domingo, 24 de junio de 2012

Sutra al Príncipe Abhaya. (Sobre el habla correcta)

En Pali: Abhaya Raja Kumara Sutta.
Majima Nikaya 58.

Esto he oído: En cierta ocasión el Bendito permanecía cerca de Rajagaha, en el Bosque de Bambús, en el Santuario de las Ardillas.
Entonces, el Príncipe Abhaya se dirigió a dónde estaba Nigantha Nataputta, y después de llegar, tras haberse postrado ante él, se sentó a un lado. Cuando estaba ya sentado, Nigantha Nataputta le dijo: “Vamos, Príncipe. Refuta las palabras del contemplativo Gotama, y esta admirable noticia sobre ti se difundirá hasta los confines más lejanos:”¡Las palabras del contemplativo Gotama, tan potentes, tan poderosas, fueron refutadas por el Príncipe Abhaya!”
El Príncipe preguntó: “Venerable Señor, ¿Pero cómo refutaré yo las palabras del contemplativo Gotama, que son tan potentes, tan poderosas?”
Entonces Nigantha Nataputta le respondió: “Vamos, Príncipe. Vete a dónde se encuentra el contemplativo Gotama, y cuando llegues dile esto:” Venerable Señor, ¿Diría el Tathagata palabras que no sean agradables, y que desagraden a los demás?” Entonces, si el contemplativo Gotama, al ser preguntado de este modo, te contesta: “El Tathagata diría palabras que no sean agradables, y que desagraden a los demás”, tú debieras de decir: “Venerable Señor, ¿Entonces cuál es la diferencia entre tú y toda la gente ordinaria? Porque la gente ordinaria pronuncia palabras que no son agradables, y que desagradan a los demás”
Pero si al preguntarle esto, el contemplativo Gotama contesta:”El Tathagata no pronuncia palabras no sean agradables, y que desagraden a los demás”, tú deberías decir:” Venerable Señor, ¿entonces no dijiste tú de Devadatta que: “Devadatta va camino de la indigencia, Devadatta va camino del infierno, Devadatta será hervido durante un eón, Devadatta es incurable”? Para Devadatta fue molesto, y estaba disgustado con esas palabras tuyas”
Cuando el contemplativo Gotama sea interrogado por estas dos preguntas con puntas tuyas, él no será capaz de tragarlas, ni de escupirlas. Será lo mismo que si una “castaña de dos cuernos” se clavara en el cuello de un hombre: él no podría ni tragarla, ni escupirla. De la misma forma, el contemplativo Gotama, cuando tú le preguntes estas dos cuestiones con puntas, no será capaz de tragarlas, ni de escupirlas.”
El Príncipe Abhaya respondió: “Como digas, Venerable Señor”, y se levantó de su asiento, se postró ante Nigantha Nataputta, le circunvaló, y se fue entonces a dónde se encontraba el Bendito. Cuando llegó, se postró ante el Bendito, y se sentó a un lado. Cuando estaba sentado allí, miró hacia el Sol y pensó: “Hoy no es el momento para refutar las palabras del Bendito. Mañana, en mi propia casa, yo pondré en evidencia las palabras del Bendito.”
Así que le dijo al Bendito: “Pueda el Bendito, junto con otros tres, aceptar mi oferta de una comida mañana.”
El Bendito, en silencio, aceptó.
Entonces, el Príncipe Abhaya, comprendiendo la aceptación del Bendito, se levantó de su asiento, se postró ante el Bendito, le circunvaló, y se fue.
Cuando pasó la noche, a primeras horas de la mañana, el Bendito se puso sus hábitos y, llevando su cuenco, y el hábito exterior, se dirigió hacia el hogar del Príncipe Abhaya. Cuando llegó, se sentó en un asiento que ya le estaba dispuesto. El Príncipe Abhaya, con su propia mano, sirvió y satisfizo al Bendito con comida de gran calidad, y de inferior calidad.  Entonces, cuando el Bendito hubo comido, y apartado su mano de su cuenco, el Príncipe Abhaya cogió un asiento más bajo, y se sentó a un lado.
Cuando estuvo sentado allí, le dijo al Bendito: “Venerable Señor, ¿Diría el Tathagata palabras que no sean agradables y que desagraden a los demás?”
El Buda respondió: “Príncipe, no puede responderse con un sí, o un no, categórico a esa pregunta.”
El Príncipe exclamó: “Venerable Señor, con esto los Niganthas son destruidos.”
El Bendito preguntó: “Pero Príncipe, ¿Por qué dices “Venerable Señor, con esto los Niganthas son destruidos?”
El Príncipe le respondió: “Venerable Señor, precisamente ayer yo fui a dónde Nigantha Nataputta, y él me dijo: “Vamos Príncipe. Ve al contemplativo Gotama, y cuando llegues dile esto:”Venerable Señor, ¿Diría el Tathagata palabras que sean desagradables, y que desagraden a los demás?”  Será lo mismo que una “castaña de dos cuernos” que se clavara en el cuello de un hombre: él no podría tragarla, ni escupirla. De la misma forma, el contemplativo Gotama, cuando tú le preguntes estas dos cuestiones con puntas, no será capaz de tragarlas, ni de escupirlas.”
En aquellos momentos, un niño pequeñito estaba tumbado boca hacia arriba en el regazo del Príncipe. Así que el Bendito le dijo al Príncipe: “¿Qué piensas Príncipe? Si este niñito, debido a tu propia negligencia, o la de la cuidadora, tuviera un trozo de palo, o de grava, en su boca, ¿Qué harías?”
El Príncipe contestó: “Se la quitaría, Venerable Señor. Y si no pudiera sacárselo fácilmente, entonces cogería su cabeza con mi mano izquierda, y metiendo un dedo de mi mano derecha se lo sacaría, aunque ello supusiera el hacerle sangre. ¿Por qué? Porque siento simpatía hacia este niñito”
Entonces el Buda dijo: “Príncipe, de la misma forma:
1.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que son carentes de base, que son falsas, que no sirven para el logro, que son desagradables, y que desagradan a los demás, él no las pronuncia.
2.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que tienen base, que son verdaderas, que no sirven para el logro, que son desagradables, y que desagradan a los demás, él no las pronuncia.
3.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que tienen base, que son verdaderas, que sirven para el logro, pero que son desagradables, y que desagradan a los demás, él tiene un sentido adecuado del momento apropiado para decirlas.
4.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que son carentes de base, que son falsas, que no sirven para el logro, pero que son agradables, y que agradan a los demás, él no las pronuncia.
5.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que tienen base, que son verdaderas, que no sirven para el logro, pero que son agradables, y que agradan a los demás, él no las pronuncia.
6.      En el caso de palabras que el Tathagata sabe que tienen base, que son verdaderas, que sirven para el logro, y que son agradables, y que agradan a los demás, él tiene un sentido adecuado del momento apropiado para decirlas. ¿Por qué es así? Porque el Tathagata tiene simpatía por todos los seres vivos.
Entonces el Príncipe dijo: “Venerable Señor, cuando los nobles sabios o sacerdotes, cabezas de familia o contemplativos, tras formular preguntas, vienen al Tathagata y lo interrogan ¿Esta línea de razonamiento se le aparece a su consciencia de antemano(“Si estos que se acercan me preguntan esto, al preguntarme así,  yo contestaré de esta forma”) o viene el Tathagata con  la respuesta a punto?
El Buda respondió: “En ese caso, Príncipe, te contestaré con otra pregunta. Contesta como tu veas más adecuado. ¿Qué piensas: eres buen conocedor de las partes de un carruaje?”
El Príncipe contestó: “Si, Venerable Señor, yo soy un buen conocedor de las partes de un carruaje.”
El Bendito prosiguió: “¿Y qué piensas cuando la gente viene y te pregunta:”¿Cuál es el nombre de esta parte del carruaje?” ¿Aparece esta línea de razonamiento de antemano (si aquellos que se aproximan me preguntan esto, yo al ser preguntado así, contestaré de esta forma) o vienes con la respuesta a punto?”
A ello el Príncipe respondió: “Venerable Señor, yo soy conocido como alguien buen conocedor de las partes de un carruaje. Todas las partes de un carruaje me son perfectamente conocidas. Yo vengo con la respuesta a punto”
El Bendito entonces dijo: “Príncipe, de la misma forma, cuando los nobles sabios o sacerdotes, cabezas de familia o contemplativos, habiendo formulado preguntas, vienen al Tathagata y le preguntan, el viene con la respuesta a punto. ¿Por qué es así? Porque la naturaleza del Dharma está completamente penetrada por el Tathagata. De su completa penetración de la naturaleza del Dharma, viene el estar con la respuesta a punto.”
Cuando esto fue pronunciado, el Príncipe Abhaya le dijo al Bendito: “¡Magnífico, Venerable Señor, Magnífico! Es como si fuera puesto boca hacia arriba lo que estaba hacia abajo, como si fuera revelado lo que estaba oculto, como si se le mostrara el camino a quien está perdido, o como llevar una lámpara en la oscuridad para que aquellos con ojos puedan ver las formas. De la misma forma, el Bendito, a través de muchas líneas de razonamiento, ha clarificado el Dharma. Yo tomo refugio en el Buda, en el Dharma, y en la Sangha de los monjes, a partir de este día, de por vida”



Traducido del Pali por el Bhikkhu Thanissaro.

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.





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