos llevado por la compasión, porque él desea que otros tengan paz y alegría; porque él quiere que otros  también den limosna; porque él transita por el sendero de los santos; porque él quiere erradicar sus propias aflicciones; y porque él quiere poner fin al ciclo de nacimiento y muerte, y realizar el Nirvana.
Buen hombre, cuando un Bodhisattva da limosna, el evita cuatro males: 1) la violación de los preceptos; 2) la maraña de dudas; 3) las visiones erróneas; y 4) la tacañería.
El también evita otras cinco cosas: 1) la discriminación entre lo merecido y lo no merecido; 2) diferenciar entre el bueno y el malo; 3) seleccionar a los solicitantes en función de la casta; 4) menospreciar a los solicitantes; y 5) emplear un lenguaje insultante.
Uno dejará de recibir retribuciones maravillosas para la práctica de la generosidad por tres causas: 1) después de haber pensado dar una gran limosna, da una limosna pequeña; 2) uno da a propósito cosas de mala calidad como limosna; y 3) después de haber dado, uno se arrepiente.
Buen hombre, la generosidad de uno dejará de proporcionar el fruto insuperable por ocho razones: 1) después de haber dado limosna, uno ve las faltas del receptor; 2) uno hace un regalo con una mente discriminatoria; 3) después de haber hecho un regalo, uno pide al receptor que haga algo a cambio; 4) después de haber dado limosna, uno se alaba a sí mismo alegremente; 5) antes de dar limosna, uno dice que no tiene nada que dar; 6) después de haber dado limosna, uno reprende al receptor con una lenguaje cruel; 7) después de haber hecho un regalo, uno pide al receptor que page el doble del valor de lo recibido; y 8) después de haber hecho un regalo, uno alberga dudas. Ese practicante de la generosidad no puede estar ni cerca de los Budas, ni cerca de los seres santos.
La Generosidad Pura.
Es llamada “generosidad pura” si uno hace regalos ricos en colores, aromas, o sabores, o si son agradables al tacto; si uno da riquezas conseguidas de forma estrictamente acordes a la ley; si uno hace regalos porque observa que la riqueza es impermanente; si uno da regalos para erradicar las aflicciones de uno;  o si uno da regalos para purificar su mente.
Es llamada “generosidad pura” si uno observa al donante, el receptor, lo dado, las razones para darlo, y las retribuciones de la generosidad. Es llamada “generosidad pura” si uno comprende que esa generosidad involucra a las doce esferas o campos de los sentidos, puesto que quien da, quien recibe, y el receptor de la retribución están cada uno de ellos compuestos de las doce esferas o campos de los sentidos.
Como practicante de la generosidad, uno debería de apreciar los Campos Afortunados, y buscar incansablemente la acumulación de méritos por medio de hacerles regalos. Uno debería de hacer obsequios a su esposa, sus allegados, y sus sirvientes, posibilitando que ellos también tengan compasión. Uno debería de dar limosna a los pobres para liberarlos de su sufrimiento. Cuando se estén haciendo regalos, uno no debería de buscar retribuciones mundanas, sino buscar erradicar de uno la arrogancia, desarrollar una mente dulce, ir más allá de los Tres Reinos de la Existencia, y alcanzar la Insuperable Liberación. Uno da limosna porque observa profundamente los males de padecer continuamente los repetidos nacimientos y muertes. Cuando se está obsequiando, uno no debería de observar si el receptor es un Campo Afortunado, o no. Si uno da limosna de esta forma, las retribuciones para la generosidad de uno lo seguirán, igual que el becerro sigue tras su madre.
Las Diferentes Retribuciones para los Regalos Hechos a los Distintos Campos Afortunados.
Si uno da limosna con la intención de recibir retribución, ello no es diferente de un negocio. Para ganarse la vida, uno labra el campo y siembra las semillas, y entonces recoge una cosecha. Similarmente, si uno da regalos, entonces uno recibe la retribución por su generosidad. Si el receptor de los obsequios recibe cinco beneficios-longevidad, buena apariencia, fuerza física, paz y alegría, y elocuencia-el que ha hecho el regalo también recibirá estos mismos cinco beneficios.
Las retribuciones para el practicante de la generosidad serán de 100 veces para la limosna dada a los animales; de 1.000 veces para las limosnas dadas a aquellos que han violado los preceptos; de 100.000 veces para las limosnas dadas a aquellos que observan los preceptos; de 1.000.000 veces para las limosnas dadas a los no budistas que han puesto fin a sus deseos; de 100.000.000 veces para las limosnas dadas a aquellos que están cerca de Entrar en la Corriente; y de inmensurables veces para las limosnas dadas a quienes han Entrado en la Corriente, a aquellos que están cerca de Volver Solo Una Vez, hasta llegar a los Budas.
Buen hombre, para explicarte las diferencias entre los Campos Afortunados, Yo hablo de retribuciones que van desde 100 veces la limosna dada, hasta lo inmensurable. En realidad, si uno da limosna seriamente a los animales, movido por la compasión, y hace regalos reverentemente a los Budas, los méritos adquiridos (por plantar esas raíces de virtud en esos Campos Afortunados) son iguales, sin ninguna diferencia.
Si el regalo de uno hace posible que el receptor logre longevidad,  buena apariencia, fuerza física, paz y alegría, y elocuencia, entonces en una vida futura uno también recibirá estos cinco beneficios, 100 veces la cantidad recibida por el receptor. De una forma similar, uno puede recibir inmensurables retribuciones para la generosidad. En los Sutras, Yo digo que Shariputra y Yo nos dimos limosna uno a otro; sin embargo, Yo adquirí más mérito del que adquirió Shariputra (debido a Mi mente de Gran Generosidad).
Las Retribuciones para la Generosidad Son Buenas, No Malas.
Algunos postulan que si el receptor de los regalos hace el mal, su falta implicará al practicante de la generosidad. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque el practicante de la generosidad que da limosna lo hace para aliviar el sufrimiento del receptor, no para incitarle a cometer transgresiones. Por lo tanto, el practicante de la generosidad recibirá buenas retribuciones. Si el receptor actúa mal, la falta es solo suya, y no implica al donante.
Tras haber dado cosas puras como regalo, el practicante de la generosidad renacerá en una casta alta, estará dotado con una buena apariencia que deleitará a la gente, conseguirá las cosas que quiera, y logrará un buen nombre que será conocido a lo largo y ancho. Estas retribuciones no son malas. ¿Cómo puede decir alguien que él será culpable de las transgresiones cometidas por otro?
Después de haber hecho regalos, el donante está lleno de alegría, no siente arrepentimiento, permanece cerca de los amigos virtuosos, consigue el dominio de la riqueza, renacerá dentro de una familia de la casta alta, adquirirá la felicidad de los hombres o de los dioses, e incluso la felicidad insuperable, al conseguir la destrucción de la cadena de sus aflicciones. Puesto que aquel que da limosna recibirá esas retribuciones maravillosas, ¿Cómo puede decir alguien que él recibirá malas retribuciones?
Tras haber dado limosna con sus propias manos, el practicante de la generosidad renacerá dentro de una familia de la casta alta, encontrará a amigos instruidos que lo beneficiarán, obtendrá una abundante riqueza que él usará o que dará como limosna; los otros estarán deleitados al verlo, y tras haberlo visto, lo estimarán y alabarán. Puesto que el generoso recibirá semejantes buenas retribuciones, ¿Cómo puede alguien decir que él recibirá malas retribuciones?
Tras haber dado limosnas puras, el practicante de la generosidad renacerá dentro de una familia de la casta alta, tendrá un gran séquito, riqueza abundante y tesoros, y no estará afectado por la enfermedad, las preocupaciones, o los temores. Su riqueza no será llevada por la ley, los bandidos, el agua, o el fuego. Incluso si el llega a perder su riqueza, no estará compungido. Y en innumerables vidas futuras él disfrutará de paz y alegría en su cuerpo y mente. ¿Cómo puede alguien decir que él recibirá malas retribuciones?
Antes de dar regalos, el donante debería de tener fe; mientras está dando limosna, debería de regocijarse; y después de haber dado, debería de tener paz y alegría. Cuando otros le soliciten limosna, cuando la guarden, y cuando la usen, el no sentirá dolor. Si él da como limosna ropas, el estará dotado con una apariencia maravillosa. Si da comida como limosna, el adquirirá una fuerza física insuperable. Si da lámparas como limosna, el tendrá unos ojos puros. Si da vehículos como limosna, el conseguirá paz y alegría en su cuerpo. Si da casas como limosna, el no estará falto de todo lo que necesite. Puesto que aquel que practica la generosidad recibe tan buenas retribuciones, ¿Cómo puede alguien decir que recibirá malas retribuciones?
Además, las buenas retribuciones para el hacer regalos a un Buda quedan determinados tras hacerlo, tanto que El use o no use la limosna. Sin embargo, el mérito adquirido por hacer regalos a la gente o a la Sangha surge de la aceptación del receptor, y del uso de la limosna. ¿Por qué? Porque el donante erradica su propia tacañería en base al dar limosna, la cual es además erradicada por el uso del receptor del regalo. Por tanto, el mérito surge a partir del uso de la limosna. Además, el receptor del obsequio puede a su vez dar la limosna para que pueda ser usada por otros; y la Sangha puede utilizarla para su crecimiento. Si uno hace regalos sin buscar recompensas mundanas, o sin ocasionar que las aflicciones de uno surjan, entonces uno conseguirá el Fruto Puro Insuperable, llamado “Nirvana”.
Supón que alguien toma la firme resolución de que cada día el dará comida a otros antes de que él coma nada; y que si no puede hacerlo, él hará ofrendas a los Budas. Si él no cumple con su resolución, se siente avergonzado. Si cumple con su resolución, ello llegará a ser la causa y condición para el desarrollo de la maravillosa sabiduría. Ese practicante de la generosidad es el más destacado de los donantes. El es llamado un “practicante de la generosidad eminente”.
Las Retribuciones Correspondientes a la Práctica de la Generosidad Hecha de Forma Correcta o Incorrecta.
Si uno da limosna a quienes la solicitan, de acuerdo a sus deseos, en innumerables vidas futuras uno podrá tener todo lo que quiera. Si uno da regalos puros con una mente pura a los Campos Afortunados puros, uno recibirá inmensurables retribuciones. Si uno da vestido y comida con una mente de simpatía y alegre, a su esposa, esclavos, y sirvientes, en una vida futura recibirá una suerte inmensurable.
Supón que alguien, al ver a los pájaros y a las ratas comiendo grano en el granero, se apena de ellos, y piensa: “Gracias a mí, estos pájaros y estas ratas pueden sobrevivir”. Si él se siente alegre, y no surge un pensamiento de enojo, él recibirá una inmensurable suerte.
Supón que alguien hace para él ropas, adornos tales como collares y brazaletes, y diversos recipientes, y está complacido con estos artículos ya terminados. Si en vez de usarlos, él los da como limosna, en una vida futura él adquirirá un árbol que otorga los deseos.
Si alguien postula que uno puede recibir buenas retribuciones sin haber dado limosna, ellos están completamente equivocados. Si alguien postula que la práctica de la generosidad puede hacerse sin limosnas o sin regalos, y que si puede ser llevada a cabo con tacañería, están completamente equivocados.
Has de saber que quien da limosna sin que se la pidan, quien da a otros aquello que no tienen, quien da más cosas de las que le piden, quien da cosas mejores de las que le piden, quien enseña a otros a que le pidan limosna, o quien va voluntariamente a algún sitio a dar limosna, en una vida futura recibirá muchos montones de tesoros, y las cosas ordinarias de uno llegarán a convertirse en tesoros.
Si uno da limosna como divertimento, uno no planta en ningún Campo Afortunado. Si uno da limosna sin creer en la causalidad, no es llamado práctica de la generosidad. Si uno da regalos tan solo a los excelentes Campos Afortunados, y le disgusta dar limosna regularmente, uno no encontrará deleite en dar limosna cuando uno reciba las retribuciones en una vida futura. Si uno se ha arrepentido después de dar limosna, o roba cosas para dar regalos, la riqueza que uno obtendrá en una vida futura será consumida o dispersada.
Si uno regala como limosna cosas que han sido obtenidas angustiando al entorno de uno, aunque uno recibirá una gran retribución en una vida futura, será alguien enfermizo. Si uno da limosna mientras deja de cuidar de sus padres,  llena de dolor a su esposa, y tiene en la miseria a sus sirvientes, uno es llamado una “mala persona”. Esa generosidad es generosidad falsificada, no verdadera generosidad. Semejante practicante de la generosidad carece de compasión, y no recompensa la amabilidad recibida. Aunque en una vida futura él adquirirá riqueza, él no será capaz de usarla, o será perdida o dispersada, y será alguien enfermizo.
Si uno da como limosnas las riquezas adquiridas de acuerdo a la ley, en una vida futura él recibirá una inmensurable fortuna, y uno podrá usar su riqueza. Si uno da como limosna las riquezas obtenidas de forma no acorde a la ley, en una vida futura uno recibirá buenas retribuciones por confiar en alguien y, después de su muerte, uno será pobre.
Un hombre sabio observa en profundidad las felicidades disfrutadas por los humanos, dioses, y Reyes que Giran la Rueda. Aunque son maravillosas, son impermanentes. Por consiguiente, cuando él da limosnas, él no lo hace para conseguir esas felicidades.
Las Retribuciones Excelentes para el Dar el Dharma Como Limosna.
Buen hombre, existen dos tipos de limosna: dar riquezas, y dar el Dharma. Donar riqueza es lo inferior, y dar el Dharma es lo superior. ¿Qué quiere decirse por dar el Dharma como limosna? Se llama “dar el Dharma como limosna” si alguien entre los monjes, monjas, laicos, y laicas, enseña a otros a tener fe, a observar los preceptos, a dar limosnas, a escuchar asiduamente el Dharma, y a desarrollar la sabiduría; si él enseña a otros a copiar Sutras en papel; si él copia los Sutras del Tathagata y da las copias a otros para que las lean y reciten. En innumerables vidas futuras ese practicante de la generosidad recibirá retribuciones excelentes. ¿Por qué?
Tras oír el Dharma, los seres destruirán la mente del enfado; y por lo tanto en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad estará dotado con una apariencia excelente. Tras oír el Dharma, movidos por el amor benevolente, los seres dejarán de matar; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad tendrá una vida larga. Tras oír el Dharma, los seres no robarán la riqueza de otros; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad tendrá una abundante riqueza. Tras oír el Dharma, los seres abrirán sus corazones y se deleitarán dando limosnas; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad tendrá fuerza física. Tras oír el Dharma, los seres no abandonarán el autocontrol; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad disfrutará paz y alegría en su cuerpo. Tras oír el Dharma, los seres destruirán la mente del engaño; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad logrará una elocuencia sin impedimentos. Tras oír el Dharma, los seres obtendrán una fe libre de dudas; por tanto, en innumerables vidas futuras el practicante de la generosidad tendrá una fe firme.
Similarmente, el practicante de  la generosidad recibirá retribuciones excelentes por enseñar a los seres a observar los preceptos, dar limosnas, oír el Dharma, y a desarrollar la sabiduría. Por consiguiente, dar el Dharma como regalo es superior a dar riqueza como regalo.
Dar Limosna a los Fantasmas Hambrientos y a los Espíritus.
Supón que el hijo realiza acciones virtuosas, mientras que el padre realiza acciones no virtuosas. Algunos postulan que debido a las buenas acciones del hijo, tras la muerte, el padre no caerá en ninguno de los tres destinos desafortunados. Su postulado no es cierto. ¿Por qué? Porque el padre y el hijo hacen acciones de cuerpo, habla, y mente, que son diferentes. Sin embargo si, tras la muerte, el padre renace como un fantasma hambriento, el puede recibir los méritos que su hijo le transfiera. En cambio, los dioses no piensan en las cosas del reino de los humanos. ¿Por qué? Porque ellos prefieren los tesoros maravillosos que encuentran en los cielos. Los moradores del infierno están sobrepasados por su propio sufrimiento, y no tienen la oportunidad de pensar en ninguna otra cosa, por tanto ellos no pueden recibir los méritos que les transfieran. Lo mismo es verdad para los animales y los humanos, pues ambos están ocupados con sus vidas.
¿Por qué solo un fantasma hambriento puede recibir los méritos que le transfieran? Debido a su codicia y tacañería en su vida anterior como un ser humano, él se ha convertido en un fantasma hambriento. Arrepentido de sus faltas, él desea recibir beneficios. Por tanto, un fantasma hambriento puede recibir los méritos que le transfieran sus parientes en el mundo de los humanos.
Por tanto, un hombre sabio diligentemente realiza acciones meritorias para beneficiar a los fantasmas hambrientos. El adquiere méritos en base a dar ropas, comida, casas, cama, y lo necesario, a ascetas, brahmines, pobres, y vagabundos. Entonces él recita mantras y oraciones para que los fantasmas hambrientos reciban los méritos que él les transfiere. El poder de su aspiración hará posible que los fantasmas hambrientos los reciban. ¿Por qué? Debido a su tipo de vida. Los fantasmas hambrientos se alimentan de diversas cosas inmundas: algunos comen pus; algunos comen excrementos; algunos comen sangre, vómito, y esputos. Después de que hayan recibido su limosna[10], estas cosas se convierten en buena comida y en buenos olores[11]. Supón que alguien da el agua sucia de lavar los platos a los fantasmas hambrientos. Incluso aunque ellos no puedan consumirlo, el practicante de la generosidad aún así estará generando méritos. ¿Por qué? Debido a su compasión.
Si alguien hace ofrendas a la naturaleza, ¿Quiénes son los receptores? Son aquellos que están presentes en el lugar de la ofrenda. Si él hace ofrendas cerca de árboles, los espíritus de los árboles son los receptores. Lo mismo es verdad para los ríos, fuentes, manantiales, montañas boscosas, y montículos. El practicante de la generosidad recibirá meritos del hacer ofrendas. ¿Por qué? Porque él hace felices a los receptores. Los méritos adquiridos a partir del hacer este tipo de ofrendas pueden proteger su cuerpo y su riqueza.
Algunos postulan que uno puede adquirir méritos en base a hacer sacrificios con derramamiento de sangre, como una ofrenda (a los dioses o a un Dios Supremo). Su postulado no es verdad. Del mismo modo en que uno no puede hacer crecer un árbol de madera de sándalo sembrando la semilla del fétido árbol eranda, similarmente uno no puede adquirir méritos en base a poner fin a la vida de un ser. Cuando uno hace ofrendas, uno debería de utilizar incienso, flores, leche, mantequilla, o medicinas.
Si uno transfiere méritos a los fallecidos, uno puede hacerlo en primavera, verano, y otoño, dentro del segundo, quinto, y noveno mes lunar.
Las Retribuciones Basadas en las Limosnas, los Campos Afortunados, y las Mentes de la Generosidad.
Supón que un practicante de la generosidad muere después de haber donado como limosna casas, ropas de cama, medicinas, jardines, estanques, manantiales, vacas, elefantes, caballos, y diversas cosas necesarias para la vida. Los méritos adquiridos a partir de su donación durarán mientras sean utilizadas sus limosnas. Lo seguirán del mismo modo en que una sombra sigue a su forma. Algunos postulan que los méritos se pierden a la muerte del que ha dado la limosna. Su postulado no es verdad. ¿Por qué? Porque los méritos se pierden cuando la limosna es destruida, o cuando ya no es usada, y no a la muerte del donante. Si aquellos que han renunciado a la vida en familia desechan comida y bebida durante los festivales, tal como hacen aquellos que viven en familia, ellos están siguiendo los usos mundanos, pero no en serio.
Si uno se deleita en hacer regalos de acuerdo a las preferencias del receptor, ello es llamado “dar”. Si uno da las partes de su cuerpo, o algo sumamente valioso para uno, como la propia esposa, es llamado generosidad inconcebible. Si un dignatario acaudalado da regalos a doce clases de persona-a los malvados, los violadores de los preceptos, los enemigos, los farsantes, a quienes no creen en causa y efecto, a quienes piden de forma amenazante, a quienes son regañones, al enojado, al ingrato, al poderoso, y al rico-es llamado generosidad inconcebible.
Buen hombre, hay tres reglas para la práctica de la generosidad: 1) dar al pobre movido por la compasión; 2) dar al enemigo sin esperar nada a cambio; 3) dar al virtuoso movido por la alegría y el respeto.
Buen hombre, si una persona rica hace ofrendas a las Tres Joyas durante muchos años, las retribuciones inmensurables por haber hecho esas ofrendas son inferiores a las retribuciones obtenidas por persuadir a los otros para que vivan y trabajen en armonía. Si alguien está avergonzado por las pocas cosas que tiene, o por su escasa calidad, y se niega a darlas como limosna, el está empeorando su situación de pobreza en la siguiente vida.
Supón que hay dos donantes. Si sus limosnas, sus Campos Afortunados, y sus mentes generosas son iguales, ellos recibirán retribuciones iguales. Si solo son iguales sus limosnas y su mente de generosidad, el que de la limosna a un excelente Campo Afortunado obtendrá la mayor retribución. Si sus Campos Afortunados y sus mentes de la generosidad son inferiores, aquel que de las limosnas más excelentes obtendrá la mayor retribución. Si sus limosnas y sus Campos Afortunados son ambos inferiores, aquel que posea una mente de la generosidad más excelente será quien obtenga mayor retribución. Si tanto sus limosnas como sus Campos Afortunados son excelentes, aquel que tenga una mente de la generosidad inferior recibirá las menores retribuciones.
Practicando la Perfección de la Generosidad con Sabiduría.
Buen hombre, cuando un hombre sabio da limosnas, no lo hace para recibir retribuciones. ¿Por qué? Porque él sabe que la generosidad es una causa que necesariamente traerá un efecto. Sin embargo, existen aquellos que no tienen compasión, que no sienten gratitud por la amabilidad recibida, y no aspiran a las realizaciones de los hombres santos. La codicia y el apego motivan que envidien sus cuerpos, vidas, y riqueza. Esa gente no puede dar limosna.
Un hombre sabio observa que los seres no escatiman sus cuerpos y sus vidas cuando buscan riqueza. Por tanto, si ellos son capaces de dar su riqueza como limosna, también pueden abandonar sus cuerpos y sus vidas. Si alguien es demasiado tacaño para dar limosna, el también codicia su cuerpo y su vida. Si alguien pone en peligro su cuerpo y su vida para obtener riqueza con la que poder dar limosna, el es un gran practicante de la generosidad. Si alguien ha adquirido riqueza, pero es demasiado tacaño para dar limosnas, entonces él está sembrando la semilla de la pobreza en sus vidas futuras.
Por tanto, en los Sutras Yo digo que la gente de Jambudvipa[12] sobresale, con respecto todos los de los Cuatro Continentes, en tres cosas: 1) su valentía; 2) su atención mental; y 3) sus acciones puras. Aunque son incapaces de ver cuáles serán las retribuciones de sus acciones, son capaces de producir las causas. Ellos buscan la riqueza sin escatimar sus cuerpos o vidas, y dan limosna para erradicar su tacañería. Después de dar limosna, no se arrepienten. Además, ellos no discriminan entre Campos Afortunados, y campos no afortunados. Por tanto, ellos tienen valor.
Buen hombre, después de dar limosna, algunos se arrepienten por tres razones: 1) tiene apego a la riqueza; 2) sostienen visiones erróneas; o 3) ven las faltas del receptor. Existen otras tres razones: 1) temen los reproches de otros; 2) temen el sufrimiento tras la mengua de la riqueza; o 3) ven el infortunio de algunos donantes.
Buen hombre, un sabio no tiene arrepentimiento antes, después, o mientras está dando regalos. El no tiene arrepentimiento por tres razones: 1) él cree en la causa y efecto; 2) el permanece cerca de buenos amigos; y 3) el no tiene apego a la riqueza. El cree en la causa y efecto debido a que él escucha y reflexiona en el Dharma. El permanece cerca de los buenos amigos debido a su fe y sabiduría. El no está apegado a la riqueza porque observa su impermanencia y su vacuidad.
Buen hombre, si un practicante de la generosidad puede contemplarlo así, y dar las limosnas de este modo, él puede practicar la Perfección de la Generosidad de forma completa. Como Yo afirme antes[13]: 1) hay una generosidad que no puede ser calificada como Perfección; 2) hay Perfecciones distintas de la Generosidad; 3) hay generosidad que es calificada como Perfección, y 4) hay prácticas que no son ni generosidad, ni Perfecciones.
Atrayendo a los Seres Antes de Hacer Regalos.
Buen hombre, la sabiduría de uno posibilita que pueda hacer tres cosas: 1) dar como regalo cosas externas; 2) dar como regalo tanto cosas externas como internas; y 3) transformar a los seres antes de darles cosas externas o internas.
¿Cómo transforma uno a los seres? Después de ver a los pobres, uno debiera de preguntarles: “¿Podéis tomar refugio en las Tres Joyas? ¿Podéis aceptar los preceptos puros?” Si su respuesta es afirmativa, entonces uno debería de impartirles los Tres Refugios y los preceptos puros, y entonces darles las limosnas.
Si su respuesta es negativa, uno debería de preguntarles: “¿Podéis seguirme para decir: “Los fenómenos son impermanentes, los fenómenos carecen de un “yo”, y el Nirvana es paz”? Si su respuesta es afirmativa, entonces deberías de darles enseñanzas, y entonces darles las limosnas. Si ellos te contestan que pueden decir dos cosas, pero que no pueden decir que “los fenómenos carecen de un yo”, entonces uno debería de preguntarles: “Si no podéis decir que los fenómenos carecen de un yo, ¿Podéis decir que los fenómenos no tienen entidad propia?” Si su respuesta es afirmativa, uno debería de darles enseñanzas, y entonces darles las limosnas. Si uno puede enseñar primero, y después dar limosna, uno es llamado un gran donante. Buen hombre, si uno puede transformar a los seres de esta forma, sin discriminar entre amigos y enemigos, uno es llamado un gran practicante de la generosidad.
Buen hombre, un hombre sabio que tiene riquezas y tesoros da los regalos de esta forma. Si él no es rico, enseña al pudiente a dar limosnas. Si el rico no necesita ser enseñado, el lo ayuda personalmente a dar las limosnas.
Dar Tratamiento Médico Como Limosna.
Si él no es rico, el debería de estudiar la ciencia de la medicina y las prácticas del Mantra, y dar cuidado médico gratis a aquellos que lo necesiten. El debería de cuidar al enfermo y darle tratamiento. El debería de persuadir a quienes posean medios, que elaboren medicinas, en polvo, en tabletas, o en pociones. Tras haber logrado un perfecto conocimiento de la ciencia de la medicina, él debería de practicarla en todas partes.
Cuando él trata a un paciente, el debería de utilizar los métodos adecuados. Cuando él entra en contacto con la inmundicia, no debería de sentirse disgustado. El debería de saber si la enfermedad del paciente está empeorando o mejorando. El debería de conocer bien qué clase de alimento y medicina empeorará o mejorará la enfermedad y el sufrimiento del paciente. Si el paciente pidiera comida o medicinas que empeoraran su enfermedad, el debería de confortar al paciente con habilidad, sin darle una negativa rotunda, lo cual podría disgustar al paciente.
Si él sabe que el paciente morirá, él no debería de anunciárselo, sino que debería de enseñar al paciente a tomar refugio en el Buda, el Dharma, y la Sangha; y a hacerles ofrendas. El debería de explicar al paciente que su enfermedad y su sufrimiento son una amarga retribución para las malas causas y condiciones generadas por él en las anteriores vidas, y que ahora él debería de arrepentirse de ellas. Si el paciente se enfada después de oír sus palabras, y lo insulta con un lenguaje cruel, el debería de permanecer en silencio sin replicar, y no debería de abandonar al paciente.
Aunque el cuide del paciente, no debería de esperar gratitud. Si el paciente parece haberse recuperado, el aún debería de visitarle en caso de recaída. Si el paciente se ha recuperado completamente, el debería de sentirse muy alegre, y no debería de esperar compensación por su servicio. Si el paciente muere, el debería de enterrarlo, y exponer el Dharma para consolar a los familiares y amigos, de forma que ellos no estén desconsolados.
El debería de dar comida y medicinas como limosnas. Si un paciente que se ha recuperado de su enfermedad le regala cosas en su alegría, el puede aceptarlas. Entonces él puede a su vez darlas a los pobres. Has de saber, que aquel que puede cuidar y tratar a los pacientes de este modo, es un gran practicante de la generosidad, alguien que verdaderamente está buscando el Sendero a la Insuperable Iluminación.
Buen hombre, el hombre sabio que está buscando la Iluminación estudia medicina aunque sea una persona rica, y construye sanatorios y demás cosas relacionadas; y provee a los pacientes de comida y bebida, y medicinas.
Dar Diversas Limosnas Mundanas.
Si una carretera está embachada, el debería de nivelarla y enancharla; y debería de quitar los cardos, piedras, y suciedad. En los lugares abruptos, el debería de colocar tablas, escaleras de mano, y cuerdas para los viajeros. En los aledaños de una carretera desierta, él debería de cavar pozos, plantar árboles frutales, y construir fuentes y estanques. Donde no hay árboles, él debería de emplazar postes para amarrar a los animales. En las paradas de descanso, él debería de construir un lugar de residencia que estuviera provisto con camas, ropas de cama, lámparas, velas, botellas, y platos. En un rio, el debería de construir un puente, y disponer balsas. El debería de ayudar a aquellos que son incapaces de cruzar el rio: cogiendo las manos del anciano, del joven, del demacrado, o del débil, él los ayuda a cruzarlo. A lo largo de los caminos, el debería de construir estupas, y plantar flores y árboles frutales.
Cuando él ve a aquellos que están huyendo del miedo, el debería de esconderlos y distraer a sus perseguidores con palabras amables y cosas hermosas. Cuando él ve a viajeros en un lugar traicionero, el debería de ayudarlos a superar los peligros. Cuando ve a aquellos que han perdido sus hogares y sus familias, él debería de consolarlos con palabras agradables, y darles todo lo que necesiten.
Cuando ve cansados a los viajeros, él debería de prepararles su baño, y lavar y masajear sus manos y pies. El debería de darles cama, y si no fuera posible, disponer paja. Cuando hace calor, el debería de refrescarlos con sombrillas o ropas adecuadas. Cuando hace frío, el debería de calentarlos con fuego y ropas. El puede hacer estas cosas, o enseñar a otros a hacerlas.
El debería de enseñar a los vendedores en los mercados a ser honestos en el negocio, no engañando a los clientes para conseguir un pequeño beneficio. El debería de indicar a los viajeros el camino correcto, y a que eviten el equivocado: el camino correcto es aquel en el que se encuentra agua y vegetación en abundancia, y que está libre de bandidos; mientras que el camino equivocado está plagado de tribulaciones. Cuando él ve a gente con las ropas o zapatos gastados, o utilizando boles dañados, él debería de remendárselos, lavarlos, o repararlos.
Cuando la gente sufre una plaga de ratas, serpientes, chinches, o insectos venenosos, él debería de eliminarlos. El debería de dar a la gente amuletos de la suerte, rascadores para la espalda, y bastoncillos para las orejas. El debería de coser, zurcir, y lavar la ropa de los monjes. El debería de disponer en el cuarto de baño: agua pura, pastillas de jabón, y cenizas limpias. Cuando él fabrica telas y vasijas, antes de utilizarlas, el debería de ofrecerlas a los Budas, y después a sus padres, maestros, y preceptores. Para sus ofrendas ante la imagen de un Buda, el puede hacerlas con incienso y flores.
El debería de dar comida a los ascetas y brahmines antes de probar él ningún bocado. Cuando haya visitantes venidos de lejos, él debería de saludarlos con palabras agradables, y darles agua pura para el baño, y ungüentos para sus pies. El debería de darles incienso, flores, palillos de sauce para limpiar los dientes, pastillas de jabón, ceniza, aceite perfumado y agua, higos en miel, ropa interior, y aceite para el cuerpo. Después de que hayan tomado su baño, él debería de darles, de acuerdo a sus necesidades, incienso, flores, y medicinas en polvo o tableta; al igual que comida y bebida. El también debe de darles cuchillas de afeitar, filtros, agujas, hilo, telas, papel, plumas, tinta, etc. Si él no puede hacer estos regalos con frecuencia, puede hacerlo cada mes lunar, durante los seis días de purificación.
Cuando él ve a una persona ciega, él debería de cogerlo de la mano, darle un bastón, y mostrarle el camino. Cuando ve a aquellos que han perdido su riqueza o a sus padres, el debería de darles ayuda financiera, y consolarlos y aconsejarlos con palabras agradables, hablándoles de las diferentes retribuciones para las malas y las buenas acciones de uno. Buen hombre, aquel que se entrena en dar limosna de esta forma es llamado un practicante de la generosidad puro.
Buen hombre, hay dos clases de Bodhisattvas: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que llevan una vida en familia. Es fácil para los Bodhisattvas que han renunciado a la vida en familia ser practicantes de la generosidad puros, pero es difícil para los Bodhisattvas que llevan una vida en familia el ser practicantes de la generosidad puros. ¿Por qué? Porque aquellos que llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones adversas.



[1] En otros Sutra se nombra al lapislázuli en su lugar.
[2] Todos ellos son conocidos como “los siete materiales preciosos”.
[3] Las cuatro inversiones son: 1) tomar lo impermanente por permanente; 2) tomar el sufrimiento por felicidad; 3) tomar un yo no existente como un yo verdaderamente existente; 4) tomar lo impuro por puro.
[4] Los seres vivos, poseedores de mente, incluidos dentro de los Seis Reinos (seres infernales, fantasmas hambrientos, animales, humanos, semidioses, y dioses).
[5] Los seres vivos que no entran dentro de las categorías anteriores-por ejemplo las plantas y árboles, que de acuerdo al budismo no poseen mente- y los muertos que aún no han renacido.
[6] Artículos o cosas necesarias para el bienestar de otros.
[7] Su propia carne y sangre, órganos del cuerpo, etc.
[8] Doctrina o Sistema.
[9] Ghee.
[10] La transferencia de mérito.
[11] Se dice que gran parte de los fantasmas hambrientos se alimentan de olores.
[12] El Continente Sur, dentro de la cosmogonía budista. El nombre también se le daba a la antigua India, significa “Tierra Rosada”.
[13] En el Capítulo Diez.