Las Seis Perfecciones.
Sujāta preguntó: “Bhagavan, según el
Buda dijo antes, aquellos que hacen ofrendas a las seis direcciones, esto es, a
las Seis Perfecciones, pueden incrementar sus riquezas y la duración de sus
vidas. ¿Cuáles son las características de esas personas?”
La Perfección de la Virtud de la Generosidad (Dāna Paramita).
El Buda dijo: “Buen hombre, supón que
alguien no tiene miedo de perder su riqueza. El siempre hace cosas para
beneficio de los demás. Pensando y deleitándose en dar limosna, el da
inmediatamente todo lo que tiene, sin que importe la cantidad. Cuando él da
limosnas, él no se quita importancia ni a sí mismo, ni a la limosna dada. El
practica la generosidad con ecuanimidad, sin que importe que los receptores
guarden o violen los preceptos. El alaba la generosidad, y se regocija cuando
ve a otros dando limosna, no sintiendo celos de ellos. Cuando él ve a quienes
solicitan su generosidad, siente deleite. El se levanta a recibirlos, se postra
ante ellos, y les pide que se sienten. Tanto que se lo pregunten o no, el alaba
la retribución de la generosidad.
Cuando él ve a aquellos presa del
miedo, él los salva y protege. En tiempos de hambruna, el se deleita en
repartir comida y bebida, y no para obtener retribuciones o gratitud. El alaba
las virtudes de las Tres Joyas, y él no engaña a los demás dándoles las sobras,
o artículos baratos en gran cantidad. El no se deleita en la ingesta de
alcohol, en el juego, o en una mente codiciosa. El siempre cultiva la virtud de
conocer la vergüenza y el deshonor. Incluso si posee una gran riqueza, el nunca
abandona el autocontrol, y da limosna sin arrogancia. Buen hombre, estas
características indican que esa persona puede hacer ofrendas a la Perfección de
la Generosidad.
La Perfección de la Virtud de la Moralidad.
Buen hombre, supón que alguien puede
purificar su cuerpo, habla, y mente. El posee una mente virtuosa, y no comete transgresiones. Si él comete una
falta no intencionada, él se siente avergonzado y lleno de remordimientos,
porque él cree que uno recibirá una retribución de sufrimiento debido a la
transgresión cometida. Cuando hace buenas acciones, se siente feliz. Cuando
comete una pequeña transgresión, él considera que es algo grave, y siente
remordimiento, ansiedad, y miedo debido a su retribución.
El nunca golpea, riñe, o causa
incomodidad a los seres. Siente consideración hacia las mentes de los demás, y
utiliza siempre palabras agradables. Cuando ve a los seres, siente amor hacia
ellos. El reconoce la amabilidad recibida, y paga su amabilidad devolviendo más
de lo que recibió. El no es tacaño, y no engaña a los seres. El busca la
riqueza por medios ajustados a la ley, y se deleita en utilizarla en hechos
generadores de mérito, y en transformar a los otros. Cuando ve que otros están
sufriendo, su deseo es sufrir esos tormentos en lugar suyo. El cultiva el amor
benevolente y la compasión para con todos. Cuando ve a quienes obran
incorrectamente, el les ofrece ser su santuario. Cuando ve a aquellos que están
involucrados en acciones virtuosas, alaba sus méritos y las buenas
retribuciones que ellos obtendrán. El también ayuda en persona a esos seres,
posibilitándoles dar rienda suelta a su labor. El permanece apartado de la
mente enfadada. Cuando el enojo surge en él, aunque sea brevemente, el es
consciente de ello y se siente avergonzado y lleno de remordimiento. El habla
usando palabras verdaderas y agradables, y nunca emplea un lenguaje que incite
a la división, ni se involucra en una charla vacía. Buen hombre, estas son las
características que indican que esta persona puede hacer ofrendas a la
Perfección de la Moralidad.
La Perfección de la Virtud de la Paciencia. (Ksanti Paramita).
Buen hombre, supón que alguien puede
purificar su cuerpo, habla, y mente. Si los seres le infligen graves daños, en
él no surge el menor pensamiento de enojo, ni retribuye el mal con mal. Si más
tarde ellos se arrepienten, él acepta su arrepentimiento inmediatamente. Cuando
ve a los seres, se llena de alegría; cuando ve a aquellos que están
involucrándose en acciones no virtuosas, siente pena por ellos. El alaba la
retribución proveniente de la paciencia, y censura el enfado. El expone que la
retribución para el enfado es un sufrimiento atroz. El aplica su entrenamiento en la generosidad y la
paciencia, en primer lugar, para con sus enemigos.
El observa correctamente que una
persona compuesta de los cinco agregados es una convergencia de causas y de
condiciones, y realiza que no hay razón para estar enfadado con esa
convergencia. El reflexiona profundamente en que el enfado es la causa para
renacer en los tres destinos desafortunados, para sufrir durante innumerables
vidas. Cuando el enfado surge en él, aunque sea de forma breve, el se siente
avergonzado, lleno de remordimiento, y temeroso de sus consecuencias. Cuando ve
a otros que poseen una realización de la paciencia mayor que la suya, no siente
envidia. Buen hombre, estas características indican que esta persona puede hacer ofrendas a la Perfección de la
Paciencia.
La Perfección de la Virtud del Esfuerzo. (Vīrya Paramita)
Buen hombre, supón que alguien
trabaja sin indolencia ni negligencia. El no codicia los placeres que se
disfrutan sentado, o acostado. Sea una acción importante o de poca importancia,
el siempre las realiza con la misma diligencia, y las lleva a su culminación.
Durante su trabajo él no es distraído por el hambre, la sed, el calor, o el
frío, o por consideraciones de momento adecuado o no adecuado, y él no se
menosprecia. Durante su trabajo, no se arrepiente. Después de que su trabajo
está finalizado, el celebra su habilidad y alaba la retribución por su enérgico
esfuerzo en progresar.
El adquiere la riqueza por medios
acordes con la ley, y la utiliza para buenas acciones. Cuando ve a gente que
actúa erróneamente, el les explica las consecuencias de las malas acciones. El
enseña a los seres a ser diligentes, y a no descansar antes de terminar su
trabajo. Cuando él se involucra en la práctica de acciones virtuosas, no es
disuadido por las palabras de otros. Buen hombre, estas características indican
que esta persona puede hacer ofrendas a la Perfección del Esfuerzo.
La Perfección de la Virtud de la Concentración Meditativa.
(Dhyana Paramita).
Buen hombre, supón que alguien puede
purificar su cuerpo, habla, y mente. El se deleita en permanecer en un lugar
tranquilo, en un lugar solitario, tales como una cueva, una montaña, un bosque,
o una casa vacía. El no se deleita en dormir, o en escuchar sonidos
estridentes, o en tratar sobre temas mundanos. El no se deleita en la codicia,
enfado, o engaño. El siempre pronuncia palabras ponderadas y agradables. El se
deleita en la renuncia a la vida en familia para enseñar a transformar a los
seres.
Sus aflicciones se van aminorando, y
permanece apartado de las percepciones no virtuosas. Cuando ve enemigos, el
cultiva el amor benevolente. El se deleita en exponer la certeza de la
retribución de las acciones cometidas. Si su mente llega a estar caótica, se
siente avergonzado y ansioso. Cuando ve que alguien está meditando de forma
incorrecta, él les explica las faltas a esos meditadores. El transforma a los
seres con destreza, guiándolos en la meditación correcta. Buen hombre, estas
características indican que esta persona puede hacer ofrendas a la Perfección
de la Concentración Meditativa.
La Perfección de la Virtud de la Sabiduría. (Prajña Paramita)
Buen hombre, supón que alguien puede
purificar su cuerpo, habla, y mente, y que domina todos los temas mundanos. Su
mente nunca está enloquecida o caótica; ni está sumergida en el apego, rechazo,
e ignorancia. El se apena de los seres, y sobresale haciendo ofrendas a los
padres, maestros, preceptores[1],
mayores, y a aquellos que son virtuosos. Practica el autocontrol, y sus
palabras siempre son ponderadas y agradables, no engañando nunca a los seres.
El puede explicar la diferencia entre los senderos correctos y los erróneos; y
entre las buenas y las malas retribuciones. El se deleita en la soledad y en el
abandono de la vida en familia con el fin de lograr la Iluminación. El puede
enseñar a los seres a través de las cuestiones mundanas. Tras ver a otros con
más realizaciones que él, no siente celos; si supera a otros, no surge en él la
arrogancia. En el sufrimiento no está agobiado; en la felicidad no se regocija.
Buen hombre, estas características indican que esta persona puede hacer
ofrendas a la Perfección de la Sabiduría.
Las Cuatro Cosas Conseguidas en Cada Perfección.
Buen hombre, uno consigue cuatro
cosas en cada una de las seis direcciones. En la dirección de la Generosidad,
las cuatro cosas son: 1) domar a los seres; 2) abandonar lo opuesto; 3) beneficiarse
uno, y 4) beneficiar a los otros.
Si uno no tiene apego a su riqueza,
ni discrimina entre amigos y enemigos, o entre el momento apropiado y el no
apropiado, uno puede “domar a los seres” en base a la generosidad. No
escatimando la riqueza de uno, es posible abandonar el mal de la tacañería por
medio del dar limosnas; por lo tanto, la generosidad es llamada “abandono de lo
opuesto”. Si uno está muy alegre, y no se arrepiente cuando uno piensa en dar
limosna, cuando la está dando, y cuando la ha dado, en las vidas futuras uno
obtendrá la felicidad en el mundo de los humanos o entre los dioses, e incluso
la insuperable felicidad[2];
por tanto, la práctica de la generosidad es llamada “el beneficio para uno
mismo”. La generosidad hace posible que otros dejen atrás la agonía del hambre
y de la sed, por eso es llamada “el beneficio para los otros”.
En la dirección de la observancia de
la Moralidad, las cuatro cosas son: 1) el adorno de la Iluminación, 2)
abandonar lo opuesto; 3) beneficiarse uno; y
4) beneficiar a los otros. La observación de los preceptos del laico y
de los preceptos del Bodhisattva son la base para elevarse hacia el Primer
Nivel[3],
e incluso para lograr la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación; por
tanto, la observación de los preceptos es llamada “adorno de la Iluminación”.
Después de que uno ha recibido los preceptos, uno se aparta de todos los
preceptos no virtuosos, y del abandono de los preceptos virtuosos recibidos,
por tanto, la observación de los preceptos es llamada “abandonar lo opuesto”.
Aquel que observa los preceptos, en las vidas futuras obtendrá la felicidad
entre los humanos o entre los dioses, e incluso la insuperable felicidad; por
tanto, la observación de los preceptos es llamada “el beneficiarse a uno
mismo”. Aquel que observa los preceptos da la ausencia de miedo a los seres,
por tanto, la observación de los preceptos es llamada “el beneficio para los
otros”.
En la dirección de la Paciencia, las
cuatro cosas son: 1) el adorno de la Iluminación; 2) abandonar lo opuesto; 3)
beneficiarse uno; y 4) beneficiar a los otros. Aquel que cultiva la paciencia
puede desarrollar la bondad. Cultivando la bondad, uno se elevará hasta el
Primer Nivel, e incluso alcanzará la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación, por lo tanto, el desarrollo de la paciencia es llamado “el adorno
de la Iluminación”. Aquel que cultiva la paciencia puede descartar la aflicción
del enfado, por tanto, la práctica de la paciencia es llamada “el abandono de
lo opuesto”. A través del cultivo de la paciencia, en las vidas futuras uno
obtendrá la felicidad entre los humanos o entre los dioses, e incluso la
insuperable felicidad; por tanto, la práctica de la paciencia es llamada “el
beneficio para uno mismo”. A través de la paciencia, uno hace posible que otros
tengan una mente alegre, amable, y agradable; por tanto, es llamada “el
beneficio para otros”.
En la dirección del Esfuerzo, las
cuatro cosas son: 1) el adorno de la Iluminación; 2) el abandono de lo opuesto;
3) el beneficio para uno mismo; y 4) el beneficio para otros. Debido al
esfuerzo en el progreso, uno realiza la acumulación de acciones virtuosas; y en
base a esa acumulación de acciones virtuosas uno llegará a alcanzar el Primer
Nivel, e incluso logrará la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación; por
tanto, el hacer un esfuerzo enérgico en el progreso es llamado “el adorno de la
Iluminación”. Puesto que uno se involucra enérgicamente en la realización de
acciones virtuosas, uno abandona el obstáculo de la indolencia, por tanto, el
hacer un esfuerzo enérgico en progresar, es llamado “el abandono de lo
opuesto”. Debido a las acciones virtuosas, en vidas futuras uno obtendrá la
felicidad entre los humanos o entre los dioses, e incluso la felicidad insuperable;
por tanto, la práctica del esfuerzo enérgico es llamada “el beneficio para uno
mismo”. Uno enseña con gran energía a los seres a realizar acciones virtuosas,
y a abandonar las acciones no virtuosas; por ello, el hacer un esfuerzo
enérgico es llamado “el beneficio para los otros”.
En la dirección de la Concentración Meditativa,
las cuatro cosas son: 1) el adorno de la Iluminación; 2) el abandono de lo
opuesto; 3) el beneficio para uno mismo; y 4) el beneficio para otros. A través
de la práctica de la meditación uno se elevará hasta llegar a alcanzar el
Primer Nivel, e incluso logrará la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación;
por tanto, el desarrollo de la meditación es llamada “el adorno de la
Iluminación”. A través de la meditación uno cultiva innumerables raíces de
virtud, y abandona las percepciones corrompidas; por tanto, la práctica de la
meditación es llamada “el abandono de lo opuesto”. A través del poder de la
concentración en un solo punto[4],
uno se deleita en la calma mental, y adquirirá la felicidad entre los humanos o
los dioses, e incluso la felicidad insuperable; por tanto, la práctica de la
concentración meditativa es llamada “el beneficio para uno mismo”. La
meditación da poder a uno para eliminar la codicia, el enfado, y el engaño de
la mente de los seres; por tanto, la meditación es llamada “el beneficio para los
otros”.
En la dirección de la Sabiduría, las
cuatro cosas son: 1) el adorno de la Iluminación; 2) el abandono de lo opuesto;
3) el beneficio para uno mismo; y 4) el beneficio para los otros. A través de
la sabiduría uno se elevará hasta llegar a alcanzar el Primer Nivel, e incluso logrará
la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación; por tanto, el desarrollo de
la sabiduría es llamado “el adorno de la Iluminación”. La sabiduría posibilita
el que uno abandone la ignorancia, y hace que las aflicciones de uno pierdan su
poder; por tanto, el desarrollo de la sabiduría es llamado “el abandono de lo
opuesto”. La sabiduría posibilita que uno elimine los dos tipos de obstáculos: el
obstáculo de las aflicciones, y los obstáculos a la sabiduría; por tanto, el
desarrollo de la sabiduría es llamado “el beneficio para uno mismo”. La
sabiduría da poder a uno para domar y enseñar a los seres; por tanto, el
desarrollo de la sabiduría es llamado “el beneficio para los otros”.
Afirmación sobre las Seis Perfecciones.
Buen hombre, algunos afirman que,
aparte de la observación de los preceptos, no existe una práctica de la
paciencia; y que, aparte del desarrollo de la sabiduría, no existe práctica de
la meditación. Ellos creen que tolerar el mal infringido, sin deseo de
venganza, es llamado “observación de los preceptos”; y que la práctica de la
meditación para dominar la mente, es llamado “desarrollo de la sabiduría”. Para
ellos, la observación de los preceptos es estar practicando la tolerancia, y el
desarrollo de la tolerancia es estar observando los preceptos. Para ellos, el
desarrollo de la sabiduría es estar practicando la meditación, y la práctica de
la meditación es estar desarrollando la sabiduría. Por consiguiente, según
ellos, solo hay cuatro Perfecciones.
Algunos dicen que, aparte de la
observación de los preceptos, no existe el esfuerzo vigoroso; y que, aparte del
esfuerzo vigoroso, no existe observación de los preceptos. Para ellos, la
observación de los preceptos es el esfuerzo enérgico; y el ejercer un esfuerzo
vigoroso es la observación de los preceptos.
Algunos dicen que, aparte de la
generosidad no hay esfuerzo enérgico; y que, aparte del esfuerzo enérgico, no
hay generosidad. Para ellos, la generosidad es esfuerzo vigoroso; y el esfuerzo
enérgico es generosidad.
Estas afirmaciones no son ciertas.
¿Por qué? Porque la sabiduría es la causa, y la generosidad es el efecto. El esfuerzo
enérgico es la causa, y la observación de los preceptos morales es el efecto.
La absorción meditativa es la causa, y la paciencia ante la adversidad es el
efecto. Causa y efecto no son una misma cosa, por tanto hay Seis Perfecciones.
Si ellos afirman que la observación
de los preceptos morales es estar practicando la paciencia, y que el desarrollo
de la paciencia es estar observando los preceptos, su afirmación no es cierta.
¿Por qué? Porque uno recibe los preceptos de otra persona, pero uno no puede
recibir la tolerancia de otro. Existen aquellos que nunca han recibido un
precepto, pero que no obstante son capaces de tolerar los males; y existen
aquellos que son capaces de soportar un inmensurable sufrimiento, ya que ellos
cultivan las raíces de virtud para beneficio de las multitudes. A través de
innumerables vidas, ellos aceptan una inmensurable cantidad de sufrimiento
poniéndose en el lugar de los seres, y en sus mentes no surge el
arrepentimiento. Por lo tanto, aparte de la observación de los preceptos,
existe la tolerancia de la adversidad.
Buen hombre, la profunda absorción
meditativa[5]viene
de la concentración de la mente en un solo punto; y la sabiduría viene de la
visión penetrante[6] (o
meditación analítica). Samatha
significa “meditación centrada en un objeto”; y Vipashyana significa “diferenciación de distintos objetos”. Por
consiguiente, en las doce categorías de las escrituras, yo digo que meditación
y sabiduría son diferentes. Por tanto, has de saber que hay Seis Perfecciones.
Un Tathagata habla primero de la
Perfección de la Generosidad. Para posibilitar que los seres den limosna sin
codicia, El después proclama la Perfección de la Moralidad. Para hacerles
posible que ellos puedan soportar la sensación de pérdida cuando practican la
generosidad, El enseña la Perfección de la Paciencia. Para posibilitar que
ellos se deleiten en la práctica de la generosidad, sin aguardar al tiempo
conveniente, El les enseña a continuación la Perfección del Esfuerzo. Para
hacer posible que ellos practiquen la generosidad con una mente bien centrada,
sin oscilaciones, El enseña a continuación la Perfección de la Concentración
Meditativa. Para hacer posible que ellos practiquen la dádiva sin buscar los
placeres en el continuo renacer y morir, a continuación El enseña la Perfección
de la Sabiduría.
Buen hombre, ¿Por qué son llamadas
“Perfecciones[7]”? Cuando
uno da limosna, y uno no busca recompensas externas o internas, ni identifica
al receptor como un Campo Afortunado o como no siendo ningún Campo Afortunado,
y tampoco escatima su riqueza, ni busca un momento más propicio, ello es
llamado Perfección de la Generosidad. Cuando uno no comete ni tan siquiera la
más leve transgresión, aún para salvar su cuerpo o su vida, ello es llamado
Perfección de la Moralidad. Cuando uno tolera el dolor infligido, tal como
cuando personas malvadas desmiembran su cuerpo, sin que surja el enfado, ello
es llamado Perfección de la Paciencia. Cuando uno alaba al Buda incesantemente
con una estrofa durante tres meses, ello es llamado Perfección del Esfuerzo.
Cuando uno obtiene de forma completa la Absorción Meditativa Semejante a un
Diamante[8],
ello es llamado Perfección de la Concentración Meditativa. Buen hombre, cuando
uno alcanza la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación, uno ha conseguido
entonces las Seis Perfecciones de forma completa, y ello es llamado Perfección
de la Sabiduría.
Buen hombre, existen dos clases de
Bodhisattva: aquellos que han renunciado a la vida en familia, y aquellos que
llevan una vida en familia. No es difícil para aquellos Bodhisattvas que han
renunciado a la vida en familia el practicar las Seis Perfecciones con pureza;
pero es difícil practicar las Seis Perfecciones con pureza para aquellos
Bodhisattvas que llevan una vida en familia. ¿Por qué? Porque aquellos que
llevan una vida en familia están impedidos por muchas causas y condiciones
adversas.